miércoles, febrero 04, 2009

Hay que reconstruir el peronismo de Palermo...

O el kirchnerismo de Palermo, que no es lo mismo pero es igual. Todo bien con las intendencias mazorqueras, con el kirchnerismo gusano de C5N y Scioli, con Moyano, con los restos de guerrilla urbana y piquetera de Pérsicos, con los pañuelos... Pero hay que volver a las fuentes frepasistas, cuyo sonido mas republicano se compaginaba tan bien con la épica popular. Que vuelva Alberto, y con él, la energía chachista, fuente de inspiración de este proyecto si las hay. El condimento frepasista era la esencia, y no se necesita tanto para tenerlo. ¿Recuerdan el espíritu de cuando se cerró la carpa blanca? Ya sé que es difícil, que la democracia es gris y sólo hay que excitar al principio. ¿Pero cuál es el principio? ¿Quién dice cuál es el principio? El final es en donde partir, aulló la Renga en tono bíblico, y yo le creí.  


5 comentarios:

Luciano dijo...

Cada día que pasa, cada vez más convencido de la necesidad de que vuelva Alberto F.

saludos, martín.

Caro Pellejero dijo...

hagamos cadena de oración
que vuelva

Anónimo dijo...

el problema (el nudo, lo hermoso de la política) es como establecer una nueva agenda y nuevos liderazgos en una ciudad de centro derecha/derecha, porque eso es Bs As hoy, mas allá de la contracíclica idea del progresismo de los 90's extendido.

porque claro a Bs As le importa siempre sentirse moralmente sana.

ahora palermo parece asediado por la inseguridad y su protector esta dispuesto a refundarlo mediante la creación de una nueva fuerza.

palermo me tenes seco y enfermo, eso seria llegar al lugar común

ahora y para siempre, esta guardado como una joya en gmail, después de leerlo desde más lejos (vivo a esa distancia de capital territorialmente y en mi cabeza) pense si podria ser atractivo para los ciudadanos del soho conocer esto:

—Pasemos a las viviendas. ¿Es cierto que con los $ 70 millones por año aportados por el Gobierno nacional y el de la Ciudad desde 2007 para realizar viviendas sociales la fundación se transformó en una de las empresas constructoras de viviendas más importantes del país?
—La fundación es una de las “empresas” más grandes del país en cantidad de viviendas en construcción y en trabajadores. Hoy tenemos unos 1.600 trabajadores, de los cuales la mitad son hombres y la mitad son mujeres. El 90% nunca tuvo un trabajo formal, y el 80% eran cartoneros. Todos vivían de planes sociales y muchos eran indocumentados, aunque eran argentinos. Ahora son trabajadores de la construcción con obra social, libreta de fondo de desempleo, seguro de vida obligatorio, ropa de trabajo, elementos de seguridad, cursos de capacitación.
—Mil seiscientas personas con un solo comprador, el Estado, constituye una seria contingencia laboral. ¿Qué haría si el próximo gobierno no los contrata para construir más casas?
—Construimos en el medio de la villa, donde ninguna empresa constructora podría construir. Construimos con la gente del lugar y viviendas que no son las típicas viviendas sociales de mierda a las que estamos acostumbrados.
—Reitero, ¿qué haría con la contingencia laboral de 1.600 personas si cambiaran los planes de gobierno?
—Le quedaría al Estado nacional una contingencia de 1.600 familias, no personas, por resolver. Igual, hay algunos síntomas muy interesantes. La Legislatura de la Ciudad votó por unanimidad que este programa es de interés social. El Congreso lo declaró de interés nacional por unanimidad. Hasta el último funcionario macrista que fue a caminar por las villas para ver lo que hacemos dijo que es bueno. Después se cruzan intereses de empresas constructoras y algún chanta que quiere retener el dinero y retrasar algún pago.
—En Brasil existen varios planes de viviendas de interés social con los que construyen anualmente, en lo equivalente a nuestras villas, diez veces más viviendas sociales que en Argentina, pero se realiza con licitaciones en las que compiten en la relación costo/calidad varias empresas contratistas. ¿Por qué tendría una eficiencia mayor la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo si nunca había construido casas?
—El objetivo final sería que tarde o temprano esto debería transformarse en una asociación. Por otro lado, nosotros construimos al mismo valor que las empresas. Pero las diferencias que les agregamos son que contratamos a gente del lugar, estamos generando puestos de trabajo...
—Las empresas también generan puestos de trabajo.
—Sí, pero a veces en negro. Nuestros trabajadores están en blanco.
—Si la ventaja de la fundación es que paga en blanco, ¿no debería el Estado fiscalizar que las empresas paguen en blanco?
—Segundo aspecto importante: nosotros trabajamos en un segmento en el que no competimos con nadie, porque en el medio de la villa ninguna empresa constructora podría construir.
—¿Y cómo ustedes lo hacen?
—Con las mismas organizaciones del barrio, implicándolas en todo el proceso y haciéndoles entender que eso es de ellos y lo tienen que cuidar. Y lo cuidan. En tercer lugar, en dos años el accidente laboral más grave que tuvimos fue el de un martillazo en un dedo. Trabajamos en seguridad e higiene con una rigurosidad que no existe en la mayoría de las empresas constructoras, que calculan la construcción de un edificio con tantos muertos. El otro tema es la ganancia: la fundación, una vez que cubre sus gastos operativos, invierte en mejores condiciones de trabajo y en mucha obra periférica en el mismo barrio.
—¿Dan más?
—Claro. Hacemos mejores viviendas, mucho más rápido, contratando a la gente del lugar, capacitándolas y con mejores condiciones de laborales. Nuestra apuesta no es que sean empleados eternos de la fundación. Les damos cursos en cada uno de los oficios. El que hace el curso, asciende de categoría y cobra más. Tenemos mujeres oficiales y mujeres capataces que son un ejemplo. Son las mismas que hasta hace un año cartoneaban con sus hijos viviendo de un subsidio. Lo primero que la gente gana cuando empieza a trabajar es libertad, porque se independiza del puntero político, no tiene que mendigar el subsidio. Somos enemigos de los subsidios y del asistencialismo. En el trabajo somos rigurosos y estrictos. El que llega cinco minutos tarde pierde el día y el presentismo. Cantidad de gente que vivía del delito o de la droga o de los planes o subsidios hoy tiene un trabajo formal, las mamás pueden dejar a sus hijos en el jardín maternal, lo que hace que sus hermanos puedan ir a la escuela y no pierdan su infancia cuidando a los chiquitos. Si queremos atacar el tema de la inseguridad y del delito, hay que ver lo que pasó en Ciudad Oculta, que se está transformando en Ciudad Luz por los puestos de trabajo que se han creado.
—¿Son ciertas las denuncias sobre que en el obrador de la Ciudad Oculta en la Villa 15, o en el de Los Piletones, tienen contratada una persona de seguridad llamada Pocho, que supervisa a los trabajadores de las obras con revólver en la cintura?
—Nadie lleva un revólver en ningún lugar. Sí tenemos una estructura de seguridad que controla los puestos y que nadie ingrese para llevarse materiales o lo que sea. Y es gente del mismo barrio.
—¿Pocho existe?
—Pocho es uno de los tantos compañeros que trabajan. Pero las que más mandan y más valoran este trabajo son las mujeres. ¿Por qué decidimos destinarles la mitad de los puestos de trabajo a las mujeres? Porque en los sectores más empobrecidos es enorme la cantidad de mujeres que sostienen ellas solas el hogar.
—En otro sitio de Internet se escribe que usted se maneja “con mano de hierro y odios limítrofes con el desequilibrio emocional clínico, son famosos sus escándalos con gritos y hasta con golpes de puño a sus ocasionales adversarios”. ¿Es así?
—Somos muy duros con la droga y la venta de paco en el barrio. Muchas personas que vivían de la venta del paco consiguieron trabajo y no quieren saber nada sobre eso. Otros no quisieron dejarlo y los invitamos a irse. Hoy gran parte de Ciudad Oculta está libre de la venta del paco, de la prostitución infantil y de todas esas lacras.
—¿Llegó a agarrarse a piñas en defensa de esos objetivos?
—No tuve necesidad.
—Otro texto de la Web dice que “domina a través del terror que imponen las técnicas tumberas que aprendió con maestría”. ¿Qué técnicas de defensa y ataque aprendió en la cárcel?
—¿Qué es lo que yo tengo? Una conjunción de dos vidas que me permite caminar por el medio de la villa y enfrentar ciertas situaciones sin temor. Sé cómo hablarles. Conozco el lenguaje, las agachadas y demás cosas.
—Sin esa experiencia, ¿podría conducir estas obras?
—Muchos de los que intentan conducir el trabajo social en los espacios marginales tienen una dosis de ingenuidad que les juega en contra. Pero las cosas cambiaron. A la primera obra, iba todos los días, y hoy tenemos trabajadores sociales, arquitectos, ingenieros.
—Entonces las técnicas aprendidas durante sus 14 años de cárcel le sirvieron.
—Me sirvió para demostrar que mucha gente que tiene antecedentes y que no contrataría ninguna empresa, si se le da una oportunidad, la defiende muchísimo.
—¿Muchos de los empleados pasaron por la cárcel?
—Muchos.
—¿Usted sería la “ventaja competitiva” de la fundación para emplear a gente difícil de conducir?
—Hoy somos, siempre entre comillas, la “empresa” constructora más grande del país. Eso implica una gran cantidad de ingenieros, arquitectos y profesionales. Y ninguno de ellos viene de la militancia. Cuando salí a contratar gente, no busqué militantes que además fueran profesionales. Salí a buscar los mejores profesionales. Y muchos de ellos están o estaban en las antípodas de la ideología de las Madres. Y hoy están fascinados con lo que hacemos.
—¿Qué otras ventajas tienen?
—Y el sistema constructivo italiano M2, el mejor disponible, que nos permite abaratar muchísimo los costos. Se utilizó en los edificios bajos de Puerto Madero y en las casas más caras de Nordelta. La novedad es que nosotros lo utilizamos para la construcción de viviendas en las villas. Es un sistema de construcción con un panel de polietileno, que es como el telgopor, pero de mucha mayor densidad, con dos mallas de acero, con el que se hacen las paredes. En México construyen hasta treinta pisos con esto. Además, la construcción es ignífuga y tiene un coeficiente térmico como ningún otro material de construcción, lo que significa que con muy poco se calefacciona y se refrigera. No genera ningún tipo de desperdicio y la velocidad de construcción es de un tercio de la tradicional. Es muy rápido de aprender para mano de obra no calificada y todo el material es muy fácil de transportar, por lo que no se requieren grandes equipos de grúas en obra.
