lunes, agosto 31, 2009
viernes, agosto 28, 2009
¡Qué días, mamita! Ni siquiera el gobierno confiaba tanto en la palabra continuidad cuando la noche del 28J hizo creer con sus gestos que la suerte estaba echada. No suelo hacer esto pero recomiendo especialmente el suplemento Ni a Palos de este domingo (de Miradas al Sur). Nutritivo para saber qué se discute cuando se discute sobre políticas universales, y voy a ser cursi: yo aprendí algo en estos días. Y ese es un sentimiento, incluso, mas general, donde podría imprimir mi ánimo: hay que seguir aprendiendo. La nota en cuestión incluye una entrevista a nuestra querida MEC (“la fuerza de la voluntad política de una comunidad”). Hay que sacar leyes al kirchnerismo, hay que ordeñar aún mas la situación, dice mi parte melancólica... Parto por unos días a la tierra de los Huarpes. Cuidemos la casa. No seamos injustos, y no olvidemos a nadie. En la reverberación del fin de este día quiero decir algunas cosas de la jornada televisiva, algunas preguntas: ¿sería posible tener acá un político de derecha a la altura de Uribe?, ¿no cansa un poco el "tonito" de Correa?, ¿no está un poco en la línea de la pedagogía pedante de...?, ¿se imaginan la cumbre de UNASUR con Fidel?, ¿y si Lula gobierna Argentina?, ¿qué opina por ejemplo Macri de UNASUR?, ¿qué podría decir sin leer durante 20 minutos frente a los presidentes del continente? Y sí, todos caemos en el racismo escolar de Carrió: ¡la política debe pertenecer a los que usan no menos de 200 palabras! Pero no, eso no es lo importante. Hoy no pude evitar pensar en los presidentes que se irán. El camino radical del continente parece mas firme. Y mi melancolía recorría la cara de Bachelet, Lula y el mismo Tabaré. Una foto inolvidable. Y a eso vuelve todo: todo lo que no se pueda grabar en la roca ahora... eso dice MEC: es la hora de la ley. De las leyes. Pero es un tiempo difícil. Siento que esta es una ciudad, y quizás un país, donde "todo el mundo" vive bajo una sola bandera, y esa bandera blanca dice: "no me rompan mas las bolas". No mas prólogos, Cristina, que hablen los hechos un poco mas por sí mismos. La sociedad en su noche de crimen y castigo, en su 28J, quiso alejar un poco mas la política de su vida. O los mas pobres dijeron que sigue estando tan lejos como siempre. Y ahora todo se vuelve tan intenso, de una intensidad sin épica. Hay que dejar que no "vuelva" la política, que la política es eso que está ahí, y que vamos a transformar el presente con hechos y palabras de este mundo. Hoy leí esta frase de Alberdi que me llevo como talismán a la cordillera: "Un partido estaba un siglo atrás, el otro un siglo adelante, ninguno estaba en su siglo."
Variaciones en rojo
por Pablo E. Chacón
Felipe Solá se mantuvo incólume los diez años que duró el gobierno de Carlos Saúl Menem al frente de la Secretaría de Ganadería, Agricultura y Pesca con una receta, según sus dichos, al parecer infalible: hacerse el boludo. Tanto que repitió: vicegobernador, gobernador de la provincia de Buenos Aires, diputado nacional durante la transición que comandó el ex senador Duhalde y las administraciones de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández. Pero hombre de campo al fin, se opuso a la sanción de las retenciones móviles (que encaramaron a otro vizcachero) y se pasó a la oposición, no sin antes asegurarse que renunciando a su banca podía renovarla bajo el sello Unión-Pro: un boludo bárbaro.
Es probable que Solá haya leído a Maquiavelo (aunque sea en sus versiones zen o revista para hombre de negocios), pero es menos probable que Mauricio Macri o Francisco de Narváez fatiguen esas páginas; la reaparecida Gabriela Michetti, algún capítulo conocerá, como seguramente su colega, María Eugenia Estenssoro, hija del inolvidable Pepe, que sin dudas conocía al autor de El Príncipe.
