lunes, julio 06, 2009

Cartas que llegan del pasado. (A propósito del conservadurismo gonzaliano.)

Por A. Sacher

El mundo avanza mucho más rápido que que los que queremos que sea un mundo más justo. Tan rápido que incluso la palabra justicia quizás ya no sirva para indicar el destino deseado. Todavía usamos un mapa viejo y roto para guiarnos por una ciudad nueva. Todavía miramos el futuro con los ojos del pasado, con ojos cansados, con ojos gastados. ¿Y qué diferencia hay entre avanzar más lentamente y estar quietos? Al lado del sendero bucólico que transitamos con paso cansino pero orgulloso está la vía sobre la que pasa el tren del mundo, del país, de los barrios. Un tren que no para, que no para en nuestros pueblos hechos de ideas caducas y valores vencidos. Al frente de batalla llegan cartas del pasado. Cartas ya leídas, cartas ya jugadas. Cartas, precisamente, abiertas. ¿A quién se le ocurrió repartirlas de nuevo? ¿Quién creyó de verdad que esas cartas derrotadas en la noche por los anchos de espadas y de bastos iban a darnos de mañana la victoria aunque fuera con la suma del envido? Hoy el juego es otro. Hoy se juegan otras cosas. Hoy se juega a otras cosas. Asumámoslo, Carta Abierta es a la política lo que la generala es a la play station. Un bello testimonio de modos pasados de estar juntos, de utopías tan puras que hasta admitían o buscaban la revolución. Hace un tiempo se lamentaba, González, de "la cancelación del idioma social de la política que formó generaciones enteras de ciudadanos", de lo terrible que es atravesar "el capítulo final de una forma del habla política argentina". Nos habla del "acto final de la lengua política recibida" y del "avance irresponsable de un conservatismo de sociedad cansada". ¿Quién es aquí el conservador? El "candidato facial" u Horacio, el bibliotecario? Cuando "en una nación fracasa la lengua articulada con la que se fundó la política" hay que cremarla y parir una lengua nueva. De nada sirve alambrar las ruinas y hacerlas un museo. De nada sirve, tampoco, usar las armas enterradas por el tiempo en una batalla para la que son sólo adornos. Quizás González tenga el más conservador de los oficios intelectuales. Más ligado a la administración de las palabras escritas que a la creación de nuevos lenguajes. Las palabras nuevas se ríen de la biblioteca. O no saben que existe. En todo caso no entran en ella. No tienen páginas ni tapa. No tienen autor. Son nacidas de anónimos y colectivos. Los epistolares defienden al gobierno como los granaderos rígidos de Balcarce 50: con los símbolos de un tiempo pasado. No, no. No digo que la explotación y la oligarquía no existan, pero ellas cambian más rápido que nosotros. No hay. No hay una esencia perpetua contra la cual pelear en todo tiempo y lugar. El bien y el mal no son siempre lo mismo con ropajes diferentes. El bien y el mal no están anclados, no tienen fronteras. Cambian. Cambian. Cambian. Y ellos se confunden. Acusan a todos los demás de ser parte de un partido del orden. Ya quisiera yo que tuvieramos un orden, que fuéramos capaces de crear y ordenar las fuerzas nuevas. ¿De dónde sale ese tono de justificación? ¿Por qué tienen compasión por el gobierno? ¿Por qué concentrarse en armar una retaguardia intelectual cuando en el frente las balas perforan el blindaje? ¿En qué atardecer despliega sus alas el Búho colectivo? La restauración conservadora que temen los cartistas ni restaura ni conserva porque salta hacia adelante, hacia nuevos lenguajes que el bibliotecario desprecia por su forma, por su ruptura con la tradición que él custodia con oscuridad y recelo. La realidad hace tiro al blanco con la poética del nostalgismo. Un blanco fácil, que se mueve lento y siempre para el mismo lado. No se puede pelear con sus palabras. Tienen la pólvora mojada, se traban al disparar. Son bombas que no explotan. No quiero. No quiero armarme con esas armas que tienen el filo gastado y el mango roto. Vámonos de acá. Vámonos a hacer blogs y buscar palabras nuevas. Vámonos a los barrios y aprendamos las palabras que todos los días nacen para contar un mundo que cambia. Se viene el invierno, quememos los tesoros para calentarnos un poco. Que alguien desactive las minas que quedaron de otras guerras. Nuestros padres pasean sonámbulos y pisan las espoletas. Hay que hacer política sin padres. Vamos a rendirles todos los honores, vamos a ponerle sus nombres a nuestras calles porque ellos trataron primero. Pero para hacer el camino traigan una topadora. Antes de que sea tarde. Tenemos que hacer nuestro horizonte. El de las postales que mandaste desde Ezeiza, papá, tiene los colores gastados. Mamá, convoca más un pastor evangelista que tus sueños postadolescentes de liberación. Ellos buscaron palabras nuevas y armaron hasta en los pabellones. Los únicos que tenemos el cielo vencido somos nosotros. No se preocupen en quemar las naves, ya no sirven para nada. Ni siquiera para volver. No hay nada que conservar. Hay que soltar las amarras. Ir a otros lugares. Hay que mutar. Somos anfibios que todavía no podemos sobrevivir en una nueva tierra. Tenemos que crear nuestra barbarie, ser más rápidos que ellos. No es juvenilismo, no. No tiene que ver la edad, tiene que ver con hacia donde va la mirada. Si te das vuelta te convertís en una estatua de sal. El mundo está fuera de quicio. Todo se tambalea. Yo no quiero quedarme quieto. No quiero rezarle a los dioses que murieron. No quiero que me aplasten las columnas de templos vacíos.
Cómo rompen las pelotas con la democracia y las "dictaduras" durante todo el año. Insisten, insisten, que si una abuelita cubana no puede ver a su nieto, bla, bla. Que Chávez no sé qué. La diplomacia argentina trajo a Molina. Y las gestiones de la presidenta en Honduras (¡donde sí hubo un golpe!) merecen el mismo desprecio. ¿Cómo van después a pedirle a Chávez, Evo, etc. que moderen su "consultismo autoritario" de las urnas si después le ven tantos matices a un liso y llano golpe de estado? ¿Por qué demoran el abandono de la prosa republicana? ¿No será esta diplomacia una continuidad de la política de Derechos Humanos, que acá les parece tan "virtual" y "del pasado"?
El kirchnerismo ha malcriado consumidores de poder. El kirchnerismo no ha parido kirchneristas. El peronismo es produccion de poder. El kirchnerismo perdio al minar sus puentes con la clase media. El kirchnerismo nace de la clase media. Cuando se entro a dialectizar blanco/negro... De Narvaez es conurbano televisivo. ¿Y si cerramos por un buen rato? De Narvaez ofrecio una sola cosa: un instrumento para poner un limite. Y volvio a su estado natural. Como dice ese tango cheto: hay sangre en la arena.

miércoles, julio 01, 2009

Cuando el kirchnerismo arrancó no era nada, era la “agenda de los otros”, pocos conocían la trayectoria del matrimonio, sus antecedentes ideológicos. Bueno, ahora, en el tren de las especulaciones y el pensamiento-libre, podríamos repetir aquella fórmula y que el kirchnerismo "salga por izquierda". Agote su ciclo con las banderas en alto. O sea: la agenda de los otros. Como al principio. Dos temas: Indec e Ingreso Universal. Y para ello avanzar sobre la acumulación y capacidad técnica de los cuadros que han quedado a la izquierda. Avanzar sobre la agenda ceteaísta y sabatellista proponiendo una "comisión normalizadora" del Indec. Anular la focalización de luz cenital sobre el Niño Pueblo de Sor Alicia Inés de Santa Cruz con el ingreso universal. Actuar así: “Yasky, ¿tenés un par de cuadrazos a mano que en dos meses de labor silenciosa me paren el Indec?”. No meter cuestiones espinosas en el Congreso por un año y mas tarde sí “enviar al congreso” temas como la ley de medios para que en el Congreso se “maten” y se vea quién es quién en este mundo. El sueño 03-05: cuando todos salían a decir cómo se posicionaban frente a lo que se hacía, y no frente a las "oscuras intenciones". Sólo ahí hay que ver si Pino o quien sea acompañan cosas concretas mas allá de lo discursivo (campo en el que Pino cosecha a velocidades sojeras todo su capital). No importa si Pino recoge el guante ahora de un besito a la distancia de la presi: importa la t r a s c e n d e n c i a. Importa si en un año se puede avanzar sobre su propia agenda. Y ahí yo sería excesivamente dañino: entre la nueva ley de medios y nuestra YPF movería el avispero apostando a una salida decorosa... porque hay que perder. Al kirchnerismo le faltan dos o tres derrotas dignas. Al kirchnerismo le falta una buena derrota junto alcampo de la izquierda social al que pertenece. (Las boletas cortadas lo estaban con guillotina, cuentan por allí.) Y sí: un kirchnerismo blanco, como nació, vuelve a las fuentes. De acá a fin de año sarandear la agenda de la izquierda, la agenda blanda, cristalizar los consensos (¡y eso incluye el Indec!), volver a migrar el virus transversal a algo mas que las "sumas y restas" de lírica territorial para nuestros pensadores que... no van a llegar a pensar mas que Javier Auyero. El año que viene: empezar a mostrar para quién juega cada uno. (A mi diputado le dije que cajoneaba mi proyecto de colimba... él sonrió.) Y algo mas: lo que mata es la humedad, el microclima, el "festejo de los propios"... ¿Y por qué lo digo? Porque me parece que hay un problema que sólo puedo ejemplificar citando a Federico Vázquez, del volumen 3 de sus "Cartas Quillotanas", una semana atrás: "Che, ¿lo vieron ayer a Tinelli? Para mi estuvo bueno como todo se centró en Néstor casi dos horas, y el final cuando habló, empezó bien, se le paró a Tinelli desde una posición de "poder", digamos. Mandó chistes, bien, pero faltó para mi algo fundamental: tenía que haber cerrado con unas palabras para la gente. NO LE HABLÓ A LA GENTE... Eso para mi fue malísimo. Aunque sea una palabras "junto al fuego del hogar", onda: el domingo fiesta de la democracia, a pensar, a reflexionar, a estar tranquilos. Y listo. Pero se enfrascó con lo de "lo tenemos que hacer en vivo" cuando el programa ..... ¡era en vivo! Como que estuvo preocupado por desnudar la negociación fallida (que si sos local, visitante, en vivo, grabado) que se da a espaldas de la gente, pero con mostrarla... no ganás nada. Para mi, igual tomando todo el programa, sumó." Ese es el punto. Como cuando enfrenta Cristina un notero y le quiere dar clases de ética periodística y pierde de vista no sólo la mirada del televidente silvestre, sino la "identificación" de ese televidente con el notero humillado. Digamos que si yo pudiera pedir un deseo de inspiración excesivamente narcisista sería simplemente que Cristina no me hable mas a mi. (Un "yo" metafórico, doctor, quiero decir.)

