lunes, enero 12, 2009

Enero, enero... La fiebre de verano porteño.


¿No hay vacaciones políticas? ¿No hay mas vacaciones políticas en enero? ¿Ni siquiera en enero? Lilita ya dijo que ella se queda en Buenos Aires... A ver, miremos TN: ¿cuántos programas políticos tiene? Código político, A dos voces, Desde el llano (mi favorito), Otro tema, Palabras mas, ¿alguno mas? ¿Argentina para armar? Si bien tendría que estar en Utilísima... sí, es una sobremesa política del fin de semana en el country, picando el asado frío, a la que se quedaron los sensibles. Pero... ¿todos los programas siguen? ¿No se corta un poquito en el verano? ¿No hay receso?
No... hay ansiedad. Porque algunos tristes, y muchos felices (se palpita en los diarios), están viendo cómo empieza el año que promete ser el principio en las urnas del fin del kirchnerato. Es decir, del ciclo que comienza el 25 de mayo de 2003 con la mejor presidencia de la democracia. Enero es el mes crítico, al rojo vivo, desde el 2001 por lo menos. O desde antes, desde aquellos cortes de luz en el final menemista (creo que fueron ahí). Los que no se pueden rajar pueden ir a la asamblea de su barrio si tienen suerte y toca un verano caliente, destituyente. Yo, por lo pronto, mientras me quedo con Lilita en Buenos Aires, y me doy una panzada de programas políticos que no cesan, confieso que si fuese asesor de un político de primera le diría una sola cosa: que nunca confío en los políticos que cuando termina el bloque y van a la pausa, y la cámara se va a alejando, y entre anuncios dispersos previos al corte persiste la imagen del periodista y el invitado... digo: no confío del político que se queda mudo, quieto, esperando que le avisen para pararse. No. Creo en el tipo que sigue hablando, y gesticulando, enojado... Como si ahí reafirmara que lo que dice es lo que piensa, y como si fuese capaz de decirle a Nelson, a Joaquín, a quien sea, que lo que dice es verdad, que es así, y que lo dice en privado, en público, en donde sea.
Otro tema: ya que la onda mundial (y fuimos visionarios) viene por el lado de discutir diversas desregulaciones, estoy pensando en que se debe regular, legislar, alrededor de esa tendencia a que todo político tiene derecho a crear su propio cuchitril, quiero decir: su encuentro progresista, su unión federal, su frejuli, su frecilina reciclada, o lo que sea... Habría que delimitar cuántos partidos tiene en total la Argentina, y, quizás compulsivamente, crear las condiciones para que cada político se afilie a uno. La política es interna. ¿Cuáles son las condiciones para que exista un partido? Que lo discuta el parlamento. Para eso existen los poderes. Para quitarle el derecho a la gente a pensar el orden.
Enero, enero... me enferma.

7 comentarios:

Martín dijo...

No, ni a palos.

¿Vos?

Martín dijo...

¿Pero te hiciste kirchnerista?

Martín dijo...

O sea que tus expectativas superadoras y republicanas... Ok. Pero espero un argumento mejor a tu lento arribo al posibilismo, que este ingenioso ademán.

Martín dijo...

Salida por izquierda. Es loco ese término, "salida". Término que al menemismo le cabía mas. Pero tengo mis dudas que del kirchnerismo "haya que salir". Es un gobierno transicional, que construyó condiciones mejores para un gobierno de izquierda. No está todo dicho, veremos cuánto cuerpo toma lo de Reutemann. Ahora mi duda es: ¿de dónde sale esa izquierda? ¿Qué tipo de izquierda? ¿Quiénes puntualmente? Si me vas a hablar de Pino Solanas...

Martín dijo...

Y... Kirchner está a la izquierda de la sociedad.

Martín dijo...

Voluntad de acceder es entrada. Es al revés. De la convertibilidad se sale, de la híperinflación se sale. De esto no se sale. Se avanza, se desvía, pero tiene carriles mas seguros. Y no incuba una tormenta. Pero bueno, vos hablás de la salida. Y de una salida por izquierda. Lo cual hace al concepto mas complejo: porque... salir por izquierda de un proceso como el kirchnerista supone jugar dentro de él. Para salir de algo, hay que estar adentro. Y para salir de algo y, además, llevarse el poder, no sólo hay que estar adentro sino que hay que estar con poder adentro. Y ninguno de los que nombrás es algo mas que uno de esos crecimientos políticos periféricos y, sobre todo, atomizados de la estructura de poder actual. No. No tengo fe de que eso sea ni una salida, ni una alternativa de poder. Nunca. Ni en el 2011 ni en el 15. Y sí, todo indica que el péndulo buscará formas mas de centro, o de centro-derecha, pero te diría que tu temor a un Scioli se debe fundar en un conjunto de valoraciones sobre el kirchnerismo que, para quienes te leímos en estos años, son inéditas. Aunque no estén explícitas, se nota en el tono que vas a llegar a una conclusión: justo cuando muchos creen que el kirchnerismo se acaba, te das cuenta de que no era tan malo. No estés tan seguro de que esto se termine. Pero mirá que fuiste terco, necio, che.

Martín dijo...

Tampoco hablé en términos tan contudentes, dije que "tan malo" o cosas así. Lo que te digo concretamente es que quienes vos creés que construirán una salida por izquierda, cuanto mucho, tuvieron poder de fuego para erosionar el poder de un gobierno y, de esa manera, involuntaria o no, ayudar a construir su salida por derecha. CTA, el ala dura, Pino, etc., tienen que rendir cuentas sobre eso. O, directamente, empezar a sincerarse y abandonar el tono extorsivo y presentarse a elecciones y medir qué tan populares son. Porque las legitimidades fundadas en "resistencias" no permiten salir del aspecto simbólico de una legitimidad que debe pasar por la rutina de las urnas para medir -en parte- su actualidad. ¿Por qué todos esos que están a la izquierda no se juntan? ¿Quizás porque no tienen proyectos tan comunes? Por eso prefiero a Carrió, que es una bestia política tremenda, pero a la que nadie le puede negar su tenacidad electoral. Y no porque esté sedienta de poder, no, porque es sincera, porque dice que quiere gobernar y actúa y no especula sobre la base de creer que ejerce una representación simbólica que, para mi, termina siendo una extorsión política.