viernes, diciembre 28, 2012

2012

Continuidades: Centralidad de Cristina y la fórmula de la Coca Cola: disciplina interna y agenda transversal (es su fórmula de fractura al campo opositor: temas que quebró las orgánicas radicales, socialistas o de izquierda y forzó al peronismo a acompañar aún en disidencia). Aunque en un año con iniciativas de mediano y largo aliento (YPF, Procrear) que recogieron poco en lo inmediato. La preponderancia del conflicto Clarín / gobierno. Inflación. Bajo desempeño de la oposición política (que igual tuvo algunas victorias parciales: como el rechazo de Reposo o la instalación del clima anti re-re). “Flotación” de Macri en la gestión y la presencia política. Principal figura de la oposición con su fórmula secreta: el Pro es su estación de verano en la espera de la vacante de un nuevo liderazgo peronista.

Rupturas: Se produjo el “archipiélago” sindical, con la definitiva salida de Hugo Moyano de la órbita oficial, midiendo su considerable poder de fuego. Dice el Capital que lamenta estas divisiones. Dudas. Amague de ruptura con Scioli, dislocamiento natural ya que “la generación intermedia” biológicamente (y algo más) es la que está en pista del 2015 (Scioli, Macri, Massa, Urtubey, etc.). Mayor invisibilidad del peronismo pragmático resumido en: mucha batalla cultural y pocos gobernadores. (Tics de la revolución: clases de metaperiodismo multiplicadas, los hablados de la academia que hablan de los hablados de los medios. Efecto batalla cultural: una máquina de matar mensajeros. Una máquina de boludos a cuerda al son de “el medio es el mensaje”. Mi vieja manda por mail una denuncia de La Alameda sobre un pibe muerto en una empresa agrícola y un “compañero” le responde parrafadas sobre La Alameda.)

Revelaciones: La oposición social, reaparecieron los cacerolazos con protagonismo de las redes sociales anti k. Y la figura de Lanata quien interpuso una forma de hacer anti kirchnerismo más efectiva. Le dio relato y articulación a todas las boyas intensas de la oposición: inflación, inseguridad, republicanismo, etc. El conflicto con Clarín parió otra zona de crisis: la justicia medieval argentina. Sigue latente la discusión sobre una reforma constitucional. Algunas figuras del oficialismo ascienden modestamente: Bossio, Kicillof y Sabatella. Calendario diaguita: 8N, 7D. Dos fechas tras las que NO PASÓ NADA. Inversión del modo de construir lo histórico fracasada. La historia ocurre primero, los símbolos vienen después. Fracaso maya también en su apuesta a largo plazo: el fin del mundo está en marcha pero en clave agonía lenta. Los “saqueos”. Todos los saqueos fueron, son y serán organizados. Se crea alrededor de 1989 y 2001 un aura africana de gente que asaltaba y se llevaba arroz, fósforo y polenta. Los que lo recordamos sabemos que no fue tan así, siempre se roban los deseos del último modelo, a la vez que la comparación de esas dos épocas con la actual se cae de trucha (estábamos mucho peor). Nota: Si bien no irrumpió ninguna figura opositora de calibre este año se sintió una rearticulación fuerte del relato anti kirchnerista, lo cual impacta SOBRE TODO hacia adentro del peronismo, para que de ahí surja un intérprete de un nuevo tiempo si es que viene un nuevo tiempo. “Sciolismo o barbarie”.

Caídas: Boudou en manos de “esbirros”. Transporte: el accidente de Once, los muertos y los festi-subsidios. Jaime y Schiavi una sombra ya pronto serán.

El 2012 le vendió el pescado al 2013. Casi, casi, hablaremos de lo mismo. A lo que se agregará nuevas cosas. Siguen años de agite. Somos el oeste.

3 comentarios:

Lucas BP dijo...

Grandioso poder de síntesis. Esto refuerza mi teoría 2012: en la red hay más talento que en los medios convencionales

Anónimo dijo...

Basura, vos sos la dictadura.

Diego dijo...

Muy bueno tu resumen sobre los saqueos.
Lo que sí, creo que no se pueden comparar el 8N con el 7D, el primero dejó sabor a potencia en sus participantes, del otro me parece que sus agoreros esperaban algo más de lo que finalmente terminó pasando.
La obsesión por los símbolos, es decir, por "hacer historia", lo que es lo mismo, hacer flamear la bandera ("la nuestra") y ponerle nombres nuevos a las calles, es lo peor del kirchnerismo y a su vez lo que arma su identidad. Se invisibiliza el hecho de reabrir el canje de deuda con los buitres si se expropia la Rural. Este tipo de movimientos son los que desde afuera se sienten como más hambre de símbolos que de concretitudes, y eso asusta. Para tener ese miedo no es necesario tener propiedades, por eso es ingenuidad (y torpeza) en el análisis el pensar que Clarín maneja a su piaccere a la clase media. Clarín puede agrandar el tipo de letra, pero los hechos estilizados alcanzan para producir aquel efecto. A josé pablo feimann, ¿le interesaría un pacto en el que se acordaría bajar la pobreza si como condición tiene que bajar la bandera? Casos como ese me huelen mucho a redención personal con la Argentina como telón de fondo, claro. La novela en primera persona que permitiría irse a dormir tranquilo.

Saludos