miércoles, septiembre 30, 2009
Derecha y humana,
por supuesto,
sin picana.
CuchameIbarralaputaqueteparió...
martes, septiembre 29, 2009
lunes, septiembre 28, 2009
Dame tiempo para darte todo lo que tengo...
domingo, septiembre 27, 2009
El único plan es el desalojo
"No vamos a construir viviendas."
La nota completa acá.
sábado, septiembre 26, 2009
Kraft Crash
El jefe de Gabinete de ministros Aníbal Fernández habla con Daniel Scioli cuando se entera que la toma de la fábrica Kraft está llegando al borde de la explosión. A esa altura, sabe que hay una orden judicial que autoriza a la policía intervenir y desalojar a los trabajadores que mantienen una medida de fuerza desde hace cuarenta días, a raíz de la disposición de la empresa de echar a ciento sesenta operarios, muchos delegados gremiales. A esa altura, también sabe que correveidiles de Kraft se apersonaron en la sede del ministerio de Trabajo para decir que la empresa está dispuesta a retomar el diálogo pero de ninguna manera a reincorporar a los despedidos. Y amenazan con retirarse del país si se vieran forzados a esa reincorporación. Fernández sabe que los correveidiles de Kraft cumplen con una formalidad, y que bajo esa amenaza late una demanda: policía para desalojar la sede. Sabe también que no es el ministerio de Trabajo el que tiene poder para decidir algo así. Entretanto, las calles de la Ciudad Autónoma son un caos, cortadas por marchas y contramarchas a favor de los trabajadores, en contra de la empresa, etcétera. Y que el jefe de Gobierno, Macri, y su ladero, Rodríguez Larreta, están recibiendo los insultos de automovilistas y transeúntes, aunque el foco del conflicto está fuera del perímetro comunal. Fernández sabe (y lo dice) que tanto Macri como Rodríguez Larreta, si pudieran, mandarían a Kraft una jauría de perros asesinos para desalojar la empresa que fabrica los copos Kellogs. Fernández y Scioli acuerdan el traslado de la policía bonaerense que a las cinco y media de la tarde empieza a reprimir a los trabajadores para sacarlos de la sede central. La noticia cae como una bomba: las imágenes de los palazos, los gases lacrimógenos, los piedrazos, los detenidos, los heridos de gravedad, empiezan a circular por la tele y por internet. La policía dice que respondieron con violencia porque fueron agredidos después de presentar, como si fuera un placet, la orden judicial de desalojo. Los canales de noticias opositores al gobierno y al tratamiento de una nueva ley de medios que quitaría parte importante de sus privilegios económicos e ideológicos, son los más cebados con la sangre y casi podría decirse que ruegan haya un muerto, o dos. Pedir modales a la policía es ridículo, siempre es ridículo. Pedir que los operarios no defiendan sus puestos de trabajo es una injusticia, aunque sea inconstitucional tomar una fábrica. Inconstitucional también es mandar correveidiles a la sede de un ministerio nacional, con el guiño de un gobierno comunal, a chantajear a un gobierno constitucional. Preguntas: ¿por qué echaron los gerentes y burócratas de Kraft a los empleados? ¿Sabían esos gerentes y burócratas que muchos de esos empleados eran delegados gremiales? ¿Era necesario llegar a un punto de no retorno? ¿Qué pasa con el gobierno nacional que tiene dificultades para negociar un conflicto de esta naturaleza con trabajadores, algunos formados en la izquierda dura pero casi todos aliados tácticos? ¿Pueden pasar cuarenta días sin que esta cuestión aparezca en la tapa de los diarios excepto cuando hay violencia? ¿Puede un proyecto de ley tomar todo el espacio radiográfico y audiovisual en detrimento de un problema gremial que incluye el trabajo y la pérdida de trabajo e ingresos para cantidad de familias a la cual la ley de medios poco cambiará sus vidas? ¿Pueden los conglomerados mediáticos elegir qué cosa sí y qué cosa no va en tapa si la competencia se hace competencia en serio? ¿Sabemos por qué los gerentes de Kraft echaron a ciento sesenta operarios, algunos delegados gremiales? ¿Sabemos?
viernes, septiembre 25, 2009
Representación
Y mientras tanto, lejos de acá, lejos de todos nosotros, alguien escribe el mejor post de los últimos años.
