domingo, agosto 31, 2008

Licio Gelli ya había dejado de pertenecer a la masonería porque lo habían rajado. Arma la P2, después, sí, con la metodología masónica (¿una masonería nacida del laboratorio del Vaticano?, ¿pasta base del clero?). Si leés la nota, donde pretenden demostrar la pertenencia del General Cangallo a la logia p2, y das crédito a algunas cosas, te das cuenta de que el verdadero "ideal masón" está alejado de lo de Gelli, pero no se encargan de separar los tantos. Pero es interesante el efecto periodístico "automático" que una nota sobre la masonería produce. La imantación que la referencia a la masonería produce también para una historia "conspirativista". Aquella que en su extremo imagina que la historia, todos nosotros, giramos alrededor de un centro de rituales satánicos, pactos de silencio, susurros en orejas, gestos inefables. Aunque la clave de la masonería, mas que en el secreto, se halla en la discreción, y cuando son públicos y notorios los presidentes masones del mundo y el país. Salvador Allende, para el caso, es su emblema dorado, el que "vivió y murió como un masón". ¿Una adscripción reservada a los mejores principios de la modernidad? ¿Una tradición que fija su domicilio "contemporáneo" en haber sido perseguida por Hitler, Franco y Stalin? Digámoslo en los términos de la nueva moda adjetivadora: Perón no fue de la masonería blanca.

miércoles, agosto 27, 2008

Sr. Macaluse: -Señor presidente: me piden que diga dónde voy de vacaciones, pero si lo hago, van a pensar que es una chicana, porque se trata de Mar de Cobo. (Risas.)
Estamos trabajando tarde sobre un moribundo que hay que reanimar. El Congreso debió haberse hecho cargo antes de este problema, porque no era la primera vez que los trabajadores de Aerolíneas manifestaban de todas las maneras posibles las dificultades y los delitos que se cometían en esa empresa.
Estamos trabando tarde, y por eso el problema es muy complejo. No hay muchas alternativas: debemos privilegiar tres objetivos. El primero es que la empresa siga operando y preste un servicio a los usuarios. El segundo, que los trabajadores conserven su fuente de trabajo, su salario, su antigüedad y su escalafón. El tercero, que el Estado nacional no pague aquella deuda que no contrajo.
Estos son los objetivos que deberíamos proponernos. Estamos trabajando desde hace varios días –nos habría gustado tener algunos más‑ para acordar de qué forma podríamos resolver este problema. Para ello creemos que es necesario discutir tres aspectos.
Uno está vinculado con los negociados, a fin de que no haya impunidad. Otro se refiere al papel del Congreso, a fin de tener soluciones. Luego están los condicionantes que tienen el Congreso, el Estado nacional y todos los ciudadanos, en virtud de algunos acuerdos que se han firmado con anterioridad.
Si tomamos los negociados, no podemos dejar de analizar el papel que cupo a esta compañía. El objetivo principal de esta empresa –no sólo de ella sino también del Estado español‑ ha sido convertirse en la puerta de ingreso del turismo a la Argentina de todos lo que viajen desde Europa o América del Norte. Ha intentado eliminar a un competidor y quedarse con las rutas.
Cumplida una parte de esos objetivos, e imposibilitados de conseguir el otro, se dedicaron a depredar y completar el trabajo de vaciamiento que había iniciado Iberia.
Por lo tanto, el papel del Estado español en la depredación del patrimonio de Aerolíneas Argentinas es ineludible y casi inescindible, porque fue ese Estado el que decidió que Marsans se hiciera cargo de Aerolíneas Argentinas a pesar de que uno de sus principales accionistas era Mata, que en España había sido condenado por alzamiento de bienes, figura que aquí se conoce como fraude. Como no es casual que hayan elegido a esa empresa, deberemos tenerlo en cuenta cuando el Estado español efectúe algún tipo de reclamo.
Concretado el vaciamiento, los directivos de la empresa concurrieron a este Parlamento esgrimiendo tres hechos como los causantes de los problemas de Aerolíneas Argentinas: el 11 de septiembre, el aumento del precio del petróleo y el accionar de los gremios. Es decir que para la empresa que se dedicó a vaciar el patrimonio de Aerolíneas Argentinas los responsables son Ben Laden y los trabajadores. Nosotros no podemos tomar ese comentario ni siquiera como un chiste de mal gusto. (Aplausos.)
Entonces, para que no haya impunidad, durante el debate en particular vamos a proponer que el Estado nacional se presente en los estrados judiciales para demandar a la empresa Marsans por todo lo que ha ocurrido. (Aplausos.)
Si hablamos de negociados no podemos dejar de mencionar el papel que le cupo a Ricardo Jaime. Como en los últimos años ha conducido en forma férrea el sistema de transporte de nuestro país, resulta imposible pensar que no haya contado con instrumentos ni con poder político para seguir de cerca la evolución de la empresa.
Si revisamos el sistema de transportes nos encontraremos con que el transporte de pasajeros y de carga, tanto ferroviario como automotor y aéreo, están fuertemente subsidiados, pero ninguno está integrado y no brindan un buen servicio a los usuarios argentinos.
Por lo tanto, resulta inentendible que siga en funciones un funcionario que fue demandado en una causa penal por el fiscal de investigaciones administrativas, acusándolo de administración fraudulenta en la causa de Ferrocarriles. Hablamos de un funcionario que en nombre del Estado nacional suscribió un acta clandestina con la empresa Marsans, que finalmente se cayó por imposibilidades técnicas, económicas y políticas, pero no por falta de voluntad. Luego suscribió el acta que hoy estamos considerando y que desde ya no vamos a aprobar. Es decir que se trata de un funcionario que suscribió dos actas que carecen de vigencia.
La fortaleza política de ese funcionario se encuentra cuestionada. Este es uno de los efectos no queridos del presente debate, pero no tengo dudas de que se trata de uno de los puntos más saludables, porque en nuestra opinión este funcionario no sólo debe renunciar sino que también tiene que pasar por los tribunales a fin de explicar lo que hizo y dejó de hacer en la función pública para controlar los transportes argentinos.
También debemos tener en cuenta cuál es el papel del Congreso. Mucho se ha hablado sobre el nuevo rol que debe desempeñar el Parlamento. En realidad, más que un nuevo rol lo que tiene que hacer el Poder Legislativo es recuperar las funciones que la Constitución Nacional le asigna, que poco a poco se fueron dejando de lado. Esto lo debilitó institucionalmente y enervó las posibilidades de implementar controles cruzados en el Estado.
El Poder Ejecutivo envió un proyecto que ha sido considerado por este Congreso. Durante estos años una y mil veces se ha demandado al oficialismo que rompa la disciplina férrea para que el Parlamento deje de ser una escribanía. Pues bien, el oficialismo ha contemplado el proyecto del Poder Ejecutivo y le ha introducido modificaciones, cosa que nosotros debemos reconocer. Si el oficialismo hizo lo que nosotros veníamos demandando y rompe esa disciplina férrea, nobleza obliga, uno no puede menos que acompañarlo.
Por eso no sólo hay que discutir el papel del oficialismo sino también el de la oposición. Como bien se dijo acá, la oposición debe controlar. Ustedes nos conocen, nosotros somos duros controlando, pero a la vez tenemos que ayudar a buscar soluciones a problemas que son altamente complejos y que en algunos casos se pueden resolver fácilmente en la mesa de arena, pero en el campo de batalla los tanques se empantanan. Es muy fácil resolverlos en la verborragia teórica pero muy difícil en la realidad. Y en este Congreso tenemos que resolver un problema muy complejo porque en este tema de Aerolíneas venimos de desaguisado en desaguisado.
En una empresa estratégica tenemos la responsabilidad de actuar en términos de política de Estado y juntar toda la fuerza que tenga el Estado nacional para poder discutir y negociar con otro Estado y otra empresa en las mejores condiciones. Actuar en términos de política de Estado implica buscar consensos, cuestión que nosotros hemos demandado. El oficialismo ha dado un paso y nosotros creemos que tenemos la obligación de dar otro.
Por su parte, actuar en términos de consenso significa ceder. Tal vez nosotros no hubiéramos resuelto esta situación como lo plantea en estos momentos el oficialismo. Pensábamos que había que prolongar de otra forma la transición y sentarnos a discutir de otra manera.
Sin embargo, entendemos que se han introducido modificaciones sustanciales que permiten que ésta sea una transición con fuerte control del Congreso y que sea éste, con la asesoría de la Auditoría General de la Nación, el que termine fijando el precio final de la empresa.
Para esto es necesario agregar en el dictamen dos aspectos que entendemos vitales: en primer lugar, que conste claramente que el precio con el cual va a ser tasada la empresa se considerará a julio de este año, con la empresa casi quebrada y no con el flujo futuro de caja, una vez que el Estado coloca dinero, salva la empresa, la hace funcionar como corresponde, con lo que obviamente va a valer mucho más. En segundo lugar, se debe establecer con absoluta claridad que el Estado no se va a convertir en socio bobo poniendo el dinero para salvar la empresa, invirtiendo y haciéndose cargo del pasivo para después volver a privatizarla a fin de que empresas privadas hagan usufructo de esa inversión del Estado. Tiene que constar claramente que sea cual fuese la resolución a la que se llegue en esta transición, el Estado nacional va a quedarse como mínimo con la mitad más uno de las acciones, el control de la empresa y el poder de veto. Esta es la condición sine qua non que nuestro bloque tiene para votar favorablemente en general aclarando que presentaremos observaciones durante la discusión en particular.
¿Qué puede suceder ahora que el Congreso es el que toma en sus manos esta negociación y plantea que no va a aceptar la forma de valuación que constaba en el acta, que no va a votar el acta y que quiere ver un estudio desagregado de esa deuda antes de votar si valida o no y perfecciona la compra de las acciones? Puede suceder que la empresa acepte, con lo cual estaremos en muchos mejores términos que el acta, o bien que no acepte, con lo cual caería el acta, que era uno de los objetivos que tenía tanto el oficialismo como la oposición. Entonces, negociaremos en otras condiciones, sin dejar de contemplar la posibilidad de la expropiación. Los compañeros del socialismo presentaron un buen proyecto, que se puede tener en cuenta como un plan B en caso de que la empresa no acepte. Si esto ocurre, algunos dirán que van a acudir a los tribunales internacionales. Probablemente van a ir al CIADI. Esto lo podían hacer aún cuando nosotros no aprobáramos lo que vamos a aprobar ahora, y lo pueden hacer porque hay dos leyes: una de las cuales hay que denunciar, que es el tratado de protección de inversiones, no sólo con España sino con otros cincuenta y tres países, que se nos vendieron en los 90 como la salvación del Estado para que vengan inversiones extranjeras. Mientras Brasil tiene dos tratados firmados, nosotros tenemos cincuenta y cuatro.
Ahora bien, yo pregunto adónde fueron a parar las inversiones internacionales: ¿a Brasil o a la Argentina? Eso demuestra que los tratados de protección de inversiones son innecesarios y que no tenían como objetivo traer las inversiones extranjeras sino generar una telaraña jurídica, ya que cada uno de esos acuerdos deben ser leídos como parte de un complejo rompecabezas, porque integran un todo e imposibilitan que el Estado nacional tenga una política soberana y se pueda sacar el cepo que se le puso en los 90.
Esos tratados deben ser denunciados en tiempo y forma. Hace más de dos años he presentado proyectos de ley para que esos tratados se denuncien porque actúan como una cadena no sólo sobre este gobierno sino para cualquier gobierno que intente soberanamente tomar decisiones en nuestro país con inversiones que se han hecho desde el exterior.
La otra ley que hay que declarar nula es la ley de ingreso de la Argentina al CIADI porque no tuvo el voto de los dos tercios que establece la Constitución de 1994 para este tipo de tratados internacionales. Mientras no hagamos eso seguiremos teniendo los mismos problemas, imposibilidades de resolver cuestiones económicas como ésta o más graves y continuaremos sometidos. Por eso éste es un tema vital y central, junto con la deuda externa, para sentarnos a resolver en esta nueva etapa del Congreso.
Sabemos que lo que estamos diciendo entraña riesgos. Sabemos que es un riesgo votar favorablemente este proyecto de ley habiendo funcionarios de las características de Jaime, pero creemos que si vamos a generar una política de Estado y si estamos demandando la intervención del Congreso todos tenemos que poner un poco de nosotros para que más que tratar de levantar votos de la ciudadanía por los costos políticos que tenga que pagar quien gobierna, cada uno de nosotros contribuya para que se puedan solucionar problemas no sólo de los trabajadores, algunos de los cuales están presentes, sino del conjunto de los ciudadanos y que eso no sea oneroso para el país. (Aplausos.)

domingo, agosto 24, 2008


Ciudad

Aúlla la grasa de la leche en el palo húmedo
que la revuelve en una olla no entregada a la fundición,
esas ollas o campanas no entregadas cantan mas fuerte,
cantan porque tienen una cruza de palo en su sombra,
del tronco arrancados los pelos
de una cabeza que hizo palomita sobre él
en la batalla de Curupaytí, donde alguien
quiso contar los árboles muertos. Los hombres para qué.
Era como una langosta que saltaba de tronco a tronco
caído, escribía en la tierra el nombre de cada árbol,
son los verdaderos caídos, sobre los que crecerán ciudades…

jueves, agosto 21, 2008

Me enrosco para adentro, transformándome en una especie de kung-fu de la política, y repitiéndome y repitiendo la frase, que todavía me retumbaba en los oídos, me digo a mí mismo…

Tierra y libertad

En la mitad para siembra en la superficie de 40Has.se sembró maíz, trigo, girasol y soja. Mi patrimonio está declarado desde hace 20 años no sólo en mis declaraciones de impuestos sino también en la página web de Poder Ciudadano.

1
Así no. ¿Cuál es el sentido? El que dice: andá a contarle la fortuna a la familia K, te calla. Hay algo que está como al lado de esta "acusación", que corre en ese sentido, digamos, y creo que debería saldarse: los políticos deben ganar muy bien. No está mal ganar plata. Y... en el colmo de los efectos del conflicto agrario: no está mal poseer un campo, sembrarlo, y sembrar -sobre todo- soja. Los rumores del tipo: ¿te enteraste de que X siembra soja?, es el tipo de discurso ideológico en el que anida la derrota cultural reciente. El problema intrínseco del kirchnerismo con los ganadores. No los ganadores de una disputa, a esos te enseñan desde chico, en la escuela y en el barrio, que hay que odiarlos. Los ganadores involuntarios del propio modelo. Porque hasta antes del 11 de marzo, la síntesis oficial era esta: hacemos todo para que ganen, con el esfuerzo de todos sostenemos el tipo de cambio competitivo, y al precio de ser la variable de ajuste -vía retenciones- de ese círculo ("con la plata que les sacamos sostenemos el tipo de cambio con el que ganan"). La identificación con el vencido es el problema del kirchnerismo. La idea de que los ganadores sociales pertenecen al mundo capitalista, a la década del '90, al neoliberalismo, es casi como no entender los mecanismo de cohesión popular del capitalismo. A ver: toy chamuyando pero tengo entre dientes un pálpito... A este gobierno le falta mostrarse un poco, un poquito, identificado con los sectores sociales ganadores. ¿Arriba de una cosechadora de última teconología con la bandera argentina? Ahora es tarde, y sería patético. ¿Pero se entiende un poco por dónde digo que debería ir la cosa? (Que somos perdedores, y que vamos a estar siempre mas del lado de los indios que de la 7ma. de caballería, ya se sabe.) El mensaje social de posar junto a "alguien que llegó" va directo al estímulo, al emprendimiento.