—¿Por qué otras empresas no lo utilizaron?
—Creo que un poco por desconocimiento, por prejuicios y porque nosotros conseguimos una ventaja muy interesante, que es que compramos la maquinaria e instalamos la planta y, además, conseguimos para la fundación una liberación de fines, es decir que no pagamos por metro cuadrado producido. Tenemos límites para lo que podemos producir sin pagar por metro cuadrado.
—¿Entonces la “ventaja competitiva” es la escala, por ser la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo tienen una llegada al Gobierno que una empresa no tendría, y pueden obtener una cantidad de contratos que reducen el costo fijo?
—Pero esa reducción del costo fijo se nos incrementa por otro lado, porque tenemos una serie de actividades adicionales que las empresas constructoras no tienen. Por ejemplo, tenemos un compromiso extremo con la cuestión de seguridad e higiene. Complementamos esto con trabajadoras sociales, porque así como somos rigurosos con el trabajo también tratamos de encontrar soluciones frente a los problemas de aquellos que no concurren o tengan cualquier problema. El otro tema es que les damos desayuno, almuerzo, merienda y cena, y se les pagan estos horarios.
—Por eso mismo, como la magia no existe, el lector inteligente precisa que se le explique de dónde sale el dinero para cubrir todos estos gastos adicionales, porque tanto dinero no puede ganar una empresa.
—Usamos un sistema constructivo que es mucho más económico…
—Que también podrían adoptarlo otras constructoras. Creo que su mejor explicación económica pasaría por la escala.
—En términos de costos, es la mejor inversión que puede hacer el Estado, además de que nosotros construimos donde otros no lo hacen. Tenemos un sistema constructivo que cuesta entre un 35 y un 40% menos que el tradicional. Lo podría usar cualquiera y no lo usan. Construimos donde nadie construye. Como es una fundación, una vez que se terminan los gastos fijos, el resto, lo que sería la ganancia, lo reinvertimos en trabajo social en el barrio.
—Podrían licitar en varias empresas y ganar transparencia.
—Nosotros intervenimos en un espacio en el que ninguna empresa quiere intervenir. Y, en términos de escala, a las grandes empresas constructoras, contratos por menos de tanto no les interesarían.
—¿No teme que el día de mañana haya construcciones mal hechas, o errores que afecten la imagen de las Madres?
—Cada obra tiene la certificación y la verificación de los inspectores en obra de cada jurisdicción. Y tiene un agregado, que son los propios vecinos los que construyen el lugar en el que van a vivir.
—¿Durante el último año del gobierno de Telerman tuvieron que girarle más de 8 millones extras porque a las Madres “el dinero no les alcanzaba”; y por indicación de la Subsecretaría de Vivienda la Nación, se le paga por adelantado mientras hay retraso en la entrega de las obras?
—Las dos cosas son mentira. Primero, en la gestión del gobierno de Telerman quedó una deuda que se fue arrastrando y que hoy se está discutiendo judicialmente con el Gobierno de Macri. Porque cuando empieza el gobierno, empieza como becas de capacitación en construcción, y al poco tiempo nosotros reclamamos que debían transformarse en salarios, como correspondía, porque la gente estaba trabajando y necesitaba la cobertura de obra social, el seguro de vida obligatorio, ART y todo lo que necesita un trabajador. Se va el gobierno de Telerman, nosotros transformamos esto, y comenzamos a reclamar la diferencia, que todavía no la pagaron.
—Debe ser una diferencia grande, hasta el doble del costo salarial.
—Más del doble.
—¿Y cómo hacen para financiar 1.600 personas?
—No, eso empezó con un grupo pequeño en la Villa 15. Ahora todas las obras están calzadas en el programa de urbanización de villas con recursos del Gobierno nacional, del Ministerio de Planificación General, Subsecretaría de Viviendas de la Nación.
—¿Pero los 8 millones de Telerman existen?