La conferencia de prensa que Solá, Macri, De Narváez y Michetti improvisaron una vez que tuvieron la seguridad de que el proyecto de la Ley de Servicios Audiovisuales entró al Parlamento, es una muestra de oportunismo poco consistente, que desmerece la práctica de hacer el boludo, estratégica para sobrevivir a los cimbronazos políticos, práctica que supuestamente el señor Solá honró todos estos años. Porque la puesta en escena no sirve para nada (para nada más que otra repetición): trinar porque en el edificio de la calle Tacuarí más de uno tiembla, no es justamente una señal de independencia sino el manotazo del ahogado que antes de ser masticado por las pirañas alcanza a decir que legalidad no equivale a legitimidad. Con todo respeto, en el Congreso se han dicho muchas boludeces, pero pocas tan grandes como ésa.
El argumento es una desinencia del resultado electoral del pasado 28 de junio, cuando el oficialismo perdió las legislativas; también es una lectura errada (interesada es la palabra precisa), porque ese resultado, que se sepa, no inhibe al Ejecutivo de la posibilidad de enviar leyes al Congreso para su aprobación o desaprobación, con independencia de la relación de fuerzas antes y después del 10 de diciembre, cuando se renueven las bancas. Entretanto, el gobierno hace lo que cree conveniente y la legalidad de sus actos está garantizada por la Constitución Nacional.
La coartada de la legitimidad o falta de representación, debería avergonzar a sus ideólogos, afectados por una escandalosa ausencia de ideas que empieza a apreciarse en los automatismos y respuestas de De Narváez -un muñeco a cuerda de Duhalde- o en la gestión de Macri en la Ciudad Autónoma, y quizá hasta en la proverbial viveza de Solá, que si no se apura, se quedará antes que tarde sin cuerda; porque pedirle ayuda a Eduardo Amadeo, como se sabe, trae yeta; y Lavagna, también se sabe, está para cosas más grandes, no se sabe cuánto más grandes pero en su imaginación, seguro más grandes.
Y si atendemos a las impugnaciones más pedestres, entonces habrá que decir que sí, que esta vez (y desde hace un par de semanas largas), los muchachos del combo de la derecha sin botas perdieron la iniciativa, y apurados por izquierda, en una semana tres veces, Boudou con el FMI, la Corte Suprema de Justicia con la despenalización de las drogas para uso personal y la presidente y Gabriel Mariotto con la ley que reemplazará a la normativa de la última dictadura cívico-militar, que terminará con los monopolios de la información y sus prerrogativas de nuevo rico, aplastaron los brotes tímidos de la disidencia. Si ahora que la relación de fuerzas permite una maniobra legal en todos sus términos, en tiempo y forma, ¿para qué esperar a diciembre, cuando las presiones de los multimedios y las comparaciones fraguadas con la supuesta dictadura de Hugo Chávez extorsionarán a todo el rango del sentido común.
Eso sí que sería cosa de boludos, con todo respeto.
jueves, agosto 27, 2009
martes, agosto 25, 2009
porque me toca...
(Macri tiene el récord de "volver sobre sus pasos" de toda la política argentina. ¿Adiós Fino Palacios?)
En este tiempo de plumajes blancos
por Pablo E. ChacónY hoy fue el día D. Así pareció deducirse de las palabras de Carlos S. Fayt el lunes, en declaraciones a movileros apostados a la salida de Tribunales: repitió que la ley para despenalizar el uso personal de drogas no es un artificio para legalizar nada sino un instrumento imprescindible para combatir la industria del narco en sus eslabones más importantes, garantizando las libertades individuales selladas en la Constitución Nacional. Fayt recordó que siendo miembro del máximo estamento de la justicia, años atrás se opuso a una medida similar, pero que el tiempo y el nuevo escenario político y social, hicieron que considerara su posición, no sólo sobre la legitimidad de los actos personales que no afecten a propios o a terceros sino sobre las circunstancias contemporáneas, dominadas por un mercado negro de sustancias abominables que perjudican, casi sin excepciones, a los sectores más vulnerables de la sociedad, especialmente jóvenes que a falta de un horizonte laboral y existencial, se entregan casi mansamente a la autodestrucción y muchas veces, la delincuencia. El juez, que en un principio presentó resistencias a aprobar el nuevo articulado, no dejó oportunidad para que le preguntaran lo que él aclaró: que el consumo de drogas o cualquier otra clase de adicción es un problema que compete antes que a la justicia, a la salud pública, acaso dando a entender que la popularidad de productos como el paco (pasta base de cocaína adulterada) o el vino en cartón, de venta legal, se cobra sus víctimas primero entre los que no tienen nada y recién después entre los demás. Festejar una medida que la justicia entendía podía resolverse por la vía de la represión al consumidor, sería ridículo. Fayt comprometió, en esta suerte de cruzada pedagógico-sanitaria, a las dirigencias empresarias, políticas, mediáticas y policiales pero evitó nombrar a las religiosas, que se oponen a la modificación legal (tanto como los sectores más atrabiliarios de la prensa vernácula y las llamadas madres del paco), porque para qué hablar a quienes prefieren no escuchar o machacar con el argumento de la teoría del tránsito: que una droga lleva a otra más peligrosa y después al cementerio, o bien que la despenalización es la puerta que abre la legalización, como si los argentinos fueran un hato de viciosos que se lanzarán en manada a las farmacias o a las bocas de expendio para conseguir su dosis diaria sin cargo. Pues bien: nada más errado. La ley tiene por objeto no sólo -como se dijo- resguardar la privacidad de los actos individuales, sino combatir al paco y a sus distribuidores, ya que todavía se está a tiempo de cortar esa cadena, que es de industria nacional; y después, cargar contra la caballería que tiene cómplices en los ambientes menos pensados, y no se piense sólo en la policía porque el negocio de la pobreza prospera también bajo mantos piadosos y confesionales sin provocar escándalo alguno, para no abundar sobre segmentos del aparato médico-asistencial que han convertido al dolor de vivir en una entidad nosológica susceptible de ser tratada en clínicas especializadas, con métodos especializados y fármacos regulados a precios millonarios, sin otra garantía que una reincidencia nula que cuanto mucho puede durar seis u ocho meses, a menos que el estresado de turno tenga a bien encontrar alguna pasión más fuerte que la muerte a crédito que asegura, esto sin necesidad de garantía, la compulsión que sea o fuere, desde la cocaína a la ludopatía, la anorexia, la bulimia o la pedofilia, a la que los purpurados suelen ser tan sensibles. Por supuesto, se descuentan las quejas y los escandaletes y las barbaridades y las acusaciones de libertinaje destinadas a un gobierno que no duda, perdidas las mayorías parlamentarias el pasado 28 de junio, en aprobar medidas legislativas que atentan contra el bien común y la salud de nuestros hijos, ignorando que el articulado está bajo la lupa de los supremos hace más de un año y medio, pero que era imposible plantear (y menos, aprobar) a causa de las presiones, algunas desde fuera del país, pero que siendo honesto, como siempre lo fue esta Corte, ya no podía esperar una sanción: la prensa amarilla retrata en programas y artículos de dudosa financiación, la miseria de personas que tienen tantos derechos y garantías como el que más, pero que no son rentables a la hora de articular una política de inclusión social que no sea un parche evangelizador o una cura de mercachifles con batas, estetoscopios y camisas de fuerza. Acaso llegó la hora de hacer justicia en este campo, antes que se siembren las primeras amapolas de la primavera.
Borges en Encuentro
lunes, agosto 24, 2009
viernes, agosto 21, 2009
Yo que Cristina hubiese (¡ya en el error!) tirado el tema para el lado de la distribución. Democracia y mercado. Pero bueno, ese anclaje permanente... Grondona dice: yo empecé mi gestión acá, en la televisión estatal... ¿y en qué año fue eso? Había dos dimensiones ayer. El discurso fue el de Grondona, digamos, el discurso que estaba parado en la situación (¿un viejo amigo despidiendo a un adversario?). Parábola: un largo camino a casa. Fue todo demasiado. Y hablando de discursos, ayer vi por enésima vez el de Alfonsín a los gritos en la SRA, mientras lo abucheaban. Y pensaba: lo que Alfonsín les dice los salva. Les dice: los que chiflan son los que muertos de miedo se callaban cuando... Y no, no tenían miedo doctor: lo abucheaban los que extrañaban esa dictadura. Recuerdos, recuerdos, frenéticos: informe en el programa de Bravo y Teté sobre la muerte de Lennon, año 94. Cuando termina el informe, Teté repasa su memoria personal, el día del crimen y su sensación. "Le dije a un amigo: siento que están matando a mi generación." Qué desconcertante es a veces el modo en que el mundo interior hace contacto con el afuera, ¿no? Dentro nuestro, a veces, un extraterrestre habla.
jueves, agosto 20, 2009
La fiesta del Monstruo
por Pablo E. Chacón
Bien: se terminó. Se terminó el juicio y empezaron las repercusiones. El 30 de diciembre de 2004, en Buenos Aires murieron ahogadas, quemadas, pisoteadas, asfixiadas y quebradas 194 personas y más de mil padecerán heridas de por vida. Fue en un galpón reciclado del barrio del Once bautizado Cromañón. Había más de tres mil personas donde sólo entraban mil. Cuando los Callejeros, el grupo top de la noche, salió a escena, la cosa, la música y la algarabía duró poco más de un minuto: un manojo de bengalas impactó en los cortinados y se desencadenó un incendio que como un ventarrón nubló luces, irritó ojos y ahogó la capacidad pulmonar de los saltarines, apretados contra una puerta clausurada con cadenas y cerrojos y una puertita abierta, una puertita por la que no pasaba un tipo de más de dos metros pero por donde entraban bengalas a granel.
La noche de la capital argentina ardía de calor pero la bola de humo elevó la temperatura más de lo que indicaba la fecha. Cromañón convocó diversas pasiones en estos cuatro años y medio: una radiografía de la Argentina contemporánea, donde las bandas (como se refieren a esas formaciones sus fans) no tenían dónde tocar; el lucro clasista que se aprovechó de esa falta -y que la sentencia, veinte años de prisión a Omar Emir Chabán, gerente del antro-, lo convierte en chivo expiatorio y testigo de culpa y cargo; la corrupción política, institucional, sanitaria y policial; y acaso lo más grave, el desprecio por un grupo social, la juventud del conurbano, que escapada de la catástrofe del 2001-2002 y del chantaje político-policial correspondiente, sin Brasil y sin Europa en el horizonte, sin posibilidades de estudio, sin salidas laborales y sin beneficios sociales, sometidos a la vileza clientelista del aparato peronista de la provincia más grande del país, comandado desde hace años por el ex senador Eduardo Duhalde (al que el entonces presidente Kirchner tenía contra las cuerdas), descargaba su furia, sus ganas de abrirse paso, sus exaltaciones y su resentimiento en lugares tan poco seguros como Cromañón, lugares que todavía abundan en una ciudad gobernada ahora por la derecha prolija del empresario Mauricio Macri, hijo político de Duhalde, pero que en esos días era coto de caza de los restos del progresismo local en la figura de Aníbal Ibarra, un ex fiscal que alarmado por las noticias que lo sacaron de su letargo de champán nocturno, improvisó un operativo rescate que llegó tarde al epicentro del desastre, porque los funcionarios a cargo del área disfrutaban de vacaciones por anticipado y porque los policías de la seccional más cercana no sólo estaban arreglados con el principal acusado sino con los inspectores que respondían al jefe de gobierno o a sus superiores, subordinados de Ibarra que descansaban en playas de países vecinos o en la helada Europa. Y seguro que por más.
Ibarra, cuenta alguien que lo conoce bien, no se animó a ir a Cromañón en el momento que había que ir, imitando el gesto del norteamericano Rudolph Giuliani después del atentado a las Torres Gemelas: el argumento era menos el supuesto demagógico que subyace a esos actos de gobierno, que suelen resultar ineludibles, sino el miedo a que lo lincharan junto a sus funcionarios, a los bomberos y a los enfermeros comunales, todos visitantes tardíos (como los policías, que sabían de las bengalas y de otras lindezas), dejando al desnudo una trama de complicidades que las sentencias no cierran sino que abren como se abre en la piel estragada por el fuego el poro hinchado de líquido ígneo, líquido negro como el sol del recuerdo.
Ahora se sabe que más del 40 por ciento de los muertos fueron pibes que estando afuera, frente a la desidia y la parsimonia de los ejércitos de salvación, decidieron volver a entrar a ese agujero para intentar rescatar a sus amigos, familiares y compañeros. Pero el aire se había vuelto más espeso, más venenoso, la desesperación más viscosa y el coraje un anzuelo de la muerte. Ibarra no renunció pero tuvo que ceder su puesto cuando se le sustanció juicio político. Humillado en sesiones públicas por algunos de sus aliados y el oportunismo contumaz y ramplón que el Pro, el partido de Macri, vio para alzarse con su cabeza. El gobierno quedó definitivamente en manos de Jorge Telerman cuando el alcalde fue destituido, casi un año después, cuando todos los actores, incluidos los músicos de Callejeros y la seguridad del local (que dependía de los muchachos), eran presionados por las marchas de padres y madres de las víctimas, que no cejaron en su puja, de menos a más, desde la línea de funcionarios completa hasta Chabán, o sin dudarlo, desde los rockers, inspectores, policías, Chabán y si apuraban los trámites, el secretario de seguridad y la subordinada, responsable directa de las habilitaciones de los locales abiertos al público: la mordida (o coima) alcanzaba los claros y los oscuros, los pensados y los impensados. Pero Ibarra no renunció: habilitó interpretaciones políticas dejando de lado el costo humano de la tragedia, tan político como el egoísmo pero más escurridizo y cínico. Y están las condenas para probar lo que se afirma: los Callejeros libres; su manager, dieciocho años de prisión; dieciocho también para un subcomisario; un año en suspenso y trabajos comunitarios para el asesor del gerente; dos de prisión domiciliaria para las funcionarias políticas directas. Y veinte para Chabán, ex performer y promotor del under porteño durante los ochentosos ochenta.
El impacto de los Callejeros en la calle produjo un efecto catártico entre sus fanáticos, que se enfrentaron en una batalla campal con los familiares nomás conocida la sentencia y que convertirán a la banda en una versión libertaria de los Sex Pistols: perseguidos y enchastrados por los medios y sus colegas, venderán lo que se propongan; seguirán, ahora más que nunca, imaginándose la voz de la opresión que padece el suburbio arrasado por el paco, la política y la policía; y acaso o seguro hagan la vista gorda cuando empiece el otro negocio, quizá el más siniestro y del que menos se habla: los juicios por los muertos, que padres y abogados de padres reclamarán cuanto antes al estado porteño en dinero contante y sonante. Haya o no haya santuario en el Once.
miércoles, agosto 19, 2009
lunes, agosto 17, 2009
domingo, agosto 16, 2009
Es mucho más fácil revolucionar a los demás que revolucionarse a sí mismo. (Salvador Ferla)
Unamuno decía que la duda es la base de la fe.
viernes, agosto 14, 2009
Padre: ¿viste? Está lleno de gente que quiere que el kirchnerismo se vaya, y yo digo “ok, perfecto, que se vaya”. Una vez se iban a ir todos: “¡y me fui yo solo!” dijo Duhalde. Pero para que se vaya el kirchnerismo hay que hacer mas cosas. Para que el ciclo se agote hay que decir y hacer cosas fuertes. Acumular. Y no digo mostrar un “programa”, un “plan quinquenal”, pero sí tener los reflejos de aquella Alianza para licuar dentro todas las energías del anti-kirchnerismo, adobar ese caldo gordo con metáforas y con espíritu de grandeza. La gente quiere saber de qué se trata un mundo sin kirchnerismo. (Yo aprendí en el CBC que el Estado recauda de tres modos: pide plata prestada, cobra impuestos o emite billetes.) La oposición política debería dar un salto hacia adelante, un salto tan fuerte que sea capaz de introducirse en el conflicto, en los conflictos corporativos del gobierno, para que el gobierno diga: el problema lo tengo con estos tipos. La demoledora derrota del 28J espantó a todos. A todos. La oposición no tiene reflejos: retrocedieron a hacer cuentas, a pasarse facturas. Sobre ese vacío es sobre el que permanentemente se proyecta Carrió. (Yo aprendí en el CBC el discurso de Perón a la Cámara de Comercio.) ¿De dónde salen fuerzas energúmenas que empujen tanto, que rompan tanto, que se animen a tanto? Argentina es un país que siempre hay que hacer de nuevo. Y se hace de nuevo, padre, sobre las cenizas de los sueños, y sobre el desprecio a esa verdad material que está ahí. Como un hospital está ahí. Como una pequeña salita de atención primaria en el desierto, ahí. Como una escuela con un pequeño coro donde aún suenan las versiones bellas de los himnos grabadas por la Alianza, y donde el profesor de música prepara la muestra de fin de año después de hora con el grupo de chicos y chicas que aceptan perder tiempo. ¿Recordás ese disco? (Yo aprendí en el CBC porque era un gran solar de la experiencia sensible del Estado.) El hombre que está solo y espera en avenida Brasil que pase el 6 es el mismo de hace ocho años, de hace cuatro, es el de ayer. Ese hombre no sabe de reglas constitutivas. Espera el bondi, sube, se asegura tener monedas. Y viaja sentado. No hay como el atardecer cuando cruza Brasil frente al Garrahan. Hay una señora que todas las tardes lo ve a ese hombre esperando el colectivo. Y no lo ve volver porque a esa hora duerme, ella duerme. Pero ese hombre es paisaje, un punto en el paisaje de la señora que mira a través de su ventana un rectángulo de una ciudad cuyas mutaciones y cambios no se informan en la radio, durante su tarde. Él no sabe que la señora lo mira. En ausencia de relojes esa señora sabría que es una hora esa en la que ese hombre espera un colectivo, y casi nunca espera mas de 10 minutos al 6 que tiene el cartel rojo que indica que va por avenida Brasil. Muchas veces la llegada puntual de ese 6 sobre la calle de adoquines de Brasil, a las 6, muchas veces, en ese pequeño triángulo vincular cuando el colectivo llega... hay un triunfo, un triunfo de energías neutras, un triunfo de la rutina contra sus conspiradores. Sobre esas tres entidades se asienta el atardecer, pasa el colectivo, el hombre sube, la señora da vuelta su pequeño reloj de arena. La política es la ceniza de esa escena. De esa escena natural. El viento corre, otra gente pasa, padre, y no sé por qué ahora pienso en vos, y como si algo en esa forma tuviera sentido: esta ciudad gira su rueda cada día, y proyecta en el fondo, en el telón de fondo de sus mejores paisajes, un ritmo menos brutal, la apariencia de algo que no espera ser cambiado de golpe, tan de golpe, de un día para el otro. Padre, ¿viste la cara del “no docente” que oye a los estudiantes entonar la Internacional? ¿Viste esos molinos? Cada cual tiene su agua. Va a ser así. Hasta que llegue el día. Llegará un día. ¿Por qué nadie dice que reina la calma? ¿Reina la calma? Que reine la calma.