¿Hay relato para el que no usa la palabra "relato"? ¿Hay alguna carta que no sea "abierta"? ¿Se le iba a ganar a Clarín con metaperiodismo? Quedan dos años y medio para, inteligentemente, "seguir haciendo daño".

martes, junio 30, 2009

¡Cerremos los blogs! ¡Salgamos al sol! ¡Pongamos el oído en la gente, en la ciudad del cantar, del cántaro, del cantor! Donde el repartidor de pizza y el paseador de perros ¡cantan! y el tachero, el que te limpia el parabrisas, el que te vende los cuadernos Gloria en la esquina de Córdoba y Azcuénaga ¡cantan! y el que no canta cuando están secas las pilas de cantar empieza a silbar la misma canción que cantan todos… ¡Todos cantan! Como el diariero a las seis de la mañana del puesto de Caseros y Dean Funes que le sonríe al que baldea la vereda, que le regala el clasificado de ayer al mozo del Globito: los 3 cantan. Y el que pasa en bici con el pan les silba la misma canción y ellos se ríen. No sabían ellos que estaban cantando la misma canción. ¿No saben ellos que están cantando la misma canción desesperada? El que toca en su guitarra criolla el riff de Deap Purple porque nada suena tan feo como ese riff y canta en el portero eléctrico para que el portero que se quedó quieto exactamente quince minutos con la manguera y el agua en el mismo punto fijo ¡cantan la marcha mundialista de Italia en castellano! Uno durmió, el otro no durmió, los dos cantan el hitazo de la vuelta de la canción por todos. Canta el portero que le tira el chorrito de agua a la hija del chino que pasa casi dormida en pleno invierno para despabilarla, ¿y sonríen los dos? ¡Sonríen los dos! La mucama que pasea el perrito de mierda en la plaza Chile saluda de lejos al que vende fundas de celulares y está mirando para los cuatro costados por si viene la policía que, a su vez, llega cantando su Marcha de la Juventud Argentina… ¡Cerremos los blogs! La gente está cantando. Canta la marchita en versión libre. Llegan cantando a los jardines privados donde se cuecen las habas de la Memoria el hitazo del olvido y la reconciliación nacional, llegan cantando y levantan del brazo a esos microemprendedores del verso lírico nacional (y popular) y los suben al micro escolar de una colonia del IMOS ¡y van todos cantando contra el chofer hijo de puta que no canta! ¡Cornudo que no canta! El pendejo recontracheto en la esquina de Salguero y Alcorta se baja del auto y alza al que en la silla de ruedas le pide guita y lo lleva a upa hasta la estación del tren a Morris. Los dos van cantando la misma canción. Qué buenos son los padres salesianos, qué buenos son que nos llevan de excursión. Ya tengo la mochila preparada, ya me voy a la estación. Cantan todos el hitazo de la canción de la gente. La canción del jinete. La canción del ojete. Los nuestros cantan canciones viejas de la guerra que no son "una que sepamos todos". ¿Quién quiere ser llorando el ortiva de la tierra que no canta?, se preguntan por mensaje de texto. Esta noche junto a la hoguera entonamos las canciones mas sorderas, y el jefe del campamento contará unas historias de miedo. Soy falangista, me voy de excursión, soy falangista, me voy de excursión.

lunes, junio 29, 2009

Por muy poquito...

Ganó la canalla.

"Que voy a hacer un cambio, por una vez en mi vida..."

Se cerró un ciclo. El ciclo político que quizás para algunos se abrió en el voto "no positivo", quizás para otros en la dinámica inicial de la 125, quizás para otros (mas sutiles) en la campaña entre Rovira y Piña, etc., pero lo cierto es que en el transcurso del 2008 pasó algo "grave": se había vuelto demasiado viejo el resultado electoral del 2007. El magma se movía bajo la superficie. La profundización del cambio (consigna electoral del 2007) entendida como institucionalización, y, a su vez, entendida esa institucionalización como canalización burocrática (y no como ofensiva en la conquista de nueva legalidad) fue barrida por un huracán de energías sociales inesperadas. Quiero decir: el proyecto de retenciones móviles, una posible nueva ley de medios, o la estatización de AFJP's, podían ser interpretadas como "profundización institucional" por unos tanto como "salto al vacío" por otros. Ganaron... los otros.

Hay en la sociedad enquistada una idea de que la palabra institucionalidad remite a un imaginario mucho mas conservador, de fortalecimiento de "lo que hay", mas que de creación de nuevas estructuras. Y los modos protocolares y legislativos (oratorios) de Cristina caminaban en esa dirección: la presidenta llegaba para emprolijar la narrativa kirchnerista en un clima de foros mundiales, e "inventaba" una palabra (s i n e r g i a) que parecía un signo de los tiempos. Como si a Néstor le hubiese tocado hacer "la tarea sucia". Ya lo dijimos alguna vez: Néstor en sus 4 años eligió enemigos "externos", y consolidó una minuciosa estabilidad económica, un verdadero "clima de negocios". En el 2008 se eligió un enemigo que aparecía tan "lógico" como los otros (como el FMI o los militares genocidas) pero que estaba adentro de la sociedad. La alianza de la vieja Oligarquía agraria y la nueva burguesía agraria, mas todo el tejido agroindustrial (siempre subestimado), estaba demasiado viva como para componer el papel de un viejo actor del Seminario de Liberación Nacional: la "puta oligarquía".

Se cerró el ciclo de precipitación social: la sociedad avanzó sobre el kirchnerismo. Lo reetiquetó. Le puso su nuevo precio popular. Los índices del Indec se invirtieron: también el gobierno creyó en un índice de popularidad que no existía mas. La distribución del ingreso adquirió un status diferente, abstraído de la conflictividad social de las pujas distributivas, algo de lo que balbuceamos acá. Cambió la versión de los hechos: ingreso universal, un Estado sin intermediarios, la vuelta a un cauce institucional natural. Quién hubiera dicho que "la vuelta del Congreso" iba a ser la marca de Cristina.

"Río profundo" dijo Alberto, el que nunca se tendría que haber ido. "Va a asomar el río profundo", le dijo a Néstor.

Quizás comenzó el gobierno de Cristina, no el gobierno que hubiera deseado, sí el gobierno que debe administrar una crisis política sobre una superficie económica envidiable para muchos ex presidentes, el gobierno que debe solucionar el Indec, que debe sacar de escena a Moreno, que debe "cajonear" algunas pequeñas revoluciones, la disolución definitiva del kirchnerismo en peronismo. Y la vuelta a una nacionalidad política: qué difícil era mirar globalmente los resultados, unir el resultado nacional en el medio de todo esa cadencia de territorialidades.

El kirchnerismo perdió apego con la sociedad, una sociedad que se relanzó a conquistas materiales y espirituales después de una crisis, y que llevaba un mapa genético tallado en la década a la que el kirchnerismo había decidido demonizar: la del '90. La mala lectura de lo que pasó allí, la mala lectura de lo que la sociedad sufrió (no en términos victimistas) en esa década, de los cambios, de lo que llegó para quedarse, arrastró un vaticinio voluntarista: la salida trágica de la convertibilidad no significó un cambio tan cultural como el que pudo ser leído dentro de ese universo simbólico tan vasto, que incluía la "caída de las Torres", la degradación bushista del Consenso de Washington, etc. Las proteínas ideológicas con que se quiso alimentar a un cambio de época fueron excesivas. Sí, hay que decirlo, en los '90 Kirchner, el gobernador, ocupaba el mismo lugar simbólico que hoy ocupa un ferviente gobernador sojero, enamorado de su regionalismo. Kirchner era un sojero de aquellos años, un sojero del oro negro, y es casi una reivindicación decirlo.

El voto a De Narváez es lógico: la sensatez mercantilista que regresa a ajustar la política, que "economiza" la política, que la devuelve a su cuota suficiente. El kirchnerismo se enamoró de una palabra Pueblo, una palabra que ya la sociedad abandonó, que mandó a algún museo metalúrgico que visita gente (como uno): consumidores de la cultura de los vencidos.

Pero bueno, esto es un poco canalla: ordenar las ideas críticas en una noche crítica. Lo cierto es que las sensaciones se cruzan al igual que los pensamientos, como ráfagas. Por ejemplo: el "estimulante" triunfo de Pino lo sería mas si no hubiese sido tan celebrado por Macri y si no hubiese estado basado tanto en reponer el supuesto imaginario degradado por las políticas kirchneristas. Porque por mas Artemio que uno quiera, la campaña de Pino se basó en contrastar la raíz del pensamiento nacional y popular con el "kirchnerismo". Yo haría un ejercicio googlero: ¿cuántas veces nombró y a partir de cuándo Bonasso los glaciares o la Barrick? Después de cinco años encontraron la baldosa floja. ¿No hay en el triunfalismo de Pino otro aire mas de la "vuelta de los 90"? ¿No fue el kirchnerismo una buena lección de cuánto y hasta dónde se puede gobernar una sociedad "por izquierda"? ¿Me estoy volviendo conservador? Sí. En los términos temporales en los que le gusta pensar a nuestra pastoral social: lo que empezó en el 76 es también una marca "modernista" de hasta dónde puede ingresar la política en la vida de la gente. La sociedad del 76 / 01 es una sociedad que se quería sacar a la política de encima. ¿Cuánto cambió hasta hoy? Pero sobre todo: ¿cómo se cambia eso? (El kirchnerismo no es la política on line con Derechos Humanos, ni es cortamoelbacalao.blogspot.com, ni la venganza de los blancos evangelizados en las aguas servidas del conurbano contra los blancos de la transparencia que creen en Dios. No: el kirchnerismo es un estado crítico.)

Ahora Cristina tiene dos años y medio, pero no para "empezar todo de nuevo", sí para demostrar que la democracia es esto: el espejismo de que todo cambia para preservar una cada vez mas sagrada continuidad.

jueves, junio 25, 2009

Y casi al final...

y si sos de Vicente López, y sólo de ahí, y tás indeciso... Por el Escriba. Sólo por él. Nada menos que por él.

Una veda es como esto. Y acá adherimos a la veda porque sí.

Que entren los amigos, que ganen los compañeros, que pierdan los malos.


Hasta el lunes.

De Narváez

Yo no podría entrar a la conciencia del voto De Narváez, pero es posible hipotetizar que la incapacidad de su comprensión radique en la incapacidad de pensar la década del '90. Por lo general alumbró en esta década actual (contigua) una predisposición a pensar a aquella como una década "traumática", como si lo que hubiésemos vivido fuese el fascismo, y todo el pensamiento crítico se hubiese invertido en eliminar el virus. Yo me guío por la sensación de que la alianza cultural de clase que unió y enlazó a vastos sectores de la sociedad en el menemismo, en esa suerte de "armisticio" del peronismo (de indulto general), consagró a una alta cultura: la progresista, a la que pertenecemos (en la que pagamos nuestro monotributo social). Y que corta transversalmente a la cultura política: entre grasas y populares. La televisión privada es el hilo visible e invisible: la antena de Direct Tv en la "villa" que denuncian en Radio 10, cuando escupen para arriba. Confieso que entiendo mas el voto urbano a De Narváez que a esa ACyS (sigla que parece el nombre aggiornado de una empresa del Estado), siendo que no soy un anti-radicheta, por el contrario, confío como dice el compañero Remo Gatti, en que se necesita un radicalismo fuerte de nuevo. ¿Por qué entiendo ese voto? ¿O qué entiendo de ese voto unionistapró? Me pongo gonzalista: De Narváez es el río profundo de esa alianza que no ha cesado. Por eso el mejor cuadro para ofrecer de este lado es Scioli. Desde el principio de este blog confiamos en que esta era una década del 90 bien hecha. Y que lo que se iba a facturar electoralmente no era la capacidad de rebajar el mundo social a los términos clericales de una "economía social", sino potenciar las pautas culturales de consumo a un realismo macroeconómico, a un relato periférico doble: que vuelva a poner lo social en lo político, y la nación en la región. Derrame real. Entiendo el ocaso de Carrió: si fuese de derecha no le confío el voto a quien ni siquiera respeta su contrato electoral (con el progresismo originario). Entiendo el desgaste kirchnerista: hay que volver a las fuentes calmas del partido único pejotista que devuelva la confianza de nuestra lumpen-burguesía en él. Entiendo el voto De Narváez: si esta década jugó ganadores, ¿por qué la política no se identifica con ellos? Votar a Heller y Kirchner es votar a Scioli. Ojalá ganemos, como mi pálpito dice que será.

Mario Arteca

5 X 1


(el mejor spot leeeeeejos)

miércoles, junio 24, 2009

Cosas que uno aprende

Fraude: una forma de decir que no perdí.

