Lo habíamos sospechado. "Habló de un documento de su autoría elaborado a partir de los decretos de aniquilamiento de Isabel y Lúder." El Plan B militar, la alternativa al fracaso obvio -por inconsistencia jurídica sobre todo- de la teoría de los dos demonios, suponía empezar a procesar los hechos completando la memoria, no dicotomizando los demonios, sí extendiendo los hechos a su origen real e histórico, a la represión que instala un gobierno civil. El tema sería, a ver, indudablemente una tarea noble, si un militar trasnochado (como casi lo fue Seineldín), empezara a completar la memoria poniendo en escena todas las complicidades civiles, empresariales, sindicales, etc., pero de verdad, no en manos de las notas para tres mil palermitanos de Página 12. Lo de la Iglesia, gracias a Mignone y su perro, estaría mas o menos hecho ya. Hay un libro (lo tengo en casa) del que no recuerdo sus autores, que cuenta la historia de Oscar Smith, un pesado de Luz y Fuerza (alias "el Gato"), que además de tomar whisky con Viola en Juncal y Coronel Díaz, ponía dos mil tipos en la calle, hacía cortes de luz (que por ejemplo sirvieron para que le interrumpan "la sesión" a Miriam Lewin), que terminó frito en los pliegues de esas internas de gorra. Su mano derecha: Oscar Lescano. Hoy vivo. Digo: toda la novela negra, además de quedar en manos de la pluma de Asís o Fogwill (descarto a Osvaldo Lamborghini porque sólo le preocupaba asustar a la izquierda, que ya estaba asustada y no precisamente por sus textos; además ese Lamborghini para mi no es paradigma de nada), digo, podrían los militares (que además tienen el privilegio de estar tan presos como los chicos de Gran Hermano) sacar a la luz de este país la verdad. Dijo D'Elía que está podrido de revolver los años '70, que hay que revolver los '90. Acabemos la tarea así.
Que los militares, ahora que hacemos lo que queremos con ellos, respondan la carta.
1 comentario:
a que te referis con "el fracaso obvio por incosistencia jurìdica" de la TDD?
Publicar un comentario