lunes, octubre 05, 2009

Lapsus

Como el niño que ante la psicóloga
traza dibujos opacos que para ella revelan
el núcleo precioso de sus conflictos,
César pronunció la palabra y retrocedió.
Silencio en la mesa, rápidas miradas
al reloj de pared que marcaba la una;
sobre la inquietud el tiempo volaba,
un águila llevando entre sus garras
hacia su nido recóndito al cordero de la verdad.

(Alejandro Rubio, Sobrantes, 2008)

8 comentarios:

Horacio Gris dijo...

impecable.

Anónimo dijo...

Gran poema y se mete en el bolsillo todas las boludeces que se escribieron estos días.

Anónimo dijo...

malísimo.

Martín dijo...

Buenísimo.

pablo dijo...

scotch del mejor

porque sí dijo...

uno de los mejores de su generación le escribió en una dedicatoria: al mejor poeta de mi generación.

DF dijo...

"El mejor", "uno de los mejores": dejando de lado esa facilidad, qué buen poema.

Clandestina dijo...

Perturbador.