miércoles, octubre 01, 2008

Todo el bloque, limón.

Este es mi defecto: no odio a los políticos. No los odio. No odio a ningún político. ¿A Cobos? No lo odio. Hoy, esta mañana, crucé caminando por Lima a Facundo Suárez Lastra, ¿lo recuerdan? Facundito, el eterno jotaerre, el que fue intendente, cuando vivíamos en el paraíso en el que el presidente nombraba al jefe de nuestro distrito federal. No lo odio. ¿A López Murphy? No lo odio, al contrario. Veo en él la intención de un estilo, una especie de oración balbinista un poco menos ahuecada que la del viejo. Es complicada la conciencia de esos tipos. Su “responsabilidad”, digamos, en –como decía Walsh- la “miseria planificada”, es incomprensible para quien no es capaz de hacerse una idea de todo el sistema de mediaciones que implica la acción, la práctica. Nunca un político ve de frente las consecuencias. Ni acá, ni en ningún lugar del mundo. Como toda práctica está gobernada por su microclima. Menem no carga con los muertos de su gobierno. No los carga, no los tiene encima. Aunque los hubo, y son dolor de esos años. Y debe desconfiar de quien se los tira encima. Es el punto de quien tiene “razones de estado”. Yo no los odio. ¿Alguna vez visitaste en la ciudad de San Juan el local del partido Bloquista? Fotos y fotos de todos, es el museo de la memoria, visitalo, te atienden bien, te hablan de Rusia, ellos, los bloquistas, dueños de una verdadera política de estado. Alfonsín, Menem, De la Rúa… ¿Qué es el odio? Pegarle a alguien hasta el final. Tengo un compañero que estuvo entre los ¿veinte? que sacudieron a Escalera. ¿Lo recuerdan? Pegarle a alguien hasta el final. Eso. Y no odio a quienes odian. Pero uno tiene, yo por lo menos, culturalmente reservado ese lugar para los militares responsables de torturas. Torturadores sí. Mi hermano, quien perdió el padre en aquellos años, no odia. Yo tampoco odio. Ese odio tipo: lo veo a De la Rúa por la calle, bajo la ventanilla y lo puteo, me bajo del auto, lo empujo, cae al piso, lo pateo. No. No lo odio. Y estuve el 19 y 20, como todos, loco como un ahorrista. La democracia se comió ahorros simbólicos. Pero pagó, puso la caja al dolor. Qué duda cabe. Tocó la caja, la caja, como un buen bagualero, el estado pagó. Al dolor directo, pagó. Y me acuerdo que el mediodía del 20, en la plaza, al pobre Moisés Ickonicoff, lo sacaron a empujones, lo servían de atrás, le daban, y me puse entre alguno mas a defenderlo como se podía en ese momento: sin alharaca, pero lo sacamos de la hoguera. Y eso sí que era una hoguera. Pero no lo odio. Eso le falta a Pino: ternura. Ternura por esos tipos que están ahí, que le ponen el día y la noche a la cosa. Hay una cosa de varones. ¿Se entiende? Eso se ve en los cumpleaños de Cafiero, se ve en el homenaje que le hicieron a Alfonsín en la legislatura bonaerense. Kunkel, el mas montonero de todos, estuvo ahí. Se hizo presente. Mi viejo fue un político. Se levantaba a las 6, 7, y hasta las 12, 1 no paraba. Eso es por lo que yo nunca seré político. No por una cuestión moral o ideológica. Es una cuestión de tiempo. Un político no es Blogger, poeta, etc., no, se la juega todo el día, y tiene tan claramente identificados sus objetivos. Por eso no los odio. Argentina es un país jodido. Todos los que me discuten mi propuesta de que vuelva la colimba, no dicen, no reivindican en eso, que fue Menem quien la sacó. ¿Te pensás que Menem no sobrevivía a la muerte de Carrasco? Te equivocás. Y sin embargo no odiarlos es mi defecto: me lleva a una lectura tan intimista de la cosa, ¿no?, tan sentimental. Como si todo quedara encerrado en el drama de estos tipos. Pero es que sí hay un drama ahí. Y hay algunos pactos de silencio y sangre, que no pueden ser violentados. Carrió tiene un relato destructivo. Imaginate que ganaba la ciudad, ponele, que era jefa de gobierno. Suponete: ¿adónde te lleva cierto lenguaje? Si decís que esta es la matriz mafiosa de no sé qué… Ese fue mi miedo en algún momento con Kirchner. No sea cosa que después, de golpe, ¿no?, como tenés que gobernar, y tenés que acordar, de repente, te das cuenta que tenés que saludar a alguien por su nombre, y darle un beso, y sentarte a hablar. Los otros días releí un documento de Walsh a la conducción. Es monumental. Y dice una cosa maravillosa: nos quedamos hablando con el ERP, cuando ellos (los militares) hablan con todo el mundo. Eso. Podés parar las armas, una y mil veces, pero la lengua nunca. El diálogo montonero-Massera, ¿no?, qué intríngulis, pero hay una cosa: en los términos de la época es totalmente lógico. Y te digo que está bien. Que reivindico desde la paz de mi hogar ese diálogo. Y todos los diálogos. Hoy, justamente, en un día histórico. La república encontrada.

17 comentarios:

Unknown dijo...

Bien, hermano, bien

Alea dijo...

martín esto es tuyo o está citado?

Anónimo dijo...

hermano, dos líneas donde está TODO lo que hablamos durante estos años, dos ideas que afortunadamente son las que marcaron la cancha: "hay una cosa de varones", "hay algunos pactos de silencio y sangre, que no pueden ser violentados".

Anónimo dijo...

buenisimo.

y es que hay veces en que solo se ve como un club de amigos, cerrado sin espacio para lo diferente, ese circulo como un micromundo que atrofia, que condena, pero que a además se toma sus tiempos para establecer un orden.

esto lo asocio con un posteo anterior que daba cuenta de la necesidad de "comer más asados".

espero haber interpretado bien tus palabras, .

gracias.

Anónimo dijo...

muy bueno. Creo que me senti identificado.

emiliano

Bruja dijo...

en tres o cuatro trazos dibujaste todo el mapa. tan cierto lo de los pactos que no pueden ser violentados, los códigos, el tipo con sus cosas detras de la figura pública...
un capo, martin. me gusta lo que dice tu blog. me gustó lo de rucci tambien pero no puedo opinar porque tengo, en mi casa, con los ravioles del domingo enfrentadas a dos generaciones de peronistas que todavia hoy discuten con bronca estas cosas y me parece un tema sobre el que creo que no es prudente ni oportuno volver (todavia no) en estos tiempos.
Saludos

Mario Arteca dijo...

Aver si entendí: por el año 1982, abril, mayo, plena guerra de Malvinas, en la Facultad de Humanidades de La Plata. Recuerdo llevar un gabinete gigantesco de chapa junto a Fernando Coradazzi (hoy prensa de Aníbal Fernández) hasta el segundo piso de la entonces novísima facultad. Estábamos armando el Centro de Estudiantes. Él, radical, yo, peronista. Había diferencias, pero mucho afecto y respeto por los que hacíamos políticas en ese momento. No había centro de estudiantes, no había nada. El peronismo no tenía sede, estaba clausurada por los milicos, y entonces sesionábamos en el Comité Radical. No me gustan los radicales, pero no odio aquellos que crean la política. En un momento se me zafó el gabinete y lo atajé con la muñeca: sangré un montón, no importaba. Escalón por escalón (no como decía Galtieri) había que dejar ese gabinete que cobijaría los primeros apuntes fotocopiados de la nueva democracia. Llegamos al segundo piso, lo colocamos y segumos militando después cada uno por su lado. Siempre hubo cariño entre esa militancia de entonces, que es la que hace crecer, después, a los futuros polítcos u hombres que esriben, o realkizan cualquier otra cosa, con un sentido "del asado", no?. Creo entenderlo así. El menosprecio a la clase política es una diapositiva que no me gusta ver, cuando la veo. No es inteligente, no es real, no es argumentitativo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

che, no sé cuánto viene al caso, pero ¿escuchaste la canción de victoria de los troscos? "qué cagazo/ la fuba piquetera/hija del argentinazo". bueh.

Anónimo dijo...

la bruja, entre a tu blog y me enamore de vos.

Macareing dijo...

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Anónimo dijo...

CADA UNO PUEDE TENER LA VISIÓN QUE QUIERA. VOS TENÉS LA TUYA, ME PARECE BARBARO. PERO CREO QUE CUANDO LO CITÁS A WALSH DEBERÍAS TENER UN POCO MAS DE CUIDADO.

LA POLÍTICA NO ES UNA COSA QUE SE COMPONE UN POQUITO DE ACÁ Y OTRO POQUITO DE ALLÁ, ES ALGO MAS COMPLEJO Y PROFUNDO QUE TIENE QUE VER CON PRINCIPIOS ESENCIALMENTE MORALES. ES UNA LUCHA DE INTERESES Y LA DEFENSA DE DETERMINADOS INTERESES LLEVA , NOS HA LLEVADO A PROFUNDAS TRAGEDIAS CASI SIEMPRE PAGADAS Y SOPORTADAS POR LOS SECTORES MAS DESPROTEGIDOS DE NUESTRO PUEBLO. EL BLOQUISMO DE SAN SAN JUAN, TAL VEZ ES EL MEJOR EJEMPLO DE OPORTUNISMO POLITICO DE LA ARGENTINA. NELSON

http://blogs.clarin.com/nelsonnogar

Carlos Aprea dijo...

Gracias a Marito A. llegué por acá,(Huy!, un versito!)
y bue, yo odié, muchos años odié. A tantos y de tan variado pelaje..!, al final me enfermé yo, no sirve para vivir, no sirve; se me hace que te llevo unos añitos, hace poco tiempo escribí esto, te lo dejo:
http://laintemperie.wordpress.com/2008/09/19/i/
Eso sí: torturadores en cana, y de por vida. Saludos

Martín dijo...

Anónimo que dice ser Nelson:

¿Qué significa tener cuidado para citar a Walsh?


Si la política es algo mas complejo y profundo que el "poquito de acá y otro poquito de allá" no creo que sea: UNA LUCHA DE INTERESES Y LA DEFENSA DE DETERMINADOS INTERESES LLEVA , NOS HA LLEVADO A PROFUNDAS TRAGEDIAS CASI SIEMPRE PAGADAS Y SOPORTADAS POR LOS SECTORES MAS DESPROTEGIDOS DE NUESTRO PUEBLO...

¿Cuáles serían los principios "esencialmente morales" que defendés desde un blog?

charly dijo...

muy bueno el post

maiakovski dijo...

No sé, Martín. Para mí las cosas de varones y los pactos de silencio y sangre son una mierda. En parte por eso los políticos argentinos son una mierda. Desde una visión puramente cultural del asunto.

Anónimo dijo...

Habla en el principio de *defecto*, no de virtud.

Anónimo dijo...

Probablemente tengas razón Maia. De todas maneras, no creo que sea una característica exclusiva de nuestro micromundo político, creo que la objetividad y la sistematización siempre descanzan en un pacto privado, directamente proporcional a la complejidad de dicho sistema es el desconocimiento de dicho acuerdo. (ojo, no hablo de economía, hablo de política, hay un armado muy complejo de conexiones, no simetría). Todo esto no discute ni modifica el hecho de que consideres esos pactos una mierda.