viernes, noviembre 20, 2009

Cada político + su cantor. O sea, el canto que se transfigura hacia la mayor simpleza posible en la que el mundo de las ideas debe ser representado. Todo político un canto, una voz, un desprendimiento de vapores nacidos de las miserias del orden. Un canto de las mayores simplezas, el viaje de su voz al encuentro con su verdad popular. Por ejemplo, Jairo... ¿no es como si Rodolfo Terragno cantara? ¿No son lo mismo, misma rama, mismo pájaro? ¿Migración del nido de víboras del que nace toda idea política hacia la simplicidad del cielo? ¿Jairo no es Terragno? ¿Alguien los vio en una misma pieza, a una misma hora? Pero también está el canto solo. Y el político solo. Como realidades huérfanas y desoladas. La política y las viejas canciones del estalinismo democrático. Las viejas canciones estalinas con nieve tropical... ¿marcaban el camino a Viedma? ¿No hizo falta ese tren al sur, un lento tren que arranque de cuajo los restos del Estado cableado? ¿Una Brasilia fría? ¿Un vagón de ingenieros radicales rumbo al sur? Viedma era el Unicornio, ¿el último intento por construir una ciudad? 83. 83. 83. Después de Félix Luna, ¿a quién le toca seguir matando a 1983? ¿Jairo? ¿Rodolfo? No creo: ellos deben morir juntos. Un pájaro pica en la garganta de ambos semillas de sésamo... ¿Las oscuras golondrinas radicales?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

espectacular el post.

Tomas.

hernán de quilmes dijo...

para aflojar con la oscuridad del canto...

http://www.goear.com/listen/283e4c5/cafiero-todo-por-2-pesos

Fede Vazquez dijo...

jajaja me mató, sí,sí, Jairo ES Terragno.