miércoles, febrero 10, 2010

Un pelotudo importante.

43 comentarios:

El Asesor dijo...

Pasando por el error de Silvio y sus asesinos, o por el de Lenin autor de la frase de Marx, entre otros momentos: si, un boludo.

Martín dijo...

O su confusion al paso sobre el ERP. Es la memoria de un trotskismo de garage.

Mario Arteca dijo...

Es estimulante saber que hay gente más boluda que uno, no? O esa también es una respuesta pequeñoburguesa? Un pobre tipo.

Anónimo dijo...

sí raro, porque criticar los derechos humanos desde un supuesto lugar revolucionario, obviar que esos derechos humanos consisten justamente en brindar justicia a esos supuestos amiguitos del cole que estarian muertos...no tiene mucho sentido, se ve que quisieron pegarle a los derechos humanos desde otra optica, desde un "adentro", pero muy contradictorio, berreta.
l

Cresto dijo...

Un hijo de puta...

Quintín dijo...

No sé si Hanglin es un pelotudo o un hijo de puta ni cuán importante es, pero lo que cuenta es fidedigno.

porque sí dijo...

lo primero es que no se puede bancar a un trosko. demás está decir que los expulsaron de todos lados. eso hasta sería un elogio si en lista no figuraran movimientos revolucionarios populares.
Ahora, un tipo que hace una lectura de sus principios en términos de "pecados de la juventud", no importa cuales sean esos principios, es siempre un hijo de puta.

Martín dijo...

¡Qué grande! Un tipo confiesa que fue zurdito de adolescente y esa suscripción le permite cometer las que él autoproclama como incorrecciones. En la bolsa negra llamada ‘zurditos’ mete 50 años de historia en un diario que hizo uso y vencimiento del concepto ‘derechos humanos no son de izquierda ni derecha’ para terminar reducido al balbuceo de: ‘derechos humanos de los delincuentes’.

Quintín dijo...

Lo que dice sobre el clima de los sesenta es cierto, más allá de que se haya publicado en La Nación

Bueno, después de todo, eso de que el medio es el mensaje es también una huevada de los sesenta.

Quintín dijo...

Porque sí.

Ah, muy bueno ese ejemplo macartismo de izquierda:

"Lo primero es que no se puede bancar a un trosko. demás está decir que los expulsaron de todos lados. eso hasta sería un elogio si en lista no figuraran movimientos revolucionarios populares."

Por ejemplo, en la Revolución Rusa ni pintaron. Fueron espías y contrarrecolucionarios pero por suerte el camarada Stalin se encargó de ellos como correspondía.

Diego dijo...

Esta autoincineración sobre su pasado es lo mejor de Hanglin. O sea, es mejor que el Hanglin adolescente-trosko de los 60's, mejor que el hippy viejo ridículo de los 80's y mejor que el another brick on the wall de Radio 10 del siglo XXI. En presente está siempre a la moda siendo parte de una vanguardia berreta que no da puntada sin hilo, que sabe que va a caer parada. En cambio, en retrospectiva, su mirada es más interesante. Tal vez lo sea porque su vida consiste en esos cimbronazos y no en esa obsesión en la coherencia que mantiene a muchos reivindicando pasados que ni vivieron. Y en ese sentido, Hanglin aporta, aporta porque su discurso no apunta a construir un panteón. Aporta porque libera, quita lastres de encima.

Anónimo dijo...

no, cualquiera decis quintin.



como va a plantear que no hay que defender los derechos humanos sencillamente porque antes no se "respetaba" la vida de los ajusticiados por las organizaciones populares? que tiene q ver con eso con los crimenes perpetuados por el estado o por organziaciones para estatales (AAA)???



o sea, si antes habia violencia politica por parte de grupos irregulares del peronismo y el trotskismo ahora no se puede pedir justicia por la politica de represion sistematica contra la poblacion y sus organizaciones armadas?

que carajo tiene q ver?



la pifio mal, "principios que debiamos violar uno por uno" "guerrilleros implacables"

"eramos" ¿? "bandera del enemigo burgues"??

primero que en este gob casi no hay guerrilleros, por lo tanto se deschava solito este señor cayendo en la logica de los grupos bobos reaccionarios que tildan a este gobierno de MONTONERO!!?? ya que eso les es redituable ( ojo al gob tambien) como discurso deslegitimador frente a algun sector de la sociedad.



y extrapolar que si antes habian supuestos combatientes salvajes que debian violar de a uno los ddhh en pos de la revolucion social no tiene absolutamente nada que ver con juzgar en derecho atrocidades perpetuadas por un estado asesino. Ademas es correr la discusion politica de lugar, es un discurso anti politico que al negar los derechos humanos niega tambien las causas de politica economica y social que dieron origen a su originaria violacion en la decada del 70, que con tamaño terror de desgarro de humanidad posibilito la destrucción productiva y simbolica de las transformaciones y reinvidicaciones logradas por el peronismo y la clase obrera



l.

porque sí dijo...

el trotskismo no se terminó en las purgas (que de paso citás tendendiosamente haciendote el banana).
por otra parte, tratándose de un señor culto y filoeuropeo como vos, jamás te trataría de ignorante, pero, si te querés ilustrar un poco más, revisá la política latinoamericana, por ejemplo nicaragua, si no te parece demasiado antiestético.
además, no habías sido vos el que habías acusado a comentaristas de este blog de trabajar para SIDE?
quizás lo mejor sea que continues haciendo lo de siempre: ser un individuo despolitizado. no hinchés las pelotas con tus diatribas a lo victoria ocampo.

porque sí dijo...

ah, lo anterior es para vos, quintín aunque por ahí la aclaración sobre.

