domingo, octubre 25, 2009

Transas...

Cada tanto me gusta postear sobre Carlos García Moreno. La (espontánea) madurez que se resalta de su vuelta (¡basta de vueltas, en esta país nadie se va!) podría dar un deprimente resultado: un mensaje límpido de "amor a la vida" sin excesos y conflictos que se asocia automáticamente con ese imán de sentidos que es la cultura política kirchnerista. Charly rehabilitado es un mensaje directo a la iconografía viva y decadente que ya cumple su cuarto de siglo acompañando y dando vida a la lengua en democracia. Pero al revés que Maradona, Charly vuelve contra los “excesos”, a Charly lo hacen volver contra sí mismo, como un doblegado, alguien que se saca de encima su propio peso. Pero sus excesos son vistos como un sobrante de la llama esencial que acaba con la fiera, no son excesos de la misma pócima, no es “mas de lo mismo”, mas de sí mismo, sino una fuerza externa, una conspiración, el precio de ser un genio que le cobra su comunidad caníbal, y de la que está saliendo. Charly no se va a quitar esa capa retórica (excesiva) que endulza sus oídos cuando dicen que su obra es la conciencia desgraciada del orden democrático: y justamente sobre ella queremos bucear. Eso lo dicen (lo decimos), pero -corrijo- sólo endulza los oídos del emisor del mensaje. Charly es una de esas personas que cada tanto dicen, o piensan, o sienten, que hubiera sido mejor haber nacido en otro país, al norte, y sin embargo hay algo que no borra su adhesión al sentimiento de eso que se recuperó cuando se recuperó la democracia: el cénit y la caída constante de la palabra libertad. La epifanía de su permanente recuperación y el vacío de qué hacer con ella, repetido hasta la farsa. Ni siquiera cuando en el ocaso menemista se hizo menemista (era el peor momento para serlo) pudo evitar ser convocado como voz de la eterna restauración democrática, y concurrir a esa fiesta “cada vez peor”. Este Charly es un Charly lobotomizado, para algunos, que podría representar el sentimiento de la restauración que se avecina una vez que el matrimonio K concluya la mejor presidencia de la democracia. Es que la política ama a Charly García, y las marcas y su talento estropeado confirman lo que –los boludos- dicen en que devino la obra: su obra es su cuerpo. Pero siempre hay algo que está ahí, una cita con la burocracia de los sentimientos colectivos, encarnada en figuras que por otra colectora financian Soles sin droga, y por esta justifican a Charly como a los que “ponen el cuerpo”, los que lo ofrecen a su propia destrucción. Lopérfido le llenó el alma con la multitud gratuita cuando no pudo tirar los muñecos al mar. Y el señor K le hizo cantar y romper la guitarra en el escenario. Y puso su versión del himno en la ESMA. Su "inimputabilidad", en tal caso, aquello que lo exceptúa de la ley, es la condición del sobreviviente. Pregunto: ¿cómo se hace para soportar la voz de Nito Mestre si uno quiere hacer una autopsia sobre la obra de Sui Generis y empezar desde el principio? Ese sería el exceso de Sui Generis: esa voz angelical, ese cantante pulido que, además, toca una flauta al modo en que aprenden a tocar en la parroquia los mas sensibles. ¿Esa presencia cristiana y moralista de la voz de Nito Mestre es capaz de arruinar uno de las cancioneros mas preciosos? No, esa voz entra en el canon de la época: y la habilidad involuntaria de Charly fue haber cristalizado esa voz y no la suya. Nito cayó en un agujero negro que podría ser llamado Pastoral… y Charly huyó para delante de la mano de un Boeing progresivo. ¿Cuál podría ser la excepcionalidad de Charly, aquella que lo arroja al parnaso horrible de los artistas del inconciente colectivo? Una cosa puede ser su recurso práctico de haber hablado a veces de lo que no se habla, y eso en Argentina tiene marcas muy precisas: haber escrito y cantado sobre los desaparecidos, dentro del país, cuando los hechos ocurrían, es como una marca demasiado potente. Y eso lo hizo con un recurso metafórico tan obvio, tan utilitario para los fines... Charly no era un “surrealista”, con las horribles consecuencias del surrealismo en las letras de rock, en el que todo podría “en un punto” hablar de aquello (letras sicodélicas que con voluntarismo podrían insinuar lo que pasaba detrás del espejo). No: Charly hizo dos o tres canciones directas cuyo disfraz metafórico era tan elemental que la careta se caía en medio de la canción. Y haber hablado contra la cultura montada en la primera alborada democrática, ese 83 que encumbraba viejos trapos, a la vez que haberle puesto una de las dos canciones a ese centro: Inconciente Colectivo (la otra es “Todavía Cantamos”) lo siguen poniendo en el lugar del que “anticipó” los hechos, esa pinza artística de quien se asegura cubrir los dos estadios: no iba a ser escupido como Miguel Cantilo y su Punch (hasta obligarlo a desempolvar Pedro y Pablo), e iba a estar a tiempo de decir que se vendió a Coca Cola dos décadas antes que todos se "vendan". Charly García no se trata de excesos, sino de una justa combinación que siempre reportó situación y mundo: es un artista del equilibrio, cuya antena le asegura prever la llegada de todos los Ovnis. No rompió nunca su anclaje con la historia argentina y supo dotar y renovar ese anclaje con gestos públicos ¿vanguardistas?, en el sentido de que inauguraban desde cero “algo”: como su amistad con Hebe o Menem. Gestos de (digamos ahora) supuesta vanguardia y un conservadurismo musical mundial: el mas grande importador de los años ’80, y al que la velocidad de los años ’90 –literalmente- lo pasó por arriba. Con algunas canciones cosió su prendedor de valor cívico y su trama musical se basó (hasta donde pudo) en adelantar mínimamente y traducir a idioma argentino las tendencias mundiales. Esa condición de permanente actualidad y el pergamino de cantar algunas canciones “antes que”, lo transforman en el héroe de nuestra clase. Su arte desarrolla una condición de colonia musical que sólo admite en ese vehículo las transferencias de época: Charly trafica en su obra los símbolos de esos pasajes, y eso lo vuelve el único artista social por excelencia. Charly García, mas que la Negra, es la verdadera dama blanca de la democracia argentina. Que viva 100 años.

