sábado, septiembre 30, 2006

Incardona

(...)

—¿Viste que si mirás Ciudad Evita desde el cielo tiene la forma de Evita?
—Sí. ¿Y?
—Bueno. Mariano me dijo que estos barrios iban a tener la imagen de San Martín, de Rosas, supongo que también de Perón.

(...)

Mi barrio: Perdía.

jueves, septiembre 28, 2006

Lástima el verso final


BUSCÁNDOME LIOS

La noche de mi primera reunión de célula llovía
mi manera de chorrear fue muy aplaudida por cuatro
o cinco personajes del dominio de Goya
todo el mundo ahí parecía levemente aburrido
tal vez de la persecución y hasta de la tortura diariamente soñada.

Fundadores de confederaciones y de huelgas mostraban
cierta ronquera y me dijeron que debía
escoger un seudónimo
que me iba a tocar pagar cinco pesos al mes
que quedábamos en que todos los miércoles
y que cómo iban mis estudios
y que por hoy íbamos a leer un folleto de Lenin
y que no era necesario decir a cada momento camarada.

Cuando salimos no llovía más
mi madre me riñó por llegar tarde a casa.

El peronismo será, entre otras cosas, una aspirina del tamaño del sol


No sé, hermano, me gusta la de pensar en un ciclo histórico, un ciclo de productividad política que nace con una muerte (Aramburu, un símbolo de afuera); y que se agota matando otro símbolo (Rucci, de adentro). La lógica que va de Aramburu a Rucci da 49 días de gobierno, no más. Una relación política con la muerte que vamos a tardar semestres y semestres universitarios en decodificar, el museo vivo de la historia: la historia didáctica que quiero.

(...)

La hija de Jose Ignacio Rucci, actriz, empleada en el área de la Subsecretaría General de la Presidencia de Nestor Kirchner, bajo la direccion de Carlos Kunkel, ex Comandante montonero, decía en un reportaje ante la pregunta: -¿Cómo es trabajar con ex montoneros? Supongo que creciste con la idea de que ellos asesinaron a tu padre…/- Con mi hermano no podíamos entender por que lo mataron así. Al principio con los muchachos fue muy difícil, no lo voy a negar. Por lo menos para mí y supongo que también para ellos. Yo allí trabajo. Sé que me respetan. Al principio no podían creer que era la hija de Rucci, me miraban con curiosidad. Un día hablé largamente con Dante (Gullo) y después con Tojo (Ojea Quintana), y ellos me aseguraron – y Yo les creo – que en el ámbito en que militaban jamás se planificó el asesinato de mi padre. Y les tengo respeto, por que son gente que se jugó por sus ideales. Yo pienso lo mismo que ellos. Rucci, a pesar de lo que algunos dicen, era un revolucionario. No creía en un Peronísmo como el de los ´90... Mi padre no era como los sindicalistas que vinieron después, los que acordaron con los militares y con Menem. Si hubiera vivido, seguro que terminaba preso de la dictadura o desaparecido. Adoraba a Perón, le era absolutamente fiel, él le decía hijo. Eran años difíciles, todos estaban enfrentados con todos.../-¿Qué pensás del Museo de la Memoria en la ESMA?/- Me parece justo. La represión del estado jamás se puede equiparar a la actuación de grupos guerrilleros. Fue un genocidio. Pero creo que los montoneros le debe a la gente una autocrítica por aquellos años. (Diario Mar de Ajó - el diarito).

(...)

José Ignacio Rucci fue un Alfil de Perón comido en el ajedrez del enemigo de la Nación: el imperialismo. No importa a través de qué agentes, situaciones, instituciones, personalidades o circunstancias se valieron para ejecutarlo. Por eso es y será siempre un soldado de Perón, un valioso dirigente de la clase obrera y un Patriota muerto en cumplimiento de su deber.

(Carlos de los Santos)

miércoles, septiembre 27, 2006

Hay un niño



que frota dos piedras en Cuyo
y a mi se me enciende el fósforo que tengo en la mano
en la ciudad,

mamá: ¿cómo sigue nuestra novela de muerte y traición? ¿Apareció López?

Toy en San Luis repartiendo las nuevas cajas PAN, pero me gusta.

Leo El Crimen de la Guerra, y pienso en otra obsesión: que alguien me informe de cuál es la obra completa de Alberdi.

¿Viste que en Cuyo no demonizan a la década del '90?´- Por algo será.

Bueno, la pegó. Gonzo escribió esto: El kirchnerismo es lo mejor que nos pasó en los últimos tres años: es el museo del menemismo. Y mientras tanto, lo que realmente me obsesiona, hoy, es el programa electoral que vamos a formar y luego demonizar nosotros, los que hoy andamos por ahí, robando flores de los jardines de la ESMA.

Ya lo sabemos: muchos se habrán cagado de risa cuando el 24 de mayo de 2003 venía en el avión desde Santa Cruz leyendo el Nunca Más, no como esos que (ay, tan bobo) "se reciclan", un presidente genial es un pura sangre dominado por la mas oscura intuición de eso que la sociedad piensa oscuramente en su mesa. Odio las comillas. Las "odio". Pero peor es hablar y hacer el signito con las manos.

Verdad de la democracia (ya ni sé qué número): cuando las papas queman la sociedad golpea la puerta de las unidades básicas. Los cuarteles, ya todos, son museos de la vieja Nación sin Pueblo, y demás clichés jauretchianos que en este tiempo de pigna fácil se pueden inventar.

P y P: poesía y política, para todos.

P y P: los terminé de leer en el tren rumbo a la estación Lemos, el domingo. Y en la oscuridad que ofrecía la ventana, al pasar por Campo de Mayo, los tiré. La foto y el debate de Perfil: es como cuando ves a una ex novia en una fiesta y sobreactúa que la pasa bien. Vos sabés, oscuramente, que quiere volver a tus brazos.

domingo, septiembre 24, 2006

El budismo Zen es una experiencia magnífica, siempre y cuando te lleve paulatinamente al terrorismo



Para los campesinos de mi patria quiero la voz de Lenin.

Para los proletarios de mi patria quiero la luz de Lenin.

Para los perseguidos de mi patria quiero la paz de Lenin.

Para la juventud de mi patria quiero la esperanza de Lenin.

Para los asesinos de mi patria, para los carceleros de mi patria, para los escarnecedores de mi patria, quiero el odio de Lenin, quiero el puño de Lenin, quiero la pólvora de Lenin.

