lunes, enero 25, 2016
La vuelta a la naturaleza o el buen salvaje neoliberal
Por Daniel Santoro
El actual gobierno se plantea, no tanto como un nuevo comienzo fundacional, sino más bien como una vuelta a la amable y eterna naturaleza de las cosas. Esto no podría lograrlo sin antes emprender la tarea de un desmontaje de los lugares de mayor densidad simbólica e ideológica, lugares en torno a los cuales el peronismo, y luego el kirchnerismo, produjeron y replantearon la novedosa articulación entre pueblo y nación, expresada sobre todo a lo largo de los 3 últimos gobiernos. Esta herencia simbólica se mostró en salones, monumentos, abigarrados fondos iconizados que enmarcaban las cadenas nacionales (maquetas, billetes, Eva Perón, Belgrano, Moreno, los héroes latinoamericanos, etc.), incluso afuera, por detrás de los ventanales no se dio descanso a los requerimientos escópicos, una Juana Azurduy, con su sable erecto, interpelaba a los gobernantes que se sentaban en el sillón de Rivadavia, un sillón de pronto ocupado ahora por un simpático perrito callejero, que por supuesto no tiene en su naturaleza hacer el mal. El nuevo régimen escópico cambió estas memorabilias nacionales por amistosas fotos de familia sacadas en parques y jardines, fondos de pura naturaleza, sin requerimientos, sin claves visuales a desentrañar; solo una muda y primitiva parodia danzante en el balcón de nuestros más caros discursos fundacionales bastó para que entendiéramos el nuevo paradigma, y ésta vuelta de lo natural incluye por supuesto el papel moneda, por tierra mar y aire se muestra la incontenible fuerza de la naturaleza, se exhibe un territorio a explorar, libre de cualquier prejuicio ideológico, purgado de las molestas pretensiones del que viene con opiniones propias. Ingrávidos, sin el peso de las herencias simbólicas, podremos ingresar al fin, con la naturalidad del buen salvaje, al paraíso “naturalizado” del poder global financiero.
Mientras tanto aquí, en nuestra tierra, los compañeros continúan tramitando el duelo de la derrota, se suceden las reuniones, las charlas informales, los intentos de alguna orgánica, se dice “algo tendríamos que hacer”, de alguna manera todo sirve para desangustiarnos, las más diversas opiniones circulan con total libertad, se duda de todo, ¿realmente hubo una voluntad de ganar? ¿Será Cristina la conducción? ¿Todo éste caos se ordenará con su vuelta al centro de la escena? ¿Será ella el factor de unidad, o precipitará las rupturas en espera?
Otros compañeros decidieron transitar esta etapa traumática reunidos en parques y plazas, dan pequeñas batallas asamblearias, se entregan a un desgaste inevitable y los hacen al ritmo y en el lugar que el adversario decide con su loco compas de verano, todo a contramano de los conocidos manuales de estrategia.
Es fácil advertir que la noticia más ansiada por nuestro enemigo será la de la ruptura del sistema kirchnero-peronista, la pinza metafísica ya está operando, por un lado el desmontaje simbólico naturalista y por el otro la inminente extracción del núcleo peronista que estructura al kirchenrismo, de modo tal que el kirchnerismo deshuesado pueda -cumpliendo una cruel paradoja- ser ese partido progresista que se insinúa en algunos parques metropolitanos (tan lejos de los conurbanos). Hay compañeros que sueñan el sueño del enemigo, el deseo que el kirchnerismo sea ese partido, un poco PI, un poco flácido y finamente purificado de la mugre peronista.
¿Y que de los sabrosos restos óseos del peronismo? con ellos seguramente se hará un puchero (un muleto liberal opositor), alimento nutritivo para las corporaciones.
Será la tarea de quienes se asuman como la conducción del conjunto de nuestro movimiento aplicar el delicado “arte de la conducción” (también entendiendo éste arte como la posibilidad de transformar la naturaleza). Sin éste complejo equilibrio que implicará renuncias, gestos de grandeza, extrema comprensión, empatía e incluso misericordia, la catástrofe que se anuncia en el horizonte será inevitable, y al menos los próximos 8 años serán, “naturalmente”, de Macri.
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5 comentarios:
kirchnerismo deshuesado de peronismo y peronismo purgado de kirchnerismo. El sueño cumplido de la casta gerencial, para así cumplir sin muchos inconvenientes la tarea de gestionar el negocio llamado "Argentina" a la medida de sus intereses que están llevando a cabo a toda máquina y sin reconocer límites, como corresponde a quienes se consideran ontológicamente dueños de todo.
La naturalizacion es la mas peligrosa de las convenciones, ya que por sus caracteristicas no corre peligro de ser pensada. Y ahondar las diversidades del campo popular es otra de las prioridades de esta restauracion de oligarcas unitarios. Profundo analisis de Santoro. Con los crueles claroscuros de algunas de sus esteticas
La naturalizacion es la mas peligrosa de las convenciones, ya que por sus caracteristicas no corre peligro de ser pensada. Y ahondar las diversidades del campo popular es otra de las prioridades de esta restauracion de oligarcas unitarios. Profundo analisis de Santoro. Con los crueles claroscuros de algunas de sus esteticas
"finamente purificado de la mugre peronista." una frase que recuerda los textos de Kusch.
La historia no se acaba en una elección, como lo prueba el surgimiento del Kirchnerismo, luego del terrorismo de estado, el genocidio y más de treinta años de miedo instalado en la sociedad civil, recuerdo esa frase de Kirchner, "somos peronistas, nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio" Bueno eso, somos peronistas, y ahora hay muchos más que antes del kirchnerismo.
El análisis describe a la perfección una situación que hoy llamaría "en tránsito" y de desarrollo posible, más parecido al sueño de los estrategas de Poder macrista que a los deseos del proyecto hoy disperso pero no en desbande. Algunas cosas: Las plazas (y sus convocantes) no pretenden "desperonizarse" al menos por ahora. Al contrario, le reclaman al Peronismo su lugar histórico. La impaciencia se lee en las redes y la "limpieza" de movimiento Nac & Pop es nada más que el deseo de algunos, pero no de los que realmente entienden la política como lo que es: la acumulación para ganar y ganar para gestionar. Esta semana ya escuché/leí 3 diferentes versiones sobre lanecesidad de la construcción de un Frente Amplio Antimacrista. Eso no deshuesa al Peronismo clásico sino que lo incluye. Mientras tanto, llamo a los compañeros a sacarse de la cabeza la idea de purificación para que el diagnóstico más pesimista de Santoro sea sólo una posibilidad nunca concretada.
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