lunes, julio 24, 2006

Mas Verdades de la Democracia


"En la democracia, gobierno del pueblo, sólo se hace política como parte de una facción interna del partido oficial"

Santiago Llach

(Suscribo y la sumo al resto)

34 comentarios:

SL dijo...

habría que poner algunos paréntesis: la calidad imaginaria de la oposición (de la marcha federal a Lilita política de las entidades posnacionales, pasando por decembrismo, etc.), los cafés de congreso y tribunales como hilo de seda de la república, etc

Nessie dijo...

bueno, era una posibilidad que ya había propuesto el PAN allá por los años graneros en 1880...

SL dijo...

sí, y también el Partido del Estado Bienestar Sueco en los siglos XX y XXI

Unknown dijo...

Si hay una realidad que nos refleja es la de Suecia, por supuesto.

SL dijo...

Ese sería precisamente el argumento, Hal: si en una realidad como la de Suecia tienen democracia de partido único y superpoderes, ¿en nuestra realidad periférica y desigual vamos a aspirar a una democracia republicana con alternancia de partidos, independencia de poderes, etc.? Bueno, como aspiración me parece útil. Como diagnóstico de lo posible, no.

Unknown dijo...

Santiago: el "partido único" sueco es el enorme consenso logrado alrededor del Estado benefactor y unos hábitos de convivencia envidiables. Nosotros pasamos del Estado benefactor al Estado mínimo, y, de ahí, a esta cosa indefinida que todavía se está gestando. Del país más igualitario de Latinoamérica a la furiosa desigualdad menemista. De una moneda sobrevaluada y una economía de servicios a la devaluación, los commodities y la sustitución de importaciones. No tenemos consensos, por eso es imposible el partido único.
Además, Suecia vive bajo un sistema netamente parlamentario (el partido único es una metáfora, la alternancia y la independencia de poderes sí existen) y los superpoderes son la manera de dinamizar una acción de gobierno muy controlada. Al contrario, en un sistema presidencialista como el nuestro, los superpoderes y los DNU acotan el control y, sobre todo, la pluralidad. En ese caso, el problema ya no es la república sino la democracia.

Anónimo dijo...

jóvenes imberbes; averigüen cuál es la alícuota del impuesto a las ganancias en Suecia y las tarifas de los servicios públicos !

SL dijo...
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SL dijo...

Hal, no me hagás reír, nosotros nunca tuvimos estado benefactor comparable con Suecia. Los bruscos cambios de organizacion institucional y de regímenes monetarios, etc. (brusquedad que te gusta acentuar con adjetivos dudosos como "furiosa") son el síntoma o la consecuencia de la condición periférica.
Lo que Martín intenta hacer es justamente dar los rasgos de la democracia posible en este país. Esa democracia parece tender a ser una de partido único: es la forma de gobierno posible. Es en la interna de los partidos de gobierno sucesivos donde se dirime la política posible: es lo que hay. En la interpretación optimista, algo se va consolidando. Algún día votaremos al ARI.

Unknown dijo...

SL, no me hagas llorar. Tuvimos un Estado benefactor de la manera que se pudo (y algo de lo que se quiso), y vivimos el país más igual de esta parte del mundo. Los bruscos cambios son una de las consecuencias posibles de la condición periférica, no la única. Por ejemplo: Brasil, Venezuela y hasta el cobre chileno demuestran que no era necesario mal vender YPF (entre otros logros de la furia menemista). Tampoco era necesario, para cobijar la reformar del Estado, modelar una Justicia del tipo Cosa Nostra. Lo que Martín hace es dar los rasgos de la democracia que él supone posible, pero con límites demasiado estrechos y desconociendo otros espacios donde también se dirime la política.
En Suecia, los partidos funcionan como uno solo porque resolvieron (y acuerdan) lo básico. En Argentina, así se resumiera todo a un único partido, la interna parecería menos una primaria que una general porque no hay consenso ni siquiera para determinar qué es lo básico. Por eso el tema de la pluralidad es un asunto de la democracia antes que de la república.

