viernes, septiembre 04, 2009

Las cosas que llevaban

por Pablo E. Chacón

¿Cuántos de los que apoyan el nuevo articulado de la Ley de Medios que ingresó hace unos días al recinto parlamentario leyeron los veintiún puntos que se discutirán en el Congreso? Probablemente muchos o todos. Es más: hay quienes todavía estudian a fondo la cuestión, como para defenderla de las impugnaciones que ya están en marcha. Digamos que en muy contadas ocasiones la oposición toma los libros, compara leyes y carga las armas como lo hace estos días. Hay proyectos paralelos y se recuerda que hubo otros que no llegaron a buen puerto. Y sobran legisladores que están preparando discursos donde denunciarán la dictadura kirchnerista que atenta contra la libertad de mercado que tantos dividendos trae a tan pocos. Si hasta importantes dirigentes del agro, orgullosos de sus grandes grupos mediáticos, como la burguesía paulista lo está de los suyos, ponen el grito en el cielo. Cierto: se olvidan que los brasileños invierten en Brasil, y que sus fortunas, la de nuestros prohombres, están depositadas en bancos del exterior o en paraísos fiscales. Es un tema de sensibilidad y negocios. Y también de distracciones y preguntas. Acaso la gente informada también haya leído, en una semana pasada pródiga en novedades, que el máximo tribunal del país también aprobó la fusión de Multicanal y Cablevisión. Este cronista leyó la noticia al pasar pero quien se lo recordó es el señor Roberto García, columnista de un tabloide de variedades dominicales. Nobleza obliga, García es una voz singular en ese ecléctico ejército de opositores y oficialistas culposos o no.

¿Distracción o desinterés?

Distracción es una manera de nombrar al juguete que estaba en disputa (la fusión citada), que acaso los fastos por la entrada al parlamento nacional del nuevo articulado de la ley de servicios audiovisuales, oscureció casi por completo. Es que de aprobarse la nueva normativa, el Grupo Clarín, golpeado en la columna vertebral de su movimiento por la negociación entre la AFA y el Estado, recibiría otro cross a la mandíbula. El negocio con los cables y repetidoras del interior del país podría derrumbarse, las licitaciones se caerían, las regulaciones pondrían topes al control de formatos y marketing, etcétera.

Desinterés, porque la flamante legislación es estructuralmente incompatible con el control de ambas terminales (esa decisión unánime del colegiado sumará rispidez futura, por lo menos entre el Poder Judicial y los otros dos poderes en el caso de que se apruebe la nueva ley, escribe García). Fíltrense todas las especulaciones al respecto, pero si se atiende a otras versiones, la intransigencia del gobierno es directamente proporcional al daño y a las operaciones que ese grupo promueve, al menos desde el voto no positivo de Julio Cleto Cobos, que con el tiempo reveló que los clarinetes festejaron la decisión del mendocino entre otras cosas, por la salud institucional de la República, faltaba más, y también, quien dice uno, dice dos, por los intereses del conglomerado en el negocio del agro. Desde entonces, intereses agromediáticos.

La estrepitosa gaffe (la guarangada) del habitualmente parco Carlos Reutemann, quizá lo hunda en el pozo de los impresentables y lo ponga en el lugar del advenedizo. Su familia criaba lechones pero el muchacho corría autos. Siempre terminaba segundo o a cien metros de la bandera triunfal, cierto; y hoy repite: según la vulgata, la primera vez es tragedia, la segunda, farsa; o en otras palabras: su parquedad no era sino falta de ideas y previsión, que enseña un sociólogo de fuste, en política es todo: ¿nunca imaginó Reutemann que las señoras Latorre y Alarcón podían migrar hacia tierras más fértiles? El destemplado clamor con que voceó el retorno de Duhalde habla por sí solo.

Y la pregunta obligada, quizá por la ausencia de entusiasmo que generó el sigiloso fallo de la Corte Suprema de Justicia. Pregunta que se puede extender a las conjeturas que los gacetilleros del agro empiezan a hacer sobre el fútbol y los negocios paralelos, apuestas y prodes truchos.

Si el negocio es tan bueno (y podría serlo para las dos partes, en el supuesto de que esas conjeturas tengan algún valor), ¿por qué el gobierno de los K no envió al Parlamento el proyecto de una nueva ley de medios, antes de la votación por la 125?; y ¿por qué ese multimedios tan avezado confió todas sus fichas a su influencia sobre el sentido común de los telespectadores en lugar de buscar un candidato presentable? Con prescindencia de la relación de fuerzas legislativas y del nombre que elija el oficialismo en el 2011, difícil que Clarín ignore que Macri, Cobos o De Narváez sólo pueden interpretar un personaje durante los quince minutos obligatorios ordenados por Andy Warhol.

El resto es literatura.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de los 15 minutos se va pareciendo al "veranito" de los anti kirchneristas que se prolongó más de un lustro.

Un año y medio después Cobos sigue fuerte, y muy consolidado. Para mi lo único que lo puede pinchar es un escándalo de corrupción. O Carrió.

Estoy de acuerdo con la nueva ley, lo único que me preocupa es lo de las telefónicas, sigfo prefiriendo a un pulpo argentino sobre un pulpo gallego aún mayor, cuando ya les vendimos todo en los 90s

El Lurker

Anónimo dijo...

Comentario (muy) descolgado:
estaría bueno, haría mucha falta ( quizás es un poco tarde) un "Kirchnerismo para newbies" y q lo escribas vos, Martín, sería mejor aún. ;)

Saludos.
Un seguidor el blog.

Pablo dijo...

aclaro que este artículo está escrito antes de enterarme de que mariotto había dado de baja la fusión.
la idea de newbie es más digna de reutemann que de kirchner, y tributa en otra: que hay otros mundos pero están en éste: vaya novedad
por supuesto, martín puede escribir lo que se le ocurra. es su blog. y es muy generoso con su blog.

Fede Vazquez dijo...

acoto una pequeña cosa, con relación a lo que dice el anónimo 1, que sigue circulando como verdad revelada:
de permitirse la entrada de las telefónicas, lo harían de acuerdo de las normas previstas para todos los prestatarios, es decir, que nadie puede tener más del 35% de los abonados del cable a nivel nacional. Así que, si se respeta esa clausula, no hay posibilidad de monopolio.
el tema es que muchos confunden gruesamente que "las empresas de telefonía son monopolios", cuando en verdad lo monopólico es su negocio de red telefónica, que no permite la competencia, y se determina por el lugar de residencia. Pero si la empresa entra a otro lugar de la economía esa condición "monopólica" no se traslada, salvo que así lo permita el marco regulatorio del nuevo nicho, que no es el caso.

saludos

Pablo dijo...

exacto.
aprovecho para preguntarte: con la actual ley, la red telefónoca ¿también es monopólica? creo que sí, pero no estoy seguro,

pablo

Pablo dijo...

telefónica, perdón,

igual ya quedó claro: si reunís las condiciones, y si se aprueba la ley, se rompería también ese monopolio con la entrada de nuevos prestadores. ¿Saben de algunos que ya hayan ofrecido estos servicios?

Fede Vazquez dijo...

es que la cuestión telefónica no tiene relación con la ley de radiodifusión, ni con la vieja, ni con la nueva. El monopolio "legal" de telefonos terminó por el 2000, pero las redes tendidas, que llegan a cada casa son una "inversión" que telecom y telefónica le "compraron" a entel y siguieron ampliando y sosteniendo en estos años, y son la principal barrera para que el monopolio de hecho desaparezca y uno pueda elegir entre distintos operadores.
El proyecto de ley de radiodifusion no legisla sobre nada esto, si permite que las dos empresas den servicio de cable.

Pablo dijo...

permite que las dos empresas den servicio de cable, y permitiría que otras más den servicio de cable, o no? las denuncias de los republicanismos sobre el "arreglo" del gobierno con telecom, supongo apuntan a esto: que entre todas las prestadoras, ahora telecom sería la más beneficiada.
Pero si se cumple con el porcentual, la teoría del "arreglo" se caería sola. En fin, te pregunto porque está a la vista no me queda claro. Y desde ya, gracias.

Anónimo dijo...

No entendí Pablo tu referencia a mi idea, si me la explicaras (soy un newbie) seria buenisimo.
Y aclaro algo: estoy con uds a full, no era una chicana ni nada por el estilo. Como me gusta entender las cosas, estaría buenisimo un kirchnerismo para tontos. Eso es, nada más..(sobre todo además porq hay nociones muy idiotas q circulan sobre el kirchnerismo)


El Newbie.
pd: Hacía falta decir q Martín es generoso con su blog? -no sé si ya repetí este mensaje-

Fede Vazquez dijo...

pablo: se dice con razón que las telefónicas serían las más beneficiasdas porque de aprobarse la ley pasan a participar de un negocio grosso, dónde hasta ahora tenía hegemonía clarín. Pero también es cierto que el artículo 38, inciso c) dice explícitamente que el 35% rige para todos los solicitantes a licencias de cable. o sea, incluidas las telefónicas.
Por otro lado nunca existió prohibición para montar una empresa de cable, salvo para las telefónicas hasta ahora por su posición monopolica en el tendido de redes. El tema era poder competir contra el cable + futbol como era hasta hace poquito. Si no preguntale a telecentro, que lo hicieron percha. Supongo que con la estatización futbolera la cosa se empareja un poco. El tema como siempre es que el estado regule bien. La ley da herramientas piolas, pero no hace magia.

Anónimo dijo...

Agustín Rossi, jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria. “Si las telefónicas quieren ingresar en el negocio del cable para transmitir señales de TV, tienen que desmonopolizarse en el negocio telefónico. Sin marco regulatorio que permita que participe una mayor cantidad de actores, vamos a una concentración más contundente”

Anónimo dijo...

Agustín Rossi, jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria. “Si las telefónicas quieren ingresar en el negocio del cable para transmitir señales de TV, tienen que desmonopolizarse en el negocio telefónico. Sin marco regulatorio que permita que participe una mayor cantidad de actores, vamos a una concentración más contundente”

Pablo dijo...

fede, quedó clarísimo. Y gracias otra vez.

Woodward dijo...

Pablo, una aclaración: lo que aprobó -sin votar, solo rechazando tratar el tema- la Corte Suprema, es la homologación del acuerdo preventivo extrajudicial (APE) de CableVisión por un valor U$800 millones. Obvio que esta no-decisión de la Corte favorece al Grupo Clarín. La fiscal general de la Cámara Comercial se había opuesto duramente a la homologación del APE de CableVisión y los abogados de Clarín le metieron 3 denuncias penales. La fiscal se llama Alejandra Gils Carbó y es la verdadera heroína -no reconocida aún- de toda esta novela. Roberto García fue junto al difunto Julio Ramos quienes durante más de 20 años más hicieron por democratizar el sistema de medios argentino. Claro que Ambito Financiero no era para la progresía vernácula, el atril políticamente correcto.

Pablo dijo...

Roberto García es un caballero, un hombre sagaz, un tipo culto, un periodista que escribe bien (una rareza): y no puedo no debo olvidar que fue quien dio cobijo a mi querido amigo Claudio Uriarte. Jamás dejó de atender un teléfono, jamás impostó ocupaciones o reuniones, siempre atendió a la inteligencia antes que a la ideología.
No conocí a Julio Ramos, sí sé que sus batallas contra Clarín lo ocuparon y mucho. Pero esa noble causa tenía su precio: el librecambio, en la Argentina, jamás existió, y dudo que Ambito Financiero haya hecho algo más que pelearse con Clarín, que no es poco, para salir de ese régimen.
La fusión, si se aprueba la ley, igual quedaría anulada. Pero leeré sus indicaciones para enterarme con mayor fundamento.
Y así también tengo que decir que lamento la posición de algunos amigos que en La Nación abandonaron el periodismo por el editorialismo.
Pero nadie (y me incluyo) está libre como para tirar la primera piedra.