jueves, abril 24, 2008

Pueblo, del sufrimiento nació el orden.

Los CIC, los centros comunitarios, las organizaciones sociales que a sus emprendimientos los han convertido también en centros de prácticas, las fundaciones, todos tienen, están llenos, de trabajadores sociales. Los pobres tienen esos psicólogos: chicas con morral y un mp3 con Silvio y Aute en vivo que, al abrir la puerta de la oficina del área social, sonríen, y en su sonrisa parecieran invocar el gélido y tradicional "disparo de belleza incesante" de 2000 años: hola, sos pobre, te amo. ¿Por qué no hay psicólogos? ¿Los pobres no tienen representaciones simbólicas, ni inconciente? No sólo de plan vive el hombre. Sé que es una bravuconada cara: mi mujer me va a retar. Pero la amo porque no ama la pobreza, y es conciente de la insuficiencia del instrumento... Y sin embargo, racimos de Alicias recorren el terreno con el manual de intervención y distancia óptima, con mirra e incienso, sosteniendo, quizás también, una de las mejores políticas distributivas, las políticas de pensiones. (Antes se entregaban "altas por bajas": alguien se tenía que morir. Nadie se tiene que morir, ahora.) Pero alguien quisiera que haga una lectura crítica sobre las políticas sociales, su planificación, su administración, su ejecución. No estoy dotado para hacerlo. Sin embargo tengo una percepción. La reconstrucción del "sujeto de derechos" muchas veces encubre, así lo sentí, una sobredemanda de ciudadanía. ¿Cómo lo explico? El barrio X es un plan de viviendas. Los habitantes del barrio no han obtenido aún la titularidad de las casas. Sólo tienen un boleto de compra-venta. La ciudad tiene repartidas por zona la recolección de basura. Pero el barrio está ubicado en la única zona no provatizada en su servicio. La hace el Ente... El barrio sólo tiene en sus laterales grandes containers que permanentemente se desbordan, que irregularmente son vaciados. A cuyos costados la basura que los excedió ha ido conformando un microbasural, una alfombra de basura "natural". Como decían en San Juan: la bolsa de nylon es nuestra flor silvestre. El plan discutido pasa por las capacitaciones en salud ambiental, reciclado, separación en origen, y una jornada voluntaria de limpieza. Las trabajadoras del área social van el sábado a la jornada, un poco cansadas después de la Peña del Colorado. A la jornada no va nadie del barrio. ¡Hay que conformar promotores medioambientales, formador de formadores! (Nadie le explicó a Doña Coca que vive en Esteban de Luca y Brasil, o en Agüero y Córdoba, sobre los riesgos de la acumulación de basura orgánica. Ella tiene al árbol, la empresa, las 8 de la noche, de aliados.) El abandono y la intemperie (que tiene al Estado entre sus sujetos) tuvo su contracara y su inversión en el "fortalecimiento de redes" (sobre la conciencia del pobre) para que se cuide de lo que el Estado no cumple, de lo que el Estado deja expuesto en sus vidas. Políticas que sólo fortalecen, en el reparto del recurso, a los "punteros", referentes, juntas vecinales que "puntualmente" son denostados porque, dicen, cautivan el voto, la esperanza, la vida y la libertad. Igualemos para arriba decía Radio 10 (ese formador de camisas negras, según el fascículo JPF). Las políticas sociales sirven para reconstruir ciudadanía. En el centro del ovillo hay una monja. En la punta del hilo una trabajadora social. El capitalismo es la esperanza de los pobres.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sencillamente fenomenal. No hay nada como los talleres comunitarios para el tendido de la red domiciliaria de agua... Definitivamente la fetichización de la participación (no quiero participar, quiero abrir la canilla y que salga agua!) es un problema que la p'tit burgeoisie aún no ha encarado.

Como dice Negri, las ONG's son las órdenes mendicantes del imperio. Y los trabajadores sociales son los monjes franciscanos de la posmodernidad.

¿nos vemos el viernes?

Martín dijo...

Qué hay el viernes?

Lo de nbi?

Mendieta dijo...

Post como éste me agrandan la úlcera. Ud. sabe bien por qué.
Abrazo

Anónimo dijo...

Hola sorete

mariano dijo...

bueno, martin, muy bueno. me toca de cerca también - laburo rodeado de esas chicas con morral y brillo en los ojos. tampoco estoy capacitado para hacer una lectura crítica y más o menos global de las políticas sociales. pero diría que el camino de la ciudadanía es el indicado, abandonar la siniestra palabra "beneficiario" que tanto usamos diariamente, casi como un reflejo, sin la más mínima reflexión. pero falta, falta un montón para eso.