Anónimo dijo...

"otros espacios donde también se dirime la política."
cuáles??????

Unknown dijo...

Nadie niega que haya otros espacios donde se "dirime" la política, haciendo uso de ésta en un sentido amplio -no digo cándido. Pero pensar que haya otros espacios donde se dirimen esas ideas de democracia y república más allá, pongamos, del "dream team" que arroja martín unos post atrás, sí me parece cándido, hal. Tendríamos que empezar por ver qué es la democracia, cómo se funda, traerlo a situación, antes que hablar de república. Adjetivar por adjetivar es peligroso aunque sólo sea una vuelta retórica que no hace al fondo de la cuestión. Hablar de "furia menemista" es elevar, me parece, a un deus ex machina una serie de políticas programáticas que hacen a la continuidad de programas anteriores -y me refiero a mucho más anteriores que el lugar común del "martínezdehocismo"- y que marcan también el devenir, lo que vino después. Es un lugar muy estrecho para decirlo, pero aunque nadie duda que entre la subvaluación de la moneda y la subsiguiente devaluación hay dos políticas antagónicas, ponerlo como base para una crítica de la falta de acuerdo político es recurrir al hipotético módulo inicial del hannah arendt institute -no es misoginia. A mí tampoco me convence pero hablamos de macropolítica: hay un capítulo previo al santificado acuerdo republicano que es el programa en pugna. Negar al Grupo Productivo desde el '93 en adelante, para poner un ejemplo transochado: eso es cándido.

Unknown dijo...

Gonzo, no sólo se niegan esos otros espacios sino que se niega ese sentido amplio de la política. Pensar que la democracia (sobre todo) y la república se dirimen en un espacio reducido a aquel “dream team” no es cándido, claro, sino escabroso. Insisto, en un país donde lo básico no está resuelto -ni acordado-, la pluralidad es un asunto de la democracia no de la república.
Lo peligroso no es adjetivar sino legitimar el saqueo, papá. ¿Cuáles son los programas (mucho más anteriores que el lugar común del “martínezdehocismo”) a los que el menemismo vendría a dar continuidad con la privatización de YPF? Y al instalar la mafia cortesana, ¿a qué otro programa estamos dando continuidad? Así podemos seguir.
Hablando de macropolítica: entre una economía de servicios sustentada en un flujo constante de inversiones extranjeras y un modelo de superávit fiscal gracias a la exportación de commodities y la sustitución de importaciones hay algo más que dos políticas antagónicas. Esos son programas en pugna que denotan la falta de acuerdos políticos y sociales como los que puede exhibir, por ejemplo, Suecia. Negarlo sería trasnochado (¿o cándido?).

Unknown dijo...

No lo niego. Pero el debate sobra al espacio reducido del comment y no quiero girar sobre malos entendidos. Lo que quiero aportar es que también y principalmente en esos espacios es donde se dirime la política. ¿Dónde, de lo contrario, se puede llegar a ese acuerdo plural? No convivimos con el mejor de los planteles, es cierto. Pero esa es la cantilena de la vieja política post-2001 que no llegó a ningún lado, finalmente -y que no por eso lo invalida, eh. Nadie legitima la venta de YPF o el vaciamiento fiscal, papi. Nadie (no yo por lo menos) viene a reivindicar el menemismo. Yo me refería a ese concepto de conjurar los noventa como una invasión marciana y que en este espacio Martín se ocupó reiteradas veces de dar cuenta. Seguimos hablando de macropolítica: dos políticas antagónicos no dejan de ser dos programas en pugna, si no me equivoco. No quiero negar la importancia de un gran acuerdo democrático o lo que fuere pero tampoco quiero obviar las condiciones propias del desarrollo político en argentina. Como dijo Santiago, como diagnostico de situación es equivocado. Tratemos de llegar a un acuerdo ahí para no mascullar sobre boludeces que hacen a la satiriasis ideológica. Digo: ¿cómo llegamos a ese acuerdo, a esa pluralidad, partiendo de esta base, que es lo que hay? Va sin chicanas. Un abrazo.