Teorías Conspirativas: un pensamiento frívolo.
("Yo te digo la posta, papá, a Juez y a Pino los banca el gobierno.")

TC: "como las brujas".

No hay "almas bellas".

El voto a Pino: a la larga sirve si eso saca de juego a Carrió.

Lo dijo Pinti: la izquierda es kirchnerismo.

Pino + Pinti: Carrió.

(¿Por qué tanta melancolía? "Había una vez un pueblo, una lengua..." Perdonen un poquitito mas a la sociedad en la que viven. Un pueblo que no está en la palabra pueblo, una memoria popular que no es popular. La única aventura intelectual debería pasar por reconstruir los puentes de la continuidad, como dice Alejandro Bárbaro: ¡esto se llama Frente para la Victoria! ¡Es el tren de los que están podridos de perder!)

Las 5 diferencias entre lo que dijo De Narváez en A dos voces y lo que dijo en Desde el llano dos días antes, la frase en la que Ricardo Alfonsín no usó la palabra diálogo, la razón por la que Margarita nos cae bien, el día que Cristina eluda su fastidio a los cronistas para hablarles a "los que la miran por tevé", un festejo así que es siempre de los otros...

Alerta: no se encontró la caja negra del avión 70 en las profundidades del Río de la Plata.

(Lo único que nos asegura comprensión del kirchnerismo es una revisión de los años 90.)

Pino se saca la escafandra, sonríe y saluda a cámara.

No encontró la caja negra de los años 90. Ahora busca la kaja negra de estos años. ¿Ninguna época tiene caja negra? No se encuentra lo que no existe. La profundidad está en las apariencias, dijo Tu-Fú. Y otra vez dijo: caminamos por un mosaico de espejos rotos.

Usé esa frase mil veces. Nunca entendí lo que decía. Cosas que uno aprende con mas facilidad: a hablar lengua muerta.

Razones

"La fuerza que nace del odio del otro."

Tipos así quieren que Kirchner pierda.

martes, junio 23, 2009

Este es uno de mis blogs favoritos... y lo escribe alguien que no vota a Heller. Heller confirma la vocación transversal del kirchnerismo. La ciudad líquida que se nos va de las manos podría ser articulada bajo un latiguillo con el que -por lo general- se acaban las discusiones (sobre todo en ámbitos domésticos): no hay poronga que te venga bien. Y sí, esta ciudad, la de la invención delarruista, la del experimento post-menemista (¿se acuerdan? Menemismo: cuando como nunca antes el peronismo fue tan amplio) hizo lo que "hacen" los grandes artistas: en algún momento queman o arrojan por la ventana su gran obra. De la Rúa expresó el karma de nuestra cultura política: la de un mundo no peronista que paga el precio de las cosas que no incubó ¡como si fueran propias! De la Rúa es hijo de su propia necedad: quería ajustar la modernidad argentina a la fantasía de una filiación azul. ¿Capitalismo sin saqueo? Los herederos del menemismo se abrazaron a una bomba. Ahora es al revés: abrazarán una Gran Obra de Gobierno. Quiero decir: ¡qué bueno sería heredar al kirchnerismo siendo alguien "nuevo en la política"! ¡Vos! ¿Hay algo mas viejo que Pino, Macri o De Narváez? ¿Hay algo mas nuevo que Pino, Macri o De Narváez? Kirchner. O sea, alguien que nunca, nunca, nunca se sabe lo que va a hacer.

Razones para votar a Kirchner (vía Heller)

por Pablo E. Chacón

Porque resulta imprescindible para sacar del tablero a Francisco de Narváez –su demagogia, autoritarismo reprimido y modales de padrecito.

Porque su presencia garantiza el paso al frente de Macri para la carrera presidencial, y se haga público entonces quiénes componen la banda ancha detrás del títere.

Porque la clase media lo detesta, la clase media que golpeó puertas de cuarteles, festejó a Videla, a Menotti y a Galtieri. Porque lo detestan los multimedios, los taxistas y los porteros.

Porque relanzó al socialismo pedagogo y republicano a la confrontación. Porque recordó que la lucha de clases todavía es la partera de la historia. Y porque olvidarse de nombrar a Perón y a Evita pone los pelos de punta a los guardianes de la doctrina.

Porque despejó tres dudas sin emitir juicio: el oportunismo de Solanas, el machismo de Elisa Carrió en la era de los impares, la cobardía, disfrazada de reserva moral, de los cuadros de la CTA, dispuestos sólo a dar pelea cuando sea la hora de la gesta magna.

Porque nunca se ausentó de la política ni dejó de pensar políticamente la industria de la sospecha y la psicologización de las decisiones estatales, presentada por los gacetilleros ruralistas bajo fórmulas tales como es el problema de mirar mucha televisión o ahora el entorno del matrimonio exagera su angustia con las imágenes que llegan desde Irán.

Porque si los medios se imponen sobre los fines no usa gente buena para hacer supuestas maldades, sino a muchachos malos de verdad, no a chivos expiatorios.

Porque exige una teoría de la interpretación: mediante sobreentendidos, deja adivinar lo que quiere decir, desmentir ese rumor y después reforzarlo, de manera tal que nadie crea en la noticia anunciada. Y entonces, cuando todos miran para otro lado, darla.

Porque entendió a la sociedad del espectáculo. Porque no moraliza. Porque espera. Porque insiste. Porque todavía es el único capaz de reventar el casco viejo del aparato peronista. Porque sabe que el peronismo sin la religión, no existe, y que la religión no siempre es católica, apostólica y romana. Y porque cuenta con el voto de Juana Bignozzi.

sábado, junio 20, 2009



(En la Argentina de hoy no puede haber bipartidismo porque no existe el empate. No hay dos mitades, "dos mayorías" virtuales que intercambian su "mitad mas uno" según sople el viento. No. Tendremos este trípode de dos peronismos y un radicalismo unido. Ese es el único equilibrio de fuerzas. La derrota de Lole y el triunfo de Juez son el dato político que diluye al peronismo federal de centro, con la consecuente avalancha post-electoral de Das Neves y demás oportunistas así. Pero entre Kirchner, Macri y Scioli podría estar el 2011. Si lo de Pino sirve para algo que sea para que Lilita no llegue al Congreso. Solá, en una entrevista imperdible, advertido por Eliaschev de las sospechas sobre los "pases posteriores" y las reunificaciones a las que después de las victorias/derrotas los justicialistas "nos tienen acostumbrados", ofuscado como anda, se limitó a responder con lo mejor de su lengua: "si en Argentina hay tantos políticos peronistas será porque hay millones de peronistas". Para completarla remató diciendo que él, como decía el General, lleva el bastón de mariscal en la mochila, y que después de la 125 apuntó a Néstor y le dijo "no me conducís mas", y se fue junto al 30%, es decir, unos cuantos millones que retiraron el apoyo al gobierno. Síntesis mental de una semana agitada: el menemismo amplió las bases del peronismo, porque el menemismo mantuvo la lealtad de los humildes, pero reconcilió a sectores sociales medios y altos a una versión aggiornada y globalizada. El menemismo fue, digamos, el peronismo mas amplio. El kirchnerismo, entonces, ofrece devolver al peronismo a una mas acotada mitad + 1 (tensa, histórica y revanchista). Y por eso somos kirchneristas. Por afuera, entre los pro-peronistas y el peronismo federal, se asumen las versiones "de unidad" y "reconciliación nacional". Todos son peronistas, pero eso quiere decir poco en días como estos. ¡Compre nacional!)

viernes, junio 19, 2009

Stratocaster Boogie

Estoy con Pappo's Blues. ¿Cuántos discos hay? Tengo el 1, 2, 3, 4, 6 y 7, me falta el 5. ¿Pero en cuál termina la serie? ¿En el 7? El 7 es un mejunje de grabaciones de algo que no pudo ser "en vivo", un gran disco de descarte, un caos editado en 1978 que bien podría cerrar la serie. La poética de Pappo arranca en los títulos: "Los libres pecan por ser libres" en el volumen 6 (del año 1975) es toda-una-definición... Francamente desconcierta el rollo epocal de las letras de estos discos ahogados en una aplanadora musical que hace de la voz de Pappo una de las mejores, lejos. "Sandwiches de miga" sólo puede querer decir algo: su resistencia a la sicodelia. Pappo no delira, a Pappo se le vienen los sánguches encima, Pappo es resistencia al ácido. La bellísima "El palacio de la montaña de invierno" es una pausa necesaria si uno oye todos esos volúmenes juntos (y si encima se escuchan como música de máquina del filme Juventud Sindical Peronista) y termina el volumen 4, que es uno de los mas duros. Las ediciones tienen un comentario del Groso Alfredo Rosso. Hay de todo: desde el adelanto a la boludez blusera de "Fiesta cervezal" hasta canciones de época que podrían ilustrar un filme, si en la Argentina hubiese un verdadero cine político que revise los años 70 (¡con la prohibición de cualquier historia que abarque el proceso!). Mi tema favorito: "Sucio y desprolijo", del volumen 3. ¿La mejor tapa? Dos: la del volumen 1 y la del 4. ¿Ese blues es el último tango?

jueves, junio 18, 2009

La concha de tu madre

Taxi. 16hs. “¿Y Maestro... a quién vota?” “Noooo, yo lo voté a Macri el año pasado. Pero ahora no me gustó lo que hicieron. Eso de poner a la mina en la lista. Y tampoco quiero votar a Kirchner. Los primeros años me gustaron, pero tienen que tener menos poder. Voto a Pino.”

Pino ni sabe quién lo vota. Pero esa nebulosa es nociva. No lo votan los que lo acompañarán en una gesta patriótica de hacer andar el tren para todos. Los que lo votan... ¿se imaginan en el quilombo que se meten? Pero claro, Pino instrumenta un mensaje similar al de la vieja Carrió, antes de su era rostizada. Pino actúa sobre la superficie de los efectos culturales de un mensaje enajenado de sus últimas consecuencias: es un discurso de guerra virtual celebrado por los guardianes de la paz y el orden futuro. Celebrado por-los-que-no-le-creen. Pino es la mosca en la sopa de una situación que anticipa en su descontrol un inevitable ascenso de la derecha. Voto mas, voto menos, eso es lo que va a pasar. Elección mas, elección menos, eso es lo que viene. Un duro hierro de equilibrios sociales que asusta incluso al mismísimo Ténembaum: "¿se viene el derechaje?", le preguntó a un Macri desbocado. Pino es la perfecta contabilidad de los bienes materiales con que se cocina la nueva hegemonía cultural de los vencidos, después del lapsus kirchnerista. Después del mejor gobierno del orden democrático.

La CTA tiene esta fe en su centro: el pueblo no es capitalista, es puro, resiste, viene del fondo de la historia... Aunque venga uno solo desde Chilecito en pleno '91 con la bandera argentina en alto... eso se llamará ¡Riojanazo!, ahí estará el pueblo, y no en la verga que vacía góndolas cuando viene la buena. Por eso cualquier dirigente (aún el mas pedorro) de la CGT se parece mas a la idiosincrasia de sus bases que los otros que “cortan la ciudad” para reclamarle al mundo un “Blindaje Social”. ¡Qué poco le sirve el clasismo a la clase obrera!

Tengo espuma.

Tengo la sospecha de que si hacés una charla en Chimbas, o en Rawson, e incluso en Jáchal, sobre la Barrick… tenés que salir con los micros de acá. Porque no va nadie. ¿Por qué no va nadie? Porque el progreso tiene olor a podrido.

Yo-también-fui-un-pelotudo-solidario-contra-la-Botnia, te lo reconozco viejo amigo.

¿Se le puede preguntar a Michetti de qué mierda sirve la influencia clerical del Cardenal Bergoglio? ¿En dónde –además del aumento de los subsidios a la educación privada- se nota la influencia de una sensibilidad que se dice cristiana? ¿En las políticas sociales que se vanaglorian de sus “desalojos silenciosos”? ¿En la focalización de la focalización de la focalización...?

domingo, junio 14, 2009

Cariátides de la civilización

1

Recuerdo algunas campañas en las que participé. Fueron universitarias, casi todas alrededor del clima del 2001, y en una facultad que (¡por el amor de Dios!) alguna vez debería barajar y dar de nuevo. En una de esas elecciones nosotros (un nosotros entrañable y remoto) nos habíamos apropiado de una consigna bastante elocuente y clara para lo que era el microclima del 2002: “Caminaremos al paso del mas lento, pero caminaremos todos juntos”. Una cosa rápida: la preferencia de la “retaguardia” era nuestro gesto político en un contexto asambleario, cuya consigna prefiguraba la catarsis elitista mas obvia de la izquierda: “democracia de los que luchan”. Nosotros, en cambio, optábamos por una “fórmula de consenso”: no estábamos dispuestos a renegar del todo de la idea vaga e iluminista ¡de que marchamos!, pero sí a tener paciencia con aquellas "mas opas que se quedaban al final". Portadores sanos de las condiciones de la época. Bergoglio también poetizaba la era ("ponerse la patria al hombro"). Eran años de experiencias espantosas y semi-heroicas, con una izquierda subida al lomo chivado de algo así como-una-sociedad-en-llamas. Puedo decir esto en mi defensa: después del estallido del 2001 nos quedamos discutiendo un año con el trotskismo no sólo su interpretación de “aquellos días que estuvimos en peligro”, sino su aplicación destructora sobre una institución como la carrera de Sociología. Los troscos querían introducir el voto universal dentro del sistema de elección del director de la carrera, y uno es capaz de todo, de defender el clientelismo bonaerense con argumentos épicos, pero no de soportar la comida de balero que los troscos “le hacen a los pelotudos que entran al CBC”. Recuerdos trotskistas sueltos: el consejero del PO interrumpiendo una reunión del Consejo de la carrera al grito de “disculpen, se empiezan a escuchar las primeras cacerolas, yo me voy junto al pueblo”. Estábamos en el corazón de Barrio Norte, a un par de cuadras de Santa Fe y Callao, en los primeros días de un marzo que empezaba a apagar las brasas de ese verano/12. Así que la cosa duró poco, y sólo se trató de un cacerolazo espontáneo un poco mas efímero y conciso, por lo cual, al rato, ya andaba de vuelta el muchacho en un rincón espiando las vicisitudes de esa oscura reunión que pretendía empezar a discutir el cambio del sistema eleccionario, hasta que en el bullicio se sentó de nuevo en su silla. El PO, como toda la izquierda, no tenía nada que hacer en la calle, estaba metido hasta la médula en la posibilidad de ocupar instituciones bajo el manto negro de aquellos días: vaciaba las instituciones para colarse en ellas, básicamente. Su otro aporte fue desmantelar las asambleas barriales. De eso no sé mucho, lamentablemente no participé de ninguna (aunque admito que ganas no me faltaron). Otro recuerdo. Un militante del trotskismo, uno “independiente”, hacía algo que era básicamente así: interrumpía la clase durante los “días de campaña”, se imponía con un criterio “democrático” (hacía votar levantando la mano a los estudiantes para que aprueben o no la interrupción de la clase) para luego (cuando casi siempre la clase aprobaba su interrupción) decir: “yo no vengo a pedirles que nos voten…”. Había en ese método mixto de simpatía a los estudiantes (por ser estudiantes) y de rechazo a los profesores (por ser “la autoridad del aula”) la prolongación de una complicidad adolescente de hinchar por lo mas joven, cuando lo que se hacía en realidad era pasar por encima una situación de producción que incluía centralmente al único asalariado de esa escena (el docente). En esa época era mas común que ahora oír la plegaria contestataria liberal: “un pobre hachero tucumano que compra su pan, y con el pan paga el IVA que abre las puertas a esa rebeldía pública y ajena de las universidades gratuitas a las que no entra”. Ahora que me estoy haciendo mas viejo me doy cuenta de lo que el trotskismo es: un modo muy claro en el que ciertas formas de lo político (ese intento de “dominación del otro”) se vuelven fatalmente evidentes. Costuras de la política. Quiero decir: si todo proyecto político es un proyecto de dominación, hay un ingrediente en todo trotskista en el que esa primera voluntad de dominación, y por “las causas últimas y trotskistas de esa dominación”, aparece redimida y desnuda (“sí, yo te voy a decir exactamente lo que vos tenés que hacer”). Sí, el trosco hace lo que todos quisiéramos hacer. Toda política es trotskista. Trotskismo de derecha, trotskismo liberal, trotskismo trotskista. Quiero decir: el trotskismo argentino es la forma que inventó Dios para mostrarnos el modo extremo en que la política se parece a un fundamentalismo religioso. Pero Dios nos quiere moderados. Dios tiene Criterio. Yo aprendí MUCHO de la vergüenza ajena de mirar actuar a un trosco. Y, en el fondo, los quiero. No obstante, decía, las elecciones eran un problema de conciencia: el secreto aparecía revelado, ya no eras el tipo que estaba en los conflictos, que daba el debate, que se anotaba para hablar en una asamblea, o que la aparateaba. No. Ahora eras el tipo que decía: votanos. Que le ponía “valor” a todo eso que habías hecho durante un año, renunciando a tu vida. La elección era el momento de la verdad. Era el momento en el que los demás podían decir: "ahhhh, era por eso, querías mi voto". Por supuesto que no pasaba las campañas “pensando en eso”, en el pudor por ese “arremangarse y pedir el voto”, pero admito que había un momento de esa semana, quizás apenas una tarde, en el que la inhibición me oscurecía. Se me apagaba la lamparita. Quedaba en penumbras. Yo admiro profundamente cómo un trotskista va al frente. Sí. Hay que ser un poco trosco en estos días. Y no tendría otro modo de decir cuál es mi situación, mi sensación y mi temperamento cuando de campañas se trata. Siento que pedirle el voto a alguien es demasiado. Es algo IMPORTANTE. Y soy de esos a los que les cuesta “ése” momento, no los anteriores, no los posteriores… ése.

2

¡Qué aburrido es el lugar destinado a “los políticos en campaña”! Es el momento en el que vemos cómo un montón de hombres y mujeres se dejan pegar mucho. Es el momento en el cual uno siente que la sociedad no les debe nada a ellos, ni a sí misma, donde la sociedad actúa como en una gran cámara oculta. En ese estereotipo del “que besa niños”, del que se ríe de los chistes (siempre incómodos) que lo tienen por objeto, ahí, hay un profesionalismo socialmente necesario: esa imagen es la negación de la política y el poder. Se muestra al político "sujetado" a lo sociedad, sumiso, débil, pedigüeño. Una campaña es un momento en el que la política borra las mediaciones y se "ofrece". Es un momento en el que muchos desean la explosión moralizante de la sociedad. Y un día las campañas terminan.

3

Voy a hablar de mi bolilla. Voy a hablar del kirchnerismo en campaña. No de las acciones puntuales, actos, afiches, etc. No. Del sentido de la campaña. El kirchnerismo (en su versión dura) es una campaña que sigue haciendo kirchnerismo: en cuanto a que reintroduce el conflicto en el eje electoral. El kirchnerismo dice: si votás, te metés en el lío. Hace exactamente lo contrario a lo que se le pedía que haga: otorga a la campaña y al voto el símbolo de un desempate, dota de ideología a ese voto. No busca sosiego, ni la armonía secular cuyo centro ocupa la masa gris de indecisos. El kirchnerismo hace campaña con su sola mejilla al rojo vivo. Con lo cual, asegura en el campo opositor, su versión de que es necesario mostrar que el consenso se halla en el fin de esa dialéctica adversarial (kirchnerista). La sociedad pide cordura, diálogo, sensatez, institucionalidad, según la oposición. Y bajo esas palabras hay formas no sólo de atemperar el ánimo del energúmeno kirchnerista, sino una advertencia social mas profunda. Una advertencia que quiere sosegar a un ánimo social que el kirchnerismo intenta desatar. Distribución a través del conflicto vs. Distribución a través del consenso es lo que está en juego. Y en los relatos opositores pareciera que las acusaciones cruzadas sobre el oficialismo revelan la posible violación a las reglas constitutivas que éste comete. Tanto la dialéctica “contra el Régimen” del radicalismo mas radicalizado, como la sospecha estimulada y fantaseada “del fraude”, fuerzan en su relato ese suelo quebradizo y empujan los límites sobre la fe misma en el sistema. “Si los votás a ellos es porque te compraron, pero si nos votás seguro que te roban el voto.”- así reza un callejón sin salida. Lilita dice que en el 2007 hubo fraude, e insiste con el ejemplo de que en una remota mesa del conurbano un policía agarrándose el arma intimó a que el votante que decía “que faltaban boletas” vote “entre las que hay”… Decir que ganaron los otros con fraude es una forma heroica de decir que no perdí. Pero en este blog no creemos en motivaciones tan vanidosas: la oposición se plantea la desaparición del kirchnerismo violando el principio de credibilidad en las reglas de juego, volviendo invisible o vaporosa esa boleta que tiene el ciudadano en la mano, de manera de borrar por anticipado una lectura sorpresiva: los resultados que las elecciones arrojen. La oposición fabrica su artefacto del 29: si no gané, tampoco perdí. Ése es el núcleo de un fundamentalismo anti-democrático verdaderamente peligroso. No el trotskismo que se vuelve loco para que lo votes, sino el de quien niega la existencia social y electoral del que no lo vota.

4

E.M.E. en un libro de lectura obligatoria (“¿Qué es esto?”): “El hipócrita no engañaba, representaba”.

viernes, junio 12, 2009

Acá no había un blog (2)

Porque devolvió el conflicto a la sociedad. Porque sí. Por el orden, por el orden, por eso que no sabemos cómo decir. Porque hay paritarias. Porque hay empate. Porque clausuró el ciclo Derechos Humanos, el "trauma", inaugurando el fin del duelo y el comienzo de la gramática de la continuidad. Porque sí. Porque amplió la base de la gobernabilidad, ese estricto teorema... Porque mejora la mirada hacia atrás, hacia las "décadas de lo perdido". Y acentúa el corte ese que nos permite, quizás, no ceñirnos mas por el relato bíblico de todo lo que empezó "un 24 de marzo...". Es la condición del olvido. Kirchner levanta para una raza que puede decir: somos nosotros los que construimos el orden democrático. Kirchner no es Cobos. Kirchner no es Lilita. Kirchner no es Macri. No es Scioli, ni De Narváez. Pero Kirchner los salvó. Devolvió el conflicto no es: lucha de clases. Ni es Sumo. Democracia es conflicto. Democracia para el conflicto. Ley. ¿De dónde nace la ley, padre Alfonso? ¿La sangre prometida de las clases dominantes? Yo quiero ser llorando el ortiva que te dice: Kirchner es la ley del mas fuerte. Progresismo es la periferia en el centro. No es otra cosa. ¿Recordás lo que dijo Agustín P. Justo? "La sociedad se está transformando en su contextura, una noble aspiración de más igualdad, de mejor distribución de los bienes materiales, empuja y guía a las masas ansiosas de gozar bajo el sol..." Yo quiero ver llorar al ortiva, mamá. Lo mas revolucionario del pueblo es su deseo: ama el capitalismo, la flecha de fuego que apunta al corazón y enciende la llama eterna... ¡Un nuevo shopping! ¿No éramos menemistas y defendíamos la artesanía cultural del pequeño almacén al que venían a arrasar? ¿Lo recordás? K es menemismo real, menemismo de fronteras. Las familias que llegan por avenida Vergara al Jumbo Plaza Oeste. Kirchnerismo idealista, medido en splits, aires, celulares, ventiladores de techo... Tinelli con Derechos Humanos. Sí, porque lo que mas me copa, lo que mas me enferma, lo que me saca, lo que me pone loco de garantías, lo que me abre el corazón, mamá, es la forma en la que impuso su humanismo... ¡a lo bestia! La democracia no es una dictadura blanda, la dictadura está privatizada. Es el orden bárbaro ahora en que todo es barbarie. Barbarie o barbarie. Barbarie y barbarie. Y sin embargo, esta presidencia salida del fango, y que preserva uno de los pocos relatos (¡vamos por el nudo! ¡se viene el desenlace!) con su globo continental... oh globo: dicen que debemos entrar al mundo, pero yo voto a los que dicen que nosotros también ya somos mundo! Ya somos mundo.

martes, junio 09, 2009

Todos montoneros.

Nos llega

vía Emiliano Quinteros

APOYEMOS LA NUEVA LEY DE COMUNICACIÓN DE LA DEMOCRACIA
POR LA INCLUSIÓN DEL DERECHO A LA COMUNICACIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN EL PROYECTO DE LEY


Exigimos:

-que el derecho a la comunicación con identidad sea reconocido a los Pueblos Originarios incluyendo una nueva categoría de Pueblos Indígenas diferenciada de los medios comerciales, comunitarios y públicos, respetando así los derechos reconocidos en la Constitución Nacional y en los convenios internacionales
- una Radio AM y un canal de TV abierta por Pueblo Originario.
- una FM por comunidad.
- dos representantes de Pueblos Originarios en el CONSEJO FEDERAL DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL
- dos representantes de Pueblos Originarios en el CONSEJO CONSULTIVO HONORARIO DE LOS MEDIOS PÚBLICOS
-que se respete el Libre Consentimiento Informado Previo para el otorgamiento de Licencias a Medios Indígenas. Es decir que se respete el derecho a la ser consultados los pueblos a través de sus organizaciones políticas.

Por la restitución de la palabra a los Pueblos Originarios, por el derecho de todos y todas a la comunicación

MARICI WEW, JALLALLA, KAUSACHUN, OIMEÑO ROIKO, JAYLI,!!!

ORGANIZACIONES DE PUEBLOS ORIGINARIOS: OCASTAFE-CONSEJO DE CACIQUES DE LA NACION GUARANI-ASAMBLEA PUEBLO GUARANI-FEDERACION PILAGA-PUEBLO KOLLA DE LA PUNA DPTO. YAVI-INTERTOBA-CONSEJO DE LA NACION TONOKOTE LLUTQUI-KEREIMBA IYAMBAE-UNION DE LOS PUEBLOS DE LA NACION DIAGUITA-CONFEDERACION MAPUCE DE NEUQUEN-ONPIA-COORDINADORA DEL PARLAMENTO MAPUCHE RIO NEGRO-MESA DE ORGANIZACIÓN DE PUEBLOS ORIGINARIOS DE ALTE. BROWN-MALAL PINCHEIRA DE MENDOZA-COMUNIDAD HUARPE GUENTOTA-ORGANIZACIÓN TERRITORIAL MAPUCHE TEHUELCHE DE PUEBLOS ORIGINARIOS SANTA CRUZ-ORGANIZACIÓN RANQUEL MAPUCHE DE LA PAMPA-ORGANIZACIÓN DEL PUEBLO GUARANI-QULLAMARKA-ORGANIZACIÓN 12 DE OCTUBRE YOFIS WICHI -CONSEJO DE CACIQUES WICHI DE LA RUTA 86.

viernes, junio 05, 2009

martes, junio 02, 2009

Orden y progresismo (2)

Recomendación del filme “El lobo”, parábola del orden democrático.

Lobo es un infiltrado de ETA. Lobo tiene problemas económicos y es tentado para hacer la tarea sucia. Lobo comienza como simpatizante de una “causa justa”. Pero Lobo tiene un problema antiguo como la humanidad: no llega a fin de mes. Y el camino a la traición tiene el condimento moral y subjetivo con que se cuecen todas las traiciones: Lobo cuestiona los “medios” de ETA para llevar adelante su guerra. Que es, o era, la misma guerra de Lobo. Lobo comparte los "fines etarras". Lobo tiene un plan: subir por las ramas hasta lo mas alto del árbol. Lobo llega hasta la cúpula etarra. El filme muestra que Lobo no es el único traidor, pero sí el único infiltrado. Lobo es un agente sofisticado de una situación cableada por los cuatro costados: Lobo es el ojo de un Lobo mayor llamado Estado Español. Lobo está adentro de una bomba de tiempo. Hay muchas formas de traicionar. Lobo es un filme básico: es un filme sobre la transición democrática. Sobre la bisagra por la que el aparato policial y político español entra en el orden democrático, para producir el orden en democracia. Una guerra sucia y necesaria en una España que recibía inmigrantes políticos y que era transfigurada hacia el paradigma mundial bajo la protección medieval de un Gran Rey, como es el rey español. Lobo plantea dos cosas: que Lobo tiene un plan político que reivindica su traición… ¡porque él es un vasco! Lobo, casi al final, dice algo que lo exime: que él puede arrastrar la discusión interna, ocupar la jefatura, llevar a ETA a la política, sólo son necesarias algunas acciones, herirle un brazo, volverlo “creíble”. Lobo llega a Francia y lobo redime a ETA de las armas de fuego, eso pide. Lobo pide garantías. La respuesta es implacable, tan implacable como previsible, para que el filme “cierre”: los restos franquistas necesitan de ETA. ETA da sentido. Lobo en la boca del lobo entiende el juego: no es represión para un conflicto que nunca cesará de brindar carne de cañón. Lo que Lobo ofrece (ir hasta el final y reconvertir ETA en un movimiento político que abandone el terror) es una "salida política", cuando el terrorismo sofisticado de ETA era la salida política del franquismo. El filme, entonces, narra la traición del Estado al Lobo, cuyo mensaje circular encierra la lección del Estado cuando se entrega a la democracia: no confíes en mi, no confíes en el Estado. Ese fue el mensaje distorsionado de la democracia cuando se ganó la tercera guerra mundial: democracia no es Estado. El filme es un gran filme sobre la guerra moderna, y confirma lo que se necesita para conducir: se necesita militarizar la política, la lengua. Lobo es un filme sobre la necesidad interna de la conducción para conducir: hacer la guerra. Sólo a través de la guerra se conduce como Dios manda. La fe humanista de Fogwill dicha mil veces ("si hubiese habido tiempo para discutir todo lo que había que dicutir... se salvaban las vidas") es la bisagra moral de la democracia: la democracia es el tiempo, es la ocupación del tiempo. El filme repone la traición, deposita la “conciencia hecha concha” de Lobo sobre el Estado Español que le ha pedido un favor: no exactamente destruir a ETA, sino que los ayude a saber qué es exactamente ETA. Poder es saber y saber es poder, como dicen que dijo Fu-có. Ese es el Lobo del filme: un corderito con agallas… Cuando Lobo palpa la encerrona ya es tarde. La traición es el gran tema porque la traición es el gran tema de la política y de la vida. Como este viejo y glorioso post para destronar aquello que, como dijo el gran presidente Duhalde, se reserva un día de la lealtad, entre sus 364 días de la traición.


G

lunes, junio 01, 2009

Orden y progresismo

El voto centro-izquierda…

...

Si es útil votar a quien “acompañe lo bueno que el gobierno hace” (llámese ley de medios, etc.), ¿no cabe preguntarse acerca de las razones por las cuales esa izquierda social no peronista no es capaz de acumular fuerzas reales? ¿No cabe preguntarse acerca de la dependencia de la izquierda de las acciones del gobierno? No, parece que no. ¿No es necesario en este contexto brindar el apoyo decidido a un gobierno al que, como dice Recalde en relación a la política laboral, se le pueden recriminar “velocidades y profundidades”, pero no direcciones? No hablo mal del progresismo, cuya marca cultural tan amplia nos incluye a todos. Todos los que leemos Página, o “apoyamos los DDHH”, o escribimos blogs, somos progres, nos guste o no. El progresismo es una línea de tiempo, es la repetición bíblica de que los males se iniciaron “un 24 de marzo”. Después, claro, está la opción de un progresismo orgánico, partidario, puro, desprendido de los grandes partidos, que es una decisión política desafortunada, cuyo pecado central es la ausencia de raíces populares, como dice Torcuato Di Tella. El progresismo no tiene representación de sí mismo, es un virus sobre los demás.

...

El voto universal debería ser una decisión gremial. ¿Cómo está tu bolsillo, tu convenio, tu editorial, tu unión civil, tu patrimonio...? ¿Cómo quedó en estos seis años?

...

Quiero decir: si tenés “algunas coincidencias” con el gobierno, en las tan precarias condiciones de la política como les gusta a muchos pensar, ¿sería al nivel de una responsabilidad cívica votar por el kirchnerismo? Bien, estamos desesperados, y ansiosos: es posible que el kirchnerismo gane. Este progresismo real está basado en la tozudez del comando, que no ha abandonado banderas ni estandartes.



Desconurbanicémonos, desatormentémonos, pensemos por un instante en algo mas que las formas duras y la atracción realista de la novela periférica para pensar en el razonamiento central del pensamiento progresista: la izquierda social y su poder de veto, su argumento hegemónico, ¡gobierna Obama! El kirchnerismo, que pone en el centro a las periferias, el kirchnerismo, que es un proyecto progresista, que corre los márgenes hacia el centro con un oleaje incesante, es un proyecto blanco y centralista: rosismo bueno. Restauración progresista.



Son días de kirchnerismo serial. La televisión es la continuidad de la guerra (¡Gran Cuñado!), las condiciones de la guerra (¡26 TV!). Las causas de la guerra.



Después del kirchnerismo, ¿qué es un hombre de Estado? (El “problema Carrió” es que no es una mujer de Estado. Su cinismo bajo humoradas impiadosas, sus denuncias, empujan un diagnóstico (“nos gobiernan mafias, la matriz patrimonialista”, etc.) frente al que uno se pregunta, ¿adónde quiere llevar las cosas?, ¿qué quiere que haga la sociedad con el peronismo legal?, ¿no está volviendo la sociedad del precipicio del “que se vayan todos” como para asomarse a un nuevo abismo?)



País sin kirchnerismo/ nuevo abismo.

viernes, mayo 29, 2009

Días de kirchnerismo serial...

La imagen que ilustra el post me recuerda a la mejor canción de Charly y su consigna para conseguir chicas: cambiar es bien.

¿Y la gente que no?

martes, mayo 26, 2009

Las Cartas de Pablo

"En este momento del país y del mundo, es evidente la complicación de algunos, no para adaptarse a los cambios (eso puede simularse), sino para soportar las presiones con las que hay que negociar para no caerse: lo digo seguramente por la doble sorpresa -sorpresa mía- de haber llegado a un punto del cual no hay retorno y también por la incapacidad de creer que eso es una maldición o que esta época, la nuestra, representa un declive. La idea de declinación es un obstáculo para pensar, creo, cualquier cosa que uno encare. Prefiero, como metáfora histórica y subjetiva, la metamorfosis. La era de la técnica es impiadosa. Pero sospecho que la resistencia a esa impiedad debe ser igual de impiadosa. (...)"

(P. Ch.)

sábado, mayo 23, 2009

Porotos

Acabo de terminar de ver por canal 7 Porotos de soja.

Una pregunta podría ser: ¿cuánto ganó y cuánto perdió el gobierno tras el conflicto? Lo que se ve en el filme no da cuenta en ningún momento del reacomodamiento de legitimidades y apoyos que el gobierno sufrió. Y que significó cuantitativamente una merma. Después se puede decir que cualitativamente no. Bueno, ese es un razonamiento interesante: el conflicto del campo destrabó las representaciones políticas, las hizo mas nítidas. Pero la pérdida existió. Por mas inevitable o deseada. Mariana Moyano da cuenta del estado de movilización social y su relación con los medios, poniendo el eje quizás en el elemento mas significativo: ¿cómo sucedió el conflicto? ¿Cómo fue narrado? Y Mariana sabe de lo que habla.

Sin embargo, fuera de estas precisiones incotrastables que apunta, hay algo en el sentido común progresista (al que pertenecemos) que me hace ruido. Hay algo desproporcionado en el razonamiento. Dicho mal y pronto: en cuanto al rol decisivo de los medios en el conflicto (que lo tuvieron), pero en la interpretación acabada de ese rol. Lo que podría reducirse a lo siguiente: los medios mostraron su producción de realidad. Eso permitía no sólo entender "el enemigo" (cosa que sí permitió), sino negar otros aspectos fundamentales de la naturaleza del conflicto. Básicamente: cuál era (es) la sociedad que se definió como anti-kirchnerista.

Hay un problema ahí: el funcionamiento mediático combina producción y reflejo de realidad. Quiero decir: los medios se asoman, salen, se "montan", sacan sus movileros (sus "punteros"), se arrojan a una tierra cultivada por ellos, pero que es una intemperie también. Salen de caza. Pero la sociedad está ahí. Mariana recupera la escena después del rendimiento de Malvinas, cuando se da vuelta el camión de exteriores de ATC, visualizando en el canal estatal la fabricación de la escena triunfalista. ¿Uno podría marcar en esa distinción el fin de la dictadura? Uno podría ver en esa escena el principio de las privatizaciones también. La idea de lo independiente es, básica y rudimentariamente, la idea de lo privado, de lo no estatal. Después... el resto. ¿Todo Malvinas como clave de disolución estatal y nacional?

Hay escenas memorables del conflicto, no en la calle, sino en la transmisión, como la de Mónica Gutiérrez y su demarcación entre “las banderas rojas y negras de un lado y las argentinas del otro”, cuyo sentido macartista y reaccionario es burdo. Clima de manifestaciones "puras", sin banderas particulares. Habría una lucha entre lo universal y lo particular. Entre lo permanente ("campo") y lo provisorio ("un gobierno"). ¿Qué se puede agregar? Se puede agregar que sí. Que esa escena existe. Quiero decir: el tipo que dice que Cristina es una montonera resentida existe, lo dice, lo siente... y no está solo. Hay una especie de indignación, en el fondo, "frente a lo que los medios muestran", reintroducida bajo el imaginario de que eso es lo que los medios producen. Hay en esa idea una fe en la sociedad, en -como dice González siempre- la existencia de un río profundo, yo diría: el de las "tradiciones populares", al que la gente viene a contaminar con sus reclamos antipolitiqueros, de inseguridad, con sus banderas argentinas vaciadas de identidades, con sus fotos de muertos por la delincuencia. Es un razonamiento excluyente, que da cuenta de una mutua exclusión: ¿todos sabemos en qué sociedad vivimos? ¿Hicimos la cuenta de lo que la sociedad es? ¿Perdonamos a la sociedad después de la dictadura? ¿Vamos a perdonarla no estar a la altura de los libros que se escriben? ¿De las memorias que se invocan?

Digamos que los medios, al igual que en el 2001, durante el conflicto volvieron a sintonizar con un humor potente de la calle. Quiero decir: la acentuación en la capacidad constructiva de la realidad no puede tapar el bosque, o sea, la preexistencia de realidad, y el factor aún continuo de cierto reflejo les sigue perteneciendo a los medios de comunicación privados con virtudes tecnológicas inmejorables. No quiero decir que el huevo esté antes que la gallina, quiero decir que esta realidad embarrada y sinuosa, mezclada entre ganadores y perdedores, tampoco permite certezas tan amplias, que no dejen “dudas” sobre lo que estamos viendo y sus causas. Se opera sobre una realidad, no se la crea solamente. Digo “solamente” porque efectivamente hay edición y montaje, hay procesos y mediaciones enormes entre los hechos y la pantalla.

El filme de Blaustein es un diálogo con uno de los filmes políticos mas importantes de los últimos años: “La revolución no será transmitida”. Sobre el golpe de estado trunco de la derecha venezolana y la CÍA en abril de 2002. Pero acá "todo fue transmitido". "Las dos plazas en directo" ocuparon las dos mitades de la pantalla. En Venezuela los actores sociales en disputa efectivamente actuaron en las sombras: unos, en el sombrío mundo no televisado, en la movilización popular sin soporte visual; los otros, en la invisibilidad de un montaje, en el recorte. Hay otro filme sobre esos hechos venezolanos (francés) que da cuenta de cómo el montaje redirecciona una bala. Un disparo filmado y un impacto filmado son atados por un puente ilusorio que los hace directos. Lo que ese filme comprueba es que se hicieron en sitios distintos, no enfrentados. Es una suerte de “¿Quién mató a Rosendo?” bolivariano. Convirtieron a Chávez en asesino a través de una imagen falsa.

Pero los medios no tienen entrenamiento militar, ni activan resortes automáticos, y este gran filme de Blaustein no puede contener todo eso otro que se mueve alrededor de un mundo de la producción, un mundo rural, disciplinado, tecnológico, esotérico, de la producción agropecuaria que aún sostiene una gran parte de los valores nacionales, y que los reactualiza al calor de sus revoluciones tecnológicas (acentuando en ellas mas la reafirmación de sus valores originarios). Un tractor modernísimo es una reivindicación viva del viejo inmigrante pobre de la chacra. Hablo de imaginarios. (Por supuesto que hay vietnamitas, indígenas, campesinos, combativos... pero yo pregunto: ¿cuánto duró D'Elía después de que cortó con una tijera un alambrado?) El filme de Blaustein merece ser visto y discutido, es tenaz, tiene silencios, y da demasiado la palabra a algunos que no tienen nada para decir. El filme no puede ir hasta el fondo de una situación quizás porque es una situación aún abierta, de la que desconocemos el fondo. Hay algunas líneas rectoras de los movimientos económicos que encuentran en Zaiat un narrador eficaz. Pero el filme es contado por ese viejo productor de la FAA, excepcional en todos sus sentidos, que da cuenta del “otro campo esencial”, una sombra “del ser nacional oficial”, tan “esencial” como el otro. No hay una discusión filosófica sobre la ausencia del ser nacional, hay una disputa por quién es el ser nacional.

Entre los camioneros, los obreros de la construcción, los nuevos sindicalizados de la recuperación económica y la nostalgia "del campo que no fue" por el "aburguesamiento" que trajo el efecto sojero, se mide la dimensión del ser kirchnerista. Las intervenciones de la Federación Agraria siguen una línea de contradicciones que demuestra que ocuparon el lugar central de disputa de sentido. La discusión kirchnerista con el campo es contra los pobres (o humildes) que se hicieron ricos. Pero es mas tranquilizador para la narrativa imaginar “minorías”, “grupos concentrados”, etc., como insiste Depetri, porque son términos que dan cuenta de un nicho de poder de capacidad absoluta de producción. El enemigo es el dueño de las representaciones mas fuertes. La idea de que los antiguos “fierros” militares se metamorfosearon en otros “fierros”, ya sean tractores o cámaras, es una idea que tranquiliza conciencias desdichadas, y que energiza la moral de combate que se imprimió.

Pero insisto: el conflicto del campo mas que amenazar, y este es el punto que me interesa, ordenó la democracia.

Eso.

viernes, mayo 22, 2009

Hoy

a las 23hs. por Encuentro... Kirchner.

Y mañana "Porotos de soja", a las 14:30hs. por canal 7, el documental de David Blaustein. (Participa nuestra amiga Mariana Moyano.)

Ay, el yuyo que todos cosechamos.

jueves, mayo 21, 2009

Atomizar la butaca

Che hay cosas que estaría bueno no escuchar mas. Que un paro "es político" es una. Digamos, esa idea tipo "¿qué opina del corte ministro?", y el tipo dice: "yo creo que es político". Pero erradicar eso es difícil. La antipolítica es un terreno común, que todos mas o menos siembran. Otra cosa es cuando en plena campaña el oficialismo dice: "nosotros hacemos, mientras ellos hablan". Y bueno, claro, si sos oposición, y encima no tenés ningún distrito especialmente importante... te queda hablar. ¿Qué vas a hacer? Eso pasa en el mundo opositor no peronista. Es curioso: los tipos de la oposición no peronista que gobiernan, caso Fabiana Ríos o Binner, además de caerme bien, me parecen los mas sensatos y prudentes. No sólo billetera mata galán sino que por suerte billetera mata galán. Pero es un tema largo, en el que se mezclan racionalidades: a este país hay que gobernarlo a lo Kirchner, con pasión y obsesión municipal. Hay como una sensatez del poder en ellos, y un desprecio silencioso a la figura de Carrió evidente: que venga ella a gobernar, a negociar. Lilita, un tremendo error político cometido por ella, es no haber gobernado nada, lo que acentúa su rol social distinguido en el imaginario de una manera sugestiva: es una fiscal, lo que se traduce en "tiene que ir al parlamento a romper las pelotas". Es loco como aparecen confundidos los dos poderes, pero bueno, ella se ha montado del "lado de la justicia", y eso políticamente se paga. Como le decía Fontevecchia: perdoname Lilita, pero a presidente voto a Lavagna. ¿Podría haber gestionado algo? Entre el Chaco y la ciudad están, o estaban, sus chances. Yo creo que sí, que gobernar es aprender. El pro-peronismo encarna un híbrido interesante: ya gobiernan y tienen un par de buenos oradores, caso Felipe y caso Michetti, pero tienen menos cohesión que River. Scioli es un caso genial: yo no me lo imagino haciendo otra cosa que gestionando. Es un gobernador nato. Me lo imagino cabeceando en un helicóptero, cuando de pronto se sobresalta con un decimocuarto llamado del tipo que hace cinta en Olivos, a las 8 de la mañana, yendo de Zárate a Junín, emputecido entre las obras, la bonaerense, la cita en TN, etc. Macri, en ese sentido, es innegable que le puso impronta personal a su gestión, pero tiene algo que Aníbal Fernández percibió sutilmente: es vago. Y dicho por Aníbal Fernández, con el tono familiero, de crítica de cancha, y entre tantas "intensidades ideológicas", da un poco de aire fresco. (Quiero decir: cuánto mas llano y palpable se vuelve todo en la lengua de Aníbal Fernández.) Y eso dice también de De Narváez, cuando cuenta sus asistencias al parlamento. Yo no sé qué tan preocupante es eso. Sí es cierto que alguien que elige el eje institucional tiene en eso un problema: hay que ir a laburar. La respuesta sensata podría ser: "para qué voy si hay mayoría automática, si levantan la mano, si se dicta todo a dedo". Y bueno... entonces si es tan dramático renunciá. Pero además eso es mentira. En el Congreso se construyeron las mejores victorias y las mejores derrotas de todos. Mas allá de todo... no puedo dejar de ver Gran Cuñado. Tinelli es el hombre mas poderoso de este país. Lo firmo.

