Es incomparable el ejemplo, pero, con ánimo de que se sienta horrorizada y cambie, me gustaría que por un instante se vea reflejada en el espejo de Moria Casán: también ella tiene una lengua filosa y creativa, como cuando dijo de sus colegas: “En Mar del Plata no hay estrellas de mar (por los premios), sino cornalitos”. Carrió no debe hipotecar su capital intelectual compitiendo con Aníbal Fernández (“Carrió no tiene los patitos alineados”) en el verbódromo de la vulgaridad, tanto de formas como de conceptos. Se lo pide alguien que siempre votó por ella y sus candidatos para puestos legislativos y anhela algún día poder hacerlo para cargos ejecutivos.
El conejo va a salir.
Careta.
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