sábado, agosto 26, 2006

El cielo es puro polvo

Nadie quiere abortar.

Me acuerdo que una noche de paseo con la hermana, ella me decía: sé de un taller literario donde se prohibe el uso de la palabra desaparecido, y todos sus derivados. Una cierta literatura dura que -finalmente- no es nada. Así como la gran operación era ser progre para desmontar la máquina de cinismo, así como la poesía termina siendo un panadero soplado en el rosedal a los ojos, así, la familia como forma del relato en carne viva, así, tampoco cedemos al desencanto, ni hay mejores mentes porque no hay generación, y porque vemos que los que se niegan a madurar siguen cortando los versos con la gillette oxidada de su juventud, vamos a estar ahí el día que se invente el premio Nacional "Juan Gelman", y vamos a llenar las bases, y con toda la solemnidad del mundo al recibir la mención diremos: Platón rajó a los políticos de la ciudad, y en ese viento decembrista sin cola, aturdidos, nos sentamos a la mesa y escribimos: ni con miles de versos los traeremos de vuelta a casa...


El lunes se cumplen 30 años de. Vamos a estar ahí, Emi.


Niño

Dominguito escribe
antes de morir una carta a su madre. Nunca jamás
fue más digna la mujer que cuando con estoica resignación
envía a las batallas al hijo de sus entrañas: curupayty. Nunca jamás fue
más digna nuestra elite que cuando,
nuestra oligarquía que cuando,
y en cuna blanca, en pedestal,
el bronce de las pavas abolladas: el oro
entregado a la fundición,
el anillo de oro del Niño y la madre
que ardía en la fundición.


Los dos hermanos.
No llevan el mismo apellido ya.
La misma sangre sí, y eso les basta.
Eso se llama raza.
A uno le toco la aventura,
al otro cantar de miedo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que vueltas que da la vida martín, que vueltas...me gustò el último párrafo. un beso