martes, mayo 19, 2009

Yo no sé qué es la poesía. Es un género de malentendidos. No sé qué decir exactamente, aunque sí tengo algunas intuiciones sobre conversaciones que ocurren. Algo que, naturalmente, “ocurre en el aire”. Quisiera hablar de una conversación. De algo que oí en el interior de una conversación. El año pasado la breve crónica bajo el título (El problema de ser pobre... pero no tanto) versaba sobre la negativa del gobierno porteño de incluir a una familia en el Programa de Emergencia Habitacional. El 5 de diciembre pasado, Fabiana Shafrick, jueza en lo Contencioso y Administrativo de la Ciudad, había ordenado la inclusión inmediata a este Programa de una familia que vive en la villa 3, conocida como Barrio Fátima, y que el gobierno se había negado a incluir, so pretexto “de que ya tienen una”. Llamar casa a la casilla donde viven es una infracción de la literalidad. Es poesía. Matías, un pibe de 17 años, es uno de los 6 hijos de Ruba Maloy. A Matías se le diagnosticó insuficiencia renal terminal “de un día para el otro”. No había antecedentes de nada: el pibe había crecido bien, sano, fuerte. Era el tercero de los seis. Ruba, su madre, aguantó todas las rutas de las migraciones en esta ciudad: ocupó casas, vivió en pensiones, llegó al albergue Warnes hasta su demolición, y de ahí al barrio Ramón Carrillo de Villa Soldati. Matías debía ser trasplantado de manera inminente. Esa operación se realizó en el Hospital Garrahan. Y el pibe, ya operado, recibe el alta médica. Vuelven a casa... casilla. La madre es conciente de los riesgos de la vuelta. La casa no está en condiciones de evitar una posible infección. Allí comienza el itinerario legal para ampararse y poder salvar la vida de su hijo de un riesgo evidente: no sólo viven en una casilla húmeda y precaria, sino que esa casilla está en la manzana 7, el fumadero del barrio y la zona liberada de los transas. Final feliz… les dan una casa. La tenacidad de abogados, vecinos, militantes del barrio, etc. desemboca en un departamento a estrenar, parte de un complejo de viviendas sociales ubicado en el mismo barrio. Ruba contó detalles de la operación del hijo, de su espera en un pasillo, sola. Y remarcaba constantemente esa soledad en el medio del hospital. Había algo en esos detalles, en ese día, en la divinidad de los hechos. “Yo estaba sola, me quedé sola, mandé a todos los chicos a casa, y lo pasé sola.” Uno puede estar solo en muchos lugares, pero probablemente se está mucho mas solo en un hospital. Y si sos la madre de un pibe al que van a hacerle un trasplante de riñón… mas todavía. (Si no sos esa madre, no podés saber lo que es ser esa madre: hay cosas intransferibles. El marxismo murió porque no se debía a lo particular.) Sólo percibo que toda la intención de Ruba logra efectivamente llenar sus ojos de lágrimas. Se creó una escena donde hay una mujer sola en un hospital. Pero hay mas. Hay algo mas que describe eso. Ella, cuando ya cayeron puntualmente las lágrimas que tenían que caer, “recuerda” lo que le dijo a su hijo. Lo que le dijo a Matías. Ella le dijo algo que no midió. Se podría decir: hubo una conversación directa, una iluminación de toda la fuerza maternal, material y natural, como si un dique se hubiese rajado y vuelto a cerrar automáticamente. Hubo algo para lo que la palabra “visceral” no tendría aliento. Ruba le dijo a Matías cuando se lo llevaban en la camilla una frase que guardaba un detalle furioso. Negrito, le dijo, quedate tranquilo. Eso le dijo, y algo mas: esto es como cuando naciste. Y algo mas: pero yo no te voy a poder acompañar esta vez, le dijo. (Negrito quedate tranquilo, esto es como cuando naciste… pero yo no te voy a poder acompañar esta vez.) Alguien que es empujado y sostenido por esa fuerza cómo no se va a quedar de este lado. Está agarrado de todos sus tendones, de los talones. Yo creo en eso. En las cosas que pueden decirse así. Ser padre debe ser como tener toda esa fuerza adentro. La condición de pobre de Ruba dota a la frase, a la anécdota, de un rigor cristiano y de una luz que protege la imagen, como un pesebre. Parir es acompañarse. Eso. Yo quisiera decir que eso es poesía. Poesía es conversación. Intimidad. Es una en un millón: la oportunidad de decirle algo a alguien, de hacer hablar la sangre. Algo, eh. ¿Te acordás cuando te parí? Eso, eso. Yo te acompañé, y esto es igual. Es igual ahora. Descansa la camilla, aquella vez, y esta vez, sobre la superficie de un río marrón que la desliza hacia un estuario. Ruba es inmensidad en la vida de Matías. Y ahora tienen casa nueva. ¡Vida nueva!

sábado, mayo 16, 2009

Hay un cantor de tango que adoro. Un gran cantor. Luis Cardei. Los fundamentalistas del tango macho (idea del tango desde la que se escucha a Gardel filtrado por Juilio Sosa) dicen que tenía una voz "chiquita". Para mí fue el último gran cantor. Vendrán otros, claro, el tango va a estar. La cuestión que este tipo contaba historias en las tanguerías, porque necesitaba parar, porque era hemofílico y había, de yapa, tenido polio, con lo cual se cansaba, tenía que estar todo el tiempo sentado. Y contaba. Un narrador tremendo. Pausa, drama, humor. Todo todo.

Martín Armada

Dublin, 16 de mayo, 2009

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domingo, mayo 10, 2009

Km 11

Teniendo en cuenta los 3 peronismos que Artemio distingue: el peronismo K, el peronismo federal (Córdoba, Santa Fe, etc.) y el pro peronismo, estas elecciones parecen cristalizar en esa tríada la misma dispersión que las del 2003. O sea que la "recomposición de la política" (de la autoridad política) sólo se concentró durante la buena cosecha kirchnerista. Del otro lado, del lado cívico, lo mismo pero no... la muerte de Alfonsín cerró el círculo radical, un laaaaargo camino a casa de todos aquellos que amagaron, doblaron, ¿rompieron? ¿Qué futuro tiene la empatía capitalina entre Lilita y Michetti? Quizás eso rompa el hechizo y la brubuja cívica, y abra una verdadera diagonal de "extranjeros" en la constelación de Carrió y los radicales. Hoy, imposible. Y por otro lado, la colectora de centro-izquierda... ¿es la reserva moral sobre la que se proyectará el kirchnerismo 11? ¿De allí se desprenderá "su vice", cuando estén volcados decididamente a asumir la desgracia de los 3 peronismos vivos, juntando en el kirchnerismo la liga de intendentes, la provincia de Buenos Aires + eso? Quiero decir: ¿Heller es un Sabatella orgánico? Que Sabatella es un kirchnerista inorgánico ya se deduce. Uno puede ver el fin de ciclo donde partió el ciclo, porque, como repite Barone: el post-kirchnerismo es el pre-kirchnerismo. Los dos hombres sobre los que sobrevuelan dudas y fatasmas, y capaces de romper este esquema, son Scioli y Lole. Pero bueno, otro de los puntos de esta analogía, es la percepción del gobierno de Cristina: un gobierno que nadie duda que se va, una presidencia institucional, mas allá de su estilo, una suerte de piloto automático... ¿Nadie nunca hablará de su reelección? No hoy, pero sí después del 28 en que la terna de nombres se reparta esta aseveración será notable. ¿Será recordado el de Cristina como un gobierno de transición? ¿Y así como el de Duhalde se dirá: qué gran gobierno? Tengo mis dudas que la única verdad sea la realidad, al menos acá. Porque se trata de un gobierno cuya temperatura política estuvo fuera del cuerpo de la gestión. Su vocación y retórica institucionalista por dentro, y afuera, en los jardines de Olivos, el aventurerismo a la orden del día.


Pd melancólico: La pérdida de Alberto Fernández consuma la territorialización absoluta de los argumentos. Y no es que nos gustaba Alberto por "blanco", nos gustaba Alberto porque durante su era (cuando aún tenía poder) se dejaban zonas grises, audacias y decisiones conservadoras convivían "en su oscura armonía", los cierres estaban envueltos en razonamientos ambiciosos, eran cierres abiertos (¿oxímoron?). Alberto es como Kunkel: nunca "ganó nada", no tiene una espalda de votos, pero no actúa como si los tuviera. No es ahí como Kunkel, a quien definió Alejandro Bárbaro de manera implacable: un jacobino sin revolución. Alberto puede estar ahora caído en desgracia, remando una trama de lealtades incomprensibles, solo, pero tan solo como estuvo cuando hablaba de Kirchner hace muuuucho, muuuuucho tiempo.
Che, yo no sé ustedes, pero aún cuando dijimos esto, entre Ibarra y Malnatti... Ibarra.
Si no entraste en ninguna lista porque te abandonaron tus aliados 48 horas antes del cierre no se lo cuentes al mundo entero, papá.

viernes, mayo 08, 2009

Un poco de hipo brusco...

