miércoles, marzo 28, 2007

Estancias del campo popular...

Ayer mientras miraba la pulseada Pino vs. Perón. Ayer mientras miraba lo que financió una parte de las 62 (dicen, dicen): ayer mientras miraba cómo Pino hacía de la Comunidad Organizada el Comunismo Primitivo, y como Perón hacía de la Comunidad Organizada la lábil fórmula que Astrada tendió para la historia: un largo aliento del mejor pragmatismo periférico... Ayer mientras miraba cómo colaban en la placas la interpretación forzada de lo que Perón no decía. Socialismo argentino para los argentinos, cuando Perón trazaba la metafísica del hombre de la pampa, ay, tan campesino como un vietnamita, pero tan distinto. Perón/Perón daba una clase de historia militar, y cuando explicó lo que significaba la guerra revolucionaria (sólo esto: golpear donde mas duele cuando menos se lo espera) quedó claro que: el hombre estaba tan dispuesto a apoyar las formaciones especiales como para años después contrarrestarlas con otras formas especiales. No jodan con Perón. Inventó la revolución y la contrarrevolución. Inventó con la maravillosa obra de amor (Evita-Madre-Pueblo) una iglesia nuestra tan moralista y anticristiana, la redujo a la garcha, y encima en el '54 les tiró un secretario de cultos judío por la cabeza. Inventó la mejor clase obrera mutilándole la conciencia de clase. Inventó.

Cuando Perón dice: construir una comunidad donde prime el esfuerzo y no el sacrificio, Pino traga saliva, lo mira a los ojos, y dice: claro, hablamos de socialismo nacional.

¿No?

7 comentarios:

león herbívoro dijo...

Anticristiana, anticristiana... no sé.

Si San Pablo universalizó el judaismo, y transformó lo que era religión nacional, de un pueblo, en religión universal, Perón la volvió a nacionalizar.
Inventó, sí. Inventó un pueblo.

Unknown dijo...

Pino más bien fue a hacer lo que debía hacer.

Eso de leer las preguntas me provocó cierto... no se... ¿escalofrío?

Anónimo dijo...

Demostrar mayor vitalidad que unos jóvenes inquietos, eso pasaba cuando Perón sonreía. no hay nada peor que un estudiante adherido a la literalidad y nada peor que un nene aburrido. en un diálogo donde todo parecía construirse, donde en el templo parecía venirse el abrazo definitivo entre el maestro y los nuevos pupilos, Perón ya dejaba claro que se sueña dentro de lo posible y que el límite de lo posible es el pueblo argentino, el mismo pueblo que sólo se hace acreedor de un reconocimiento lateral en el derrape discursivo de los jovenes devenidos excombatientes de los 70 .

Fede Vazquez dijo...

al otro dia de ver al joven Pino inflacionar las palabras de Perón,lo vi en la mini serie de Memoria del Saqueo. Ahí, un viejo Pino muestra que las canas no traen de por si profundas reelecturas del pasado. Embiste torpemente contra Cafiero al que
-igual que con Perón, 40 años despues- le quiere hacer decir lo que no dice. Que todo fue culpa de la traición menemista, como única lectura de los noventa. Cafiero, con brutalidad peronista le dice algo así : "Si hubo traición, traicionamos todos Pino, los políticos, los dirigentes gremiales, los empresarios..... y el pueblo, que nos votó"
Lo de Pino, lo de esa "tendencia" candorosamente pava, termina construyendo un discurso de autoelogio y exculpatorio como salvavidas a la derrota. Penoso es decirlo, tan parecido al derrotero de la Carrio, que ahora si, harta ella también de las traiciones, le dará a la sociedad una última oportunidad de no equivocarse, de que no la traicionen.

Saludos

Unknown dijo...

Vitalidad, lo que se dice vitalidad, no parece ser el término adecuado. Y como si morirse fuera poca cosa, hermosa descendencia la que dejó.

"Si hubo traición, traicionamos todos" ¿Eso es de Cafiero o de Protágoras?

Anónimo dijo...

No, la palabra no es vitalidad,la palabra es cancha. Y eso sí que se lo dejó a sus descendientes.

Anónimo dijo...

me quedo con cancha. la próxima arrimá una alternativa, Hal. se te escucha.