viernes, febrero 26, 2010

¿Dónde ponerlo?

Los políticos de la prosa institucionalista parecen hablar de un mundo que fue, un mundo que existió, una comunidad primitiva del bien común donde el centro tribal eran esos “tres o cuatro temas” que no se discuten. ¿Cuáles son esos tres o cuatro temas que no se discuten? ¿Son tres o son cuatro? ¿La pobreza, por ejemplo? La pobreza claro que fue un tema indiscutible alguna vez. El problema no es discutir la pobreza sino discutir los instrumentos para paliar la vida de los pobres, que son los que representan en la tierra a la Diosa Pobreza. Terragno o Duhalde, son el recurso engolado de reponer una agenda que alguien pateó del tablero. ¿Cuál era la agenda previa a 2003? Está claro que los dos pueden mostrar sus pergaminos por haber discutido la convertibilidad en algún momento en que un dólar valía un peso, pero el problema de los que “piden agenda” es el problema de los que no quieren la agenda real, y ponen en escena la ideal, la que parece que ya negociaron todos. Y uno podría decir: ¿por qué entonces no ganan tiempo y cierran todos los acuerdos? ¿Por qué no nos dicen, por ejemplo, el punto exacto de retenciones que dejaría contentos a todos y se sientan a esperar la caída? El problema es que son concientes del peso y el costo de quitar de escena a los defensores de la agenda real. Que ya no es exactamente el kirchnerismo, ni los kirchneristas puros. Porque… ¿cuál es el peso político de Kunkel? ¿Cuáles son sus leprosos, como diría la Madre Teresa? ¿Cuáles son las bases que amenazan desbordar a D’Elía? El problema está en la posible capacidad de reacción de los beneficiarios del modelo, y en uno de esos nudos, el sindical. Porque la división de aguas kirchneristas y peronistas pasa por allí: por la división entre consumidores y productores de poder. (Muchos de los más fervorosos kirchneristas son consumidores de poder.) Lo que Luisito no puede confesar es que el costo de ser kirchnerista es haber abandonado la construcción de esas bases desbordantes. Y haber dejado un telón de fondo virtual (la FTV) cuyo capital político se concentra en el poder de fuego mediático de ese animal político que es, y que concentra su construcción en los mismos 5 minutos de televisión que el propio Chacho. Porque también Luis optó por eso mas que por las siete horas de plenario. A esta altura del partido, y con lo que uno lo quiere y lo ha leído, D'Elía es un hombre de clase media con acento de barrio. Quiero decir: el problema no son los kirchneristas, el problema es el carácter que fue tomando a través del kirchnerismo la estructura histórica del peronismo (¿dónde está la fuga de peronistas a los brazos de la disidencia?). Vengo de Haití y estoy en éxtasis, y si Haití es un descenso a la prehistoria, en una escala –y la comparación me condena- la política argentina que se ofrece como alternativa también es un viaje al pasado. ¿Exactamente en qué retroceso democrático y social se halla el punto medio de las instituciones? Un viejo leit motiv del Limón decía: "las instituciones en su inercia no nos llevan al paraíso". Los nombres de estos días lo dicen todo. El punto en que por estas horas está parado Menem es un punto exacto de coagulación de la política argentina: la dependencia opositora sobre Menem necesariamente habla de la calidad de la política argentina, pero sobre todo de la consistencia de aquellos que se amparan en la prosa institucionalista, de la verdad de su milanesa. Lo que Carrió no pudo decir es que ayer fracasó un nuevo pacto suyo con el Diablo, sobre todo ella, que vive de la denuncia de pactos, pero que está condenada al fracaso de sus pactos, no a la potencia de su intransigencia. Y Menem sigue ahí, y eso habla de una cultura que no construye su Consejo de Ancianos, que no blinda el aura personal de los ex presidentes (aunque hayan sido corruptos, fiesteros, vendepatrias). Nadie sabe dónde poner a Menem, y en algún punto, más allá o más acá de la conversación permanente del Fernández que nos queda, el kirchnerismo tiene resuelto el lugar de Menem: el pasado. Y lo que la oposición no sabe es dónde quedan los años 90: si adelante o atrás. Y ese error, aunque no necesariamente se debiera adscribir a una demonización ni a un lugar común, de no saber dónde poner a los años 90 ni a Menem, es el punto por el que se fuga todo el olor a futuro que prometen tener. Menem es esa vieja modernidad herida. Menem es el souvenir argentino de la globalización, de cuando giramos en la burbuja por el mundo y medíamos como un dólar, de cuando la estabilidad económica provisoria hizo estable la democracia para siempre. Y Menem actuó vengándose de los que dudan, de los que ya no lo llaman y que lo cuentan como a uno más. Menem se vengó de esa oposición que le debe todo: y que cada vez dibuja más su paraíso con la forma de la Argentina real de cuando él gobernó. Con todos los trazos gruesos y los errores comunicacionales el kirchnerismo sigue siendo mas el futuro que los otros, porque sabe dónde poner el pasado: atrás.

17 comentarios:

Diego dijo...

Está bueno lo que decís, el tema, me parece, es que al gobierno le sirve (seguro le sirvió el miércoles pasado) que Menem esté libre, sin ninguna condena más que la vergüenza que da sacarse una foto con él; Menem ciudadano le sirvió al gobierno. De este modo el kirchnerismo no cumple con lo que la plaza pedía cuando se legitimó que De la Rúa se fuera antes de tiempo: No se fueron todos, Menem no está preso. Ganó peso la historiografía que puede leerse en artepolítica.com (por ejemplo) en donde el menemismo es interpretación argenta del capitalismo de fines del siglo XX, y entonces la factura pesada hay que pasarla allá.... A ese fondo de las cosas.....

La cadena sigue suelta....



Saludos

José Barrita de Bandoneón dijo...

Simplemente una bomba...

Felicitaciones

El Conurbano dijo...

Brillante Martín.
Entre los opositores de izquierda y centroizquierda, la mejor prueba de lo que decís, son aquellos idiotas útiles que interpretan al kirchnerismo es la etapa superior del menemismo.

abrazo

guille dijo...

Y cuando llegue mendez,el miercoles,al senado,con su nombramiento en 10 comisiones de las que no participara jamas nosotros,los kirchneristas, seguiremos viendo el pasado enterrado mientras el grupo A tratara de escabullir la foto.
Es la politica.
Muy elocuente tu post.
Saludos.

Clandestina dijo...

Una aplanadora, Martín. ¡¿Cómo van a darse por enterados -propios y ajenos- de q ese pasado está muerto y enterrado si trabajan y traccionan para q se quede como entonces y no perder privilegios junto a los amos a quienes sirven y les pagan?!

Saludos

ignacio dijo...

Muy de acuerdo, la circunstancia de la rata entregadora como sumo sacerdote reglando la suerte política de este chanchullo opositor tiene hasta una potencia poética dark. Pone en blanco sobre negro el contraste entre la voluntad autodeterminadora del gobierno y el servilismo corporativo del rejunte anti-k. Me imagino que eso cuesta, semejante miserabilidad no les sera gratis a nivel de la batalla de sentido. Tanto lo saben que se los ve desesperarse tratando de (re)torcer esa obvia interpretación por todos los medios.
El daño esta hecho, que la mamen!.

Cresto dijo...

Lo que decís es perfecto... pero ¿no se podría pensar de otra manera? ¿No puede ser que en realidad hay como una "lección" al kirchnerismo por parte del peronismo?

A ver: qué en lugar de andar buscando aliados por todos lados (léase Cobos, radikales, etc.), vaya a buscarlos "adentro".

(no es que lo haya inventado yo... me lo han dicho ciertos sindicalistas no por eso menos kirchneristas ellos)

En fin: que no hay que pelearse porque al final todo queda en familia... algo así me han dicho.

Saludos, Martín!

Emi dijo...

excelente, buenisimo , te felicito , gracias por ayudarnos a pensar.

.. dijo...

Excelente post! hacés pensar che...

Anónimo dijo...

una pintura de alta factura eh.

Mario Arteca dijo...

Claro, Martín. Nunca el pasado estuvo puesto tan atrás. Y el futuro ¿está siempre muy adelante? ¿Y cuál es el futuro? Es increíble cómo el discurso opositor pone el futuro en "la defensa de las instituciones", como si la mención de la salvaguarda democrática fuera un salvoconducto hacia la modernidad. A veces pienso que la versión de la modernidad que nos tocó (Menem) fue tan desquiciada que nos quedamos con la cáscara del modelo. ¿Habrá otra manera de pensar ese futuro que no incluya una nueva versión de la modernidad menemista? Un abrazo.

Mario Arteca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Miguel Angel Pichetto (citado de BS AS Económico del día miércoles): "No descarto que (durante la sesión preparatoria que tendrá lugar hoy) se lleven una sorpresa. La oposición no tiene los 37 votos"

Fede Vazquez dijo...

Temendo el post. Sin Menem en la escena (no creo que se venga un protagonismo riojano)la oposición, así sea en cuenta gotas y oblicuamente tendrá que empezar a dar su veredicto sobre la economía. Sobre ésta economía, que necesariamente es un balance de la anterior. Eso siempre cuando el kirchnerismo no siga enredado por cortinas de humo que ayudan a todos menos a él mismo.
Abrazo

guille dijo...

"La oposición no tiene los 37" votos necesarios para imponerse sobre el oficialismo, aseguró el senador rionegrino en declaraciones a Télam, y argumentó que "la prueba de ello es que no presentaron ninguna acta", sino que simplemente se "cohesionan a través de la presión de los medios".

Estas fueron las palabras de pichetto

Anónimo dijo...

siempre en el final uno sabe dónde colocar sus problemas

Osvaldo Rodríguez dijo...

A la hora de la verdad las máscaras de institucionalidad y consenso caen y dejan a la luz crueles rostros de oposición por la oposición misma. Lo que los une no es el horror por los errores sino el desprecio por los aciertos.