sábado, febrero 10, 2007

El viento en el sur, Cristina en París

Y ahora nada mejor que dejar que todo ocurra bajo ese manto negro: guerra de pobres contra pobres. No. El capitalismo, o esta forma religiosa de vida, es hija del pillaje. Pero esa forma silenciosa de pensar a ese otro (¿te acordás, hermano, eso de que en el centro de la tradición está el saqueo?) que nos iba a restablecer... Ayer cuando los oyentes de Mitre se hacían eco brutalmente de la idea de que los vecinos de la villa las quemaron a propósito para que les den mejores casas, es como si, como si, digo, ¿no existe una suerte de idea de que hay un sistema de ventajas y atajos que parecieran escapar a las otras "reglas del juego", a las que uno fácilmente podría llamar "las del mercado"? Pero digo, ¿no perciben acaso que ese "sistema de ventajas" del que -en tal caso- los pobres se hacen, contiene fatalmente los mecanismos, las pulsiones, de esas otras relgas del juego en donde, pongamos, uno accede a una buena casa como premio de un esfuerzo laboral, o tras el honroso otorgamiento de un crédito hipotecario? Ay, y ni siquiera me siento cómodo con el uso genérico de la palabra pobre, pero llevando a un extremo la lógica de ese razonamiento, creo concluir en que lo que la media blanca argentina detestaría, de verdad, es un capitalismo para todos, sabiendo que esos de abajo traen esas mañas, esos vicios, para la competencia. Hay cosas que no se bancan porque son cosas que hablan mas y mejor del mundo en que vivimos. Lo intenté decir apuntando al corazón de ese verso berreta de la "mafia del cartón". No, loco, eso que llaman mafia es el primer eslabón de una cadena. Y lo que no se bancan decir es que los cartoneros son la mano de obra esclava, quizás, de UNA INDUSTRIA que mueve millones de dólares allá lejos de esos galpones y depósitos que se cierran en el sarro urbano. Hay algo que sucede en el magma denso de "los sectores populares" que es pura costura, cristalización de una mafia pura, dirán estos putos. ¿Querés saber, drásticamente, qué tipo de relaciones construye el sistema capitalista? Ok, mirá la cadena productiva de la Industria del Reciclado Urbano. Porque eso no está afuera, ni adentro de la palabra exclusión, es, simplemente, capitalismo en bruto. No estoy en contra de la historia ni del mundo, porque la verdad, está soplando en el viento, sólo digo que todo el pillaje decoroso que sucede entre manos blancas...
(...)
Ya se recuperó la economía todo lo que se podía recuperar, Presidente, para devolver al adentro a los que se habían caído. Lo que no se puede ni imaginar es cómo se erosiona este núcleo duro... Pero no soporto la inteligencia política que -por derecha e izquierda- gira alrededor, simplemente, porque esta llena de odio y racismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

canal 13. el bronceado de los cronistas en el escándalo del barro de los otros. otros canales, otros kioscos y otras versiones que no se posan sobre nada, todo lo que también implica la comodidad de elegir un análisis de los hechos mientras afuera hay una trensa densa. lo vi por tele, sí. en nada, absolutamente en nada puede olerse la perfección del sistema como en la dinámica del cartoneo, nuestros intelectuales buscan la última fogata del proletariado, pero olvidan la denuncia puntual de muchos de los hechos donde se retuerce una clase vencida. aunque en la bolsa abierta está el primer eslabón de una cadena productiva como pocas, sin metáfora, todavía hablamos de categorías. por otro lado y finalemente todos queremos estar adentro, pero muy pocas cosas activan la propia vergüenza y eso permite que haya víctimas percibidas como efectos residuales, pero nunca, ni por puta, gente.

DF dijo...

Claro que sí, Martín. Duro con esa inteligencia política blanca (bueno, ahora está tostada) que, por derecha e izquierda, con nada se excita tanto como cuando aprietan las teclas "odio" y "racismo". La otra tecla es "soberbia". Da risa, porque, mayormente, es la soberbia de unos pobres infelices.

Martín dijo...

Un abrazo Martu, y un abrazo Daniel. El nuestro es un odio justo.