sábado, noviembre 28, 2009

2010

No hubo buenas noticias esta semana. No hubo malas noticias tampoco. Mas allá de todas las cosas malas a las que ya nos acostumbramos. La economía crecerá, crecerá mas en el 2010, y será el año olvidable de un bicentenario agrio: estará tan lleno de palabras y solemnidades como aquel primer centenario. ¿Se repite en algo? La diferencia será que cien años después la basura no está bajo la alfombra. Argentina es un país que finalmente pone todo sobre la mesa. Y reparte: palos o torta, depende. Imaginen ese 1910: ¡qué pocos años después iba a estar todo patas para arriba! Era la ceremonia de despedida de un siglo en el que su corolario no había podido respetar la sentencia de Cané: “cerrar el círculo y velar por él”. ¿Esos palcos se estaban velando a sí mismos? La modernidad entró a upa de esas multitudes a los gritos, cantando, a los tiros, avanzando y retrocediendo durante décadas. Buenos Aires: ciudad de integración y desorden, y la anarquía de su arquitectura sigue siendo esa relación (¿excluyente?) entre capitalismo y tradición, entre progreso e historia. "Que vele por tu hermosura un ángel agricultor", canta en la bella zamba de abajo Liliana Herrero. La grabación es del año 1973. Y sí, un ángel agricultor velará el 2010. Un año de museo. Un año de porcelana. Y uno imagina que la fragilidad de la niñez se cuidará con los rigores del ingreso universal. Pero el país no alcanzó a poner en la vidriera mundial todos sus niños sanos, y un balance final podría ser que no se hizo todo lo que se pudo para salvar a la mayoría. Habrá que ir en familia y acampar en la avenida de Mayo. Y mirar cómo pasan los bellos carruajes de dicha y cartón. Quizás hasta Néstor pondrá la cinta a correr sola en el gimnasio de Olivos y se irá a mirar el desfile. Quizás el país duerma algunas noches y esa cinta corra sola, ergo: que Néstor también duerma. Cuántos mensajes por día recogemos que nos dicen que hay democracia, que no hay pueblo, que hay futuro, que no hay futuro, que sí-que-no, que hay continuidad, que hay que empezar de nuevo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

temazo,

y postazo.

celina dijo...

perdí esos discos y si los tuviera no quedó una tabla del stereo combinado.

así se viene el bicentenario.