lunes, octubre 29, 2007

Apuntes para la militancia



- Leo en Clarín la evolución del voto del Pro en Capital: la baja a 12% (Clarín sale con los resultados hasta la 1.50) en esta elección no dice que esta es la única elección en la que Macri no ocupa ningún lugar en las boletas. Eso hace que no se haga la lectura política mas importante: el problema de los partidos es que son el furgón militante-intelectual-técnico de protagonismos individuales. Lo mismo Carrió: recupera un piso de las últimas elecciones llevándola de candidata. Un síntoma preocupante / saludable en el que la sociedad no reconoce la vida útil de partidos políticos, transformados en equipos campaña o gobierno.
- Una alegría: el triunfo del Barba Gutiérrez en Quilmes, ¿no era que el kirchnerismo y las migas de su sistema de colectoras no podía perforar la estructura de la liga de intendentes? Kirchner es un foquista, Kirchner es un foquista, Kirchner es un foquista.
- El margen de distancia entre Scioli y Cristina (la presencia sombría de una tijera) es un margen de improbable potencialidad, se verá aún en la todavía capacidad de atenazar a las provincias, pero es el número que –hasta saber lo de Santa Cruz- mas me interesó de la jornada.
- El voto de mi abuela (justicialista, del ex Morón, Villa Tesei, convertido controvertidamente en Hurlingham, cuando Duhalde…; reactiva a los K): Pino – Margarita – Acuña. Su involuntario kirchnerismo fue exageradamente territorial. Pino se mostraba como una remota y auténtica recuperación de “las banderas”. Margarita era una forma dulce de expresar su odio a Scioli, a quien amó hasta que los “Kirchner lo hicieron su marioneta”. Hal: mi abuela hubiese votado a Martín.
- Fiscalicé en mi barrio (Parque Patricios) y tuve el honor de compartir la tarde con un viejo león entrañable. Fiscalizaba, sí, como el viejo puntero de barrio que seguirá siendo siempre, y cuando me preguntó por el resultado de una mesa (donde Gil Lavedra había sacado apenas 4 votos) sentí todo el dolor junto, yo tenía la cara de un ganador ante sus ojos, él tenía la cara de quien vio alzarse, subir y caer mil estrellitas electorales. Lo quise invitar una cerveza al final, pero pensé que cuando fuera a pagar –quizás- se viera de perfil -como un ideograma- su firma en el billete, lo que hubiese vuelto a la escena absolutamente patética. Estoy hablando de Rafael Pascual.

5 comentarios:

manolo dijo...

Martin
En todo Morón; el residual, Hurlingham e Ituzaingo; el voto peronista por Margarita fue un tributo a la militancia.
Y fueron unos cuantos.
Un abrazo

SL dijo...

qué anécdota la de Pascual. Voté Cristina aunque no lo creas (mi primera vez a ganador), Gil Lavedra y Lozano.

Martín dijo...

Es el mismo voto que mi viejo, ja.

Anónimo dijo...

la diferencia scioli cristina fueron solo 80 mil votos, 2,3 puntos (ojo que hay mas voto en blanco en gobernador, es decir menos votos validos, asi que ese 2,3 serian 1,3 asi hacemos la cuenta sobre el mismo universo (suponiendo la misma cantidad de votos validos en gobernador y presidente)

Martín L. dijo...

Muy interesante lo de Pascual. Aunque podría haber sido peor: imaginate si te tocaba fiscalizar junto a Pierri (cuya firma, por haber sido presidente de Diputados durante ¿10 años? debe adornar muchos más billetes que la de Pascual).
Saludos