Quebrar el cero
Un gol olímpico es el poema perfecto,
como una historia de amor,
un auto sin usar,
una nueva marca de champú
sin ir más lejos.
(A veces uno espera quebrar el cero.
Uno siempre ansía quebrar el cero).
Una pelota cierta desde el
banderín de corner,
sin intermediarios,
como un sueldo justo,
o la primera noche de sexo
con tu novia.
Y luego las piolas de la red
sacudidas en la cámara lenta
de todos los televisores de tu país
Elder Silva ("Mal de ausencias", Civiles Iletrados, 2002, Montevideo, Uruguay)
Gracias Horacio Fiebelkorn
Pd: la mejor poeta decembrista da a luz.
4 comentarios:
"no te vayas campeón/quiero verte otra vez". otra: "mamma mia, ho visto Maradonna, ho visto Maradonna".
gracias martín!!!!!! y sí: mi niña va a llamarse Luz porque quiero apodarla Lucha
el hecho de que conjugues fútbol y poesía me incentiva a felicitarte por tu blog. Sos grande martín, muy grande.
copiado para releer y releer
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