martes, marzo 25, 2008


Monzón

Monzón, en homenaje al napalm.
Una ramita se asoma del talón, silvestre:
me llamo Juan Ramón,
me dicen Monzón.
Gallo del ring amateur golpeando la campana de bronce de la
capilla donde el primero de
mayo Padre Francisco bendice herramientas…
Monzón no puede ser un soldado.
Monzón cierra los ojos: el arroz de vitamina vietnamita
dinamita el cuerpo del reo
que bajo la lluvia de sus puños prefiere consumirse en un soplo
de gelatina ardiente.
El reo de noche sueña que es una niña vietnamita
en la noche lúgubre rociada por napalm.
En la ex Saigón, hoy Ho Chi Minh. Mañana: ciudad mocoví.
Monzón es el Napalm argentino.

No hay comentarios.: