Paz y Progreso ya no se pueden leer separados. Domingo rojo, rosa, hasta el pálido de estrías del cielo del atardecer. Estoy en cama y eso produce una predisposición fanática.
Horacio, Mario: ¿cómo analizan los efectos de una nota, el misterio de sus "fuentes", el fenómeno intenso y efímero de los carpetazos, sin el mea culpa aunque sea implícito de ser los autores materiales y los cómplices en la revelación del lado oscuro? Hablan de una operación como si. Bueh, en fin. No obstante, la distinción, Horacio, entre lo estrictamente técnico y lo puramente represivo (que separaría de cualquier tipo de complicidad a la ministra Felisa, funcionaria de Martínez de Hoz y Martillo) compromete -por lo menos- el emblema mas fuerte de la Carta Bíblica. Aquello que apunta en la miseria planificada al peor de los crímenes de lesa humanidad, peor que las horas de submarino y picana que recibían los militantes populares. Yo -que recuerdo tu investigación previa al 25/05/2003 que apuntaba sobre la condición de perejil frívolo de K en los años '70, como si no hubiese sido esa la base de toda la ensalada: miles y miles de perejiles que jamás se llamaban a sí mismos así, por cierto- pienso que es al pedo meterse a mostrar las costuras de la verdadera Telam con que se corta el periodismo: SIDE. ¿Cuántos tragaron saliva al ver la tapa ese domingo? Pero dijeron: claro, el pecado era pertenecer en aquellos años, y no en los '90, cuando un núcleo duro de lo que generosamente se llamó Peronismo Revolucionario, y que era la patrulla perdida de la Vieja eMe, se anotaba para hacer un nuevo servicio a la patria, de la mano del viejo abogado combativo.
Pero es Mario quien llama a algo mas sutil, mas correcto: al sostenimiento urgente de ciertos códigos corporativos. Entre M y H hay un río que los separa: una apreciación antagónica de ese residuo energético que parece, en el relato K, funcionar como telón de fondo. Hablo de los hechos decembristas. Mario hace rato que detesta el furor anti-político organizado (eso que quedó en el aire del 19/20: Gualueguaychú/Blumberg/Cromagnon), aquello que carece del mas mínimo sustento procedimental democrático, que se produce bajo formas mediáticas, dirá, espontáneas, y que procede espasmódicamente, obturando los tiempos institucionales y políticos. ¿Qué cree en tal caso, y con un esfuerzo optimista? Que el reclamo lejos de ser la precipitación de una nueva democracia participativa, el furor cacerolero, es un genuino reclamo de mejor representación. Bien. Tácticamente, entonces, Horacio, cree lo contrario. A Mario le preocupa respetar/reforzar los códigos. A Horacio preservar dos únicas autoridades morales: la del Presidente y la de la Sociedad Civil. Estoy con Mario. Por lo menos en esta.
Perfil: por fin en el tropiezo de P/12 tomaste vuelo, subiste de la altura rapiñosa, y pusiste a Lanata a la altura justa como para que se pueda leer una de sus notas completas. Miento: ya había leído una -justamente- pedagógica y didáctica sobre la guerra... Pero la guerra pone solemne y responsable a cualquiera.
Che lo de Sergio Berensztein no es un poco... A ver: El Problema enfocado en la construcción de la infraestructura institucional. Yo soy bolchevique, o como mierda sea, tengamos algo sólido pero provisorio, hasta que le demos de comer a todos. Sólido en la forma (dentro de la democracia todo) pero no jodamos con el modo de los superpoderes mas. La institucionalidad depende radicalmente de la justicia social. No hay ninguna institucionalidad que en su inercia lleve al paraíso. Ya comimos el pan alfonsinista, y aunque lo seguimos amando, sabemos que lo mejor fue su noble mesianismo, no su ejército de ingenieros de la carrera de Ciencias Políticas. Aunque luego en el reportaje, este S. B., desliza una cierta empatía, no sé, algo así como "¿quién mierda no lo votaría a K?". Me gustó cómo detecta la operación Lavagna: algo que dije acá, es la unión de las ortodoxias partidarias. El color de sus grandes promesas en estado fósil.
Pepe: presentás un libro (que voy a comprar) pero ya está. Tampoco vas a ir mas lejos que Sarlo o Calveiro. Tampoco es que en los '70 no había enemigos. Hay algo cierto: todos en Argentina construyeron primero un ejército, y después vino la Nación, y mas tarde el Pueblo. Pero se nota que tu revisionismo tiene la cólera y la cola demasiado evidente, se te metió el diablo republicano mas adentro de lo debido: la picana no es un invento de Firmenich, y esta historia no se puede contar sólo desde la evidencia y el relato de los que "hicieron mérito en el error para merecerla" o: como si la guerrilla hubiese militarizado a los militares .
Todos llegaban cantando su cantata a la sesión, es cierto, pero alguien los sostenía de atrás.
Más allá de lo bien que me cae Bergoglio, al final, entre Gobierno e Iglesia, siempre Gobierno che.
San José era radical.
Y María Socialista.
Y tuvieron un hijto: Montecristo.
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