Representativo es Clarín, que te habla del corte de calle que te cagó el día. Ahí está la batalla real, más allá de la caricatura, entre el Gobierno (no este gobierno, sino el gobierno como posibilidad, como posibilidad de la autoridad, de que alguien obedezca por esa mezcla deliciosa de temor y convencimiento que es la dominación, por ese poder que -disculpen que grondonee un poco- decía aristóteles que era ejercido en el bien de todos y no en el bien de quien manda o de quien obedece) y Clarín. Es la batalla entre la representación como autobiografía, la representación especular, la representación que te dice cómo sos y la representación que en realidad es conducción, que es suplemento, que va más allá. Por eso Clarín habla de la pobreza y el Gobierno habla de los medios. Clarín representa a la sociedad mucho mejor que el Gobierno. Lo que no puede es cambiarla, porque está preso de esa representación. Es un tipo que te saca una foto. Clarín es un periodista de guerra, alguien que te saca una foto pero no te puede sacar la bala. El Gobierno lo único que necesita es meter el motor en el chasis. Poder hacer evidente que la pobreza con la que Clarín se regodea es una sombra de relaciones de fuerzas que quedaron fuera de cuadro. Relaciones de fuerza que están también en un Congreso que ahora funciona, funciona, funciona. Porque ha sido forzado a dejar de representar.
jueves, septiembre 24, 2009
La idiotez argentina (1era parte)
La redacción de la versión argentino-latinoamericana de la revista Newsweek está compuesta, en su mayoría, por ex integrantes de la revista Noticias. Su editor es Alex Milberg, ese muchacho que toda abuela argentina quisiera ver casado con su nieta: saco blanco, sonrisa estudiada, actitud decontracté, un winner, algo grasa pero nuestro, argentino, como el bife de chorizo. Entre los columnistas locales (la mayoría de los artículos están escritos y traducidos en los Estados Unidos), se destaca el opinólogo Rosendo Fraga, hijo, nieto, bisnieto y tataranieto de militares. El resto es variable, según la semana y la nota de tapa, la última dedicada a la vida después del cáncer. La ilustración de la portada muestra a una joven con los brazos abiertos recibiendo la impoluta luz del sol, se supone después de escapar de las tinieblas, las quimioterapias, las mastectomías, la peladilla y la pesadilla. La nota central -escrita por un tal Matías Loewy- es un compendio de lugares comunes y de mala fe disfrazada de voluntarismo en un número plagado de noticias horripilantes o fraguadas: la opinión de la infectóloga Dora Loria (“estamos bien”, dice sobre el cáncer, con una liviandad que recuerda a Gabriela Michetti); el hijo de Alberto Olmedo recuerda el día que se enteró de la muerte de su padre; una discusión sobre la moralidad o inmoralidad de las bombas nucleares (su uso, se supone); cómo la pastera finlandesa Botnia está regando de prosperidad la zona de Gualeguaychú-Fray Bentos; una columna de opinión de un tal Roa, epidemiólogo argentino recibido y residente en Harvard, informadísimo sobre el estado de las farmacias porteñas; un artículo sobre las obras sociales complicadas por el affaire de los medicamentos truchos: todo muy saludable, idiota, de idiota argentino. En la misma semana que trasciende que Elisa Carrió no sale a la calle no por estar enojada con la ley de medios K o con los socialistas de Hermes Binner que apoyaron con sus votos la media sanción en Diputados sino porque al parecer su estado de salud es pésimo. Y en la misma semana que Diego Maradona festeja haber perdido tres kilos en un spa romano. Pasemos a la composición de Loewy. La sonrisa, con todos los dientes de un tenista recuperado de la papa, el señor Lucas Arnold Ker, 32 años y “trayectoria respetable” cuando antes de participar de un torneo, un examen de rutina detectó un tumor en un testículo. El muchacho perdió la pieza, volvió a jugar, volvió el cáncer y empezó el tratamiento oncológico duro. Se recuperó y hoy “Arnold es una de las caras de la campaña del Consejo Publicitario Argentino y la Fundación Sales Mirá el cáncer del lado de la vida (www.ladodelavida.org)”, junto a una recuperada nadadora, Sandra Goldín, atacada por la papa en la mama. Arnold cuenta que “estaba muy mal. Tenía una depresión terrible. Me sentía al borde de la muerte”. Es lógico: no se sentía, estaba al borde de la muerte. Pero hoy es feliz, disfruta de la vida y de las pequeñas cosas de la vida, con un huevo menos, como Hitler (y como un boludo que conoce este cronista, que si no fuera por esa desgracia, se los patearía). Y que jamás ganaría, con uno o con dos huevos, con cáncer o sin cáncer, siete veces el tour de Francia en bicicleta. Se lo ve, andando por la bicisenda de la plaza Francia. Hubiera preferido, antes que sobrevivir a la enfermedad, ser un héroe de guerra: pero sólo es un radical de posguerra (de Malvinas). Pero el artículo, es para recalcar, no sólo es idiota sino una canallada: es mentira que pretenda promover esperanzas, nadie con cáncer -sea cual fuere su etiología- encaja el golpe como si fuera un sopapo de una morocha a quien se piropea con una guarangada. Y por muchos remedios y por mucha publicidad encubierta que esconda esta basura (no olvidar que los laboratorios farmacéuticos son enormes contribuyentes a las campañas demócratas en USA, y que Newsweek cultiva esa orientación política), hay miles de enfermos que no se recuperan, que no tienen obra social, que no todo es voluntad y decir sí puedo, sí puedo frente al espejo todas las mañanas, que las depresiones existen, que la muerte ocurre, que son más los que mueren que los que se recuperan y que son muchos más los que leen Crónica que este folleto cuyos diseñadores lograron transformar en propaganda ideológica y sanitaria.
miércoles, septiembre 23, 2009
martes, septiembre 22, 2009
Ponele
Ponele que chocás contra un árbol en la ruta neblinosa tratando de esquivar un ciervo. Ponele que te levanta y te arrastra por el bosque con su fuerza energúmena. Ponele que sos un redactor de Clarín que te fuiste a investigar las tierras fiscales de El Calafate, y que eso será parte de tu próximo libro. Ponele que te cura en su pequeña casa de madera que da al lago, te despierta a la mañana y te abre una hermosa caja labrada con motivos mapuches donde te ofrece hasta té de Jazmín. Y todo se empieza a ensombrecer cuando no es necesario que le aclares quién sos, dónde trabajás, qué hacías en esa ruta... ¡Cómo cierra! Quién quisiera ser idolotrado por una mujer así...
domingo, septiembre 20, 2009
El proyecto de LSCA establece que los dueños de cables no pueden tener señales nacionales como TN, porque sus competidores podrían tener problemas para entrar en la grilla de programación. De esta forma, TN debería ser vendida a una empresa que genere señales y no sea dueña de cables.
viernes, septiembre 18, 2009
Por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
Los abajo firmantes apoyamos la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual porque entendemos que la actual concentración de medios de comunicación en manos de monopolios privados cercena el derecho a la información de nuestra sociedad, avasallando una de las conquistas más importantes y colectivas de la democracia, como es la libertad de expresión, en nombre de la defensa de sus intereses particulares. También entendemos que los binarismos no sirven para llevar adelante un debate productivo sobre esta ley fundamental, porque es una ley que trascenderá a los mismos actores en disputa. Ni el Gobierno ni la oposición ni las empresas monopólicas tienen las mismas responsabilidades, frente a una creciente demanda social de reforma del sistema de medios audiovisuales.
Porque más allá del contexto en que el debate se produce -originado en parte por los intereses que afecta el proyecto de ley- es inaceptable que la comunicación audiovisual siga regulada por una ley que, impuesta bajo la dictadura, cuenta hoy entre sus defensores a entidades como ARPA y ATA, que en ese momento eran parte de la autoridad de aplicación, y que hoy se envanecen en nombre de “la libertad”.
Porque es necesario incorporar la mayor cantidad de gente posible, a través de organizaciones intermedias, a la gestión de los medios y de sus contenidos, y que el Estado garantice una mayor pluralidad, a través de los canales institucionales amparados en la Constitución Nacional y no por intermedio de los intereses económicos de los particulares que, en nombre de la libertad de expresión, aprovechan su desregulada participación en el mercado para manipular la información a los fines de preservar su poder económico y político.
En ese sentido, entendemos al proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual como una oportunidad histórica de fortalecer la democracia, tanto en lo que respecta a sus instituciones como a las posibilidades de participación. Desmonopolizar mejora la calidad de vida democrática porque impide que un solo actor determine la agenda de la conversación pública liberando también a los trabajadores de esos medios monopólicos de las garras de un solo patrón. A su vez no hay democracia posible si los poderes que de ella surgen no garantizan una pluralidad de voces real, que dé cuenta de la polifonía de una sociedad que requiere de la participación de todos sus actores. Libertad de expresión entendida como participación pública de toda la sociedad, de un Estado que la garantiza, y no como construcción comunicacional de los negocios y acuerdos que se hacen puertas adentro. Una ley que garantiza mayor transparencia en la producción y circulación de contenidos, que la ley que nos legó la dictadura y aún hoy sufrimos.
Esta Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual será una Ley de la Democracia, fruto de dos décadas de debates, celebrados en foros, universidades nacionales y entidades de bien público que entienden al derecho a la información libre, plural e independiente como un paso más en la mejora de la calidad institucional y política de una sociedad. A 26 años del fin de la dictadura cívico-militar, se impone la necesidad de revalorizar la libertad de expresión en nombre de los intereses colectivos. Una ley que abra la posibilidad de convertir a la información en un bien público y no en un negocio que ha demostrado responder no sólo a la remanida libertad de empresa, sino a la imposición de políticas y agendas propias de un totalitarismo de mercado que se sustenta en la desinformación y la manipulación de un derecho adquirido por la sociedad en su conjunto.
