Para muchos esos millones son como una liberación. Como la comprobación de que existe la gente. De que aún existe gente que ocupa un espacio público masivamente, a pesar del silencio. Yo te digo quién ganó: ganó el Estado. Como articulador de un sentimiento noble y colectivo, un Estado que puso la escena y que se puso detrás de escena. Y el cierre con Fito, portador de la conciencia de las canciones de Charly García y que arrastra una realidad modesta de canciones propias (que hacen lo suyo), me gusta. Hoy va a estar lindo el Sol de Mayo y hay que estar ahí. Yo hubiese repetido este cierre:
2 comentarios:
Yo también.
Cuando el pueblo aparece, con su número, se hace difícil poner tamaño momento en palabras.
Parece más sencillo hablar de la fiesta, recordar a Jauretche, acerca del rol de la alegría, en medio de la pelea.
Hay gestos y palabras que se acomodan mejor a esa dificultad: la negación de Cristina a los fastos de la Nación (el Tedeum en la Catedral, la reapertura del Colón), el rol siempre presente de los artistas populares, como los que acceden a transmitir esa alegría, que da el estar entre todos.
Quizás en estos días, vuelve, como siempre vuelve una y otra vez en nuestra historia, la batalla celeste y la terrestre : la Patria liberada.
Los más jóvenes, saben hoy, luego de esta visión multitudinaria, que simplemente si se es leal con esa pelea,
se cosechan estos frutos: la movilización más importante desde la vuelta de la democracia.
La tarea dura, evanescente, es poder poner en gestos y en palabras lo que el pueblo dice.
Es difícil, pero es la tarea, es el mismo viejo vino, con odres nuevas, que nos permiten bailar y gritar y cantar y aplaudir, para que el son se acomode a la altura de los sueños impertérritos.
El son es el que dice: “en esta tierra lo mejor que tenemos es el pueblo “.
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