Quintín dijo...

Qué se yo lo que hicieron lo trotskistas en Nicaragua. Pero ese asunto muy bien no terminó. Y sigue peor.

¿Europeizado? ¿Victoria Ocampo? ¿Por quién me toma?, caballero.

Anónimo dijo...

¿pelotudo importante por sugerir que los montoneros no valian nada? pero si los montoneros no valian nada.

porque sí dijo...

Perfecto, Quintín. Si no sabés, lee. Ya se que mirar películas lleva menos tiempo, pero hace el esfuerzo, sé responsable antes de salir a jugar tu juego, a cortar con acusaciones una discusión que te queda grande.
No todos somos lectores promedios de los pasquines que te pagan los vicios.

maiakovski dijo...

Hanglin es un caso típico. Su presencia mediática de mas de 30 años se basa en coincidir, punto por punto y variando apenas el estilo y el tono en cada aparición, con el perfil de clase que en esta nota dibuja magistralmente y que comparte con más o menos la mitad de los porteños. En efecto, ¿quién no concoce a cuatro cinco prósperos empresarios o profesionales que en su juventud fueron "de izquierda"? Estos agradables individuos tienen un rosario de anécdotas con que entretener a sus contertulios , que, demasiado tímidos o precozmente maduros, no fueron "de izquierda". Ese relato, esas anécdotas, esa figura, sirve para confirmar a la derecha en la solidez cuasi pétrea de la misma derecha. Si da para un poema: en nuestra juventud girábamos en un torbellino, pero gracias a Dios (el de la Iglesea argentina, no el de Pasolini) ahora, de la mano de una buena mujer y con varios títulos de propiedad entre el pantalón y el boxer, hemos arribado a la soleada playa de la madurez, desde la cual miramos hacia atrás y vemos con horror nuestros homicidas pensamientos del pasado y hasta recordamos con cariño a algún profesor insoportable que, justamente, nos hablaba de Dios. Este es el modo chacotero y liviano de la derecha mediática argentina, el de Raúl Portal, por ejemplo. Sirve de contrapeso al estilo serio, solemne y frecuentemente sanguinario de otras plumas. En La Nación , por otra parte, no hay otro contenido que La Nación. Se trata de la patria, che.

Alejandro dijo...

lo de caparrós es mucho peor
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1231509

Martín dijo...

http://blogcartonero.blogspot.com/2010/02/pelotudatlon.html

Martín dijo...

El lastre que quita de encima, Diego, no creo que sea el lastre que vos estás pensando.

yevgeny dijo...

Obviamente que el contexto en el que escribe es el más siniestro y perverso de este país, lo cuál ya es suficiente para putearlo.

Olvidándolo, Hanglin confunde, será por hijodeputismo o más probablemente por ignorancia, a los DDHH como simple condenación de la violencia. Y esto jamás fue así.
La crítica a los DDHH, el que no sean una bandera tradicional de la izquierda, se relaciona con el sentido que tienen los DDHH para aquellos ciudadanos que gozan de ellos por pertenencia de clase.


"Este hombre, el miembro de la sociedad burguesa, es ahora la base, la premisa del Estado político. Y como tal es reconocido por él en los derechos humanos.
La libertad del egoísta y el reconocimiento de esta libertad son más bien el reconocimiento del movimiento desenfrenado de los elementos espirituales y materiales, que forman su contenido de vida. Por tanto, el hombre no se vio liberado de la religión, sino que obtuvo la libertad religiosa. No se vio liberado de la propiedad. Obtuvo la libertad de la propiedad. No se vio liberado del egoísmo de la industria, sino que obtuvo la libertad industrial. "

(Marx, La Cuestión Judía).

Pero lo que muestra la historia, y particularmente la historia de nuestro país, es que esos DDHH - propios de la sociedad burguesa - sólo se aplican a quienes estén dentro de la clase burguesa y no interfieran con el libre sostenimiento del "status quo".
Los DDHH son para el arquitecto asesinado por el chorro, no para el chorro, diría la Su Gimenez, expresando brutalmente una verdad del sistema.
En definitiva, los DDHH pueden ser en la actualidad una bandera de la izquierda porque constituyen una defensa de los marginados y/o combativos ante el ataque del poder y el stablishment.

Eugenio Zafaronni: Tuvimos nuestro racismo de los cabecitas negras hace 50 años. Y bueno, en un determinado momento la dictadura genocida ¿qué hizo? Empezó a hacer desaparecer y a matar a hijos de la clase media. Y la voz que se pudo escuchar en el mundo fue la de madres y abuelas de clase media. Sabían hablar, y sabían hacerse oír. Y todo esto puso a Europa frente a una realidad: son blancos como nosotros, ¿y les hacen esto? Más allá de que yo creo que me parece magnífico que le hayan dado el Premio Nóbel de la Paz a Adolfo Pérez Esquivel (1980), creo que se lo merecía... no me entienda mal lo que estoy diciendo: lo que quiero decir es que si Adolfo hubiese sido negro y de Zimbawe, no le hubieran dado el Nobel, aunque todo hubiese sido igual o peor.

Eso sí, sería bueno tener presente el origen y la historia de los DDHH, y su significado más profundo. Aún hoy, los DDHH son profundamente los derechos consecuentes con el derecho a la propiedad privada: El respeto a la propiedad de la vida, no el respeto a la vida digna.
Imagínense si no, ¿que sentido podría tener ESTO?.

Perdón si me fui por las ramas.

P.D.
Luciano Arruga, aparición con vida ya.

Anónimo dijo...

"La forma es contenido". Quintín, 12/02/2009, en http://periodistas.blog.arnet.com.ar/archive/2009/02/11/otra-a-favor-y-van-dos-casi-seguidas.html

"eso de que el medio es el mensaje es también una huevada". Quintín, 10/02/2010.

...

Ergo, Quintín dice huevadas.

charly dijo...

Antes de esta columna, Hanglin estuvo quitándole lastres a la mala conciencia del Estado Nacional por ese tema del genocidio de los pueblos originarios. A pura ignorancia, pero con las mejores intenciones

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1200928

Diego dijo...

Charly,

Hanglin es de derecha y es ignorante, eso está fuera de discusión. Lo grave es la pelotudez étnica que tiene rango de ciencia que saltó ofendida con su columna de La Nación.
El reclamo étnico no tiene sentido. ¿Sino yo qué tengo que ir a pedir, un 3 ambientes cerca de Plaza Mayor? A los descendientes de los Mapuches habría que darles excelentes condiciones de vida acordes al siglo XXI en esta sociedad que tenemos, algo que ya de por sí parece muy difícil para cualquier argentino.

Esa corrección política que garpa con solo enunciarla me pone loco.

charly dijo...

Diego, yo solo quería aportar una línea más al currículum de payaso de Hanglin. No sé si da para discutir ahora las políticas de reparación histórica de los Estados modernos respecto de los colectivos sometidos en su nombre, pero de todas maneras, y como chicana, te invitaría a que si tanto te incomoda este tipo de corrección política dejes de lado a los profesores de Puán, que en este sentido son actores realmente secundarios, y plantees la discusión incluyendo al genocidio judío, la creación del Estado de Israel, la Convención de los Derechos del Hombre. Siempre garpa la corrección política, y siempre garpa con solo enunciarla. Los profesores de Puán tienen que cuidar las formas, porque los antropólogos tienen que lidiar con una comunidad de descendientes de pueblos originarios que les pisan los talones para negociar el permiso a estudiar su cultura a cambio de una reparación histórica a la que se creen acreditados. No sé si el reclamo étnico tiene sentido o no. Simplificado de ese modo nada tiene sentido, tampoco el derecho del pueblo judío a tener un territorio donde vivir. Y realmente, acotaría que a vos te molestan las hipótesis bien pensantes, el sentido común progresista, porque garpa y permite acceder a un prestigio simbólico inmerecido. Pero a mí me parece que tu sospecha permanente de la corrección política de izquierda puanesca también te garpa a su modo, y a Hanglin le garpa sacar chapa de conocedor de la zurda, de regreso de los '60. Que garpe o no garpe, no sé qué significa. En todo caso, me gustaría ver cómo hacés para sostener más de cinco minutos una reunión con representantes de los pueblos originarios, como vocero del Estado Nacional, esgrimiendo argumentos como los que planteás acá. No podrías, y lo mismo diría de las opiniones de Hanglin sobre el ERP-Montoneros y demás.

Diego dijo...

Charly,
Es que justamente el asunto es al revés de como vos lo planteás. La que está desubicada es la academia (que es algo que excede al nombre propio de cualquier profesor de Puán, es un cachito de “enciclopedia” hoy en día) y no el Estado de Israel, mucho menos la Declaración de los Derechos del Hombre que puso un corte tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Esa Declaración mejoró la Humanidad, sin lugar a dudas. Lo que pifia fiero (y ahí viene Hanglin a recordarlo) es la interpretación actual convertida en militancia absurda en donde hay más abogados que damnificados preocupados por la causa. La diferencia entre el Estado de Israel y otras comunidades que piden sus territorios hoy en día es una cuestión que a simple vista parece volátil pero que es fundamental, se trata del tiempo. Es fundamental que hayan sido los mismos que salieron de los campos de concentración aquellos que manifestaron su voluntad de establecerse en Medio Oriente, y esa mudanza haya sido con la Declaración de los Derechos del Hombre bajo el brazo. En ese presente el movimiento geográfico podía entenderse. Me dirás que el Estado de Israel es el primero en no cumplir con dicha Declaración, lo acepto, pero el tiempo es una categoría metafísica básica y en 1948 pensar esa mudanza era muy diferente a pensar la mudanza Mapuche hoy en día tras ciento y pico de años y siendo la principal usina de este modo de reivindicaciones los estudios poscoloniales de las academias occidentales. El lag es de tiempo y ese tiempo hace que ciertas cuestiones sean intraducibles. ¿Cómo pensaría un mapuche “no contaminado” por occidente hoy de modo tal que ese relato con el que occidente lo pretende reivindicar sea aceptable? Se le supone al mapuche un discurso crítico que es propio de occidente, y esto es lo que hace ruido. Que haya más militantes que pueblo.

