lunes, abril 30, 2007

Olé

Quebrar el cero

Un gol olímpico es el poema perfecto,
como una historia de amor,
un auto sin usar,
una nueva marca de champú
sin ir más lejos.

(A veces uno espera quebrar el cero.
Uno siempre ansía quebrar el cero).

Una pelota cierta desde el
banderín de corner,
sin intermediarios,
como un sueldo justo,
o la primera noche de sexo
con tu novia.

Y luego las piolas de la red
sacudidas en la cámara lenta
de todos los televisores de tu país


Elder Silva ("Mal de ausencias", Civiles Iletrados, 2002, Montevideo, Uruguay)

Gracias Horacio Fiebelkorn

Pd: la mejor poeta decembrista da a luz.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"no te vayas campeón/quiero verte otra vez". otra: "mamma mia, ho visto Maradonna, ho visto Maradonna".

nv dijo...

gracias martín!!!!!! y sí: mi niña va a llamarse Luz porque quiero apodarla Lucha

Anónimo dijo...

el hecho de que conjugues fútbol y poesía me incentiva a felicitarte por tu blog. Sos grande martín, muy grande.

Luis Chaves dijo...

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