2
Hay una anécdota que conozco en estos términos y me encanta (aunque alguien podrá corregirla). Y que tiene como protagonistas a dos hombres que admiro (junto a millones): Perón y Atahualpa Yupanqui. La cosa es que después de persecutas y exilios del músico, Perón-presidente en un festival lo encuentra a Don Ata. Lo cruza -supongo- en el pasillo de los camarines. Y sabiendo Perón que el autor del Payador perseguido se sentía perseguido no exactamente por la metafísica, se acerca y, para saludarlo, le despacha esta: "pero negro, con esa cara, cómo no vas a ser peronista". Todos los sentidos posibles que encierra para mi el círculo de ese encuentro, y de esa frase, es todo lo que quisiera decir de acá hasta que me muera.

jueves, agosto 14, 2008

Había un lugar donde podría haberse planteado todo eso: el partido..., pero lo que debió haber sido el campo de desarrollo ideológico...

Evidentemente para que cada época viva su edad dorada precisa de un soporte social que provea su fe ciega. Y esa fe ciega no siempre es lo mismo. Es el aporte de "lo mejor de cada uno". Como una pareja, como una amistad, como la vida. Y esa edad dorada no dura, obvio, lo mismo que la época. Quizás la brutal simplificación sobre la década del '90 nos esquiva la posibilidad de ver que se expresan en ella los núcleos que hoy, o que hasta ayer, se desplegaron para esta edad dorada, es decir, lo que estaba en potencia. Miremos, por ejemplo, el supuesto (no va a faltar quien lo desmienta) salto tecnológico que inicia el campo en esa década. Bueno, en los años venideros es que llegó el fruto. La cosecha no es sólo económica y productiva, también es política, porque median entre las dos decisiones o momentos del sector dos proyectos políticos que se presentan antagónicos. Me gustó -sin cinismo- pensar que ésta década ha sido "una década del '90 bien hecha", o, por lo menos, mejor que aquella. Pensar lo contrario sería iluso, es decir, vivimos un momento en que la confrontación cultural que el oficialismo imprime se trata de una acumulación, pero una acumulación que permite profundizar, sí, y además, o sobre todo, reponer al Estado, cuya contracción padecen los mas humildes. Nada indica que hoy se incuba un costo social profundo, en el empecinamiento (menos fanático que el del 1 a 1, por cierto) de este 3 a 1. Y que aquella tuvo un costo social, bueno, mas allá de la evidencia empírica, está en el imaginario, en las imágenes de su propia salida, en el parto de la historia asistido por Duhalde. La salida traumática fue positiva, si golpeó el corazón salarial tuvo como efecto ampliar la base de asalariados. El país está mejor, hay mas gente que trabaja, aunque no haya mejorado del todo, o todo lo que se merece, la "calidad" del empleo. Y un síntoma relativo de esta mejoría es la rearticulación de un relato político ambicioso. Si lo mejor de una época se basa en las invisibles fibras de continuidad compaginadas con la narrativa fundacional es, hoy, quizás, porque los años '90 no fueron solamente, exclusivamente, un ahogo social alrededor de las adaptaciones a la globalización. Nunca se termina de entrar al mundo, ¿no? Cada tanto hay que volver a hacerlo, y eso tiene su costo carnicero. Muchas veces el mismo López Murphy (una figura medular en el aparato estilístico de tinta-limón, una "influencia", digamos) hacía (hace) dos cosas contradictorias: habla de una memoria "hemipléjica" (repone la biblia), y a la vez se pregunta acerca de a qué tradición política "pertenecen" esencialmente los derechos humanos, dice: si no es a la liberal. La didáctica murphyana es demoledora e impracticable, supone una historia movida por fuerzas invisibles, irreales, abstractas, de "ideas". La historia está en el musgo de las cosas. Es esa vegetación, esa transpiración que no parece desprenderse exactamente de la materialidad de las cosas, sino en el coágulo que conjuga con ellas el clima, el viento, el hábitat, el mar y las campanas. Por eso el peronismo no es solamente una máquina sobria de la representación social, sino su exceso equilibrado, el plus para que todo parezca llegar para quedarse, para que lo que le sigue a la edad dorada esté en su reverso orgánico. Digo: si Massa, si Scioli, es la forma del futuro, bueno, se trata de compensaciones, readaptaciones al oriente Pro que tributan a los años dorados de un kirchnerismo al que hoy esa amplia sonrisa de dientes blanquísimos empujaría hacia el mar. El kirchnerismo mira las nuevas olas (¿y si esta vez hay pase de mandos sin dolor?, ojalá). ¿Qué va quedando en el medio? ¿Qué cosas empiezan a resultar solidificadas? Mi abuela vive en Villa Tesei. Pondera la gestión del Remediar que llenó de pastillitas la "salita" de la esquina, una "salita" que atiende mas horas (la gente "paga" atenciones personalizadas, un médico de cabecera). Las valoraciones de lo público se han metamorfoseado. Pino Solanas cree en la Argentina latente: es decir, en la extracción del petróleo argentino, en volver a instalar YPF, Yacimientos (Yrigoyen) Petrolíferos (Perón) Fiscales (Frondizi), porque de los fósiles de esos dinosaurios, del incendio de esos bosques, del incendio de Ezeiza y su carbonización, ¿no?, nace el combustible del mañana. Yo guardo en casa una plaquita de OSN de la calle. ¿Kirchnerismo es museo participativo de la nación? Todos revolvemos y nos llevamos cositas a casa. Pero lo que está latente es la vieja lucha de amor al prójimo y de igualdad. No sabría cómo decirlo mejor.



