La planta de clasificación de residuos sólidos urbanos que el Gobierno de la Ciudad inauguró el 1ero de mayo último para que gestione (casi de manera mixta) una cooperativa de cartoneros (CERBAF) "celebrando el día del trabajador trabajando", aún no abrió. Esto es: una inversión puramente estatal para que una cooperativa gestione, administre, con la sola presencia de -por decirlo- "veedores". Las velocidades políticas (qué obviedad) corren por delante de los tiempos institucionales, así que poco sabían que el principal obstáculo que este emprendimiento (y toda la política por una reindustrialización del sur de la ciudad) enfrenta existe en el código de planeamiento urbano. ¿Qué dice? Que esa zona, Bajo Flores (Varela y Jáner), como Villa Soldati, son residenciales. No hay, no va a haber, no hubo de haber, no, ni habrá, unidades productivas. Hay que modificar el código para que se parezca a la vida real, dijeron.
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Luego de la tragedia de los talleres hubo aprietes sobre los depósitos y galpones, con ese código en la mano. ¿Qué se busca? Los talleres donde explotan bolivianos. ¿Qué se encuentra? El subsuelo del capitalismo sublevado.
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Hay dos ciudades, la del sur y la del norte, pero que no se hallan sobre una misma superficie. Una encima de la otra, una hundida en la otra.
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Del último pliego de licitación de la basura en la ciudad, la zona correspondiente al CGP 8 (Lugano y Soldati, los barrios mas pobres de la ciudad) no tienen establecido que ninguna empresa privada haga las tareas de recolección. Eso queda en manos del Estado, es decir, del Ente (Ente de Higiene Urbana). Y no se hace. Pero habrá, eso prometen, una nueva licitación para que empresas privadas recojan los residuos, pongan contenedores, fomenten la "separación en origen", en los barrios, asentamientos y villas. Por lo tanto, barrio Ramón Carrillo, Fátima (Villa 3), Cildáñez, Pirelli, Inta, Ciudad Oculta, Villa 20, etc., tendrán su empresa. Se acabó el seudo-socialismo de algunas Direcciones de intentar contener en cooperativas y promotores ambientales, en proto-organizaciones barriales, el problema de la basura (que en principio es el problema de su recolección). Evitando así micro-basurales, agua estancada, y demás riesgos. ¿Será un negocio? Seguro, pero que salvará o mejorará vidas. A ningún vecino de Palermo le explicaron los riesgos sanitarios de la acumulación de basura inorgánica. Simplemente sabe, como buen alumno, que si saca la basura a las 8, una empresa retirará amablemente su bolsa.
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Como dijo Haddad: igualemos para arriba.
1 comentario:
OH, NOOO! HADDAD?? Este inefable periodista no creo que quepa en estos paisajes. Estoy seguro de que odia las calles sucias después del paso de los recuperadores de la basura.
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