miércoles, enero 27, 2010

Haití

Aparta de mí este Cádiz. El horror de Haití: los diez años de inversión que permiten reconstruir la infraestructura del país se parecerán más a “los diez años en que Haití se desarrolla por primera vez”. Haití no recibió racimos de bombas sino un simple bombazo natural que dejó el país como lo dejan las guerras del imperio, y que ahora hace deseable la ocupación militar del único ejército del mundo. Y ese atajo, esa tragedia sin culpables, acelera y da sentido a la forma diletante de las guerras invisibles del resto de América Pobre. Porque cuando se recorren asentamientos, casillas levantadas junto a las vías, la orilla de un Riachuelo, cuando se recorre el centro comunitario de Villa Argentina, aún en la calma chicha hay un resto de clima de campaña en el que preguntarse cuándo fue o será la guerra de la que dan cuenta esos restos, cuándo cayeron las bombas en todo el resto continental que no es Haití. Haití: la pesadilla de los padres adoptantes. La exportación de niñez pobre sufrió el golpe de la Madre Naturaleza. Madre Naturaleza hizo polvo esos expedientes, si no los niños mismos, los niños mismos de una burocracia que se aceleraba y que iba a unir puntas de un mismo lazo: el deseo de ser padre y el deseo de ser hijo. Y esto es la Argentina: el país donde las vacas son sagradas y donde prima la lírica de la sangre. En la foto hay una madre y un padre abrazados llorando esta nueva decepción de la Madre Naturaleza en ellos. Haití seguía el mismo ritmo de guerra lenta, de guerra que no se termina de declarar que hay en este continente, y de golpe los dados de Dios dieron su número: a la hora en que toda su infraestructura empezaba a derrumbarse, a la hora en que la Naturaleza enciende su propio “parque industrial militar” y puede hacer polvo lo que quiere, a esa hora Haití empezó a existir en el mundo como ex país, como la caída de lo que no había sido y ahora puede ser. Ex Haití y su mitología dispersa podría decir lo que cualquier Eduardo Galeano (en su lírica del afano) puede decir: que paga el precio de haberse liberado demasiado pronto. Hoy la foto es la foto de los padres argentinos abrazados y su Gran Hueco de la Promesa Haitiana: el sobrante de niños pobres que permiten cerrar círculos familiares, ocupar nidos vacíos. Ahora Haití es un país que pide que lo adopten. Haití pide upa después del Chirlo Mundial de la Madre Naturaleza. Lo peor ocurre y la tierra no para. A la hora en que un país se cae sobre sí mismo un matarife y un guardavidas pueden empezar su día soleado, dos se levantan y cogen como locos, a esa hora un chapista levanta la persiana de su taller o alguien pone el agua para hacerse unos mates y el agua sale de la canilla igualita que siempre, y la pava silba igualita que siempre, y quizás todos esos hombres son padres de una lista de espera, o la maestra que riega unos jazmines que puso en la ventana de su departamentito justo a la hora en que la Tierra decidió un pequeño holocausto… y si en ese momento cierra los ojos no puede ser capaz de imaginar lo que cae alrededor de ese bebé soñado, de ese niño soñado, de esa criatura que en una larga fila haitiana espera subir a un avión de línea que lo aleje para siempre de ese baño María… No podría imaginar los kilos y kilos de Concreto que caen encima de ese bebé soñado y que la Madre Naturaleza nuevamente aleja, como se aleja alguien que es llevado por el mar mar adentro. El mundo tiene un as bajo la manga: Naturaleza doblemente hija de puta. Puta Madre Natura que aparta de esos padres a un niño hermoso, hermoso y pobre. El mundo tiene un as bajo la manga: la Madre Naturaleza tiene al mundo en su puño. El mundo tiene un as para no ser mundo. Y el vecino que oye el llanto de la pareja del departamentito de al lado, entre todas las hipótesss posibles que baraja sobre su causa, la más inimaginable es la verdadera: que a miles de kilómetros de Haití ese matrimonio argentino llora Haití. Un nido vacío esperaba la Cigüeña Mundial. La fantasía de que a mil kilómetros se raspan dos piedras y el fuego se encienda acá: Madre Negra pare Madre Blanca llora.

No hay comentarios.: