domingo, marzo 01, 2009

"Mira que en el campo ya no hay por qué andar cubierto..."

Lo lindo de la lengua que da sus frutos. Así, el uso del vocablo “participativo”, agregado a cualquier emprendimiento, lo abriga de un aura bondadosa, porque pareciera que lo que se hace contempla “las voces de los otros”. Una idea coral de la verdad… una verdad, claro, p-a-r-t-i-c-i-p-a-t-i-v-a. Bueno, mas o menos así resurge el criticismo cristinista. O sea, el kirchnerismo crítico. La palabra crítico no salvará nada, pero da cuenta de un estado. De un estado, digamos, deliberativo. Pero bueno, para usos mas domésticos hice ley y sangre una de las mejores frases de mi madre dicha mientras me acercaba un café recién hecho por ella: “critiquemos que une”. Aunque se trataba de un sentido inverso: criticábamos hacia afuera. Y nuestro criticismo cretino es hacia adentro, es cetrino. Habría entonces que sostener otra zoncera: sólo se aceptan críticas constructivas. Aunque esas no unan taaanto. En el colmo de la redundancia podríamos decir: “no vale criticar sin propuesta”, una frase que podría decorar el estudio completo de “Argentina para armar”. Crítica constructiva debería ser un oxímoron. El que critica quiere ver sangre. Pero uno no pertenece a un proyecto, ni a una casta, ni a una clase, uno es un organismo vivo imantado por el temperamento inmaculado de la historia, ese billiken montonero. Como decía Asís: mi territorio es la lengua. Quiero decir: ¿Kirchner es el gobierno de los padres? Entonces, en la marea que nos ha devuelto al fervor y al optimismo, que nos hace creer que aún queda tela, ahí va una crítica cristinista y constructiva: que cada anuncio -si quedan...- sea en vivo y en directo de cara a la cámara. No que sea un acto en el quincho con 400 invitados que ya se sabe que van a aplaudir cualquier-cosa-que-se-diga. No. Porque eso es lo que pone en igualdad de condiciones a un acto oficial con un acto que hace el sector del campo. Eso te “sectoriza”, digamos. Cada cual muestra su tropa. Porque entonces quien mira el anuncio por televisión es un convidado de algo que ya tiene sus espectadores de lujo. No. A esos 400 el gobierno los tiene atrás, no adelante. Cristina debe poner su discurso a la altura crítica (¡otra vez la palabra!) de la crisis mundial. ¿Y hoy? El mejor momento de su discurso, después de un rato largo, vino cuando definió, digamos, “el campo de significaciones distributivo”, o sea, cuando dijo: el único que multiplicó peces fue Jesucristo. Ahí repartió un par de mazazos cuyo link hice con un recuerdo borroso: el del filme ese en que se rompen las peceras a palazos y los peces por fin cambian la libertad del encierro por la muerte. Hay un momento en que el discurso kirchnerista parece ser de una racionalidad frente a la que no hay discursos que oponer. Una total contemporaneidad.


Los hermanos se aman.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¿No?

nv dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
nv dijo...

y aparte el discurso de Cristina, con los "convidados de lujo" atrás (entre los que estaba mi hermano, me enteré después, que fue devolviéndole un favor a alguien- así las cosas-), aumentaba su tensión en esa parte en que ella apelaba a abandonar las políticas partidarias en vistas a "la política de verdad". Claro oxímoron. Así que buena la propuesta. Ganaría en legitimidad

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...

Una apuesta por el lenguaje. Bien Martín. Ah, la frase de Asís (que es un hijo de puta pero divertido e inteligente) es "mi distrito es la palabra" creo que así se llama su página web. A propósito de Asís, me hace cagar de risa cuando dice que la Coalición Cíviva es una ONG.
Sabes que creo, que quizá lo más saludable sería una interna abierta en el peronismo en 2010.

Anónimo dijo...

política de la verdad, claro oxímoron, ¿es una pregunta o una respuesta?

nv dijo...

no, no es por "política dela verdad" que pasa el oxímoron. El contraste lo daba la imagen entre las falsas huestes k (el número, la gente convocada, los "conviados de lujo") y la arenga de la presidenta a lo que llamó "políticas partidarias". eso, León.

Anónimo dijo...

"Hay un momento en que el discurso kirchnerista parece ser de una racionalidad frente a la que no hay discursos que oponer"

Completamente de acuerdo, pero ¿Que hacemos con discursos lindos?
tirame un medida a favor de los sectores mas bajos por favooooooooorrrrrr!!!!!