(Roque Dalton)

Domingo rojo. Lo primero que leo, arriba de todo de una de las P, "El 'desaparecido' del caso Etchecolatz preocupa al Gobierno, de cara a las elecciones". Viniendo de un diario que no es diario, que el hecho desnudo (dando a entender mas de lo que la misma investigación insinúa, con comillas alrededor de la palabra desaparecido) dispare directamente hacia la forma en que impacta... A ver: la banalización del mal, Fontevecchia, es invertir la noticia. No es la noticia la "desaparición" sino la especulación de su impacto político en el Gobierno. Ok, ok, sólo nos importa la forma en que las noticias debilitan a este gobierno, tá, tá, eso hace a todo el cuerpo principal, y a sus suplementos. Ok, por eso decíamos: si P quiere ser el P/12 del kirchnerato, debe morigerar su pulsión hacia un núcleo de ideas coherentes en donde quede relativamente claro desde dónde se golpea, o la tarea de "completar" la memoria (cosa en la que creo, en términos realistas) es el cuento de la gatita de Astiz; o debe en tal caso distribuir delicadamente dentro de sus órganos matices que permitan tragar mejor: Página se salva en sus peores días con la simple lectura de Cash (Radar me sirve para secar las meadas de mi gata, cuando se asquea de sus propias piedritas). Perfil -finalmente- peca del mismo pecado que la oposición: no se puede pegar por izquierda y por derecha a la vez como si eso formara parte de una inédita u original posición, ya que termina deshistorizando el relato, congelando la sustancia viva. En aquello que advertimos desde el principio que era el pecado de la izquierda republicana y liberal: "el problema de la sociedad es lo que el gobierno le hace". Mirá la foto del "debate": el periodismo es pura paritaria, y me extraña que estos tipos hayan negociado tan Mal. Hay que elegir un perfil, y reconstruirse desde ahí, no se construye un proyecto juntanto pedazos que negociaron mal. El problema de este gobierno (como todo buen gobierno) es que desnuda debilidades por los dos costados, pero eso habla de un mestizaje político, quiere decir que está del lado de la vida. Ja. Página (con todo su mercenarismo) tenía claro hacia dónde construía su relato, salvo que seas Clarín (el partido movimientista de la clase media) o La Nación (la República Perdida). Mañana hablaremos con todo el combo masticado. Por lo pronto, adelantamos, nos duele la muerte de quien podría haberle dado a la democracia una parte del relato que le falta. Alguien que, como todos los que hicieron la guerra, sufría de insomnio.

Roque: ¿guerrilla para qué clase de mundo?

viernes, septiembre 22, 2006

Yo formé parte de un ejército loco




Se metió tan adentro que termina el libro escribiendo "... hubo soldados que fueron mucho mas valiosos que otros que ni siquiera fueron soldados, pero que luego se ocuparon de reconstruir la épica de una generación desde su propio ombligo". Mas adelante dice: "... teñido de una épica degradada." No importa de quién habla, o sí, aunque ya sabemos; la disputa por salvar al soldado desconocido es lo que antecede a una gran Nube de Polvo y Olvido que deberá tapar esta historia de la que somos hijos desgarbados, desgraciados, ilegales. Larraquy ya probó con Galimberti, sí, y dedujo que se puede hacer literatura, contar una historia, procesar la esquirla mas intensa del relato democrático no para decir: vivimos en las esquirlas intensas de esa ruptura originaria, muy por el contrario, para decir: la historia es lo mas democrático que hay, por ende, nadie queda afuera, ni siquiera los anónimos. Pero la palabra anónimos, memoria, olvido, pueblo, tiene acá el adn de una historia: la de la historia política específica de los que hicieron la colimba leyendo a Cooke, a Cristo, el diario de la motocicleta, y tomaron al pie de la letra TODO ESO QUE LEÍAN. Falta el relato de la prudencia, el miedo, el hartazgo y la complicidad social a la que se vio comprometida y precipitada el resto de la comunidad organizada. Pero eso será cuando las últimas víctimas (los indiferentes) tengan la pluma y la palabra.

Tá bien. Soldado a la locura se puede perder el hilo de la historia: como dijo Bielsa, cuando todavía el billiken montonero no era luz, "es fácil hablar con el diario del lunes". El libro, despojado, se acerca al tono ideal. Fuimos Soldados elude toda impronta morbosa, aquello que es carcomido por el virus humanitario, donde la batalla de la pólvora se hace cenizas en esa ciénaga de la condición a que se reduce -en el mejor de los casos- la tortura: el pozo. Digamos: el pozo palpitante respira siempre en el fondo de los relatos setentistas, la violencia del relato tortuoso fue partera de este pedazo de democracia sobre el que respiramos, comemos, nos educamos.

Toda organización se preserva a sí misma, sólo quiere sobrevivir a los flujos coyunturales. Y el laberinto de insinuaciones que promueve a la filtración de la cúpula de la Madre Orga como motivo de que -por ejemplo- en la segunda Contraofensiva la mayoría caiga en la frontera, no es desde acá, lo que mas nos interesa... (Putaqueloparió con mis oraciones largas). Como dijo Julio Bárbaro: solamente la militarización pudo hacer que esos tipos conduzcan a esos tipos. No, esa no es una buena respuesta, aunque sí una buena idea. Lo que había que preservar era la organización (que es la que sólo vence al tiempo, al espacio, a la guerra y a la política).

Montoneros es una marca de lecturas, un sistema de guiños: por eso este gobierno es Montonero. Montoneros es una forma de intervención político-comunicacional. Montoneros es una secuencia simbólica practicada sobre el hilo suelto de la guerra peronista. Montoneros es una masonería blanca adentro del negro católico. Montoneros es la forma radical de pertenencia al peronismo de las capas medias: nació en un pliegue del manto negro peronista y quiso ser luz. Montoneros es una novela que a las 22.30 nos cautiva. Larraquy: nada es anónimo, se cruzarán dos calles en un futuro, la del nombre real con la del nombre de guerra, y la plaza de la república quedará en esa intersección (lo que vaga en la ignominia halla su forma civil...).