Unknown dijo...

Otra cosa: el vaciamiento de YPF, por ejemplo, además de continuar políticas que el menemismo corporiza de manera inédita, es, en el marco de una linealidad social, el porcentaje electoral, el ideograma de la realidad económica entendida en el grueso del electorado (seres vivos y soberanos) un fortalecimiento de la democracia. Que fue una cagada, no lo dudo. Que hay que revertirlo, fortaleciendo aún más la democracia, tampoco lo niego. Lo apoyo. Pero sin mitificar mediáticamente y dando cuenta de todos los factores. Es una idea. Seguramente me equivoco.

paula p dijo...

hola chicos, estoy un poco atemorizada. quiza no deberia comentar, es q leo atentamente y me manejo un poco a oscuras entre sus datos, pero igual tanteo para dónde voy (santiago dira ´con la apolitica de las mujeres´) Les juro que los escucho hablar en esta macrocosa que cultivan, quiero aprender, escucho, pero me resultan màs hipoteticos q un trosco. un Partido unico argentino es mas deforme q hablar sueco de repente y mas supersticioso que el menemismo satànico de los 90!

y si la república se dirime en un espacio reducido al “dream team” no solo es escabroso, como dice hal, sino que no me dedico mas a la literatura
esta ultima parte es la que mas me preocupa

Unknown dijo...

Gonzo, sí, también en esos espacios se dirime la política. ¿Quién dijo lo contrario? Tampoco creo que el menemismo fuera una invasión marciana. No, los saqueadores son de carne y hueso, y bien de acá.
Para entendernos, el asunto es que en Suecia hay partido único (o varios que actúan como uno) porque la puja distributiva se mueve entre límites estrechos. El piso es alto y eso, más o menos, deja conformes a todos. Poco antes o poco después, no sé, viene una cultura de tolerancia, etc.
Acá, la puja no tiene esos límites. Supimos ser la sociedad más igualitaria de América Latina y hoy somos un país latinoamericano en el peor sentido.
Por eso no hay ni habrá partido único en Argentina. Porque no hay aquellos límites en la lucha por el ingreso. Porque no hay acuerdo sobre como distribuir riqueza, derechos y responsabilidades entre los actores sociales/económicos/productivos. Entonces, para que esa pelea pueda darse en democracia, es imprescindible cultivar la pluralidad. La república es el nombre o la forma, pero la democracia es el tema. El ámbito desde donde resolver la cuestión de la distribución. Más pluralidad, para que haya más gente en la discusión (cuando hay menos sabemos quienes pierden). Si se achica la pluralidad, se extravían actores, y la puja termina dándose en los márgenes de la democracia (cuando no, por fuera).
Y, además, los derechos civiles y políticos (los de quienes podemos ejercerlos, claro) quedan al arbitrio del mandamás de turno.

Sobre el segundo comentario, sugiero que revises la redacción porque -al final- se lee como si el vaciamiento de YPF hubiera fortalecido a la democracia (electorado e ideograma de la realidad económica entendida por aquél, mediante), además de haber sido una cagada. No puede ser, ¿no?

SL dijo...

No hay ni habrá partido único? Cuál es el partido que gobernó en los últimos 17 años, con breve interregno? cuál es el partido que no dejó gobernar en los 6 anteriores y en el breve interregno? O me vas a decir que Kirchner, Menem y Duhalde no son del mismo partido? Llamalo movimiento si querés, llamalo como quieras.

Unknown dijo...

Si entre Menem, Duhalde y Kirchner ves sólo continuidad, estás más cerca de Carrió que yo.
Ahora, si se trata de una cuestión formal, el ejemplo de Suecia no cuadraba y el postulado era demasiado general y atemporal.
Considerando que, en el lapso mencionado, el “partido único” contó en promedio con el 50 por ciento del electorado, sobrados motivos para defender una república que permita expresar y participar a todos los que no integran la mitad que acompaña al gobierno.

Unknown dijo...

Pasa que en Argentina el Partido Único gobierna y el acuerdo pendula alrededor de su interna. Me parece que la frase de Santiago no es un ideal sino un diagnóstico. Y ahi se vuelve inobjetable. La línea Menem-Kirchner es esa forma de la política: la interna del partido oficial (el peronismo). ¿Sólo se puede hacer política opositora como parte de una afiliación erosiva dentro de alguna de las facciones de esa interna? No sé. De Cooke, Lopecito, Menem a Chacho no termina de haber ejemplos contundentes. Pero por ahí pasa la cosa.
Lo otro, lo del 50, es otra cosa. Ahí entra el balottage. La ilusión de definir la democracia en términos de electorado. ¿Cómo hace K para pasar del treinta y pico del 2003 al setenta y pico más o menos sostenido de algunos meses después? ¿Todos los votantes de K estamos enceguecidos por la prédica de Zanini o por una idea de participación ciudadana mucho más compleja? A mí el tilde de hegemonía no me cierra sino como una faceta de lo antidemocrático.

Unknown dijo...

Ahí donde dice "De Cooke, Lopecito..." quise poner Montos y me salió Menem.
Estoy llamando a mi doctor pero no me atiende...

Unknown dijo...

La frase es un diagnóstico objetable: si Menem y Kirchner son una línea (cosa poco probable) que resume toda la política (aún menos) entonces el camino es el entrismo, ya sea el izquierdista de los 70, el oportunista de los 90 o cualquier otro. Así, no hay partido único que aguante.
La democracia es varias cosas, una de ellas es pluralismo. Si la mitad de la sociedad acompaña electoralmente un gobierno, el resto debe poder representarse/expresarse de alguna manera (no sólo simbólica). Eso es pluralidad y democracia, también.
Aclaración: Kirchner tuvo el 23 por ciento en 2003, y sus candidatos el 40 y pico en 2005. Lo demás son encuestas de mi amigo Artemio.

Gonzo: si el fallido entre Menem y montos es cierto, más que doctor te recomiendo un exorcista.

Martín dijo...

Hal: hay algo que se llama comunidad de sentido que no existe entre nosotros. Hablñás en términos ideales, y nosotros (con matices, diferencias y puteadas: gonzo, santiago, rubio-maia, etc.) estamos tratando de elaborar un diagnóstico sobre las formas políticas del orden democrático, "tecnologías de la ciudadanía de mierda" si querés, pero no estamos acá para decir cómo tiene que ser la democracia. Se entiende, Blum?

Anónimo dijo...

NO estamos acá para dar línea, naipe.

Anónimo dijo...

NO estamos acá para hacer literatura, hooligan

Unknown dijo...

Paniagua: es claro que no hablan sobre modelos ideales, pero me parece que es un diagnóstico fallido. Discutir si alguien que no está (o haya estado) afiliado al PJ puede gobernar el país es una formalidad de poca trascendencia. Para hablar de partido único (más allá de las formalidades) debería poder rastrearse un clara comunidad de ideas e intereses entre los modelos que expresan Menem, Duhalde y Kirchner; ¿la hay? A mi entender, las diferencias entre unos y otros expresan algo más que una disputa intestina. En el enunciado, cuaja mejor el ejemplo sueco que el argentino.
Por otro lado, Santiago preguntó y afirmó: “¿en nuestra realidad periférica y desigual vamos a aspirar a una democracia republicana con alternancia de partidos, independencia de poderes, etc.? Bueno, como aspiración me parece útil. Como diagnóstico de lo posible, no”. Yo sí creo que es posible, además de imprescindible (para que haya democracia, justamente).
¿León Blum o William Blum?

orga (en todas sus versiones): no están.

SL dijo...

Desde ya que la hay, de eso se trata. De vislumbrar las continuidades y las discontinuidades: tentativas sobre la representación: y el peronismo, maquinaria epistemológica surcada por lo real, con una historia rica en realpolitik, clandestinidad, mesianismo, consenso y etc, suele operar como tecla de la representación política en la argentina de la democracia: la máquina política que cada vez se reinventa para dar con la clase de síntesis que permite administrar. Guste o no. Generacionalmente, HAL, damos por supuesta la democracia coral. Muchas veces son las almas blancas escandalizadas las que, secretamente, amenazan la república.

Unknown dijo...

Se trata de la dificultad para reconocer continuidades, no es cuestión de gustos.
Alejados de lo formal, si el común denominador es la capacidad para hacer síntesis y administrar, antes que una maquinaria epistemológica se trata de una academia de demiurgos capaces de dotar de sentido a una realidad plagada de fetiches y necesidades. Dicho de otro modo, más que un partido único lo que existe es una escuela de gobierno y una serie de aceitados sistemas de poleas que se mueven en base a supuestos y recursos del Estado.
Creo que, al final, tanta obsesión por lo real conduce menos a lo posible que a un posibilismo negador de la política.
Y recuerdo que varias de esas almas blancas, hoy escandalizadas, acompañaron fervorosamente la revolución del demiurgo riojano.

Anónimo dijo...

Bueno, evidentemente estamos en presencia de un Gran Diálogo político, pero, es cierto Panifuego, donde no hay demasiado acuerdo sobre los términos de ese diálogo. Donde unos ven cinismo/ otros realismo, donde unos candor/ otros ironía, y así seguiremos. Es cierto lo de Llach: ESO es el sistema de partido argentino. Es cierto lo de HAL: ESO es nuestro gran partido de los pobres. PUTO FINAL.

Anónimo dijo...

llego tarde. la discusión entre lo ideal y lo real, entre lo mejor y lo bueno, es eternay es uno de los motores de la política. Más alláde eso, la frase de SL es más un disparador de discusiones que un artículo de fe o un claro diagnostico de algo que no puede ser expresado en un simple aforismo. El problema del pluralismo que pretende Hal es el siguiente: el 50 por ciento que vota al peronismo, cuando gan el peronismo, expresa un aalianza social sólida y clara en sus objetivos. El 50 por ciento que no vota al peronismo sólo expresa buenas intenciones, antiperonismo nato o vagas aspiraciones de cambio capaces de ser condensadas por un slogan de Agulla. Hay una disparidad entre los dos bloques del electorado en lo que respecta a la percepción de los problemas, y por consiguiente, al programa. No va a haber ningún acuerdo programático mientras el antiperonismo no haprendaa hacer política democrática, no golpista o mediática. Tampoco, desgracidamente, va a haber pluralismo ni indepencia de poderes ni etcétera. ¿Qué se va a sentar a charlar Kirchner con Carrió o López Murphy? ¿Se imaginan a Carrió saliendo de la reunión y declarando: hemos conseguido que el Presidente no instale campos de concentración? ¿Cuál sería la representación no simbólica de ese elctorado no peronista si no hay acuerdo programático? ¿Poner palos en la rueda a todo lo que disponga el ejecutivo? ¿El empate hegemónico? ¿El cogobierno (un ministerio para el ARI, otro para el PRO, otro para el socialismo, etc.) ¿Alguien piensa que ese modo de representación del no peronismo llevaría a la resolución de los problemas, no ya de distribución del ingreso, sino cualquier tipo de problema, desde cómo resolvemos el conflicto por las papeleras a cuánto le cobramos el gas a Chile? Para mí el problema, entonces, se resume así: no es que no haya democracia, o república, el problema es que no hay nación. Hay dos naciones que viven mirándose de reojo la una a la otra.

