lunes, junio 19, 2006

Reza, reza, hasta que se te gaste el Dios.


"(...) Nosotros debemos estar en condiciones de manejar el desorden cuando ellos quieran manejar el orden y no presentar batalla cuando ellos esperen que lo haremos sino pequeños combates en todas partes a los que no podrán concurrir para defenderse. Por eso las acciones nuestras deben ir paulatinamente tomando un tono agresivo pero limitado, sin pasar a acciones mayores, porque nada hay mayor que el todo, sin que sea necesario hacerlo en una sola acción reunida.
Cuando este clima esté en plena acción, habrá llegado recién el momento de provocar la paralización que será el golpe de gracia y a continuación poner en ejecución la acción de guerrillas si es indispensable en las partes más favorables para que sea una septicemia con focos purulentos en diversas partes pero septicemia..."
(La revolución, se escribe,
en tinta limón)

No hay comentarios.: