domingo, diciembre 24, 2006

... y volver a entregarme, condenado, a la eclosión de mi "delito natal"...

Debe mantenerse bien montado, después de beber miel y estero con nosotros, y después de haber capado toda injusta soberbia, hasta el día de la Última Coronación: la de la hermandad, cuando, junto a un Gran Fogón al ras del suelo, se arreglen las cuentas con la Vida a nivel del horizonte.

(Llegada de un Jaguar a la Tranquera)



Feliz Navidad.

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