Argentina es nuestro hogar (que vuelvan los que se fueron)

¿Ha visto usted Palermo?

martes, agosto 12, 2008

EL PO SALUDA LA VICTORIA DE EVO MORALES EN EL REFERENDUM REVOCATORIO

Saludamos la victoria de Evo Morales en el referéndum revocatorio de este domingo, así como la derrota de los prefectos derechistas en las ciudades de La Paz y Cochabamba. La derrota de la oligarquía es un claro mandato contra cualquier compromiso con los terratenientes y los "barones" del gas. El pronunciamiento político de los explotados boliviano plantea, por el contrario, la tarea pendiente de la transformación social del país bajo la dirección de la clase obrera.

recuerden

lunes, agosto 11, 2008

JF vs HG

Leerlo entero para llegar a este momento, a esa pregunta... ¿Por qué un hombre de su edad utiliza un lenguaje tan barroco: “conspiradores de tabernáculo”, “impenitentes del golpismo”, “comunicadores viscosos” que “se refocilan”, “sibilinos escribas”, “trémulo Kairos”? (Digo: si alguna de estas "piecitas" las arrancás de cuajo y las ponés en el blog de Cabildo, ¿entran?) Aunque esta "cita" también paga: Un blogero escribió que “José Pablo Feinmann es a Horacio González lo que el insípido flato es al rimbombante sorete. Miguel Ángel me dice que González le encontró la vuelta. Comparto parcialmente, aunque los dos llegan al último round y el que gana, gana por puntos. Claro, comparado al knock out técnico que se llevó a José Pablo a la casa...



yapa

sábado, agosto 09, 2008

El presente histórico


Así como la eficacia del poema Cadáveres dependía en gran medida de la repetición del verso ("Hay cadáveres"), quizás nuestro pensamiento contemporáneo (su calidad, su profundidad) dependa de poder volver constantemente sobre la dictadura, que es volver a pensar en las formas de gestación del orden del presente. En ese sentido presento este ensayo de mi amigo Estanislao quien, como Horacio Fiebelkorn o Gustavo López (también amigos), llevan un estigma generacional fuerte, el de quienes fueron demasiado chicos en los años duros, pero no tanto como para estar ajenos a sus convocatorias, y que desde la experiencia de aquella extrema "juvenilia" han elaborado un pensamiento imprescindible. ¿Cómo enseñar la dictadura? es la pregunta. Y de las respuestas posibles, cuyo adelanto lúcido entrega Estanislao, quizás podamos desprender algo crítico sobre las formas en que se lleva a cabo el relato estatal (oficial) de aquellos años hoy.


Sobre la enseñanza de la última dictadura militar en la escuela
por Estanislao Antelo (pedagogo)

En un cuento del escritor alemán Bernhard Schlink (Circuncisión) se toca el meollo de la enseñanza de las experiencias totalitarias. Una visita de escolares a un campo de concentración (Oranienburg) suscita en Andi, uno de los miembros de una pareja que sufre a causa de ciertas diferencias, la siguiente impresión: En el campo había también un grupo de escolares, unos treinta niños y niñas de doce años: gritaban, se reían y cuchicheaban tonterías. Estaban más interesados por sus compañeros que por lo que el profesor les enseñaba y les explicaba. Lo que veían sólo les servía para fanfarronear, tomarse el pelo los unos a los otros o hacer bromas. Jugaban a guardias y prisioneros, y gemían en las celdas como si los estuvieran torturando o se murieran de sed. El profesor hacía todo lo que podía, y escuchándolo se veía claramente que había preparado a fondo la visita al campo con los niños. Pero todos sus esfuerzos eran en vano.
¿Qué tenemos?

Un profesor preparado que se esfuerza en vano. Unos chicos que piensan en otra cosa. No atienden, no se interesan, se ríen, y dicen tonterías. Nada de esto es una novedad para los educadores. La vanidad de ciertos esfuerzos forma parte del patrimonio profesoral. Sin embargo, la constatación del fracaso en la producción de determinados efectos en nuestros alumnos (que excede ampliamente la temática de la enseñanza del golpe militar y que es mucho más frecuente de lo que habitualmente estamos dispuestos a reconocer) puede ayudarnos a pensar.

¿Qué herramientas utilizamos para enfrentar la indiferencia?

Unos verbos: recordar, reflexionar, no olvidar, concientizar, transmitir. ¿Qué más? Un Nunca más. Estos verbos y deseos ponen en acción el vocabulario con el que algunos piensan la cuestión de la transmisión de este tipo de experiencias en nuestro país. Probablemente muchos de nosotros seamos usuarios activos de ese tipo de vocabulario. Probablemente muchos otros hablen otra lengua. Probablemente exista entre unos y otros una disputa alrededor de la cuestión.

Pero quisiera compartir algunas dificultades alrededor de estos verbos. Una dificultad que llamaría: el problema del imperativo crítico o la ineficacia pedagógica de la obligación de ser crítico, conocer la historia reciente y defender los derechos humanos.

En primer lugar, es posible identificar en este vocabulario una relación causal entre el ejercicio sistemático de la memoria, el reparto de información, la transmisión generacional, y la producción de un tipo de ciudadano ideal: no totalitario, democrático, participativo, etc. El fracaso evidente de esta relación causal nos enfrenta a la ineficacia de pretender, mediante una orden, intencionalmente, que nuestros alumnos sean lo que nosotros deseamos que sean, y a la ineficacia de confiar en la persuasión como camino directo a la conciencia crítica, el compromiso y cuestiones del tipo.

En segundo lugar, la voluntad de hacer tomar un poco de esa conciencia crítica, presupone un ciudadano que no sabe, no es conciente o no tiene conciencia de, desinformado, desinteresado, deficitario. Esta presuposición se acompaña con la creencia y confianza en una elite ya educada y concientizada correctamente que sabe realmente lo que sucedió, y que por lo tanto tiene la llave de acceso al pasado.

Quizás los educadores ganemos en eficacia si conseguimos focalizar el esfuerzo, no en la producción de un ciudadano ideal (demócrata, informado, crítico, concientizado opuesto al desinteresado, falto de conciencia, colgado) sino en poner a disposición formas diversas e inéditas de lidiar con el pasado reciente.

Dos productos han sido puestos a rodar, también recientemente, en la cultura. Uno, publicado en 1995: Historias de la argentina deseada de Tomás Abraham. El otro, publicado diez años después, Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años 70, de Pilar Calveiro. Allí, más que hombres ideales o aspiraciones desmesuradas de buenas conciencias, producto de formas críticas de educación, lo que uno encuentra es la descripción de prácticas cotidianas rara vez estudiadas en su determinación.

El valor que tiene el secuestro de un banco en un subterráneo o las risas cómplices y consentidas que proliferan en las reuniones en la que se recuerda los excesos de “la colimba” (la versión del “baile” –que no era otra cosa que una forma de tortura- que Calveiro proporciona, merecería ser puesta a disposición de los jóvenes estudiantes escolarizados), si bien es cierto que no son un camino directo al compromiso, muestran la ambigüedad de los vocabularios que creemos para siempre correctos, y más aún, muestran cómo ciertos comportamientos y complicidades aberrantes, continúan trabajando día a día.

Quiero decir que quizás podamos sortear la trampa del imperativo crítico si nos aferramos al único imperativo realmente existente en el trabajo pedagógico: enseñar. Al fin y al cabo enseñar es un verbo. Ese verbo supone un trabajo y una tarea. Esa tarea consiste en poner metódicamente cosas a disposición. Versiones de las cosas y de los hombres. Es necesario insistir con lo siguiente: no somos amos de los efectos de lo que enseñamos.

El recuerdo, la conciencia y la información acerca de lo sucedido, el valor de la democracia y otros estados deseados vendrán, tal vez, por añadidura. Y nosotros, como corresponde, habremos intervenido en la disputa.

viernes, agosto 08, 2008


Oigo cantar a América

Oigo cantar a América, oigo la variedad de sus cantos.
El de los mecánicos, cada uno cantando como debe ser, festivo y potente;
el del carpintero, cantando mientras mide la tabla o la viga;
el del albañil, cantando cuando se prepara para el trabajo o cuando sale del trabajo;
el del lanchero, cantando lo que corresponde a él y a su lancha

y el del estibador que canta en la cubierta del barco;
el del zapatero, cantando cuando se sienta en su banco,
y el del sombrerero, que canta de pie.
Y el canto del leñador, y el del niño labriego
en su ruta por la mañana, durante el receso del mediodía al caer el sol;
el exquisito canto de la madre, o el de la joven esposa mientras trabaja,
o el de la muchacha que cose o lava.
Cada quien canta lo que corresponde a él o a ella y a su nadie más.
Durante el día, lo que pertenece al día -en la noche,
en la fiesta de jóvenes camaradas, robusta, amistosamente
cantan con las bocas abiertas sus potentes canciones melodiosas.


(Walt Whitman)