Toda esta sangre es oficial. Lo que dijo M en su alegato: todos los muertos son de todos, y trataba de salvar a los suyos, como intuyendo este final, o esta alborada.

jueves, septiembre 21, 2006

No estoy tranquilo, mi amor


URGENTE

Buscamos a nuestro compañero Julio López

URGENTE COMUNICADO DE PRENSA

Nuestro compañero Julio López, ex detenido-desaparecido, testigo y querellante en el juicio oral que está llevando a cabo contra el represor Miguel Osvaldo Etchecolatz, se encuentra con paradero desconocido desde esta mañana.

Julio tiene 76 años, testimonió sobre su secuestro, sucedido en octubre de 1976, llevado a cabo por una "patota" que integraban, entre otros, Etchecolatz. Estuvo detenido-desaparecido en los centros clandestinos Destacamento policial de Arana, "Pozo de Arana", y Comisaría Quinta de La Plata.

Debía presentarse esta mañana para presenciar los alegatos de las querellas contra el represor en el edificio de la Municipalidad de La Plata, y al no comparecer se descubrió su ausencia desde muy tempranas horas.

Ante esta situación, que se prolongó durante todo el día, se realizó la presentación de un Habeas Corpus, denuncias en diferentes organismos estatales y medios de comunicación, y se está llevando a cabo una ardua búsqueda en la ciudad de La Plata.

Solicitamos ayuda e información sobre su paradero.

ASOCIACIÓN DE EX DETENIDOS-DESAPARECIDOS

Ante cualquier información, rogamos se comuniquen inmediatamente a los teléfonos:
Nilda Eloy: (0221) 453-3136
Luciano Sívori: (0221) (15) 561-0248
Guadalupe Godoy: (011) (15) 5113-1589

miércoles, septiembre 20, 2006

Román

Aún no lo dijimos: pero entre la madre y el fútbol, la madre.
Entre la política y el fútbol, la política.
Entre la madre y la política, la madre.
Entre Montecristo y el fútbol, Montecristo.
Entre la política y el peronismo, el peronismo.

Me acuerdo aún: jugaba una de las finales del torneo barrial (abajo de la autopista, creo que en José María Moreno), y ella me había ido a ver, pero estaba de espaldas, en la confitería, hablando con una amiga. Hice un gol y salí de la cancha a decirle: hice un gol. Se rió, y siguió hablando, de espaldas. Román: yo elegí el fútbol, pero el fútbol no me eligió a mi.

¿Por qué se manda al frente a la SIDE? Simple: antes, servía para chusmear en qué andaban las organizaciones populares, ahora, es el gobierno el que las crea.

lunes, septiembre 18, 2006

Una sombra donde sueña Cristina

Paz y Progreso ya no se pueden leer separados. Domingo rojo, rosa, hasta el pálido de estrías del cielo del atardecer. Estoy en cama y eso produce una predisposición fanática.

Horacio, Mario: ¿cómo analizan los efectos de una nota, el misterio de sus "fuentes", el fenómeno intenso y efímero de los carpetazos, sin el mea culpa aunque sea implícito de ser los autores materiales y los cómplices en la revelación del lado oscuro? Hablan de una operación como si. Bueh, en fin. No obstante, la distinción, Horacio, entre lo estrictamente técnico y lo puramente represivo (que separaría de cualquier tipo de complicidad a la ministra Felisa, funcionaria de Martínez de Hoz y Martillo) compromete -por lo menos- el emblema mas fuerte de la Carta Bíblica. Aquello que apunta en la miseria planificada al peor de los crímenes de lesa humanidad, peor que las horas de submarino y picana que recibían los militantes populares. Yo -que recuerdo tu investigación previa al 25/05/2003 que apuntaba sobre la condición de perejil frívolo de K en los años '70, como si no hubiese sido esa la base de toda la ensalada: miles y miles de perejiles que jamás se llamaban a sí mismos así, por cierto- pienso que es al pedo meterse a mostrar las costuras de la verdadera Telam con que se corta el periodismo: SIDE. ¿Cuántos tragaron saliva al ver la tapa ese domingo? Pero dijeron: claro, el pecado era pertenecer en aquellos años, y no en los '90, cuando un núcleo duro de lo que generosamente se llamó Peronismo Revolucionario, y que era la patrulla perdida de la Vieja eMe, se anotaba para hacer un nuevo servicio a la patria, de la mano del viejo abogado combativo.

Pero es Mario quien llama a algo mas sutil, mas correcto: al sostenimiento urgente de ciertos códigos corporativos. Entre M y H hay un río que los separa: una apreciación antagónica de ese residuo energético que parece, en el relato K, funcionar como telón de fondo. Hablo de los hechos decembristas. Mario hace rato que detesta el furor anti-político organizado (eso que quedó en el aire del 19/20: Gualueguaychú/Blumberg/Cromagnon), aquello que carece del mas mínimo sustento procedimental democrático, que se produce bajo formas mediáticas, dirá, espontáneas, y que procede espasmódicamente, obturando los tiempos institucionales y políticos. ¿Qué cree en tal caso, y con un esfuerzo optimista? Que el reclamo lejos de ser la precipitación de una nueva democracia participativa, el furor cacerolero, es un genuino reclamo de mejor representación. Bien. Tácticamente, entonces, Horacio, cree lo contrario. A Mario le preocupa respetar/reforzar los códigos. A Horacio preservar dos únicas autoridades morales: la del Presidente y la de la Sociedad Civil. Estoy con Mario. Por lo menos en esta.

Perfil: por fin en el tropiezo de P/12 tomaste vuelo, subiste de la altura rapiñosa, y pusiste a Lanata a la altura justa como para que se pueda leer una de sus notas completas. Miento: ya había leído una -justamente- pedagógica y didáctica sobre la guerra... Pero la guerra pone solemne y responsable a cualquiera.

Che lo de Sergio Berensztein no es un poco... A ver: El Problema enfocado en la construcción de la infraestructura institucional. Yo soy bolchevique, o como mierda sea, tengamos algo sólido pero provisorio, hasta que le demos de comer a todos. Sólido en la forma (dentro de la democracia todo) pero no jodamos con el modo de los superpoderes mas. La institucionalidad depende radicalmente de la justicia social. No hay ninguna institucionalidad que en su inercia lleve al paraíso. Ya comimos el pan alfonsinista, y aunque lo seguimos amando, sabemos que lo mejor fue su noble mesianismo, no su ejército de ingenieros de la carrera de Ciencias Políticas. Aunque luego en el reportaje, este S. B., desliza una cierta empatía, no sé, algo así como "¿quién mierda no lo votaría a K?". Me gustó cómo detecta la operación Lavagna: algo que dije acá, es la unión de las ortodoxias partidarias. El color de sus grandes promesas en estado fósil.

Pepe: presentás un libro (que voy a comprar) pero ya está. Tampoco vas a ir mas lejos que Sarlo o Calveiro. Tampoco es que en los '70 no había enemigos. Hay algo cierto: todos en Argentina construyeron primero un ejército, y después vino la Nación, y mas tarde el Pueblo. Pero se nota que tu revisionismo tiene la cólera y la cola demasiado evidente, se te metió el diablo republicano mas adentro de lo debido: la picana no es un invento de Firmenich, y esta historia no se puede contar sólo desde la evidencia y el relato de los que "hicieron mérito en el error para merecerla" o: como si la guerrilla hubiese militarizado a los militares .

Todos llegaban cantando su cantata a la sesión, es cierto, pero alguien los sostenía de atrás.

Más allá de lo bien que me cae Bergoglio, al final, entre Gobierno e Iglesia, siempre Gobierno che.

San José era radical.
Y María Socialista.
Y tuvieron un hijto: Montecristo.

jueves, septiembre 14, 2006

Lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos

Hoy ya somos muchos mas los kirchneristas. Hubo que encontrarle la vuelta, porque al principio, claro, todo parecía una operación de absoluta impunidad de los ricos morales de la neoburguesía improductiva que desde el campo de soja popular de la clase media disparan sobre el sentido común hasta volver la palabra Pueblo un rostro desteñido de sus mejores sueños cubanos.

En fin, el kirchnerismo es mas serio, es, por suerte, una fuerte operación de poder real cuyo sustento opera entrañablemente sobre los pilares del relato del confort: tragar sin culpa, se llama.

Lo conozco al que escribe desde que éramos jóvenes, bellos e ingenuos. Nos agradaba la cantata de Casullo tanto ("Paso a paso/ los comandos de las FAR...") como hallar una nueva forma de pensar la luz de la poesía del '40 (cuyo axioma escribió años después el mejor poeta Madariaga: el grabado de un orden bárbaro) en medio del subsuelo sublevado.

Recibí también el libro de Larraquy: la entraña del monstruo. Pero tiene una perspectiva eficaz: ya se puede narrar (sin el peso de la palabra genocidio ahogando la pluma) la forma en que la política se hizo religión, la continuación de la política (esa práctica exclusiva) bajo formas religiosas, la guerra política hasta hallar en medio oriente su sustento fundamentalista. Amalgamar el aura del Chacho Peñaloza con el incienso palestino (si leés el Facundo te das cuenta que... Sarmiento adivinaba esa conjugación mística).

La guerra no es sólo un hecho policial, ni moral, ni lucha de clases, la guerra es un suceso privado. Bah, lo que dijo Mirta: toda guerra es interior. Eso.

Mientras unos administran la paz social, otros la pos-guerra: el pacto social.
Eso diferencia a una P de otra.

domingo, septiembre 10, 2006

Quiero ser luz


Editar la antología (de relatos) de la construcción del Orden Democrático.

La forma de reconstrucción del sujeto de los vencidos, la reconstrucción del reglamento político, el punto ciego del discurso de DDHH (lo universal, lo particular), la sintaxis montonera que reescribe hoy su síntesis, el mesianismo democrático radical para interrumpir el hilo de guerra peronista, en fin.

Tendría (todo tiene) su prólogo bíblico (y su concesión) en La Carta. Aunque hay "papelitos/ lujosas descripciones" de lo que debía ser el repliegue, o, la autonomización celular, digamos...

Se trata -esencialmente- de textos públicos, de eso que me gusta leer mas que todo, o de lo que conformó mi matriz (lo que leo lo leo a la luz de esos...) eso, eso.

¿Entonces? debate Tosco-Rucci, Cristianismo y Peronismo de Mujica, la cantata de Casullo, el 2 de abril de Martínez de Hoz ('76), Iglesia y Comunidad Nacional (1981), Alegato de Massera, el prólogo de Sábato, discurso de Parque Norte, la ruptura de Gelman-Galimberti con la eMe, el insomnio del guerrero, el debate Terragno-Bayer, el informe de Bittel a la CIDH (eso que Iribarne recupera en un libro que es un tesoro decisivo que DEBE ser ignorado), fragmentos de Iglesia & Dictadura de Mignogne, algunas Ficciones Políticas de Asís (su visita al Pepe y a Galtieri a la cárcel)...

A la luz de esos relámpagos que quedan en la cabeza (quemada): la leche de la poesía: nada parecido a un aparato teórico: nada mas que la obsesión. Saber, Gato, ¿qué pasó en Tablada? ¿por qué después de crear Página (el aparato de la solidificación d...) de nuevo practicar el cuerpo a tierra, servirse en bandeja?

Todo lo que fue materia de descarte de las décadas decisivas sobre las que hablamos. El amor a los compañeros en medio de la confusión: intacto.

No he venido a defenderme

"Nadie tiene que defenderse por haber ganado una guerra justa. Y la guerra contra el terrorismo fue una guerra justa. Sin embargo yo estoy aquí procesado porque ganamos esa guerra justa. Si la hubiéramos perdido no estaríamos acá --ni ustedes ni nosotros--, porque hace tiempo que los altos jueces de esta Cámara habrían sido substituídos por turbulentos tribunales del pueblo y una Argentina feroz e irreconocible hubiera substituído a la vieja Patria.

Pero aquí estamos. Porque ganamos la guerra de las armas y perdimos la guerra psicológica. Quizás por deformación profesional estábamos absortos en la lucha armada; y estábamos convencidos de que defendíamos a la Nación y estábamos convencidos y sentíamos que nuestros compatriotas no sólo nos apoyaban. Más aún, nos incitaban a vencer porque iba a ser un triunfo de todos.

Ese ensimismamiento nos impidió ver con claridad los excepcionales recursos propagandísticos del enemigo y mientras combatíamos un eficacísimo sistema de persuasión comenzó a arrojar las sombras más siniestras sobre nuestra realidad hasta transformarla, al punto de convertir en agresores a los agredidos, en victimarios a las víctimas, en verdugos a los inocentes.

