domingo, agosto 16, 2009

Es mucho más fácil revolucionar a los demás que revolucionarse a sí mismo. (Salvador Ferla)

Hoy en Miradas al Sur Alicia Kirchner vuelve sobre el eje distributivo de la política social: "crear empleo" (no encuentro el link). A mi me parece que es esperable que eso lo diga Amado Boudou, y es un discurso típico kirchnerista, como desmenuza hoy Wainfeld. Pero es un discurso que patea la pelota afuera, y que finalmente se afinca sobre ese potrero de la "economía social", u otorgándole a las cooperativas y empresitas sociales un rol fundamental en la reconstrucción municipal, cloacal, etc., que excede -en primer lugar- las competencias del ministerio que lo enuncia. El argumento burocrático subyace al de política social (que es económico) y uno se puede preguntar por qué en el contexto evidente de crisis (y creo que eso hace Mario) uno puede seguir sosteniendo la receta de un momento reciente pero no actual. Lo real es que se creó empleo, lo real es que eso no logró un impacto significativo en el núcleo duro de la pobreza. En el mejor momento del crecimiento, en los primeros años, el gobierno fue mas prudente "con las cajas ajenas" que en este donde desde hace dos años, ya sea por la 125 o por las AFJP`s, el Estado ha sido mas agresivo. Si los mejores momentos del kirchnerismo sirvieron para sortear hoy la crisis de la manera mas conservadora posible... es por allí que debe buscarse la razón mas realista del ocaso electoral: la sensación de que "ya pasó lo mejor", lo que el gobierno "tenía para dar", y que sus "gestas" no tuvieron impactos tan marcados sobre los humildes (sujeto central del relato kirchnerista). Alguien podrá decir: "¡cuando se tenían que jugar no se jugaron!". Algo de esto sobrevuela este gran post del Escriba. ¿Qué pasó con los anuncios de diciembre pasado, cuando muchos se imaginaban que sí se iba a pegar el grito universal? ¿Recuerdan esa seguidilla de anuncios oficiales que abrumaron al punto que parecía que se iba a terminar anunciando un día un "plan canje de ojotas"? Los detalles de este nuevo anuncio, hablan de una misma lógica que alimenta ese mapa de intermediaciones municipales, locales, etc., de algo así como un "tránsito lento", porque las economías locales, la visión humanitaria del desarrollo, dependen también de las condiciones locales. La frustración en cadena de las miles de "panaderías" surgidas al calor de los microemprendimientos es un golpe inverso a la autoestima y, también, un curso acelerado de burocracia estatal. Nadie se queda en la casa esperando al Mesías, al cuete, mirando la miseria crecer como una hiedra. Todo el mundo "hace algo", changuea, cartonea, y una mirada rápida siempre tienta a las soluciones simples: largar guita, poner plata en el bolsillo de los pobres, plata que va directo al consumo. Es cierto que la "mirada territorial" del kirchnerismo ha sido, digamos, construida muchas veces a través de los mismos protagonistas, ya sean organizaciones sociales o las fuerzas del municipio. Y por supuesto que el diagnóstico primero, sobre el empleo, da en la tecla. Recuerdo no hace mucho en una entrevista a una promotora de salud de Florencio Varela, ante la pregunta de qué es la salud para ella, su respuesta fue contudente: "tener trabajo". Pero eso mismo en boca del Estado, ¿no es un enunciado testimonial? Hasta ahora el kirchnerismo vino ensayando la idea de generar las condiciones de crecimiento con inclusión, es decir, un tipo de recuperación económica competitiva tendiente a la creación de empleo. ¿Lo del otro día fue un salto? ¿El Estado en la creación directa de empleo? ¿Y por qué eso se anunció en el contexto de un Ministerio así? ¿Cómo convive ese temperamento con la "tenacidad y solvencia técnica" de un Boudou? Estos dos próximos años se vienen duros: hasta la Sociedad Rural incorpora la agenda de la pobreza, y Chiche Duhalde sacude el clientelismo en nombre de la universalidad. Sí, se va a hablar de pobreza, y en una república los tiros le pegan siempre mas cerca al Estado que a cualquier otro actor. El Estado es árbitro, hace o deja hacer, cumple o incumple; y eso no puede ser eludido con un Estado anfibio, dueño de un "tono contestatario". Hasta Carrió se imagina de campaña directa en el conurbano, ahora que la debacle del gobierno allí pareció perforar un mito. El "clientelismo", sobre el que ya existe no sólo una prosa épica, sino un mejor soporte teórico para comprender todo lo que entra en esa palabra, a mi se me ocurre que entraña dos dimensiones: 1) la realista, y la voy a decir mal, la que tiene que ver con toda la trama política, de favores, de círculos de confianza, de identidades, etc.; y 2) una visión que supone que el clientelismo es una "coyuntura sostenida en el tiempo", es decir, algo circunstancial que fue impuesto como un respirador y que es extraño a la verdadera cultura territorial de donde "existe". La pregunta ingenua podría ser: ¿qué y cuánto están dispuestos a dar todos aquellos que dicen querer acabar con el clientelismo? Otra: ¿estarían dispuestos a entregar cuántas cosechas? Otra: ¿el fracaso de "ese" margen de votos por el que el oficialismo no ganó, no podría ser también el fracaso del argumento cerrado sobre las causas y fines de eso que se llama clientelismo? Quiero decir: la política argentina tiene sus grados de complejidad, y muchas veces los actores mas encumbrados hablan a la altura con la que Einstein termina de hacer entender la "teoría de la relatividad", es decir, diciendo otra cosa que esa teoría. No estoy celebrando el rococó de Carta Abierta, ni teorías complejas, sino la honestidad intelectual y el compromiso real con lo que se discute. La mínima honestidad y la mínima sensibilidad con la que pensar los problemas, con la que imaginar la complejidad de las soluciones políticas. Bueno, las condiciones del debate que se ofrece entre Clarín, Gobierno, SRA y la oposición, no permiten reconstruir la agenda política y social argentina. Todos hicieron su aporte para la pobre semántica, y no campea la audacia en las iniciativas. Pareciera que el gobierno cree que el ingreso universal es una "trampa de los otros", y esos otros, sobre todo del lado macrista, cuán imprecisos son para decir las cosas puntualmente. Se vienen dos años de discusión sobre la pobreza, donde el campo opositor pone su mira, y no puede el gobierno camuflarse en un discurso cuyos resultados están a la vista. No se puede decir lo mismo durante tanto tiempo, aprovechando la "dispersión estadística". Llegó la hora de la verdad en política social. La hora de una nueva realidad que compromete mas al gobierno.