Hablar de política

Es algo serio. Hay ahora en la micro-escena el perfume del desodorante de ambiente con olor a un-fin-de-los-tiempos, la política es un museo participativo de la memoria o la subversión, hay un desdén sobre la pirotecnia y el ludo de los que creen… La política como una distorsión en la expresión de los verdaderos intereses materiales. “La Carta”, que no puede decodificarn este presente, ahora, aparece como un museo de la lengua. (Yo a la Carta, especialmente, la enviaría a repensar los años 90. A repensar lo que pensaron en esos años sobre democracia, mayorías, instituciones.) Siempre el progresismo entrañó sus dosis de “racismo” (ya sé, ya sé, es un "exceso" de la lengua, pero digo racismo como síntesis bruta de la creencia en una primacía, ¿no?), y ahora su catecismo con los Derechos Humanos (la Argentina hace lo que ningún país del mundo), ¿es la actualización del viejo catecismo montonero? Y sí, mami, es la continuidad de la guerra por estos medios. Montoneros: generación ilustrada del entrismo. La política, de eso quiero hablar, es un lugar de excesos, es un lugar para quedar mal. Es un lugar de exceso ¿de la fe? Digamos que hay un esoterismo metido adentro de toda política, incluso, en aquella que se luce por modernizarse, esa que en su mambo iguala modernidad y futuro como antípoda del pasado, esa a la que el hijo Alejandro ama, en sus cursos interesantísimos de country. Acá hablan de futuro, es ridículo y nadie lo dice, futuro como negación del pasado. ¿Qué es el Pro? Un proyecto peronista, hermano. Y todas las usinas que están craneando las formas futuras de representación, lo son. ¿Se entiende? Pero lo risueño, la risita flota sobre la fiesta de la lengua y el disparate retórico al que –dicen- asistimos en estos días. Es el sueño del museo de ciencias naturales: los dinosaurios revivieron. Porque en el fondo, toda política oficial debería ser un “festín” para la cultura. De alguna manera, ¿no?, como en los años 90. Ése es un reclamo sobre un derecho vulnerado, también. Veamos. Pero todos se equivocan. Releo los días recientes. El trato con “ternura” que tiene Capusotto sobre los significantes políticos “viejos” es lo que le hace escribir a González su plegaria a ese divino candor, “candorosos fantoches que llaman a la indulgencia y a la conmiseración reflexiva”, y lo contrapone a De Ángeli, a quien en notas anteriores le toma tan en serio su “humor”, su veta payasesca, que lo iguala con Capusotto para denigrarlo. ¿No se entiende que Don Alfredo cumple: no tiene conciencia histórica de la lengua, simplemente es real, defiende intereses? Ésa, y no otra, también es operación de vaciamiento histórico, De Ángeli = Capusotto. De Ángeli hace política y Capusotto no. ¿Ves? Todo es circular. Cada quien escupe para arriba. Vivir en la posteridad de la historia, ¿no? A veces se me vuelve insoportable pensar que, por ejemplo, Isabel Perón está viva. ¿En qué mundo vive Chabela? Sí, en el mismo que nosotros. On line. O la imagen estropieti de Bussi. El museo de la historia es una sala de juicio oral. ¿Iba a ser la Coordinadora la orga de eso? No, tuvo que ser la Orga. En eso está, ¿estaba?, la influencia del peronismo kirchnerista. Pero los efectos sociales de la lectura jurídica de los años duros son una negación tremenda de su continuidad. Alguna vez dijimos: la automática articulación entre la justicia como reparación a las víctimas, cuando se reconoce a un ser humano violado en lo humano, en lo universal que tiene, con la reivindicación de su causa política, particular, concreta e histórica, está... mal. Esa linealidad es lo que no sutura. Es el flujo que produce a Pando, en alguna medida. Alfonsín no importa si inventó, le dio soporte, o ingenió la “teoría de los dos demonios”. Importa que esa “teoría”, ese relato, no sólo sintonizaba mejor con la estructura del momento, sino que perfilaba de manera sólida desde dónde el Estado hacía pie, tomaba las riendas, distribuía la justicia. Y quizás aún es así. Hay un elemento hasta pragmático en esa teoría. Y además los radicales lo podían decir porque ellos estaban, están, “afuera de la historia”. Los peronistas no hablan de demonios, hablan de los que mataron a Rucci, de los que echó Perón de la plaza, en tal caso. Pero, ¿ves?, todos tenemos el monstruo adentro. El sacerdocio de la poesía, el de muchos, fue velar por el significado. No era el juego del significante, era el juego del significado.

jueves, agosto 07, 2008

América para los americanos

Arco Iris.

¿Hilo invisible?

Una buena edición de la imagen de la juventud cruceña de Bolivia golpeando a un hombre que, por portación de "campera azul", se sospecha de militante del MAS, junto a los jóvenes chaqueños ricos en 4x4 divirtiéndose azotando a algún laburante que anda en bicicleta y la amenaza enfurecida de Pando a un secretario de Estado después de que condenan a quien, entre otras cosas, presidió la Sociedad Rural de Corrientes hasta 2003 (claro que se lo juzga penalmente por otras cosas), podría decir algo sobre ciertos sentimientos que circulan por esta parte del continente, sobre todo en jóvenes de las clases ricas... No quiero ser lineal, aún insistiendo que las tres imágenes en algo se rozan. En fin.

lunes, agosto 04, 2008

Fuerza centrípeta y centrífuga.

Los ganadores potenciales son siempre quienes tienen visión de largo plazo, y soportan estoicamente, incluso, pequeñas derrotas tácticas. Los ganadores de largo plazo no cosechan la intensidad de la efímera euforia, y sí, desde algún lugar, incuban su rasgo esencial: van a garantizar el orden. No es preciso saber qué campo ocupan. En el PJ están esos. En el PJ mas pro K, y en el que hizo un giro díscolo, en esos dos que se llamarían “peronismo sensato”. El corredor andino de Das Neves, Jaque, Gioja (fieles, algunos mas que otros, pero fieles a la hora del voto parlamentario) y los hombres mas duros (Busti, Reutemann, De la Sota, Schiaretti) forman esta constelación, no hay que ser muy pillo. Pero ellos son los ganadores del conflicto, los ganadores políticos, los que a un lado y otro le dieron viabilidad institucional. Del último post de María destaco el espíritu de: todo bien, pero la superación del kirchnerismo (hipótesis de asado hasta la madrugada) vendrá del mismo lugar en el que actúa el dispositivo de su soporte, en mayor o menor medida. Del peronismo. Y el peronismo es el PJ, y no hay una valoración positiva en lo que digo, ni una jactancia realista. Así lo dejó claro Kirchner cuando fue su normalización, en los remotos meses en que acordó eso con Lavagna, hace ya un siglo. Y dijimos acá que esa jugada, además de tener todos los condimentos “maquiavélicos” destacados por medio mundo, no hacía más que comprometer la capacidad de liderazgo de Kirchner. La ecuación es: ok, pejota, pero tenés que ser un líder de acá a veinte años. (Kirchner, para el neo-progresismo pragmático al que accedimos, es el líder político mas importante, pero que no-nos-deje-solos en el bosque justicialista.) Creo que hoy hay en el oficialismo dos bloques, cuya cadencia rítmica es acoplada y articulada, pero que son dos. Uno, es el pejotismo (ex duhaldismo, ex menemismo, mañana ex kirchnerismo) que acompaña fielmente, con responsabilidad institucional, que cree que sólo la organización vence al tiempo, y que se moderniza porque nació para eso: para reinventar en cada tiempo y lugar la representación política suficiente. Dos, un núcleo duro, de paladar negro kirchnerista, ultra, Rudy, con poder, que tiende a achicarse, a concentrarse en sí mismo. Mi hipótesis es la de un gobierno cada vez menos kirchnerista, gradualmente, y cada vez mas peronista. El peronismo debe estar mirando, no sin recelo, la orgánica que su normalización dejó, porque, claro, se trataba y se trata de "correlaciones de fuerzas". El peronismo es lo que bulle políticamente después del conflicto, no la intemperie que rodea a esa ciudad. Vuelvo al post de María: tenía en el fondo el réquiem para el sueño republicano, una vez mas. Y esta no es una celebración ideológicamente anti-republicana, por el contrario, es el pensamiento práctico que no identifica a la república en los republicanos. Aunque hoy haya una figura política que –como el conejito de la galera- el fin del conflicto reveló. Cobos. ¿Qué hará Cobos? Si hubiese renunciado, y se hubiese embriagado en el triunfalismo efímero, se negaba la carta política única y poderosa con que cuenta su futuro: esa renuncia. No renunciar le permite además colar permanentemente el perfil contrastante que –sobre todo- a Cristina lastima: el de la responsabilidad institucional. Con toda el aura radical que eso tiene, y que a la sociedad, a lo mejor, le da nostalgia. Cobos es un político molesto porque dice la verdad insoportable que cada tanto alguien en política dice -cuando dice: yo quiero concertación y pluralidad, o sea, gente-que-piensa-distinto. Repone una relación entre las palabras y sus significados inmediatos que en política molesta. Es mas, es una anti-política. El kirchnerismo agonizó en esta batalla por intentar mostrar, aunque sea un poco, la punta de un sujeto popular, cuya expresión juzgó derrotada. Pero entendamos algo: vivimos en la posguerra, convivimos aún con los juicios y castigos, mi tesis romántica es que la Argentina requiere de mas años para subir de nuevo sus colimbas al tren de la guerra social. Estos años de prosperidad económica no permitieron esa acumulación tampoco. No alcanzó. La película cierra con la escena de “dos locos en el poder, dueños de un relato de las cosas, llenos de ideología”, que Carrió intentó, en uno de sus deslices éticos mas perversos, igualar con La Caída. Se perdió, y se perdieron dos cosas: se perdió la “batalla cultural”, y después (y gracias a dios, hoy, para no profundizar aún mas la otra derrota) se perdió la batalla política. No falló la calidad intelectual de los emisores del mensaje, la “falta de cuadros”, la comunicación, no, o no creo, o sí: pero todo eso merece capítulos aparte. La “profundización institucional del cambio”, slogan de campaña, o idea fuerza, parecía percibir (y bien) que la sociedad a partir de la mejora social y económica que tuvo, precisaba de instrumentos y adaptaciones institucionales que iban a darle vigor y estabilidad, digamos, a la recomposición del país operada por el gobierno k. Pero una sociedad cuando mejora se vuelve mas compleja, es decir, supera de alguna manera las apariencias binarias, que la Argentina siempre tuvo a mano. Y la contradicción provino del mismo gobierno que: o dijo una cosa en la campaña y después la coyuntura lo obligó al combate, o dijo algo que todos entendimos mal. Porque hasta los rasgos y las características de la presidenta permitían pensar que estaba mejor dotada para una “microfísica” del kirchnerismo, y no para la intemperie del campo de batalla. Y ya a Néstor le había tocado la hora del machete. Y no estoy hablando de si el gobierno dijo o no dijo algo sobre retenciones, estoy hablando quizás del aspecto general. Pero muchos piensan, mientras otros hacen. Estoy seguro de que muchísimas decisiones no se tomaron una vez, se tomaron y se toman en el tiempo, en el mismo proceso de los hechos, y se erró (quién soy para decirlo) de buena fe.

Oración militante:

que la lucha por la distribución del ingreso tenga
en sus próximos capítulos,
una propuesta y un instrumento
mas concreto y accesible,
mas directo a la víscera sensible.


Frontera para Gerónimo.