(...)
En el runrún morado de las aguas,
en el calce limpio con que el cielo y las aguas
bajaban, aquel paraíso
se vio pronto envuelto en brumas:
la bruma de la uva blanca y las burbujas
frías, la alegría del bautismo, la partida
a esa como regata olímpica, los cantos
en honor del amor por dinero.
(...)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario