domingo, octubre 15, 2006

Lilí

O sea, tampoco uno es experto en teoría del derecho.
(...) ¿qué diferencia hay entre Mandela y Kirchner?, la respuesta sería justamente esa: el ánimo. O mas tarde, esta otra: No puede haber olvido sino verdad y justicia. Lo que no puede haber es sed de venganza.
Lilita se deja retratar leyendo no sé qué libro. Lilita odia el analfabetismo teórico, académico, del gobierno. Lilita dice que el presidente maneja un vocabulario de 200 palabras.
La magnanimidad y generosidad de la víctima para "juzgar" al victimario.
Lilita cree en el Modelo Sudafricano de Reconciliación Nacional, que apunta básicamente a no castigar a aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad y los confiesan ante un tribunal, o sea: los Juicios por la Verdad en la época del Programa Menemista de reconciliación (que exceptuaba de la "impunidad" a aquello que el aparato católico no puede procesar bajo ninguna metáfora bíblica: la sustitución de identidad). Pero ella sólo cambiaría del modelo sudafricano la Justicia, por sobre ese "perdón" ante la confesión. El sudafricano debe haber tenido -creemos- un guiño preciso del Vaticano en su diseño; y tal vez produjo similares resultados que en nuestro país, es decir: consolidar una democracia, relanzarnos a la carrera del capitalismo mundial lavando la sangre en el río dulce. Ahora bien, lo de "justicia, no venganza", apunta justamente al "ánimo", y en este caso, al ánimo presidencial, a ese fuero íntimo de la psicología presidencial que el Tata Yofre metaforizó en los primeros días: "ya juntó el oro, ahora va por el bronce".
Pero, justamente, la diferencia material de uno y otro modelo (el modelo nuestro, aunque en sus sobresaltos, desde acá juzgamos como ejemplo universal) es -precisamente- el castigo. Acá van presos, allá no. El sentido, la gratificación que puede resultar a los ojos de una sociedad que mira entre la prudencia y el afán de superación, se puede discutir, es pasible de una mesa de- pero esa diferencia pone el ánimo que sí importa (el de los que portan armas, legítimamente y legalmente) de una u otra forma en su predisposición a acatar las órdenes de la Justicia democrática.
La autoridad moral que Lilita se arroga (para el caso, innegable) no importa ni sirve, porque su apelación apunta -esencialmente- contra el corazón del sentido desde el cual deben ser procesados políticamente los crímenes de lesa humanidad. La democracia nace haciendo pagar a los que en su "génesis" violaron el estado de derecho, nace como recuperación de una ciudadanía definitiva. Ese corazón late al son de la ética de la responsabilidad que -a juzgar por las veinte verdades democráticas- ha puesto a los Juicios y Castigos como el eslabón y piedra fundamental de la democracia en la Argentina, sí quizás -como ya dijimos alguna vez- enfatizando el carácter ejemplificador de la Justicia, para otorgar margen político en la domesticación de la tropa (es fueron las "leyes del perdón"). Y en ese sentido, en esta ética, no pesan las biografías políticas, es un nuevo orden nacido de la sangre el que juzga el pasado, más allá -incluso- del carácter reivindicativo de la "lucha" que "ameritó" la represión con que Kirchner ensalza su política liberal.
La dictadura cae derrotada por la dialéctica inédita que supo construir como consecuencia de su acción asesina. La dialéctica de los Derechos Humanos. La de los grupos activos que fueron jaqueándola desde su tenacidad. Pero, sabemos, no fue el principismo ni la renuncia a la negociación lo que dio exclusivamente resultados, sino, por el contrario, su comprensible audacia para articular todos los mecanismos de la práctica política: el diálogo, el golpe, el acuerdo... Lo que nos puede llevar a decir: la vanguardia democrática de la Multipartidaria. El ejemplo de los Organismos paradigmático es la misma posibilidad de negociar treguas armadas, como la que negocia Pérez Esquivel con Montoneros para blanquear listas de desaparecidos.
Finalmente, en esta etapa democrática se consolida el Partido que garantiza el Orden (ahora ella habla de fascismo de carácter, insistimos: reduce su pensamiento político sobre el orden kirchnerista a la psicología del Presidente) como el Partido Único que recupera a los muertos como tropa, y ordena el panteón nacional definitivamente.
Kirchner: este desafío tendrá su precio.

2 comentarios:

Fede Vazquez dijo...

que bueno!, hacia unos dias que estaba deseoso de escribir sobre la gorda y su descubrimiento sudafricano, pero dijiste casi todo lo que pienso. Para mi falta por ver si es puro deambular solitario de Carrió o terminará expresando a alguna gelatinosa clasemedia herida porque los términos del discurso kirchnerista van mas alla de lo que quisiera.
saludos

Andres dijo...

la dictadura cae por haberse enfrentado al poder central y llevar adelante la guerra de Malvinas.. luego viene la historia y un deseo generalizado de salir de eso, el mismo deseo estuvo en 1976, salir de eso, de la pequña guerra civil que provoco el peronismo y ahora volvera a suceder porque es muy obtuso creer que la unica verdad esta en la militancia de aquellos años, en sus muertos inutiles, en la vida perdida por todos los que soportaron la dictadura en el pais, sin irse.. la miserable venganza de los que se fueron y enviaron a morir a chicos, tan miserables ellos como los milicos.. el castigo ya fue impuesto y revolver esta herida renovara la sangre a derramar, tambien estoy seguro que los gusanos volveran a huir.