Saludos

charly dijo...

Diego, entiendo tus buenas intenciones. Hacés una crítica muy exigente de las posiciones de la izquierda, el progresismo y el sentido común que lleva muchas personas a tomar partido por el universo de tópicos de los condenados de la tierra, oprimidos y proletarios del mundo, muchas veces evocados de maneras notablemente folklóricas y superficiales, como es de público conocimiento. De todas maneras, a veces me parece que es mejor el discurso más ranciamente correcto y obvio que la violencia desatada. Es preferible, por ejemplo, el discurso ramplón de la tolerancia y la diversidad que las estadísticas de empalamiento de mujeres en Ciudad Juárez. Es preferible la consciencia indie de los estudiantes de filosofía de los campus de California, que los reflejos machistas de los narcos cristianos mexicanos, o de la misoginia medio obscena de ciertos medios en Argentina para el caso.
Es medio irse por las ramas. Pero me parece que tus dardos envenados a la academia bienpensante argentina, y tu defensa de Hanglin te llevan a hacer exactamente lo mismo que vos les adjudicás. Es verdad, ciertos "estudios culturales" llevan a pensar a los mapuches, u otros pueblos originarios, de una manera simplista y absurda. Pero vos estás simplificando al extremo el papel de la academia y de las reivindicaciones del derecho de esos pueblos originarios. Me parece que conocés bastante poco el tema, la verdad. Y no lo digo porque yo lo maneje, pero me molesta realmente ese afán por menospreciar el laburo de críticos y activistas. Eso también garpa, pararse en el lugar de la crítica de la crítica, hacer el relato de los intelectuales progresistas y pasarse la vida contándoles las costillas. Supongo que en algún momento es necesario, no lo niego. Pero si no decís qué importancia tiene hacerlo en cada ocasión, se vuelve una especie de deporte, a ver quién le cuelga el cascabel al zurdo (?). Es, por ejemplo, lo que me resultaba incomprensible de la novela de Pola Oloixarac. No tanto sus ironías sobre Puán y el mundo de los estudiantes y profesores pseudo-intelectuales y de izquierda. Lo que me resultaba increíble es que mucha gente lo haya leído como una crítica feroz, al punto de que la hayan llegado a comparar con la crueldad de Sade. Realmente, me parece que como crítica o sarcasmo o parodia o lo que fuera, la novela era pura pólvora mojada. Supongo que hay cosas terribles para decir de la izquierda neurótica y melancólica de la academia y los medios argentinos, ok. Pero el hecho de que tanta gente haya salido a aplaudir un monton de chistes banales sobre una Facultad de Filosofía y Letras, es bastante sintomático de que eso también garpa, que de a poco podemos hacernos un nicho más en el shopping de los posicionamientos estético-ideológico-intelectuales de la cultura. En otro momento se hubiera dicho que era una actitud snob, pero la palabra me parece que perdió completamente el sentido ya.
En fin, a lo que iba es que la realidad es mucho más compleja que tu hipótesis de que "hay más militantes que pueblo", o que la consciencia histórico-política de los mapuches es una ficción de la teoría poscolonial. De nuevo, no creo que pudieras llevar adelante una charla con ningún actor implicado en esta trama de intereses y negociaciones si siguieras adelante con esos razonamientos. Y si no lo podés hacer, entonces, la pregunta sería para qué sirven tus razonamientos, dicho con todo respeto.

saludos

Diego dijo...

Charly,
Ante todo quiero aclarar que acá nadie toma vino de cartón; es decir, está más que claro que el lugar más común de la corrección política es mejor que Onganía. Eso lo di siempre por descontado. Lo que nosotros estamos discutiendo es una sutileza dentro del mundo en el que vivimos pero eso no implica que se trate de un deporte sino de –al menos de mi parte –de señalar espacios de poder que ocupan sillas y reciben sueldos así como lo hacen otros mucho más visibles. Tampoco digo que el poder en sí esté mal sino que al tratarse de poder vale discutirlo y eso es lo que estoy haciendo, no arrojando dardos. En todo caso quiero que la academia sea un poco distinta y no que vuelva a ser como hace 100 años. Me molesta que se viva de la moral, ya sean los curas, el PC, o los estudios poscoloniales. En todo caso, aquel que trate cuestiones éticas deberá implicarse de un modo tal que su juicio de valor no quede como el de un experto que opina. Ese lugar de sujeto no va más, eso es lo que se cayó y lo que cierta parte de la academia, aunque (pos)modernizando el objeto de estudio, no quiere largar. Saber-Poder-Conocer. Y después a lo mejor me los encuentro en un pub en Las Cañitas, nahhh
Lo que quiero es que para que les garpen en lugar de envestirse con cierto ropaje ya instituido, escriban algo nuevo. Como Pola, aunque a mí mucho no me gustó su novela y a lo mejor hablan tanto de la misma porque ella pone cara de chupa pijas en las entrevistas. Hay que largarse a dar vuelta el molino.
Hanglin por lo menos nos recuerda que la iglesia está funcionando aunque sin Cristo pero repitiendo rituales cansadores, y eso, si lo que te toca es escribir en un medio masivo, está bien, suma.
No entiendo bien a qué te referís con que no podría llevar una charla con algún actor implicado. ¿Qué estoy haciendo acá sino es dando una charla con el que quiera darla, a vos no te conozco? Asumo que es difícil salir a criticar ciertas cuestiones que de todos modos si uno no las critica tampoco son lo que peor nos hace en la vida, pero bueno.
Saludos

