jueves, abril 13, 2006

La Cabeza de Goliat

"(...) En el mercado del trabajo se vende una clase de mercadería humana, producida por el artesano que no tiene siquiera herramientas. Hermosos cuerpos y feos rostros. Ellos mismos son la herramienta que alquilan obligándose a hacerla funcionar. Los que en las agencias de colocaciones esperan sentados, no son esclavos; y, si se piensa bien, nada más diferente de los mercados esclavistas que esos bancos donde hay una cantidad de hombres esperando la demanda de sus brazos. Son hombres libres que se encuentran en esa situación transitoriamente. Pueden aceptar o rechazar sus ofertas cuando no convienen. La locación de servicios en una forma contractual, es un contrato bilateral. Son hombres libres y no bestias de labor; pero ahora están ahí, esperando, cansados del ocio que les pesa más que una jornada de acémilas. (...)"

1 comentario:

Diego Calle dijo...

Me parece muy certero el ángulo de observación, con el cual describis la naturalidad de la raza humana. Ahora los esclavos tomaron el nombre de trabajadores, pero a diferencia de de aquellos esclavos, estos también entregan a sus hermanos.