domingo, diciembre 09, 2007

Mis venas no terminan en mí, sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos.


Lo que quise decir: la pregunta de la década del '70, la que uno podría formular en el fin del ciclo de la experiencia setentista, ya que el gobierno de Cristina, necesariamente, será un diálogo con un momento del pasado un tanto mas modesto en términos épicos, un tanto mas profundo en términos sociales, que es la experiencia de esa segunda generación del '80 que se inicia en 1983... la pregunta operativa y práctica es: ¿cómo se podría haber gestado organización política armada cuyo funcionamiento hubiese permitido eludir la tortura al volverla ineficaz como arma de su desarticulación? (No, no hay forma de eso. ¿Un ejército regular, quizás, en campo abierto? Pero una estructura clandestina, cuyas jerarquías y funcionamiento celular -naturalmente- opera en las sombras, fomentó el perfeccionamiento de la única arma implacable -"sín límite en el tiempo"- de los ejércitos modernos, la tortura.) Así las cosas, Tucumán, la Compañía Ramón Rosa Jiménez, resulta una operación distractiva. Las maquetas de la guerra ("foquismo, foquismo") sirven para seguir pensando la política en una democracia cuya verdad número... es la de interrumpir la continuidad de la guerra. Kirchner es el mejor presidente de la democracia argentina. Las razones duras de eso (económicas, estructurales, digamos) son materia de una discusión inmaterial, en cuanto a que, por muchos años, el resultado estará abierto. Veremos, veremos. La prepotencia, la hegemonía, la autoridad, la discursividad rota y desprolija, son deudas que, ja, terminarán anotadas en su haber. No hubo un solo candidato que propusiera hace dos meses volver atrás con los juicios y castigos. Las políticas de Estado, ése éxtasis de la lengua republicana, se imponen.

Volvió, como lo dije.


El blog, compañeros, es la reserva moral de la política.

8 comentarios:

Ulschmidt dijo...

Bueno, yo no se, pero leyendo acá y allá parece que si Ud. cuenta con respaldo popular la tortura no lo frena nunca. La Orquesta Roja, el sistema de espionaje comunista en Francia durante el nazismo, se bancó todas las torturas de la Gestapo por años. La Resistencia de los países ocupados pudo coordinar ataques junto con los aliados en toda la costa occidental - y eso que la SS fusilaba a diez tipos al tuntun por cada uno de ellos que caía. En Italia los partisanos ya venían esquivando a Musolini y sus camisas negras por décadas y terminaron colgándolo. En Yugoeslavia Tito se movía como quería.
Inclusive los tipos que entrenaron a los militares argentinos perdieron. En Indochina, en Argelia, todas las torturas de ejército frances no atajaron a los revolucionarios.
El problema es que las organizaciones armadas setentitas argentina eran profundamente impopulares. La gente no las quería. Apoyo de la comunidad no tenían. Eso nunca se dice.

Martín dijo...

Tás discutiendo con algo que no digo.

Y lo de la impopularidad de la guerrilla, etc., acá fue "tratado" mil veces.

Un abrazo

Fede Vazquez dijo...

brillantes los post martin, en serio.

estoy de acuedro en que la tortura es el centro de todo, porque en definitiva es el centro del miedo...que es a su vez el límite del hombre.
Es además, poner al enemigo en su peor lugar político: la muerte, la carcel, el destierro, dejan un margen de acción a la víctima, de dignidad, de defensa de sus compañeros. La tortura no.
El saldo de poder es absoluto, de ahí creo que viene lo que decís de su caracter de "arma de destrucción masiva".
En algún lado escuché decir a algun militante que la tortura era una discusión política, extrema, pero discusión política al fin. No sé, creo que no, siempre me pareció imposible pensarlo en esos términos, así como juzgar cualquier actitud de alguien picaneado. Sencillamente, porque ese cuerpo dejó, en el instante en que empezó la sesión, de ser digno. No importa el resultado. El resultado ocurrió antes.