11 comentarios:

SP dijo...

ajajjajaj, mirá

http://www.youtube.com/watch?v=yLnEIUnj-Bg&feature=related

en el segundo 0:27 "pápapa-pápapapa-papápapapapá: lo debo haber hecho en diez minutos"

Martín Zariello dijo...

Hay que escuchar unas entrevistas que dio Charly explicando Clics Modernos para advertir a un verdadero adelantado. En esos audios (que están en youtube) esa remanida idea de "Qué lúcido es Charly" se ve representado por fuera de cualquier lugar común. Fabián Casas dice que de lo único que sabemos de los artistas es que no se puede confiar en ellos. Algo de eso hay en Charly, un tipo que en vez de hacer la clásica canción de protesta demagógica, escribió "Tribulaciones, Lamentos Y Ocaso De Un Tonto Rey Imaginario, O No", enfocando la cuestión desde la óptica del tirano. En los últimos tiempos en vez de decir "estoy desnudo si quieren verme", decía "estoy en bolas, si quieren verme", generando un anticlimax total. (Es casi admirable la forma en que destruyó su repertorio durante los últimos 15 años). Sólo por ese tema merecería vivir cien años, pero tiene, además, 10 discos que están entre lo mejor que se ha oído por estos lugares. Me gustó ese paralelismo entre el Charly lobotomizado, que trae, cual señor Burns, "amor y paz" y los tiempos de pasteurización política que se vienen. Excelente todo, mucho gusto.

Charlie Boyle dijo...

Había un momento el la obra Eqqus de Shaffer donde Alterio, el psicólogo, le dice a los padres de Miguel angel solá, el pirucho que tenía el mambo con los caballos: Yo se los puedo volver a la realidad, esto es curable pero me niego que sea otro de esos pelotudo mas que vaya todos los dias al laburo en motoneta.
Esa es la sensación que tuve.

Charlie Boyle dijo...

La obra concluye con Dysart se cuestiona su profesión frente a los edictos de la sociedad. ¿Es justo sacrificar una pasión tan ferviente como la de Alan solo por obedecer a los mandatos de la civilización? «Mi deseo sería convertir a este muchacho en un ferviente esposo, un ciudadano respetable […] Sin embargo, es más probable que mis logros lo conviertan en un fantasma»,[3] dice el psiquiatra quien confiesa envidiar al muchacho.
http://es.wikipedia.org/wiki/Equus_%28obra%29#cite_note-2
Sin duda esta es la escena que adaptaron con la metáfora de la motoneta

Puta Ciudad dijo...

muy bueno

Alejandro dijo...

Y qué decir del pedido de amnistía social que canta "yo no quiero volverme tan loco". Digo, contra el trasfondo de una, en ese momento probable, amnistía institucional, García pide una amnistía social: de y para la sociedad. ¿No se cumplió también eso?
Respecto al carácter "procíclico" de García basta notar que cantaba sobre la violencia política en los primeros setenta. Y ahí hay un tema interesante: la puesta en cuestión de esa unidad (funcional) que son "los setenta". Como si hubiera alguna manera de ir causalmente desde el postonganiato hasta el proceso. Como si el peronismo no fuera (de Cámpora a López Rega) la bisagra de una década.
Abrazo,

Oscar Cuervo dijo...

Amiguitos:
me pregunto cuántos de los que desvalorizan el presente de Charly lo vieron el viernes en vivo. ¿O sólo se guían por la imagen que los medios trasmiten de él? ¿Son tan dóciles a la imagen mediática de la realidad? ¿Confunden a Charly con Majul, con TN editorializando sobre Charly? Charly está en sus canciones y en sus shows, no en las noticias editadas en los diarios sobre sus shows.
Tampoco era Charly el de las páginas de escándalos, era el de sus discos, el de La hija de la lágrima, el de Say No More. En ese momento también había desilusionados que decían preferir al verdadero Charly, que casualmente era el "anterior". Quizá sea un sino argentino (qué rima más boba) llegar tarde donde Charly estuvo antes, ir detrás de su sombra. Charly es simplemente un tipo que quiso estar como estuvo durante 20 años (y está muy bien que haya sido así) y que ahora ya no quiere estar como estuvo durante 20 años. "Preferir" al que empezaba tarde y tocaba 10 minutos es tan pacato y moralista como querer que siempre haya sido puntual. Sólo que de un moralismo inverso al anterior. Yo prefiero que Charly esté como se le cante, no le exijo que viva según mis necesidades sino según las suyas. Y mientras haga hermosas canciones, yo le estaré agradecido.
Y el show del viernes, para los que no fueron y hablan, fue hermoso. Fue el diluvio más hermoso que conocí.

Martín dijo...

De acuerdo Oscar, y la verdad es que no me interesa que Charly se muera... Y hubiese ido al recital gustoso, solo que cuando vi su vuelta en Lujan, y un recital en Peru, sinceramente, me impresiono mucho su estado. Pero no esta en el animo de mi humilde post hacer una apologia a las drogas. De verdad no prefiero a un tipo que tocaba diez minutos, de verdad. En tal caso me interesan muchisimo sus 80, decada en la que estuvo mas que lucido. Y sus 70. Si se entiende esto a favor de la destruccion... perdon.

Daniel dijo...

Como preferir, hubiese preferido a un Charly que pueda optar por su propia recuperación, bajar un cambio, pero es su vida, no mi opción. El problema es que esta no es su vida, es la opción generada desde la intervención de la policía en un hotel, la decisión judicial de la internación y el trabajo de médicos psiquiátricos que lo recontraempastillaron. Acaso Charly lo decidió???. No. Y es muy evidente en sus lamentables apariciones, no es él, es el producto lobotomizado de sonrisa ansiolítica que puede atraer sponsors, dar un recital masivo y alegrar al argentino medio de que uno de sus "ídolos" ya no pertenece al costado maléfico de la anormalidad/insanía, ahora lo tienen "sano" y "normal". Eso si, su alma está muerta, sin duda alguna.

pablo dijo...

Efectivamente: al contrario de "Daniel", creo que debería tener estatuto de derecho (humano) tanto el suicidio como la lobotomía, si uno la prefiere, como se deduce de la "autonomía" que Cuervo supone en García, siempre.

Merian dijo...

A Danielle pregunto, sabe si Charly lo decidió? Sin propia voluntad no se dura en una rehabilitación ni 3 días, literalmente. Si Charly está así, es porque así quiere estar. Es ridículo pensar que Charly va a doblegarse a los sponsors y a la policía. No todos los que estamos contentos con verlo bien somos bienpensantes estilo María Laura Santillan, algunos no creemos que su alma esté muerta...