Unknown dijo...

Qué peronismo? Cuál antiperonismo? Yo veo en este gobierno a gente que se opuso consistentemente al menemismo (junto a otros que lo defendieron consistentemente, también). Las coaliciones sociales que acompañaron a una y otra gestión, ¿son las mismas? Los intereses que expresan las políticas de tales gobiernos, ¿son idénticos? Los modelos económicos de ambos, ¿son equivalentes o complementarios?
Por otra parte, la cuestión de la pluralidad no apunta a un empate hegemónico ni a establecer una supuesta paridad entre porciones del electorado. La carencia de una nación, o de un proyecto de tal, o de un conjunto de consensos y denominadores comunes de tipo permanente, requiere que la mayor cantidad de actores tenga oportunidad de participar en la discusión pública para que el debate (o lucha) por el ingreso se dé al interior de la democracia y no en sus márgenes.

Además, Maia, respetemos el puto final.

Anónimo dijo...

lean las cartas quillotanas: ahí está todo lo que hay que pensar. y cien años antes. puto final, en serio.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Por una Democracia Participativa contra la Corrupción

En los últimos años hemos podido observar la corrupción más documentada del mundo (videos, audios, contratos, y otros documentos) de personas que fueron parte de la corrupción de los delitos económicos, políticos y otros; en el régimen fujimorista y el gobierno de Toledo. Donde somos testigos que existe una cultura de corrupción institucionalizada por parte de los viejos políticos, élite que se alternan en el poder para gobernarnos.
Por lo visto frente a la corrupción no existe voluntad política y es lamentable como se da el trato preferencial a favor de los delincuentes políticos; con muchos de ellos el Poder Judicial es condescendiente al emitir resoluciones judiciales otorgándoles mandato de comparecencia o arresto domiciliario en los proceso penales aperturados. Aún dándose los presupuestos para ser encarcelados, no se encuentran estos en la cárcel: donde hay pruebas contundentes que muestran la culpabilidad dolosa de los procesados, la sanción a imponerse es mayor a cuatro años, el imputado intenta eludir y perturbar la actividad probatoria son razones por la cual el juez debería de dar mandato de detención a muchas personas en los diferentes proceso de corrupción en el aparato estatal.
Es repugnable que las personas pertenecientes a la élite económica y política se atribuyan que ellos no cometen delitos sino solo “pecan” como dijo Luis Bedoya Reyes refiriéndose a su hijo quien habia recibido dinero mal habido.
Se ha venido apreciando la garantía de impunidad no solo en los procesos de corrupción sino también en los crímenes de lesa humanidad que sufrimos las últimas dos décadas en nuestro país por parte de los partidos políticos comprometidos, fuerzas armadas y la extrema derecha; estos malos jueces que salen en defensa de la mafia y de los criminales del Estado, inclusive han venido aplicando normas de carácter procesal y de ejecución penal con retroactividad y poniéndolos en libertad.
Todos los que se encuentra detenidos, están porque son muy evidentes donde la mayoría se acogen a la confesión sincera y colaboración eficaz para lograr menos pena punitiva; esperan también salir pronto con la redención de la pena (es decir para el computo de la pena un día de privación de libertad por cada dos días de trabajo o estudio para los delitos de corrupción y otros, conocidos por el 2x1) y/o cumpliendo las ¾ partes de la sanción penal para lograr su libertad, en otras palabras la pena será benigna y nuevamente saldrán a delinquir.
Cuanta injusticia y desproporcional son las normas penales en cuanto los delitos de corrupción y delitos comunes; en el primero afecta a toda la población siendo considerado delito de masa (Hecho de notoria gravedad que perjudica a una generalidad de personas) que debería ser una agravante, aún con mayor razón a las autoridades que fueron elegidas por el pueblo e ingresaron a los gobiernos locales, regionales y central con el respaldo popular traicionando a sus expectativas.
Sin embargo la justicia es drástica para los pobres y los menos favorecidos económicamente, cuando por hambre no les queda otra opción que hurtar o robar para satisfacer las necesidades de su familia y subsistir; quienes además de pagar su deuda con la sociedad pagando largas condenas resultan siendo estigmatizados, padeciendo no solamente por el desprestigio social sino la imposibilidad de conseguir un puesto de trabajo por tener antecedentes penales. Pues el Estado y la economía de mercado no garantizan puestos de trabajo y oportunidades a la población que les permitan el real ejercicio de sus libertades y lograr su desarrollo, cerrando las brechas económicas.
Mientras los “grandes políticos” que se favorecen por la Democracia Representativa emiten normas que benefician a sus empresas, a las transnacionales y a sus familias que gobernaron y gobiernan alternadamente como Belaunde, Castillo, Diez Canseco, Villaran, Quijandría, Bedoya, Tudela, Towsend, Bruce, Solari, entre otros (muchas de ellas familias entre si) legislando a favor de los grupos de poder económico quienes financian las campañas electorales estas familias son: Romero, Benavides de la Quintana, Brescia, Ferreyros, Graña y Montero, Belmont – Anderson, Rodríguez – Pastor, Miro Quesada, Wong, entre otros.
Las familias de poder económico tienen representantes en el Poder Ejecutivo y el Congreso de la República. También por ser grandes anunciantes, tienen una influencia en los medios de comunicación que es la piedra angular para perpetuarse en el poder. Estos no se encuentran expuestos públicamente guardan el perfil bajo, para eso tienen a su “títeres políticos” que responden a sus intereses.
La Democracia Representativa no ha funcionado en toda la época republicana del Perú, solo ha demostrado: corrupción, toma de decisiones personales sin rendir cuenta al ciudadano, solo garantiza democracia electoral donde cambian periódicamente de gobernantes, es la manera sutil de robarle el poder al pueblo en el gobierno, ignoran el poder popular que los llevó al poder, imposición de la clase gobernante, la gobernabilidad para ellos supone exclusión, son castas que se aferran al poder por décadas, pérdida de calidad de vida en los sectores populares (en alimentación, salud y educación), gobiernan sobre la base de la injusticia y la impunidad, creen que las críticas y las protestas se sofocan declarando un Estado de Emergencia para posponer todo reclamo, obedecen al poder hegemónico económico y político.
Para hacer una de nuestras propuestas en la lucha contra la corrupción y ejercer ciudadanía, me permitiré desarrollar una pequeña fórmula y desarrollar brevemente un par de conceptos para culminar con el nuevo tipo de democracia que anhelamos y estamos empeñados en forjarla.

La Teoría Democrática divide en Democracia Procedimental y Democracia Sustantiva. La Democracia Procedimental, define la democracia como un sistema de gobierno que se evalúa según el apego a procedimientos centrados en elecciones competitivas, se denomina también democracia minimalista, procedimental, electoral, elitista o política. La Democracia Sustantiva, quienes evalúan no solo los procedimientos sino también los resultados por su capacidad como régimen político para producir un mayor bienestar en la población, es el resultado de condiciones propicias en lo económico, social y cultural; llamada también democracia social, sustancial o cultural.
Norberto Bobbio hablaba sobre una democracia perfecta que debería ser al mismo tiempo formal y sustancial que implica un proceso de democratización, la reducción de las desigualdades económicas y sociales que constituyen un condicionante del ejercicio de los derechos políticos.
Rousseau expresa en el Contrato Social la defensa de la democracia directa, manifestaba que la soberanía no puede ser representada por la misma razón de ser inalienable; consiste esencialmente en la voluntad general y la voluntad no se representa.
En ese sentido proponemos además de la democracia procedimental y sustantiva una tercera democracia que tiene diferentes denominaciones: democracia directa, democracia participativa, democracia de ciudadanos y ciudadanas, democracia fuerte y unitaria, democracia desde abajo, democracia sin violencia estructural, democracia absoluta, democracia verdadera; que va a llevar a implementarse la democracia sustantiva; esta define por la directa, como el ejercicio de soberanía del pueblo y así pasar de un Estado de Derecho al Estado Social de Derecho. En esta tercera democracia que nos garantiza plena capacidad de decisión sobre nuestras vidas, aquella participación que ejercemos sin pedir permiso, donde el ciudadano aprende a ejercer como gobernante y los gobernantes ejercitan el poder mandando - obedeciendo. Así ejercitan en forma efectiva y directa la soberanía popular que concretan formalmente el Poder Constituyente Popular; estamos hablando de democracia directa: el referéndum vinculante, iniciativas populares (legislativas, abrogativas, de revocación, de ratificación); se habla de sistemas electorales justos, proporcionales y nominales, de elecciones primarias; hablamos de procedimientos de autogestión como los presupuestos participativos, de economía participativa; hablamos especialmente de libertades que garantizan la supremacía y dinámica del Poder Constituyente Popular como son la iniciativa popular a la enmienda constitucional, al inicio de procesos constituyente.
Porque no hay una democracia autentica sin la participación real de la ciudadanía, la democracia supone cuestionar los modelos “democráticos” basados en la neutralidad del liberalismo, democracia restringida, desempleo.
Todos los conceptos de la verdadera democracia que habla de transformaciones pendientes y urgente del sistema político, económico y cultural vigente, transformaciones que los movimientos sociales están convergiendo en su sendas de identidad.
Como podemos apreciar, existe la posibilidad de un poderoso movimiento social fuerte en América del Sur hacia la democratización y la solidaridad, pues la radicalización democrática solo puede ser producto de un movimiento social como en Bolivia, Ecuador con sus organizaciones de campesinos, indígenas y trabajadores mineros que están empoderados.
En esta lucha se revierten las formas de construcción y las perspectivas políticas del movimiento social. Se trata de que estos procesos de politización de lo social y la socialización de la política.
Así mismo nuestra propuesta y la de muchas organizaciones sociales que va creciendo y es posible que encontremos puntos comunes siempre que estemos de acuerdo en conseguir mayor control de gobierno, así como de las grandes empresas nacionales y trasnacionales con mayor participación de ciudadanos y ciudadanas.
Quisiera culminar con algunos fragmentos que es parte de obra la “Política” de Aristóteles: “…Los desordenes de los demágogos originan las revoluciones en las democracias…la revolución en la aristocracia se produce, en primer lugar, cuando las funciones públicas son patrimonio de una minoría, muy reducida….”.
Aristóteles hacia una crítica a esa democracia y es lo mismo que nos sucede en toda la “democracia” en el Perú, en el gobierno que se encuentra en pocas manos y alternados entre la élite oligarquica. La sociedad civil es ajena a la toma de decisiones mostrando una falta de verdadera apertura de espacios de Democracia Participativa donde sus acuerdos tengan carácter resolutivo es decir decisión en las políticas públicas, solo así haremos verdaderos ciudadanos y ciudadanas comprometidos con su patria.
Un mundo mejor es posible, un Perú mejor también es posible solo si comenzamos a tener una cuota de poder para gobernarnos como pueblo, los más necesitados, porque los otros ya tienen todo el poder por ahora.
Por: Abog. César Atienza Villavicencio Atienza
Secretario de Juventud de la CUT – Región Junin
Coordinador General de la Alianza Humanista de Abogados
Secretario General y Fundador de la Alianza Humanista Juvenil - AHuJ
Asesor Legal de la Federaciòn de Estudiantes del Perù - FEP
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