Alberto dijo...

vos asumís que la tortura fue el modo de desarticulación, pero podría decirse que eso es una simplificación un poco grande. la tortura fue uno de los métodos para desarticular algo que en realidad no estaba articulado, mas otra cantidad de problemas (que no eran los mismos para el ERP que para los Montoneros). Igualmente, decir que K es el mejor presidente de la democracia argentina solo es posible porque en realidad no hay grandes expectativas de la democracia argentina. Mejor, en definitiva, es término de comparación. Una de las razones por las cuales no se propuso volver atrás con los juicios y castigos es por un par de razones: una es que el sistema es lo suficientemente estable, gracias a haber desaparecido suficiente gente y demás cosas, que el sistema ya no necesita del método y puede disimular en cuanto a su uso, y la segunda es que a esta altura el proceso no deja de ser anacrónico. Lo que se impone no es la lengua republicana, y la elección de la esposa del Presidente, o la cantidad de gente que gana y renuncia, lo demuestran, sino que se impone la estabilidad de un sistema que ya nadie desafía, donde los que alguna vez gritaban ¨socialismo o muerte¨ realmente murieron y fueron reemplazados con aquellos que solo quieren que los pobres no lo sean tanto.

Martín dijo...

Fede: eso lo dice Salinas en Cazadores. Y, exactamente, eso que decís es lo que pienso. Gracias.

Alberto: uno piensa y simplifica. Pienso, luego simplifico y escribo (y existo). "No hay grandes expectativas de la democracia argentina" no es una afirmación simplificadora, es demasiado vasta como para que se tome en serio, ya que en la Argentina no ha habido en estos años grandes masas de abstencionismo, y comparado con qué país que vive una democracia plena como la nuestra. Venezuela, una "revolución en marcha", registra (claro que donde no es obligatorio) un altísimo grado de gente que no va a votar. Gente que es sujeto/objeto de la revolución bolivariana. ¿Un sistema que nadie desafía?

Diego F. dijo...

Martín: yo igual creo que si bien ningún candidato propuso volver atrás con los juicios y castigos, de haber gobernado alguna fuerza como la CC o PRO algo habría cambiado -para mal- en ese tema. Lo vemos con las caras que pululan algunos partidos, incluso macri antes de ser Mauricio este año, había abogado públicamente y en reiteradas ocasiones para que no se joda más con el tema. Apuesto a que si sacudís un poco a varios de los políticos opositores (cosa que no se hace porque ya no hay más periodismo de ese que incomodaba, ahora sólo van a contar su verdad sin interrupciones "fuera de lugar") podés toparte con ideas similares. En fin, sólo quería aclarar eso.

Saludos

Martín dijo...

Sigamos con este debate sobre las hipótesis de la madurez política de la derecha: Macri, creo, terminaría entendiendo que apelar a un cambio en la política de DDHH lo terminaría ubicando en un debate de una intensidad ideológica a la que escapa permanentemente. Es decir, hoy, la solución pragmática es dejar la inercia de los juicios. Lo que no habría, claro, es el reclamo de celeridad. Un abrazo.

Anónimo dijo...

...y se facilitaria mucho mas la zancadilla judicial... Que hoy existe pero un llamado de Abuelas, hoy, es un digno contendiente de cualquier traba corporativa. Digno contendiente, solo eso. Porque van pocos juicios y ya hay episodios complejos como el de Lopez y el de Febbres que murio envenenado.
Lo loco es que murio envenenado con cianuro. Si lo mataron es pesada la cosa, pero si se suicido es mas complicada, porque eso hablaria de pactos de silencio como los de la mafia o ,peor, ¿estos no eran de la logia p2? Y si se suicido, con cianuro...cianuro, como las pastillas de cianuro que tenian los combatientes montoneros para evitar la tortura y con eso la delacion.
Frente a esto, la derecha tipo Macri no se bancaria ese debate denso pero ¿se llegaria a estos episodios? ¿o todo quedaria entrampado mucho antes, en la telaraña judicial?
En fin, no se si en lo referente a la politica de DDHH no te equivocas.