martes, febrero 13, 2007

Me quedó en el tintero




(...) otra cosa a odiar es esta lírica foucaultiana que no deja leer nada...

Milongas: pedagogía del sufrimiento. Construcción del cuerpo legítimo en el contexto de socialización policial.
Estoy feliz/ con frula en la nariz.





5 comentarios:

Unknown dijo...

cuánto odio

Anónimo dijo...

Che, a mí me resultó interesante. ¿Seré un lírico?

Anónimo dijo...

mm, como si a vos se te entendiera mucho, MR!

Martín dijo...

Yo no dije que el problema es que no se entendía, anónimo.

Anónimo dijo...

el problema es que en los análisis-ensayo se olvidan de algunas aclaraciones del método mismo: el sistema de análisis de F. implica el análisis del poder no desde sus aspectos terminales (estado, fuerza pública, escuela), sino desde su desarrollo en vínculos específicos, relaciones de poder donde se refleja hasta el infinito el poder. Un arabesco a la hora de pensar prácticas tan pragmáticas y de perversión histórica como una milonga en la bonaerense. El resultado: siempre un apasionante laburo de archivo, pero una incapacidad para proveer una lectura política del poder, un discurso nutrido por la realidad y después cerrado. Por eso aparecen las categorías de análisis como floreos retóricos, más todavía porque en el vivero académico la categoría se seca. Por los mismo, después de criticar la impasibilidad del panóptico y el papel de la medicina y la iglesia en el medio evo, F. se cruzaba a África a consumir prostitución infantil sin hacerse mucho drama.