porque sí dijo...

diego, lo de la academia, es así como lo planteas, sin duda.
ahora, precisamente porque lo que dijiste está bien, no pongas como ejemplo a una mina como Paola Carachiolo (Pola). Da asco, especialmente que se piense inteligente. La típica chica Puan que cuando se dió cuenta que ni hacerse la hippie ni la alterna trotska rendía, simplemente buscó otro nicho.

Diego dijo...

Porque sí,

¡bueno, pobrecita! ¡Let she be!
Quiere ser feliz, quiere ser famosa, quiere ser cultural, quiere ser conocida, quiere ganar euros. Bueno, che. Desea. ¿Está mal desear? A lo sumo después de ver sus productos la criticamos.

charly dijo...

Diego, lo que quería decir es que tu idea de que las reivindicaciones mapuches están fogoneadas por la academia y sus elucubraciones poscoloniales está equivocada. Pero además, es en cierto modo una fantasía, porque se limita a hacer un juicio abstracto. No veo qué sentido tiene decir lo que decís, por la simple razón de que existen un montón de actores que ya participan de esa trama de debates y reclamos, desde comunidades aborígenes a funcionarios provinciales, investigadores, activistas y demás. Decir que la teoría poscolonial inventó el problema del conflicto de derechos entre el Estado y los pueblos originarios, es desconocer la historia. Me gustaría que trataras de documentar una discusión entre ese tipo de posiciones y, por ejemplo, una asamblea de mapuches que ocupan tierras en Neuquén. Te imagino hablándole a Evo Morales de Derrida.
Más que nada me molesta, y quizás me asombra un poco, las ganas que aparecen tantas veces de proyectar una especie de malestar sobre la "academia". Yo cursé toda la carrera de Letras, y lo único que me cansó fue escuchar el rumor medio flotante entre los estudiantes, que se parecía más bien a una queja de consorcio sobre lo aburrido de tal clase, o lo antiguo de tal programa, o lo ridículo de tal profesor. Por otra parte, debe ser un fenómeno viejo como la institución misma, y que llegó adquirir forma de novela mediante Pola.
El decano de Puán le respondió a Hanglin. Y eso solo justifica la existencia de la Facultad, porque habilita un lugar de autoridad para intervenir públicamente frente a una tergiversación tan burda de la historia como la que pretendía en su artículo. Y si hay lugar para impugnar el modo en que la "academia" responde, también me dan ganas de saber cuál sería esa otra respuesta superadora, qué tipo de discurso público sostendrías para hacer confluir en una misma mesa a eso actores que ya mencioné. A Hanglin es algo que no le importa en lo más mínimo, es un poco como Caparrós diciendo que los Kirchner son de derecha, pero que igual él es anarquista así que no tiene mucho más para decir sobre el Estado. Zizek hace unas críticas interesantes a las teorías poscoloniales y demás, pero termina reivindicando a Lenin, lo que al menos es un esbozo de programa. Bueno, me fui a cualquier parte, saludos

porque sí dijo...

charly, me parece que diego se refiere a cómo la academia categoriza y, más que nada por ineptitud, le imprime esas categorías a lo que pasa por afuera. la tendencia es que lo que la academia toca, se transforma en significante. la academia es lo opuesto a la historia, históricamente.
la teoría poscolonial no creo un conflicto de derechos, sin duda, tenés razón, pero lo moldeó a la medida de parámetros occidentales y lo transformó en un relato que nosotros podemos manejar.
yo también cursé y terminé esa carrera. siendo francos, es una carrera de donde a esta altura, se pueden sacar dos o tres buenos yeites que repetidos por un par de años resultan en una licenciatura sin tésis.
por otra parte, para responderle a cosas como las de Don Rolando está la política, que lo haya hecho un decano es anecdótico.
lo superador (si un tipo puede decir que es superador) quizás tenga que ver con una intervención real por parte de los sujetos de la academia en la coyuntura política del país. si no, van a seguir siendo parásitos del estado o futuros profesionales que se garantizan una proyección económica acorde a su origen de clase.
diego, respecto a los deseos: los deseos son una buena medida de un universo ético. y lo digo acordando con "Me molesta que se viva de la moral".
de pasada, qué produjo la Carachiolo. Una novela de mierda?
saludos.

charly dijo...

porque sí... enmpezamos hablando de Hanglin y yo termino defendiendo a Puán. La verdad que las críticas a la "academia" en general me parecen vagas. Hay un estilo medio difundido de relatar el paso por la Universidad pública, que tiende a mezclar el desencanto y la inconformidad, como si hubiera una urgencia por despegarse de algo con lo que ya no se comulga. Parecen todos viudas e hijas de la UBA, con una lista de facturas para pasarle a la mamá que no los satisfizo del todo.El decano de la Facultad hace una intervención pública para señalar que se está atribuyendo autoridad intelectual a sujetos como Hanglin que no la tienen para opinar en materias que sí le competen a Puán. No es anécdotico, aunque tampoco sea para salir a festejar. Pero no entiendo esa facilidad para menospreciar un ámbito al que vos, por ejemplo, le dedicaste tantos años. Me parece que se pelean con fantasmas: la academia, los estudios poscoloniales, los zurdos moralistas. Bueno, alguno hay, pero a lo mejor están pasándose de rosca y siguen atrincherados en una selva que ya no es la misma que hace unos años. saludos

Diego dijo...

Charly,

Justamente, porque ya hay un montón de actores que están en la disputa, en los debates y en los reclamos, y que toda esa “función discursiva” tiene eco en la academia, es que a mí me inquieta ese “orden total” sobre el tema con el que me toca convivir. Si fuese algo de los Mapuches que a Buenos Aires ni llegase, así como si la vitalidad del tema fuese algo estrictamente académico, yo no estaría opinando al respecto; tampoco lo hubiese hecho Hanglin en La Nación.
Que la conformación de los estados nacionales modernos entró en conflicto desde antes de su fundación (desde los virreinatos) con los pueblos indígenas, está fuera de discusión. Fue así. Había pueblos en América que no eran inferiores a nadie y los occidentales los masacraron. El tema es la forma que se le da a la cuestión en el siglo XXI. No me interesa discutir la región geográfica en la que históricamente se asentaron los mapuches, si fue más del lado chileno o más del lado argentino, eso no me interesa. Lo que me interesa es el planteo concreto que toma la cuestión indígena hoy, siendo lo primero que me encuentro la actitud militante ansiosa por suprimir el tiempo, es decir, para que se legitime su versión de la historia cuando han pasado siglos y eso es imposible por más lamentable que sea. Quieren que se los trate cuan víctimas que saben quiénes y cómo los han agredido y qué necesita como reparación. Es en esta construcción discursiva que la academia sale avalando con su firma; porque estamos en Occidente y los saberes se legitiman así como lo explicó Michel Foucault. Esto es Occidente contra Occidente. Hay un pedacito de Occidente que le reclama al Estado mirando por el hueco de su genealogía algo que yo creo que así como lo reclama no corresponde. En Neuquén viven hace generaciones personas de todo el mundo. Un tataranieto ocupando un pedazo de parque nacional es un absurdo. Ese tataranieto es más argentino que yo. Ese tataranieto, si no tiene para comer, tendrá que encarar su lucha desde otro lado, no desde esa identidad. Esa pretendida restitución ataca a la moral de todos los que hablamos español y vivimos en la Argentina y no salda nada con el pasado. Casi te diría que es una forma retórica que “usa” al pasado para fines presentes: Malestares con el Estado y que por medio de la legitimación que ha alcanzado el tema indígena en la historiografía de las últimas décadas, se arma un sándwich para salir a pegar. Todo queda en cierta clase media ilustrada. Aquello, tal como era, se perdió. Una forma de reivindicación podría ser enseñar lenguas aborígenes en los colegios. Sería una medida en un tono mucho más acorde con el tiempo transcurrido y con la madurez de una sociedad. Pero esto no les sirve, les parece “livianito”, necesitan quebrar aunque no salgan de Caballito, al menos así lo percibo yo. Y eso es violento e inútil. Trauma canalizado.
Evo Morales entendió perfectamente lo que tenía que hacer. El discurso de la reivindicación histórica le sirvió para juntar las voluntades de aquellos que habían vivido en una situación social postergada. La condición racial en Bolivia estaba casi correlacionada con la condición social. Era lógico que Morales llegase a gobernar dentro de un sistema democrático.

porque sí dijo...

charly, mi problemas con puan no tienen que ver con la unviersidad pública y mucho menos con mi madre.
lo que si te puedo decir y quizás hayas notado es que en este momento puan es bastante más inservible (en términos sociales, productivos) de lo que era hace 100 o 20 años. ya ni siquiera forma cuadros, porque, su alumnado actual (de carozo bastante conservador) no tiene nivel intelectual (si consideramos que lo que importa a la hora de cranear una idea es bastante más que un rosario de citas)
puan (hablo de lo que conozco, es responsabilidad, no saña, eh) de momento, si tenés en cuenta que se trabaja ad honorem desde hace años (muchos más de los que puede resistir hasta la mejor voluntad militante) y que un seminario de licenciatura se dicta a las 3 de la tarde, es un espacio que, de hecho, es tan restrictivo como en sus comienzos cuando se trataba de profesiones del espíritu que no producían renta (que obviamente no era necesitada por los hijos de la elite, como ahora muchos no necesitan paga en las ayudantías ni horarios que les permitan tener un laburo de tiempo completo)
puan es un raro ejemplo, y esto muy a favor del decano, de cómo las autoridades de un institución pueden estar más a la izquierda que el grueso de la base.

charly dijo...
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charly dijo...
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(se me publicó tres veces)

Diego, de nuevo, con todo respeto, no entiendo a qué te referís con un "orden total" con el que te verías obligado a lidiar, como si existiese una suma de opiniones sólidamente establecidas, y jerarquizadas, que te obligarían a ponerte en un estado de alerta o sospecha crítica. A eso me refería con fantasmas, a la idea de que la academia es una entidad discursiva a la que se le puede responder como si le hablaras a un vocero que la representa en su totalidad. Cuando vos decís academia pareciera que podés abarcar con ese término no solo a toda la institución, sino también a la suma de posicionamientos progres, bienpensantes y solidarios superficialmente con la causa de los pueblos originarios. Como si la academia, en este caso, fuese una especie de think tank de ideólogos de la militancia de sahumerio, morral y Manu Chao, de mochileros en viaje iniciático a Purmamarca. Bueno, no es así. No tengo por qué decírtelo yo, que casualmente conozco algunas personas que trabajan en temas vinculados, pero un historiador-antropólogo de la Facultad que se interesa por la historia de los pueblos originarios de la Argentina está sometido a toda una serie de alternativas y dificultades que hacen difícil que lo puedas circunscribir en un posicionamiento como ese. Los conflictos surgen con el Estado, los funcionarios de Cultura, los delegados de las comunidades aborígenes, el presupuesto, etc. Si tu idea es que los investigadores del Conicet militan en el frente de las agrupaciones aborígenes, o les dan letra para sus reclamos, me parece de nuevo que te equivocás. A su manera un "académico" está tan involucrado en esta trama de tensiones y disputas como el funcionario del Estado y los representantes aborígenes, y como mínimo podrías concederle eso, que participa de un conflicto que permanece irresuelto. Vos querés imaginarlo como un juez autorizado por el poder universitario para sancionar una verdad histórica. Bueno, allá vos, pero yo no lo veo. La respuesta del Decano cita jurisprudencia constitucional, y se limita a señañar la existencia de investigaciones que desmienten los inventos de Hanglin sobre la historia mapuche. No veo cuál es el gesto autoritario o condescendiente o moralista. Tampoco veo que se pretenda dar por resuelto el problema territorial, simplemente se señala que es más complejo de lo que pretende La Nación.
Me parece bien que tengas una idea formada de qué tipo de reclamos deberían formular los descendientes mapuches al Estado nacional. Yo no sé cuáles serían los mejores, pero tampoco veo que haya un consenso tan aplastante al respecto como para escandalizarse, como si viviéramos a las puertas de una hegemonía articulada en torno a la cuestión aborígen. Más bien veo una sociedad deconectada del problema y grupos que adoptan posiciones de máxima para negociar, como cualquier otro grupo social. En el medio, "académicos" que hacen lo que pueden, como todos. Y si hay una sola manera en que todos estos actores están re-escribiendo la historia de la Nación, no me enteré.
En resumen, y contestándole también a porque sí, me parece que hablar de los profesores de Puán como si fueran forjadores de un orden discursivo es medio cualquiera. saludos

Diego dijo...

Charly,
Lo que quise graficar con “orden total” es el conjunto de actores, discursos e instancias institucionales que entran en juego en torno a determinada temática. No significa que sea un vector unificador que no admite discrepancia alguna, pero sí algo así como una función discursiva, es decir, una forma de ver el mundo y de operar sobre él. Pongo un ejemplo con el que creo que va a quedar más claro. Las políticas económicas que se aplican en los países no están para nada desvinculadas de lo que la academia pregona, del “estado del arte” de la ciencia económica en ese momento de la historia. En literatura se hablaría de canon literario. El canon literario (Aira, Saer, Chejfec, Carrera, etc.), con las diferencias que tienen entre sí, conforman un universo identificable, sobre todo si se lo compara con el canon literario que existía en otra época. Hay una exterioridad. Sí, Aira es muy distinto a Saer, pero Abelardo Castillo ya es otra cosa, vomitan en Puán. Y las jóvenes camadas de escritores y de poetas tienen mucho contacto con el canon de Puán. El vínculo es muy fuerte, creo que hoy en día más que antaño. Con las ciencias sociales pasa lo mismo. Mercedes Marcó de Pont viene de la UBA, del Plan Fénix, que sería de lo más “a la izquierda”, lo más estatista que la economía actual tolera, y no sólo por la cuestión de “la presión de los poderes fácticos” sino ya hay un mundo con el que el economista en funciones ejecutivas tiene que lidiar. Tiene que hacer crecer al mercado, no suprimirlo, te digo eso como el ejemplo más contundente de que no hay mundo para que asuma un economista marxista, que los hay en la academia, y que incluso se ponen corbata y cambian el discurso cuando ven que su techo es aquel. La medicina, la psicología lo mismo. Si mañana te despertás medio loquito, lo más probable es que termines frente a un lacaniano contándole tu vida. No depende de lo que vos quieras. La academia es lacaniana y ha formado todo un universo discursivo que ocupa un lugar de poder en esta sociedad. Te tendrías que tratar con uno de ellos por más que vos quieras estar frente a un profesional que trabaje con un método positivista.
Bueno, siguiendo esa línea de pensamiento no creo que sean casualidad el reclamo mapuche, tampoco la forma que en éste caso el mismo toma (ocupar una parte de un parque nacional) ni la defensa que Trinchero sale a hacer frente a la nota de Hanglin. Fijate que se pasa directamente de discutir la verdad histórica acerca de la región que ocuparon los mapuches a el derecho que hoy tienen los descendientes de aquellos que fueron desplazados de sus tierras. Es más, Trinchero no quiere discutir, se limita a enunciar el derecho que tienen los mapuches hoy. Y lo hace chapeando con la institucionalidad del saber sobre la materia que él preside: La verdad ya se decidió en el laboratorio. Una llamada a la autoridad fea que para colmo se usa para darle rienda suelta a esa vocación por horadar al Estado argentino. Esa forma de articular poder que no puede ver nada a futuro sino que se envalentona en la razón genealógica que encuentra en el pasado.
A lo que voy es que esa confluencia no es casualidad. A alguien le sirve que esa forma de articular el derecho a través del tiempo sea legal. ¿Qué historiografía se reforzaría? ¿Qué jurisprudencia crearía? Mucho se juega en Caballito.
Saludos