miércoles, agosto 12, 2009
martes, agosto 11, 2009
Lautarito Batista, un amigo de la casa y bostero, algo así como el Chavo de la bonita vecindad de este blog, no para con este tema, y yo no quisiera ser un compañero de laburo oyendo sus diatribas durante todo el día. Recién me llega su última entrega, cuyo título es: "no paro de mandarle esto a todo el mundo".
"TYC, es la empresa que maneja la televización del futbol hace 20 años, parte de la empresa (el 50% es de Clarín). Tuvo muchos incuplimientos con AFA (la entidad que agrupa todo el futbol nacional). A todo esto AFA tiene una deuda de 40 millones con FUTBOLISTAS, por esto el futbol no arrancaba. AFA pedia que ciertas ganancias de TYC se le volcacen ya que no tiene liquidez, TYC lo nego. AFA rompe hoy con TYC un contrato (algo legal, con consecuencias juridicas, claro) que tenía vigencia hasta el 2014. TYC no permitio jamas que ningun otro medio televizace el futbol si no tranzaba antes. Por eso vos podés ver únicamente los goles que empiezan los viernes, siguen el sabado y el domingo, en futbol de primera los domingos. Hasta que no termina futbol de primera no se puede pasar ni un puto gol. Eso se llama MONOPOLIO comercial, eso es antidemocrático, ilegal en terminos económicos. Es muy probable que el ESTADO compre los derechos del futbol y vos puedas ver RACING - INDEPENDIENTE, HURCAN- SAN LORENZO y BOCA - RIVER en vivo y en directo por canal 7 sin pagar, por lo tanto: Mayor democratización de la televización, mayor acceso para los pobres a la cultura popular deportiva. Ahora se vienen tiempos de pegarle al gob, de decirle que el estado no puede intervenir, que el mercado tiene que regular todo bla bla bla, no tienen muchas excusas, estaban choreando, se llevaban miles de millones por año y ahora la cosa se abrió. Todos los clubes del fútbol estuvieron de manera unanime de acuerdo con la medida de la AFA de suspender el contrato con TYC, esto no quita que la AFA y GRONDONA sean cualquiera... Eso se admite, lo cual tampoco quita que ninguna empresa tiene el derecho (únicamente por ser mas poderosa y tener mas guita) de decidir quién televiza, quién ve y quién centraliza la informacion (de eso estamos hablando, la informacion deportiva es un bien que ellos decidian quien lo podia obtener). La discusión de fondo es el margen de acción que tiene el estado democrático, electo y republicano para incidir en la actividad pública - economica versus las empresas rapaces que nada les importa sobre la gente."
domingo, agosto 09, 2009
sábado, agosto 08, 2009
Alfredo: Bueno, gracias por invitarme y gracias por todo lo que hicieron...
Marcelo: ¿Qué? Entrevistarlo.
(Silencio espeso. Z se veía molesto frente a lo que le pareció una ironía y lo miraba fijo.)
Alfredo: Sí, gracias por las entrevistas y por todo lo que ayudaron al sector.