Unamuno decía que la duda es la base de la fe.

10 comentarios:

burgués asustado dijo...

interesante el planteo, igual me sigue pareciendo un error poner a la economía social en el lugar de los pobre, la politica social es politica economica y la economía social es un subsistema de la economía , que es distributiva y se asocia al estado presente, veo un error de concepción en el Ministerio de Desarrollo Social y en los que creen que la economía social es para boludos.
un abrazo Martín.

Anónimo dijo...

No creo que tengas muchos amigos kakistas, pibe.

CEH dijo...

Creo que Cristina y Néstor confían hoy más en Alicia que en otros ministros y eso demuestra el grado de complejidad y contradicciones que cruzan al gob nacional.
Por otro lado es darle un poco de aire a los movimientos sociales, qué es bueno, habría que monitorear los resultados concretos luego.
Salú!

Martín dijo...

B.A.: No es para boludos, "es para pobres". Y la verdad es que termina siendo tan estigmatizante como un censo de pobres. Todo ese idioma: "efectores sociales", "formador de formadores", sostiene mas a un aparato burocrático que a una verdadera y sostenible red social, cuyo ideal es poder sobrevivir al subsidio. Mas que submundo: ficción de estado.

Raf: no sé si era para mí, no sé que son los kakistas.

Cehaj: es una confianza "personal". Yo qué sé, es un tema delicado, se necesita confianza política ahí, es cierto, y a la vez políticas de Estado maduradas con otra lógica. Lo de los movimientos sociales, es cierto, pero yo no tengo mucha confianza en su representación.

Abrazos

desparejo dijo...

Fue curioso el modo en que se llegó a esta situación porque fue el gobierno el que le plantó el tema de la redistribución y la pobreza en el discurso opositor cuando lo de la 125. Y ellos no arrugaron e incorporaron eso. La cosa es que ante la falta de reacción posterior a la votación en el Congreso (porque no tuvieron plan B si fallaba lo de las retenciones móviles), el gobierno quedó desguarnecido, con una promesa sin cumplir y los otros festejando doble. Vos podés tener la mejor bomba del mundo, pero si te la afanan, cagaste.
Saludos

Anónimo dijo...

http://www.clarin.com/diario/2009/08/17/um/m-01980041.htm

l

Fede Vazquez dijo...

en la línea de Unamuno digamos que los anuncios recientes y la convocatoria a "buscar de dónde sacar recursos" más el llamado de Rossi a discutir parecen indicar que se va para ese lado. Esperemos. Lo que creo, aportando a lo que decís, es que no hay kirchnerismo posible si no resuelve de una vez el mal que lo aqueja: que esté en serias dudas que sea el gobierno de los pobres. Tiene que, con los movimientos sociales en el centro o al costado, como sea, volver ridículos los planteos sobre la "pobreza" de su oposición. Un gobierno irremediablemente peleado con los factores de poder, pero a la vez hablando de los "pobres" como problema social y no como SU sujeto político, está muerto. Ahí está la gran diferencia con Lula, Chavez, Bachelet y, obviamente, Perón. Creo que es el problema es más político que de gestión.

Anónimo dijo...

¡¡Muy buena Martin!!
Che, rico el cafe....jeje..llamame culiado! jaja

javi

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Hay que probar alguna cosa nueva porque esto no está funcionando.
Saludos

Anónimo dijo...

Si Perón se levantara de la tumba, los cagaría a patadas a los K, por ladrones de guantes blancos, y por la miseria que no han solucionado.