—No, no transfirieron más porque no alcanzaba. Quedó una deuda porque lo que comenzó como becas de capacitación se transformó en un trabajo pago. Más muchos trabajos de emergencia habitacional de los que tuvimos que hacernos cargo, y todavía seguimos haciéndolo, sin que el Gobierno porteño lo reconozca. Todavía estamos pagando los sueldos de más de 23 personas en blanco de los dos comedores que funcionan en el Parque Roca, que está como centro de evacuación de lo que era Villa Cartón. El Ministerio de Desarrollo Social, gestión Macri, nos pide que sigamos sosteniendo esos comedores y la seguridad del lugar y nos dice que pronto va a sacar un convenio para poder reconocer los gastos que estamos haciendo.
—¿Qué haría si algún día el Estado decidiera no continuar contratándolos?
—Iremos al frente con las Madres y las 1.600 familias… Dudo mucho de que el Gobierno nacional, gestión Cristina, corte esto. Al contrario: hay un compromiso de continuarlo.
—¿Y dentro de tres años?
—Algunos fantasean con que dentro de tres años habrá un nuevo gobierno con una coalición de derecha y fascista.
—¿Quiénes son facistas?
—Qué sé yo. Alguna conjunción entre Macri, López Murphy y Carrió.
—¿Fascistas?
—Sí, un cocoliche.
—Cocoliche es una cosa, y fascista es otra.
—Bueno, pero yo estoy convencido de que más allá de las operaciones de prensa que haya, PERFIL incluido, la gente va a reconocer, con todas las críticas que puede haber, lo mucho que se hizo en todos estos años. Y va a apostar a su continuidad. No creo que queden tres años más y luego cambie el gobierno. Si continúa, confío en que este tipo de trabajo continuará. Si no llegara a continuar, espero que el que venga no sea tan necio como para decir: “Esto hay que cerrarlo”. Pero si esto ocurriera, saldremos con las Madres y con las 1.600 familias a dar la pelea que haya que dar. Y no digo una marcha de Castells con 200 jubilados. Estamos defendiendo un cambio de vida muy importante, y no un subsidio.
—Durante 2008, la Subsecretaría de Vivienda de la Nación giró al Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires 41 millones de pesos, de los cuales 33 millones, el 80% del total, fueron para la fundación.
—Porque eran convenios que estaban en marcha.
—¿Qué porcentaje de todo lo que construyen es en la Ciudad de Buenos Aires?
—Nosotros tenemos obras en Chaco, Santiago del Estero, Misiones, Río Negro y en la provincia de Buenos Aires. Hay programas para iniciar los de urbanización en las villas 21 y 24, en la 20, en la 12-14. En esas villas podríamos estar trabajando desde hace un año y medio si no fuera por el capricho de algunos personajes. Creo que Caputo se lo propuso a Apelbaum con la fantasía de que ellos iban a monopolizar lo que era la obra pública y construcción de vivienda. Pero ahora están que no saben qué hacer porque se dieron cuenta de que en el medio de las villas no pueden construir. Cuando el IVC retuvo el dinero que le había pagado el Estado para pagarle a la gente, nos movilizamos con todos y se terminó abriendo una causa penal contra el IVC y acreditamos que había habido una retención indebida de fondos.
—Le leo lo que dijo Hebe en aquella oportunidad: “El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, empezando por Macri, está lleno de ladrones y estafadores. Odian a los pobres, los quieren exterminar. Por esta razón nos roban los fondos que el Gobierno nacional deposita para continuar las obras, para pagar a los trabajadores, para seguir construyendo. Ellos hicieron sus fortunas estafando y robando, pero con nosotras no van a poder. Haremos todo lo imposible para que liberen los fondos que son de nuestra gente. ¡Ni un paso atrás!”. Simultáneamente, cortaron la General Paz y entraron en la casa del presidente del Instituto de la Vivienda porteño, Roberto Apelbaum, y le hicieron un escrache. ¿No hay un abuso, tanto retórico como físico, de la imagen social de Madres de Plaza de Mayo para destruir a aquel que se cruce en su camino?
—Le hago una pregunta. Tiene mil y pico de trabajadores que trabajan y construyen. El Gobierno de la Ciudad verificó las obras y certificó el avance, le pidió al Gobierno de la Nación que le transfiriera el dinero para pagarles a los trabajadores y éste le transfirió la plata, y una vez que tuvo el dinero, el Gobierno de la Ciudad dijo que no nos iban a pagar hasta que no se refinanciaran los contratos.

Partes de Guerra dijo...

Que vuelva Martín. Pero, ¿cuántos votos trae?

Anónimo dijo...

Puede ser ue no triga votos por si mismo, demanera directa pero trae estrategias, puntos de vista, idea que puede ser que hagan volver algunos para octubre