Fue... a ver: un sincericidio, casi a la altura del de D'Elía en A dos voces pero al revés. ¿Fue irónico De Ángeli? Quién sabe. Los últimos dos años de política argentina fueron incómodos, arbitrarios, críticos, molestos. Y crece una mancha de aceite gris sobre esa divisoria de aguas que el gobierno y la mesa de enlace (la única "entidad" opositora) crearon estos años. Por eso la Iglesia habla: es la voz del Todos contra la voz de las Partes. El conflicto agrario no fue una gesta estilizada, y mirada en espejo con años míticos de la historia nacional, sino un suburbio espinoso por un "impuestazo" que gastó la épica que hizo imposible ganar capital político a la posterior y mejor medida del gobierno (el fin de las AFJP's). Pero la democracia con la 125 terminó de quebrar la Pax Romana tras el desenlace del 2001, cuando Duhalde le puso orden: "una crisis es un momento donde todos tienen razón". Kirchner tradujo eso en sus primeros años: "el crecimiento económico es un momento donde todos ganan". De allí a la "buena gana" con que hasta se aceptaron paritarias. Hasta que un día hubo que empezar a hacer algo mas que sostener la inercia que nos llevaba al paraíso... ¿Habrá servido el kirchnerismo para saber quién es quién, y, en el colmo, la poca esperanza aún se pueda traducir en esta pequeña bravata: todos los reyes están desnudos? Sí. Estos años dejaron las cuentas claras de quién es quién en la política argentina. Y no se trata de hablar de buenos y malos, eh.
Se vienen días difíciles, difíciles, difíciles...
viernes, agosto 07, 2009
jueves, agosto 06, 2009
miércoles, agosto 05, 2009
Adenda
- En algunos comments se vislumbra una discusión que me parece fundamental, y lo es en torno a una ideología administrativa que cundió en todas las gestiones de los últimos años: ¿tiene pobres Buenos Aires? No digo "estadísticamente", digo: ¿hay pobres que pertenezcan a la ciudad? Porque el horizonte final de la ciudad es... plata para que se vayan. Y son miles de familias que lo hacen luego de firmar un remoto compromiso de construcción de viviendas definitivas. La solución frente a una familia hotelada, o que vive en una casa precaria en un asentamiento, etc., y que Cacciatore patentizó fue esa: erradicación. Y la dictadura también "puso plata", no fue todo hecho simplemente bajo la fuerza de la -entonces- temible CMV. Pero hay una continuidad, digamos, del oscuro razonamiento burocrático frente a la que a mi se me representa una pregunta así: ¿qué tipo de territorio es la ciudad? ¿El precio de su "autonomía" no debería ajustar aún mas la responsabilidad social de sus gestiones, de sus "gobiernos populares"? El primer reflejo burocrático es: "no son de acá". Por supuesto que nuestro "federalismo", nuestra estructura económica, etc., sigue dotando a la ciudad de recursos concentrados y exclusivos (la cantata de la lucha por el derecho a la ciudad) que la hacen una caja de resonancia, y cuya proporción es: por cada familia que camina en la "cuerda floja" en la ciudad hay miles en el conurbano. Pero esto de "el conurbano es el lugar natural de la pobreza", esta idealización de las intedencias pobres y su "magia" para gestionar, es una resignación. Ahí sí los curas meten su cuña: porque hablan de arraigo.
- Desconozco las internas del clero, mas allá de los superficial u obvio que puede verse en torno a dos figuras: Bergoglio y Aguer. Supongo que es un signo el respaldo que se le fue dando en los últimos años, por ejemplo, al Equipo de Sacerdotes para las Villas. Se duplicó la cantidad de curas en las villas de Buenos Aires, y esa política es Bergoglio, tiene su sello, del mismo modo que la beaificación de Ceferino como hecho simbólico y de expansión sobre la "religiosidad popular". La "teología de resistencia" del equipo de curas villeros (cuya tarea es admirable, de mas está decir) propone frente a dos conceptos ("erradicación" o "urbanización") uno nuevo: integración urbana. Sería interesante repensar este texto, nuevamente, bajo la luz impiadosa de esto. La pregunta que sigue presente, es la misma que la del MSTM hace mas de 30 años: el pueblo, ¿dónde está?