Y esa guerra psicológica no ha cesado. Lleva más de diez años golpeando la sensibilidad de la gente, ayudada por un extraordinario apoyo de la prensa. Era -y es-imposible contestar esos ataques porque, en primer lugar, es muy difícil encontrar los medios dispuestos a jugarse por la verdad cuando la correntada social avanza en sentido contrario; y en segundo lugar, porque no se han tergiversado solamente las palabras se ha tergiversado la convención social que le da a cada palabra un significado aceptable para todos.

Así parecería que la democracia era el terrorismo y los que combatíamos al terrorismo éramos los auténticos terroristas.

Así hemos perdido el sentido de la palabra libertad que es un bien en sí mismo, independiente de que alguien intente arrebatárnoslo, y las usinas destinadas a la perversión de las ideas la han suplantado por la palabra "liberación", que no supone un bien intrínseco, sino un bien coyuntural sujeto que alguien nos esté oprimiendo. Se da entonces por sentado que siempre estamos oprimidos a menos que, claro, estén los liberadores manejando el poder.

Cuando el enemigo se dio cuenta de que empezaba a perder la guerra de las armas montó un espectacular movimiento de amparo, inobjetable, del sagrado tema de los derechos humanos. Yo tenía muy buenas razones informativas para saber que se trataba de una guerra psicológica totalmente desprovista de buenos sentimientos, pero si algo me hubiera faltado para convencerme, aparece una satánica discriminación en los derechos humanos. Nunca, ninguna de las entidades beneméritas ni de las personas notables que alzan su voz por los derechos humanos, ninguna dijo nunca nada sobre las víctimas del terrorismo. ¿Qué pasa con los policías, los militares, los civiles que fueron víctimas -muchas veces indiscriminadas- de la violencia subversiva ? ¿Tienen menos derechos o son menos humanos?

Esta sencilla observación que no hace falta demostrar porque ahí están los hechos, nunca fue objeto de la atención o al menos de la curiosidad de nadie únicamente terroristas de la guerrilla subversiva. y a esta altura, es una especie de valor aceptado por la sociedad que la violación de los derechos humanos estuvo únicamente a cargo de los represores y que las víctimas de esas violaciones son únicamente terroristas de la guerrilla subversiva.

El asombroso silencio que hay en torno de esta monstruosa falsificación es suficientemente indicativo del grado de parcialidad que ostentan desde los dirigentes políticos hasta aquellos que deberían ser -por su investidura- profesionales de la imparcialidad, pasando por los jefes de los grupos de presión, siempre preparados para poner en la calle diez mil o veinte mil irracionales ululantes capaces de convencer a los poderes públicos de que ellos son la historia y ellas ya han dado su veredicto.

No le reprocho al fiscal el estilo con que ha desarrollado la acusación porque después de todo, el estilo es el hombre. Le reprocho sí, sus desagradables ironías sobre nuestros héroes, como en el caso del teniente Mayol.
Alguien me dijo que era intolerable que se jugara al sarcasmo con nuestros muertos. Pero, ¿quiénes son nuestros muertos ?; ¿de quién son los muertos? Terminado el fragor de la guerra, todos los muertos son de todos, y nadie tiene derecho a hablar de ellos, sin el respeto que a cualquier hombre moral y civilizado debe inspirarle la dignidad intrínseca de la muerte, aunque más no sea, porque cada muerto es un testimonio tangible de la eternidad.

Pero si no ha habido serenidad para hablar de nuestros muertos, ¿quién sería tan candoroso de esperar un proceso objetivo para los que están vivos?: ¿quién sería tan candoroso de esperar un proceso objetivo en medio de esta presión social?; ¿quién sería tan candoroso de pensar que se está buscando la verdad, cuando mis acusadores son aquellos a quienes vencimos en la guerra de las armas?.

Aquí estamos protagonizando todos algo que es casi una travesura histórica: los vencedores son acusados por los vencidos. Y yo me pregunto: ¿En qué bando estaban mis juzgadores? ¿Quiénes son o qué fueron los que tienen hoy mi vida en sus manos?; ¿eran terroristas?; ¿estaban deseando que ganaran los represores?; ¿eran indiferentes y les daba lo mismo la victoria de unos que la de otros?.

Lo único que yo sé es que aquí hubo una guerra entre las fuerzas legales, en donde si hubo excesos fueron desbordes excepcionales, y el terrorismo subversivo en donde el exceso era la norma. Esto que acabo de decir es el punto central y tanto que la acusación no ha hecho otra cosa que tratar de demostrar que los excesos eran norma en las fuerzas legales. Naturalmente no es cierto. Cualquiera puede imaginar que nadie transforma a los oficiales y suboficiales del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada en una banda de sorprendentes asesinos que de la noche a la mañana pierden todo reflejo ético.

Pero lo que no hace falta demostrar es que en una organización terrorista, el exceso sí es la norma, simplemente porque el exceso es su razón de ser. Claro que de eso no se habla, parece un simple detalle. Pero ellos, los que ejercieron el exceso como norma, son mis acusadores, son mi simple detalle.
En la obsesión del enemigo por debilitar a las Fuerzas Armadas no ha ahorrado hasta el uso de la infamia menor, tratando de mostrar supuestos agravios y recriminaciones recíprocas entre los que ejercimos el comando de las fuerzas armadas en aquel momento.
Los distintos puntos de vista políticos que existieron, se mantuvieron siempre dentro del plano de las ideas y es simplemente ridículo pensar que eso tenía consecuencias en las relaciones institucionales como las personales.

A pesar de esas diferencias, nunca se perdió el respeto entre nosotros. No obstante comprendo que a los vencidos les interese difundir esa fábula, con la esperanza de que las fuerzas armadas de hoy se miren entre sí con suspicacia.

Dividir para reinar. Pero los que están delatando es, en definitiva, miedo, mucho miedo. Porque el enemigo sabe que las fuerzas armadas de hoy son capaces de derrotarlo como las fuerzas armadas de ayer.

No he venido a defenderme. He venido como siempre a responsabilizarme de todo lo actuado por los hombres de la Armada mientras tuve el incomparable honor de ser su comandante en jefe. También me responsabilizo por los hombres de las fuerzas de seguridad y policiales que durante mi comando actuaron subordinadas a la Armada en la guerra contra la subversión. Quiero decir, además, que me responsabilizo por los errores que pudieran haber cometido.

