Olas del mar negro

1) ...

2) Qué fácil todavía es ser europeo y vivir de las regalías poéticas de la América mestiza.

3) Qué difícil. Del partido psicológico de Dictadura vs. Izquierda Social miremos el resultado: la I. S., en la "Opinión pública" y en una clase media blanca ilustrada, ganó por afano (y son los que aseguran aún en un 31 aniversario, un piso no muy menor a 30, 40 mil personas de asistencia a la marcha). Ganó por afano significa que tallaron la corrección política, que marcaron el tono de cómo hablar de determinadas cosas, y, sobre todo, que construyeron una filosofía de la historia muy didáctica y precisa. Pero en la clase terrateniente (y en la virtualmente industrialista, según el ciclo) + la clase media pobre (la que vive en Lugano, Flores, y le arman un asentamiento al lado, o sea: vive el miedo al otro con fascismo puro y duro) + sectores humildes (a los que el rigor patotero militar no los sobresalta en el '76, ya que es una continua política de estado la violación de sus derechos humanos), y si medimos entre efectos sociales (disciplina) y continuidad del discurso de poder donde todo conflicto social es externo al cuerpo, gana por afano el equipo militar. O sea: en la mayoría, la guerra psicológica la ganan los militares, en la minoría la pierden. O sea: el 60% de la Argentina vive -invisiblemente, inconcientemente- a esta democracia (incluso a esta etapa kirchnerista) como continuidad del proceso de reorganización nacional; cuya máxima entrañó en la boca de todos sus voceros: crear una democracia moderna (el modelo del Chacho: dos partidos de centro, Tercer Sector, Prensa Independiente, Libre Mercado, Entes Reguladores, etc.). Habrá un 5% (exagerando infinitamente) que vive el trauma de la ronda y el dolor (atados a la "alícuota" como decía Fogwill). Y hay un 35% que conforma una argentina de lo público: una suerte de activo político, activo económico (sectores productivos y dinámicos: campo, Pymes, empresarios, cámaras, universidades privadas), empleados estatales, gremios, militancias ecuménicas, estudiantes universitarios re troscos, reformistas, radicales K, L, A, uniones vecinalistas, inmigrantes, artistas, locos... En fin. Ese 35%, naturalmente, está atado a la suerte que tuvo la I. S., y tiene condicionado su discurso. O sea, a esto voy: la reivindicación, o esa especie de brisa y murmullo que -con resignación- suspira un matiz frente a la cruzada de los Derechos Humanos, y que siente que "a mi nunca me pasó nada", "del barrio se llevaron a un muchacho, y el padre lo buscó, lo buscó, y", "dejabas la bicicleta en la puerta", "ellos, ojo, ponían bombas, aunque sí, fue un horror", etc., etc., conforman un sentimiento popular, un imaginario mucho mas cercano a la sensación general de la experiencia, que el derecho y la representación que parecen arrogarse los otros, los cruzados de la causa popular de la memoria.