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De pronto suena en la noche una sirena
de alarma, larga, larga,
el aullido lúgubre de la sirena
de incendio o de la ambulancia blanca de la muerte,
como el grito de la cegua en la noche,
que se acerca y se acerca sobre las calles
y las casas y sube, sube, y baja
y crece, crece, baja y se aleja
creciendo y bajando. No es incendio ni muerte:
Es Somoza que pasa.
3 comentarios:
Como si supiera quien escribe
su página del día.
Como si fuera tan fácil redimir
géneros que deambulan,
noctámbulos a toda hora.
Como si supiera, ojalá supiera
quien es el Ernesto de cada día.
En esta urbe con sonreír ya nos
alcanza.
Es el ernesto Cardenal.
No era tan obvio. Ojo: se viene su antología.
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