Pero, si el Tribunal necesita para eximir de responsabilidad a mis subordinados, a todos mis subordinados, que yo deba aceptar además que todas sus actuaciones fueron cumpliendo órdenes precisas que yo debiera haber impartido personalmente y en forma omnipresente lo acepto. Yo y sólo yo tengo derecho al banquillo de los acusados. Sentar a otros aquí sería como sentar a la Argentina en el banquillo de los acusados, porque en verdad les digo, que la Argentina libró y ganó su guerra contra la disolución nacional.

Pido a Dios que el Tribunal no cometa la equivocación de poner al país en estado de proceso, porque esa equivocación equivaldría a haber perdido también la guerra de las armas. Si necesitan acabar con nosotros, háganlo, pero no le arrebaten a la Argentina su única victoria de este siglo.

Mi serenidad de hoy, proviene de tres hechos fundamentales.

En primer lugar, me siento responsable pero no me siento culpable, sencillamente porque no soy culpable.

En segundo lugar, porque no hay odios en mi corazón. Hace tiempo que he perdonado a mis enemigos de ayer, a mis flamantes enemigos que no han podido substraerse a la compulsión que estamos viviendo.

Y en tercer lugar, porque estoy en una posición privilegiada. Mis jueces disponen de la crónica, pero yo dispongo de la historia y es allí donde se escuchará el veredicto fina.

Casi diría que afortunadamente carezco de futuro. Mi futuro es una celda. Lo fue desde que empezó este fantástico juicio y allí transcurrirá mi vida biológica, ya que la otra, la vida creadora, la vida de la inteligencia, la vida del alma, se la entregué voluntariamente a esta veleidosa y amada Nación.

Sólo de una cosa estoy seguro. De que cuando la crónica se vaya desvaneciendo, porque la historia se vaya haciendo más nítida, mis hijos y mis nietos pronunciarán con orgullo el apellido que les he dejado.

4/10/85
EDUARDO E. MASSERA
de

jueves, septiembre 07, 2006

7 de septiembre

K + 7 + septiembre: Huerque Mapu
En el ministerio de educación,
cantaban los niños la canción:
Caride, Sabino, Negro Quieto,
Dardo, Paco, Gaby,
y así, el blanco del cabildo, el blanco
de los guardapolvos,
el blanco de la nieve de los andes,
fundido en
pigna: el billiken montonero.

"Yo quiero ser llorando el hortelano..."

Todos nuestros muertos piden agua porque piden su disolución.

miércoles, septiembre 06, 2006

Ni con miles de versos harás la revolución

Carta Abierta a Horacio Verbitsky
Por Rodolfo Galimberti

Solicitada publicada en el diario Crónica el 14/08/1987

Por esas meras "coincidencias" de la diagramación de los diarios aparecen una al lado de la otra, en la edición del 31-7-87, una columna suya sobre la situación de Nelson Mandela, líder del Congreso Nacional Africano, preso en Sudáfrica; una solicitada de supuestos integrantes del Peronismo Revolucionario que se integrarían al FRAL y gran titular que pretende adjudicar a Mario Firmenich la absurda proposición de una ley de AMNISTIA bautizada “Videla-Firmenich”, cuando es público y notorio que venimos batallando políticamente en forma incansable contra la falaz e infame teoría de los dos demonios y que, además, sostenemos en documentos públicos: “Nuestra Propuesta Política de Autocrítica y Reconciliación Nacional dentro del Pacto para la Transición Democrática” (14 de junio, 1987). Buenos es recordar además que Mario Firmenich está detenido, pesando sobre él una condena a 30 años de prisión en primera instancia, que tiene un régimen de visitas restringido y que Página/12 no se toma el trabajo de consultarlo antes de publicar la “noticia”.

Esta amalgama, donde se mezcla la “carne podrida” con sus opiniones políticas, nos inspira algunas reflexiones: En el contexto de la lucha del Congreso Nacional Africano, Oliver Tambo (quien se ha entrevistado personalmente con Mario Firmenich en el marco de reuniones de No Alineados y con quien nuestra agrupación mantiene permanentes y fraternales relaciones) no niega haber pertenecido al CNA, no niega haber hecho la lucha armada sino que se enorgullece de ello y la sigue propugnando porque siguen vigentes en Sudáfrica las condiciones que la hacen necesaria. Es en este contexto de coherencia sin defecciones ni ocultamientos que se da una complementación entre la honestidad y la consecuencia de Oliver Tambo y la heroica intransigencia de Mandela, que como Ud. dice, “…nunca pidió perdón a nadie por la lucha de su pueblo ni solicitó a Dios que se apiadara de quienes lo persiguieron atormentando a sus ancianos, mujeres y niños…”.

“Mandela se negó a cualquier trato que implicara alguna forma de traición a quienes habían caído en defensa de los ideales compartidos”. Aunque sabemos que las analogías nunca son buenas, en su amalgama y el contexto de persecución penal en que nos tienen inmersos esta democracia (por la que luchamos en todos los terrenos y que el alfonsinismo bastardea a diario, bastardeo del que Ud. se beneficia y por eso apologiza) que nos obliga a esta forma “semiclandestina” de polémica. La diferencia entre la situación del CNA y la situación de los revolucionarios en la Argentina está en que la masacre ha posibilitado aquí la falsificación de la historia reciente imponiendo un estilo en la cultura política actual que condena premeditadamente a las nuevas generaciones al desconocimiento. Porque no se trata solamente de vencer sino de convencer, si no sabemos de dónde venimos, difícilmente sepamos hacia dónde vamos, más aún, si desconocemos la historia, estaremos condenados a repetirla, cosa que Ud. finge que le preocupa, por lo menos así lo indicaría el título “Reflexiones para evitar otra derrota” del extenso artículo que publica en el Nº2 de la revista “Fin de Siglo”. Pero sin evitar esto Sr. Verbitsky es necesario decir la verdad, TODA la verdad, pero Ud. que es un periodista brillante y un escritor talentoso se ha encargado de cumplir en la labor de desinformación la tarea más perversa, porque es el responsable de la exégesis parcial, esa verdadera operación de mircrocirugía destinada a colocar todo el origen de la violencia que asoló a nuestra patria, en el seno del Movimiento Peronista. Ese escamoteo de la realidad completa la labor de exterminio de la Dictadura, que es la de ocultar, mentir, confundir acerca de la verdadera naturaleza de la lucha que se libró en la Argentina en los años ’70. Así, para citar solamente algunos ehemplos, a Rodolfo Walsh se lo presenta como un intelectual desaparecido, a Héctor G. Oesterheld como un historietista, a Paco Urondo como un poeta progresista, a Sergio Leonardo Gass como un joven estudiante, consumándose de esta forma la complicidad con el Proceso en la doble desaparición de los nombrados, primero como personas físicas y luego ocultando su compromiso heroico como combatientes montoneros; como bien lo denunció el documento de la JP del año ’85: “Ni radicales ni golpistas: peronistas”; firmado entre otros por Patricia Bullrich. Usted Sr. Verbitsky. Que ha decidido terminar la guerra en un campo distinto al que pertenecía cuando la comenzó, también era activo militante montonero, Ud. se incorporó a los montoneros del Aramburazo habiendo leído que Mario Firmenich le pedía a Dios que se apiadara del alma de Aramburu, quien había sido responsable del fusilamiento del Gral. Valle y de la masacre de José León Suárez, quien había atormentado a ancianos, mujeres y niños del pueblo peronista con la política del terror desatada con el decreto 4161 y había consumado la desaparición de los restos de la abanderada de los humildes, compañera Eva Perón, hechos que todos estos en los que hay que buscar el verdadero origen de la violencia de la que fueron partícipes muchos de quienes hoy se codean con Ud. en los despachos oficiales.

Ahora no sólo se ha “olvidado” de que fue montonero, no sólo recrimina lo que antes aceptó a sabiendas, es decir, la fe religiosa de algunos miembros de su dirección, sino que además, sino que además incurre en el falseamiento deliberado y en el ocultamiento: Mario Firmenich jamás pidió perdón a nadie por la lucha que libró, esa es Sr. Verbitsky su caprichosa interpretación de la “Oración por la paz” publicada el 6-4-87 ante la llegada del Santo Padre, la cual expresa sencillamente un sentimiento religioso doblemente respetable porque es el de la mayoría de nuestro pueblo, en especial de sus sectores más humildes, y que en la que se dice: “Señor, algunos de nosotros, militantes políticos de Montoneros que en determinadas circunstancias empuñamos lealmente las armas para resistir a la opresión, no estamos exe4ntos de culpas, como miembros de la Nación Argentina nos caben las generales de la ley. Por eso, como el hijo arrepentido de tu parábola, te decimos: “Padre, pequé gravemente contra el cielo y contra ti, no merezco ser llamado hijo tuyo” (Lucas 15:21)”. Esto es independiente de la responsabilidad política.

Mario Firmenich ha asumido en todos los foros del mundo, ya sean políticos o diplomáticos, ya sea en las trincheras como en los vericuetos de la clandestinidad, ya sea en las cárceles o ante los estrados judiciales que él fue el máximo jefe de los Montoneros, que lo sigue siendo en la actualidad y que ha participado en la resistencia contra las dictaduras de Onganía y Lanusse, contra la desviación lopezrreguista y contra el Proceso. Los jefes revolucionarios, como Mandela y Firmenich no solamente tienen el coraje de enfrentar en las peores condiciones a los enemigos de sus ideales, sino que también lo tienen para autocriticarse ante su pueblo de sus error3es para intentar superarlos. Mario Firmenich jamás le pidió perdón a la oligarquía, ni a la CIA, ni al Mossad. Por algo el diario “La Nación”, de la familia Mitre, la misma que recompensó al asesino del último “Jefe Montonero” del siglo pasado, López Jordán, encabeza la campaña contra él, y por algo el general yanqui Vernon Walters, se ha lamentado públicamente de que no lo hayan asesinado.

Por otra parte, Ud. se ha “olvidado” de que la dictadura de Videla y Martínez de Hoz mantuvo como rehenes a la esposa de Mario Firmenich y a uno de sus hijos durante seis años, y no obstante ese chantaje permanente Mario Firmenich también se negó a cualquier trato que implicara alguna forma de traición a quienes habían “caído en la defensa de ideales compartidos”. Los cargos que Ud. pretende levantar contra Mario Firmenich son infames y calumniosos, máxime cuando Ud. no tiene autoridad moral para decir nada, porque no sólo no asume su propia historia, sino que tampoco tiene el coraje de hacerse ninguna autocrítica. Yo disentí públicamente con los montoneros en el año ’79 –cosa que Ud. oculta prolijamente en el artículo que en defensa de Juan Gelman publicó en “El Periodista”, ocultamiento que no le agradezco- lo hice, y asumí los riesgos, todos los riesgos, porque los revolucionarios asumimos la polémica frente a las masas sin preocuparnos por las consecuencias “legales” o el “blanqueo”, sobre esa base moral, es que podemos volver a sentarnos en torno a la misma mesa, como ha ocurrido desde Irlanda a El Salvador y desde Nicaragua a Colombia. En cambio, Ud. pertenece a la raza de los que “no se arrepienten de nada”, pero se borran de todo. Claro, si Ud. tuviera otra conducta, quizás se vería impedido de pasearse por los pasillos del Ministerio de Defensa, o posar de periodista vedette. Si Ud. tuviera la conducta de Oliver Tambo, tendría la valentía de reconocer que Mario Firmenich tiene la conducta de Mandela en el contexto de la actual situación argentina, ¿o Ud. pretende que Firmenich plantee hoy la lucha armada? En cambio Ud. ha escrito en “El Periodista” que “Videla, Massera, Galtieri, López Rega y Firmenich pagando condena, son el emblema insuperable de la Nueva Era”. ¿De qué “Nueva Era” nos habla?, ¿de la misma que Ud. critica en otros textos? (el Plan Austral, el pago de la deuda, la Obediencia Debida, etc…). Ud. propagandiza la teoría de los dos demonios de manera explícita, teoría condenada por quienes deberían ser sus maestros (los socialdemócratas europeos) en la solicitada que menciona el caso de Mario Firmenich entre otros, aparecida en el diario “Clarín” en fecha 19-12-86 en la que se destaca el concepto: “…estamos preocupados ante el intento de poner en un mismo plano la responsabilidad de aquellos que han ejercido el terrorismo de Estado y el accionar de opositores populares durante el mismo dramático período de la vida argentina”. Concepto que Ud. se cuidó prolijamente de mutilar en el reportaje que el hiciera a Didier Motchane, Secretario Nacional del PS francés (“El Periodista”, 10-12-86).