Se perdió la fuerza de arriba hacia abajo. Que alguien imagine, recete, pase sus horas de jactancia reseñando los modos de una nueva Colimba. El Estado no es un museo. La ley 1420 no fue votada en asamblea, no es producto de una acumulación de las bases. Este país perdió la capacidad de introducir fuerza de arriba hacia abajo. La contundencia del viejo orden simbólico. No es compatible el imaginario del Estado de Bienestar + Derechos Humanos. No estoy pregonando una exclusión mutua, sí la incompatibilidad de un relato que subraya la ausencia militar simbólica de ese orden social. El orden siempre puede ser un orden logrado, un resultado... a defender. Y esa marca, esa marca de posguerra, también confirma la filiación del deudo. Uno pertenece a un lugar por lo que da, también por lo que da, también por lo que ofrece. (...) Gente que busca gente. Una vez se produjeron unos segundos geniales en el antológico programa de ese nombre. ¿Recuerdan ese programa? El conductor presentaba casos en donde cierta gente exponía el suyo, o sea, sus ramas de parentela deshecha, de abandonos, de decisiones irremediables que cortaron lazos, gente que rajó a una cosecha y dejó el niño con una tía, que a su vez un día partió a lo de un hermano, que dejó una casa… Mudanzas y crianzas de frontera. (Un tal Espósito cruzó la Gran Salina… ¡no se lo vio mas!) Bueno, en ese programa maternal, en ese programa Casa Cuna, un joven expuso a quién estaba buscando: a su madre. Y supongo que toda la suerte dependía del trabajo de producción que se hacía, cuando el caso avanzaba y se empezaba a encontrar gente… Y entonces ahí ganaba protagonismo el caso y nuevamente se iba al piso a ampliar el relato, a construir el suspenso del reencuentro, y al reencuentro. Bueno, un joven que en ese momento tendría 25 años, se presenta diciendo que busca a su madre. Cuenta que vivía con ella y su padrino, y que una mañana la madre se fue a trabajar y no volvió mas. Trabajaba en una fábrica. Vivían en Moreno, supongamos. El conductor le pregunta qué edad él tenía en ese momento. Cinco años, responde. “¿Y en qué año naciste?- En el ’72.” “O sea que tu mamá desaparece en el ’77…” dice el conductor. Y se hace un silencio. La situación se vuelve un poco tensa. “¿Vos sabés lo que pasaba en esos años?”, profundiza. Él responde: “Sí, y es una de las cosas que me dijeron que puede haber pasado”. Silencio. Nunca más. Nunca más. Vi el programa los días sucesivos… y nada. Lo vi, lo vi, lo vi, y nunca mas pasó nada. Fue uno de los grandes momentos de la televisión, en la era menemista. ¿Y por qué fue un gran momento? Porque mostró mucho mas y mejor. Mucho mas y mejor por dónde pasa el asunto mientras el cancionero del ND junta millones de dólares con su mercancía La Memoria. (...) Acabo de ver varias películas: Crónica de una fuga, primero, Garage Olimpo, después. Pero es en Crónica… donde me desborda una irritación: los tipos que secuestraban parecen disfrazados de Los Babasónicos. Los bigotes, los anteojos, las chombas a rayas. Yo solo pido un poquito de prudencia estética. Prefiero la fragilidad de los años ’80, la deducción a tientas en escenarios reales de un relato binario, la conquista de la inocencia, el signo Aries que producía entretenimientos y cuentos de terror. Porque eso te transmite La noche de los lápices. La vi hace dos años entera por youtube, y te da la impresión de que se filmó en escenarios reales, de que la película agradece en los títulos la cesión de la picana de la comisaría 5ta de La Plata para filmar las escenas de tortura. El actor morocho de bigotes que siempre hace de cana, ¿era cana? Había en el cine de los ’80 una continuidad de la guerra. (...) Me inquietan los programas donde los historiadores del mañana meterán las narices para mirar la vida “del bajo pueblo”. Esa Gente que busca gente: un gran programa sobre el mapa familiar argentino. En cada historia se enredaba el desarraigo, las tradiciones, incestos, los silencios tremendos, los secretos, los abandonos que se pagan, que se pagan. (...) Escuchaba radio con mi abuela en la casa de Villa Tesei, sentados, oyendo uno de los mejores programas radiales en su mejor época: “Esto que pasa”, de Pepe Eliaschev, en Radio Nacional, durante el gobierno de De la Rúa. Mi abuela interrumpía con frases descolgadas, irritantes y duhaldistas que retomaban momentos anteriores de un diálogo casi infinito (“ay, esos del ERP, de doble apellido…”). Tengo en la memoria un editorial brillante del Pepe en defensa del censo 2001, cuando lo bombardeaba Ruckauf por el gasto público y los docentes por izquierda. Bajas pulsaciones de un Estado que se negaba a morir porque se negaba a dejar de saber. La soledad de ese censo era como la soledad de la política. ¿Está mal querer saber cuántos argentinos viven en piso de tierra? O, como rezaba esa tarde silenciosa el locutor: “No sabremos si los argentinos censados tienen agua por cañería dentro de la vivienda o fuera de ella. O si tienen agua dentro del terreno o tienen que ir a buscarla fuera del terreno. Ignoraremos, si el censo se aborta por la extorsión de los sindicatos docentes, de dónde proviene el agua que usa para beber y cocinar la persona censada ¿de la red pública de agua corriente, de la perforación con bomba a motor o tal vez con bomba manual? ¿De pozo con bomba o de pozo sin bomba, de agua de lluvia o de transporte por cisterna, de agua de río, de canal o de arroyo?” Eso, eso, ahora se sabe, ¿y de qué sirve saberlo? (...) ¿Por qué no decir que la fascinación con Perón incluye su razonamiento militar? El elemento militar en el pensamiento político. ¿Cómo se dice esto? ¿Cómo se piensa esto? Hay una fuerza, una fuerza en la que es posible elaborar virtudes coercitivas que aún reivindicamos, cuya ausencia acentúa el vago pensamiento militar del orden como orden perdido. (...) De repente alguien que fue criado por tíos y padrino, en el medio de un set televisivo, tiene cinco minutos para decir que busca a su madre. Que no encuentra a su madre. Que sigue sin encontrar a su madre. Su tiempo se va. Su tiempo tirano se va como agua corriente. La televisión por unos segundos invadida por una gran sombra fugitiva cuyo peso sobre un platillo liviano hizo saltar a todos los otros platillos que estaban ahí. La térmica también saltó: se hizo la noche en el día, por un segundo. Ahí había una desaparición. Y su denuncia en el lugar justo: en el continuado, en el tiempo televisado de vidas que merecen reencontrarse, conocer sus últimas verdades y secretos. ¿Fui abandonado, fuiste desaparecida? Alguien supo ir a preguntarlo al lugar correcto, puso su calco inestable sobre el cristal de la cámara, y ese viento virtual lo sopló a su velocidad de siempre. ¿Flotará en el espacio? ¿Era posible poner a disposición de esa búsqueda al aparato televisivo? Como si se hubiera producido una intersección de la densidad de todos esos desencuentros, de esas familias migrantes, como si su conmovedora domesticidad adquiriera un estado superior de drama... Ese pibe conectó el mas allá y el mas acá en un segundo, o, mejor: ese pibe para un nabo como yo (que lo miraba tratando de que se sobresalte) supo decir por qué ese programa (con toda esa gente sin rendirse en su búsqueda obsesiva, atrapada en las redes pegajosas de la parentela, resistiendo en las raíces de sus vínculos) valía la pena.

jueves, mayo 07, 2009

Hoy

Seguridad e inseguridad - algunas miradas de un problema contemporáneo.

Sabido es que al hablar de seguridad o inseguridad nos enfrentamos ante un asunto de difícil resolución. Intentamos complejizar el debate analizando el fenómeno desde diversos ángulos.

19hs. Proyección del film Cordero de dios, dirigido por Lucía Cedrón.
20.15 Intervalo.
20.20hs. Diálogos e intercambios vinculados a la temática.

Exposiciónes y palabras de docentes, invitados, amigos.

Juan Olivera/Francisco Pucci/ Matias Rodeiro/Martin Rodriguez Gastón Salcedo /Cristian Vaneskehian/Xumano/entre otros

Lugar: Biblioteca Nacional. (Agüero y Las Heras)

Sala: Juan L. Ortiz 3er piso
Día: Jueves 7 de mayo, 19 hs.
Organiza: Grupo político-cultural “Los Fueyes”

CORDERO DE DIOS de Lucía Cedrón. La trama temporal sobre la que se articula el film se desarrolla en el 2002 y está puntuada por hechos ocurridos en 1978. Los eventos del pasado van a encontrar un eco en el presente al que irán resignificando constantemente. En 2002, en plena crisis económica argentina, Arturo (Jorge Marrale), un veterinario de 77 años, es secuestrado en Buenos Aires. Su nieta Guillermina (Leonora Balcarce) de 30 años, debe negociar con los secuestradores el pago del rescate. Para ello, pide ayuda a su madre, Teresa (Mercedes Morán), quien aún vive en Francia, a donde se exilió en la década del ’70 junto con su hija pequeña, a raíz de la desaparición de su marido. En el presente y ante las circunstancias, Teresa se ve obligada a retornar a la Argentina a pesar suyo. Guillermina y Teresa llevarán adelante las negociaciones para la liberación de Arturo. A raíz de ello, ambas reviven dolorosos hechos del pasado cuando Teresa (Malena Solda) fue secuestrada por fuerzas para-policiales y Arturo quedó entonces a cargo de su nieta. Poco a poco, Guillermina, ahora adulta, va a ir descubriendo la intervención de su abuelo en 1978 en la liberación de su madre.

miércoles, mayo 06, 2009

PITROLA PELEA EL SEGUNDO LUGAR DE LA INTENCION DE VOTO ENTRE LOS SECTORES POBRES DEL CONURBANO

El Partido Obrero ha comenzado su campaña electoral en la provincia de Buenos Aires con una noticia animadora: nuestro candidato a diputado nacional, Néstor Pitrola, recoge el 5.1 por ciento de las intenciones de voto en el segundo cordón del conurbano y disputa el segundo lugar, detrás de la hipotética candidatura de Néstor Kirchner, en el estrato social “pobres”, con una intención de voto del 10.6 por ciento – de acuerdo a la última encuesta realizada por la Consultora Equis, que dirige Artemio López. Estos datos destacan el rol protagónico del Partido Obrero en este período transicional de crisis del capitalismo y de disolución del improvisado régimen político del matrimonio K.

Partido Obrero

martes, mayo 05, 2009

¿Piumato diputado? Ojalá.

¿Forster legislador? Se lo merece.

¿Andrea? ¿Andrea?

Luis

El mejor Mendieta.

(...) Y la fórmula afrancesada: se perfuma, pero no se baña. Algunos extrañamos el desodorante albertiano, el Glade palermitano. Luis D'Elía es uno de los dos mejores intérpretes teóricos del kirchnerismo. Así como el mejor intérprete territorial es Hugo Moyano (y ese cuadrazo detrás llamado Julio Piumato, el alfarero del barro moyanista). El otro era (¿es?) Alberto Fernández. Pero Luis, un líder maradoniano (sin dudas), no encuentra, como aullaba Fito, enemigos a la altura del conflicto. Ahora, sobre la base desfondada de los movimientos sociales, pide lugar, y no tiene peso: el kirchnerismo es la política que venía a erosionar a las organizaciones sociales, a burocratizarlas, estatizarlas, cristalizarlas, fumigarlas. Pero tras la fórmula de paz social Luis se iba a eyectar como un falso "libre pensador" de conexión directa con el cólico renal del poder: Luis parece suelto, parece el tornillo suelto en la máquina, y es puro aceite. Luis es kirchnerismo flotante. Luis está en todos lados, debe estar en todos lados. Encendió el fuego para quemarse, pero no habría fuego sin él.

Atiendanló!

lunes, mayo 04, 2009

Por suerte existe "el poder de la última palabra". O sea, un día de silencio radial, bajo el reino del voto compungido o feliz o victorioso o culposo o indiferente. Eso ocurrirá un 28 de junio soleado, con una mañana fresca. Mi mujer va a estar tensa, nerviosa, votará por primera vez. Nacida en el exilio, tres décadas después se encuentra con los documentos que afirman de dónde es, de dónde era, de dónde quiere ser, qué cosas puede elegir. No es poco. Y el 29 de junio, en muchas cosas será como el 28, porque seguramente alguien nacerá, y eso también será como cualquier día. Muchos nacerán. Algunos lo harán, por ejemplo, en la Maternidad Sardá, objeto de mi pasión barrial. Uh, me imagino las alegrías de muchas madres. ¿Puedo verlo, puedo verla, Doctor? Hay momentos en que uno también quiere ser una libélula. En que uno desea una suave veda electoral que dure varios días para situarse en la observación zen del crecimiento de una planta. Que lo público pase por el chorro de agua corriente que lava una planta de lechuga, así como en mi niñez lo público tenía el contacto del agua de una pileta del IMOS. No leer mas nada, ni siquiera leer mas blogs. O escribir blogs sobre el tiempo. Como dice Crónica: hay 21 grados ¡y es otoño! Esa es una noticia. Es una noticia buena. Es una noticia mala. No importa. Hoy me importa pensar en la mañana del 29, en la mañana del día después. Recuerdo un club del trueque en el que participé. Se organizaba en William Morris. Y era una fiesta. Y lo era por la sencilla razón de que no podía durar para siempre. Hay cosas que nacen para durar. Hay cosas que vienen para quedarse. Hay cosas que nacen y mueren. Hay cosas que nacen muertas. El 29 de junio, como el 28, el 27 o el 30 ocurrirá el milagro de la naturaleza y la cultura: nada. Será el día después de un día de esos, de esos que están buenos, en los que la gente habla de lo mismo. Y el 29... lo de siempre. Unos nacerán, otros morirán. La tierra dará su vuelta. Nos acercaremos un día mas a la próxima visita del cometa Halley... Yo quiero que el gobierno gane. Por eso lo voy a votar. Y muchos tendríamos que ir a pedir el voto para este gobierno. Ok, si leés esto, pibe, te lo pido, vení votanos. Argumentos para hacerlo hay. (...) Recuerdo ese club del trueque porque había algo de ese comunitarismo que no podía durar, por eso era tan intenso. Todo el mundo lo sabía. Pero es tan "fuerte" cuando ocurre... Hay una idea de unidad, de unidad en las cosas y la práctica, que es como un sentimiento religioso, atravesado por la sonrisa de la espontaneidad, de lo excepcional. Esto también pasará. Nada vuelve atrás. Hasta Mariano Grondona se sensibilizaba con las redes del trueque. Había una afirmación en la pobreza, conmovedora. Eso no volverá. Ese país no volverá. Un país amish, un país que por primera vez pisaba tierra, según muchos. Nos merecíamos caernos del limbo pavote de nuestros sueños. Argentina es un país que sueña ("fuimos demasiado lejos"). Pero bueno, somos un gran país. Esa es la fe que anima este blog. Dios es argentino.