Andrés Alejandro Álvarez - Santiago Álvarez – Florencia Angilleta - Karina Arellano – Germán Arens - Martín Armada – Rodrigo Arreyes - Mario Arteca – Nicolás Arturi - Nora Avaro - Juan Manuel Baltar - Daniel Benavídez – Ángel Berlanga - Lucía Bianco - Eduardo Blaustein – Gastón Boco - Claudia Bono - María Elena Bonora – Graciela Bosch - Leopoldo Brizuela – Gustavo Bruzos - Sonia Budassi - Romina Calderaro – Susana Campos – Viviana Campos - Mariano Canal - Analía Capdevila - Matías Capelli - Alejandro Caravario - Fabián Casas – Agustín Castañeda - Gabriela Castellucci - Natalia Castex - María Esperanza Casullo - Pablo Chacón - Enrique Colombano - María del Carmen Colombo – Gabriel Cortiñas - Kekena Corvalán - Paulina Cossi - Lucía De Gennaro – Cristian De Nápoli - Tatiana Depetris - Juan Desiderio - Cecilia Di Genaro - Facundo Di Genova - Cecilia Di Gioia - Gabriel Di Meglio - Cecilia Díaz - Magdalena Diehl - Santiago Diehl - Mariano Dios - Ricardo Dios - Elsa Drucaroff - Lucía Dussaut - Patricio Erb - Mariana Enriquez – Mirtha Espínola - Wally Farías - Silvana Fernández - Andrés Fidanza - Horacio Fiebelkorn - Daniel Freidemberg - Romina Freschi – Ronny Omar Fuchs – Daniel Gaguine – Sebastián Galdós - Yanina Gallardo - Martín Gambarotta - Griselda García – Leonardo García – Teresa Gatto - Alicia Genovese - Hernán Gerschuny - Nancy Giampaolo – Amalia Gieschen - Ernesto Golomb – Romina Goncebat - Julia González - Eva Grinstein - Mercedes Halfon - Mariano Hamilton - Ezequiel Hara Duck - Daniel G. Hélder - Sebastián Hernaiz – Alejandro Horowicz – Paula Houllé - Belén Iannuzzi - Claudio Iglesias - Juan Diego Incardona – Clarisa Isa - Laura Itchart - Alfredo Jaramillo - Jorge Jaskilioff - Gerardo Jorge – Martín Juárez Ferrer - Pablo Katchadjian - Violeta Kesselman - Marina Kogan - Katza Kumik – Martina Laborde - Martín Legón - Ángela Lerena - Alejandro Lingenti - Joaquín Linne - Pablo Llonto - Gustavo López – Christian Lourido - Ana Mancini – Mariano Mancuso - Marina Mariasch – Ezequiel Martínez - Matías Matarazzo - Fabián Mauri – Natalia Maya - Mariano Melamed - Alejandro Méndez – Andrés Méndez - Osvaldo Méndez - Laura Meradi - Sebastián Mignogna – Lucía Módena - Ignacio Molina – Natalia Molina - Sebastián Morfes – Cecilia Morón – Leila Mucarsel - Clara Muschietti - Carlos Musfeldt - Fernanda Nicolini - Martina Noailles – Vanina Osci - Adrián Paenza – Mariana Palomino - Daniel Pasik - Luciana Peker – Ezequiel Pérez - Fernanda Pérez Bodria - Javiera Pérez Salerno - Paula Peyseré - Federico Piedras - Adela Ponce de León - Martín Prieto - Sol Prieto - Sergio Raimondi – Raúl Hugo Ramírez – Alejandro Ravazzani - María Leticia Ressia - Damián Ríos - Ana Laura Rivara – Gabriela Rivas – Leticia Rivas – Javier Rodríguez - Martín Rodríguez – María Laura Romano - Carlos Romero - Javier Romero – María Eugenia Rossi Gallo - Alejandro Rubio – Carla Sagulo - Diego Sánchez – Mariana Sanguinetti - Esteban Schmidt - Federico Scigliano – Sebastián Scigliano – Alejandro Sehtman - Damián Selci - Mónica Sifrim – Diego Suárez - Leandro Tartaglia - Nicolás Tereschuk - Juan Terranova – Nicolás Testoni – Pablo Testori - Natalia Vaccarezza - Hernán Vanoli – Federico Vázquez - Diego Vecino - Noelia Vera – Alicia Vicchio - Nicolás Villalba - Abelardo Vitale - Franco Vitali - Gabriela Vulcano - Alejandro Wall - Ana Wortman - Marina Yuszczuk - Alejo Zabalza - Pablo Zarfati - Claudio Zeiger – Natalia Zuazo
(siguen las firmas)