Usted que se fue de Montoneros silbando bajito, debería aprender de memoria la frase de Osvaldo Bayer en la polémica con Alvaro Abós: “A los repudios viscerales los reservo para los verdaderos enemigos de la humanidad…” (revista Crisis, noviembre 1986). Usted, sabe que puede seguir cubriéndonos de agravios, porque desde el exilio, o desde la prisión, nuestra defensa es débil, mientras que a Ud. lo defiende la policía radical. Sobre todos nuestros actos se puede opinar, porque todo lo que hemos hecho, lo hemos fechado y firmado, a diferencia de Ud. y muchos otros que pululan por los meandros de la democracia alfonsinista; durante años nos han calumniado impunemente pero les vamos a contestar con toda la verdad, veremos si Ud. y otros héroes módicos de esta nueva década infame pueden tolerarla. Ud. Sr. Verbitsky se atiene a las reglas de la juridicidad alfonsinista, de esta juridicidad que sirve para mantener presos a Firmenich y Obregón Cano, y para perseguir a Bidegain, Perdía, Vaca Narvaja y tantos otros impedidos de regresar al país, como su amigo Juan Gelman, juridicidad que condena a seis años a los presos peronistas del Austral (González, Langieri y Ortiz) y libera a sus amigos de la Coordinadora que vacían bancos y financieras, pero que no sirve para juzgarlo a Ud. y a otros como Ud.

Si Ud. repudiase a esta justicia, podría acusarnos de “delación”, pero Ud., pretendido impoluto, inspector de revoluciones –como lo calificaría Don Rodolfo Puiggrós- que escribe autocríticas en tercera persona (ver artículo citado de “Fin de siglo”); Ud., que acepta que esta justicia nos juzgue a nosotros y lo considera un símbolo de la “Nueva Era”, ¿por qué no se somete Ud. mismo al esclarecimiento de esa justicia? Nosotros en cambio no ocultamos nuestra desconfianza y crítica a esta “justicia” que, como dijo el juez J. M. Ramos Padilla, “…consagra la impunidad…es sólo para ladrones de gallinas…y les sirve a los delincuentes de guante blanco…” (“Clarín” 17-7-87).

Para finalizar, Don Horacio, como dice Martín Fierro: “…No hay mal que dure cien años…ni tiento que no se corte”, y como dijo Marx (Groucho): “…Nunca patees a un hombre caído…piensa que puede levantarse”. Hasta que la historia nos permita volver a cruzarnos por las calles de Buenos Aires.

Rodolfo GalimbertiBuenos Aires, 14 de agosto de 1987

lunes, septiembre 04, 2006

Y hoy solo te vuelvo a ver

A Estela no le gusta el simulacro de fusilamiento, no le gusta la tortura química, no le gusta la idea de venganza en que avanza Montecristo. No obstante, es en esa línea donde la novela halla su impacto medular: una forma no del todo precisa, ni realista, ni controlada, de procesar el trauma de la clase media. Recuerdo ahora una frase de Alberdi de memoria: la gloria es del que sabe vencer su instinto de destruir, no del que cede miserablemente a ese instinto animal, negrita. Es que leo P & P ya como misión del evangelio en el que fui criado: saber en dónde está la fabricación de la verdad de la historia, y estar a tiempo para. Vuelve Perfil con un adelanto de la novela del compañero Larraquy, sobre la contraofensiva. La operación: gobierno montonero cultural, revisar sus raíces, cuyo motor fue dado por una previsión de que la guerra mundial tenía ciertas bases... En fin, ¿para qué decirlo? ¿El colmo? Grondona anoche hablando de los militantes de Hezbollah al pie del escenario de la contra-marcha (de la lora). Perfil: para querer ser el Página del kirchnerato hay que pretender algo mas que vivir de la teta del Estado. Las caras de los adherentes al Fondo Monetario Fiduciario es eso: un exceso del blanco que -como apunta Asís- nos pone nerviosos. Página revuelve la olla de la operación que se viene: ¿será D'Elía la primera baja, el Barrionuevo de Kirchner, que pagará con ostracismo la sobreactuada resistencia a lo que sobreactuadamente se llama derecha? El No pasarán me lo meto en el orto, rezaban en voz baja desde el púlpito sacrificial. La respuesta es NO. Kirchner descubrió, viene descubriendo, lo que Menem al promediar su tercer año exitoso: es un buen síntoma romper con la opinión pública, lo que pasa es que Kirchner no madura aún en otra de las virtudes del síntoma: te pegan bastante mas por izquierda que por derecha. Eso a Menem le chupaba un huevo. Y Pepe: quiere que Kirchner baje del avión y mire a los ojos a las familias pobres argentinas. Parece que él lo acaba de hacer, y quedó impresionado. Habla, como todos los que no saben de qué mierda hablar ni qué mierda hacer, de los cartoneros. Y Mario de Palermo, hace malabares ya: una retórica filtrada por cierto hartazgo en el signo cultural (sin correlato real). Quiero decir: la manera de zafar el cuarto año SIN DISTRIBUCIÓN de Horacio V. fue jugarse a todo o nada a narrar los entretelones de una guerra (Gobierno vs. Iglesia/ Gobierno vs. Sociedad Rural/ Gobierno vs. Duhaldismo Residual), la de Mario (casi candidato a diputado del peronismo en el '91, epa, epa, ¿alguien se acuerda de la polémica con Lozano?) es la del narrador político: la compañía de monte hace cuerpo a tierra en las alfombras rojas, el montonerismo de Guillermo Moreno habla mas de los "efectos sociales del proceso" que del.

Basta para mi.

sábado, septiembre 02, 2006

Soneto de paz

Habrá puerto cuando...

La rebelión consiste en mirar una rosa,
de luxemburgo. Boludeces, boludeces, boludeces.

Estoy afuera, todo lo que se me ocurre.

La poesía es un panadero, no, sólo fue un chiste interno de los que nos juntamos a cenar, y a mirar cómo mira la tele el mogólico.
La poesía es un montón de frases que sobrevuelan el núcleo duro cerebral, y que no pueden penetrarlo.

No es acumulación tampoco, no.

No.
Mañana leo los diarios argentinos.
La marcha de Blumberg fue perfecta, vista desde afuera.

Entre Monzón Napalm y Roña criolla hay un camino,
para ir y volver,
para ir y volver.

... cuando no haya agua.

viernes, septiembre 01, 2006

J. B. A.

No son las campañas el origen del poder así descompuesto y desarreglado, en que consiste lo que Sarmiento llama barbarie, sino la ciudad, y la más civilizada de las ciudades argentinas.