charly dijo...

Diego, yo soy mucho más escéptico, aunque esa frase me gusta porque me hace acordar a Pynchon, "mucho se juega en Caballito". Nunca entendí esa pasión por cuestionar el Cánon literario, sobre todo porque no conocí a nadie en mi vida a quien que me haya parecido que el Cánon había influenciado de una manera u otra. De hecho, conozco muy pocos de los que podría decir que lo leyeron entero, o en gran parte, y me refiero tanto adentro como afuera de Puán. O sea, entiendería que hubiese algo intrínseco a la idea de una Facultad que te pudiera parece repudiable. No sé, una idea ultra-anarquista sobre la necesidad de un conocimiento plenamente horizontal, distribuido, accesible sin mediaciones, etc. Y ahora que lo pienso, hay grupos en Puán que escriben panfletos con consignas como esa, y se pasan la vida enfrentándose teóricamente con la figura de autoridad de los profesores y decanos. Pero descartada esa posición, y si le reconocemos a una Institución su derecho a existir (sea Puán, o la Escuela Psicoanalítica X y demás), entonces también se le puede aceptar un margen de movimiento en el cuál adoptará posiciones y discursos diversos, más o menos ajustados a un ideal de ética y rigor intelectual. No sé, me imagino mil escenarios distintos y en este en particular, el de la carta de Trinchero, prefiero que exista una voz autorizada, una más entre otras, para responderle a La Nación. La legitimidad absoluta de una actor cualquiera de la sociedad se perdió hace siglos, y quizás no existió nunca. A casi nadie le importa lo que piensan en Puán sobre los mapuches o la nueva poesía argentina. A veces, da la sensación que ni siquiera hay repercusiones en la misma Facultad. Tal vez en los suplementos literarios, pero a casi nadie le importa lo que dicen los suplementos. En la carrera me la pasé discutiendo con compañeros que pensaban que lo más importante que había para hacer era "reformular el plan de estudios". Hace veinticinco años que se vienen armando mesas debates sobre el problema del plan de estudios de la carrera de Letras, y van pasando los estudiantes y lo único que queda, inamovible, es ese malestar medio indefinido expresado en algunos volantes. Después te enterás de lo que estudian en otras facultades del país y del mundo, y te sentís con suerte, leíste a Foucault cinco años, cuando en otros lados es una nota al pie inhallable. Pero volviendo al tema del abuso de poder discursivo de Trinchero y compañía, yo no lo veo. Veo a un decano aportando una línea más a un canal saturado de ruido. Si quieren seguir analizando en qué medida esto es perjudicial para el fluir discursivo de la sociedad, por mí no hay problema. Más que nada quería decir que me asombra esa vocación, pero también me sorprende esa facilidad para declarar públicamente que dedicaste años de tu vida a estudiar una carrera mediocre, como porque sí. Puán y la academia están sobreinterpretadas. Y me hago cargo, porque fogoneé esta serie de comments. saludos

Unknown dijo...

Puán te da las dos vías: hacer un libro sobre el discurso de la clase media argentina en el siglo XX, o hacer un libro sobre el discurso de rolando hanglin salpicado de referencias a sandro, moria casán, la nelly de clarín o la pola de quien sea. Mando un abrazo a Carlos que es conciente de que la opción A siempre tuvo sus promotores (y aunque no los tuviera...). el desencanto era lo que te proponían de entrada, no?, en la primera materia, la teoría. pero no era para linkear con el desencanto como la música de tu vida, me parece.

charly dijo...

hola Cristian, gracias y bueno, para seguir disintiendo, la de Panesi fue la mejor materia de la carrera para mí, pero no hay por qué coincidir, saludo!