jueves, julio 30, 2009

Voy a cortar la hiedra que la envuelve...


El otro día vi uno de los momentos mas morbosos de la televisión: cuando Tenembaum entrevista a Jorge Rivas en su casa. Fue tremendo, emotivo sí, pero hubo como un abuso de prosa lanatiana para mostrar quizás la última imagen del último kirchnerista virgen: ese gran cuadro socialista. Lo morboso no fue la entrevista en sí, sino el prólogo y el epílogo, con los acompañantes terapéuticos y todo eso, era un golpe bajo constante (apunto otra cosa: viéndolos en cámara muchos gestos hacen suponer que la relación T y Z no debe estar en su mejor momento). Jorge Rivas puede hablar. Sólo que lo hace con una voz metalizada a partir de un mecanismo complejo diseñado por un ingeniero amigo. La pregunta mas importante fue acerca de las razones por las que sigue siendo kirchnerista. La respuesta corta, metálica y contundente fue: por sus enemigos. Qué habrá sentido Tenembaum en ese momento es un misterio, pero sonrió todavía impactado por el mecanismo del habla.

14 comentarios:

Edukadores dijo...

Es lo que pasa no sólo con irchner.
Son Perón,Fidel o Chávez pasa lo mismo.
SU máxima fortaleza está en los enemigos que tienen

guille dijo...

Martin ,sabes la patada que se ligo ese gato.

Esteban dijo...

Esa frase definió creo que el pensamiento de todos, fue demoledora.
No se que habrá sentido Tenembaun, pero estoy seguro que sabe de lo que le hablan.

Diego dijo...

Igual, es como la última respuesta que se puede dar a favor de alguien. La respuesta por la negativa del opuesto que a su vez dibuja el cuadro en esa dialéctica que de por sí es un logro para el gobierno, para sus chances en el futuro, digo.

Anónimo dijo...

Lo que Diego?

Anónimo dijo...

Compañero Martín:
Comíamos una tarta, con un camarada k, y me decía algo muy parecido sobre la nota a Rivas: "Estos pelotudos creen que nosotros no podemos sacar conclusiones propias, porque tanta intro, cambiá nomás".
La miramos completa, Rivas es muy lúcido y está de este lado.
Abrazo Peronista - Cookista.
Desde Chaco.

Martín dijo...

Diego: yo algo entendí, hijo de puta, pero ponela mas accesible. Un abrazo

Diego dijo...

Es la claridad que me sale, I'm sorry. Ahí va de nuevo.
La onda es que el enunciado que Rivas usa para defender al gobierno no incluye nada "directamente" a favor de dicho gobierno. Defiende al gobierno por lo que en tiempo presente ese gobierno no es y que a su vez está amenazando a eso que sí es el gobierno.
El gobierno está vacío pero rodeado de enemigos que son malos, entonces defendemos al vacío, a la neutralidad, a eso que no se le pueden añadir cualidades sino ser el límite a aquella maldad que lo rodea.
Esta apología divide necesariamente al panorama político en dos. El gobierno -todo gobierno -es una sola cosa y dadas las circunstancias la oposición aparece como una sola cosa. Entonces, desde el apoyo al oficialismo se dibuja una escena: Se acepta la derrota electoral, que es decir que se reconoce la falta de virtudes necesarias como para que los ciudadanos elijan esa boleta entre todas las que había en el cuarto oscuro; se acepta que "dado ese juego" era lógico que no se ganase. Pero esa lectura convive con la otra, con la que unifica a una oposición que no se puede poner de acuerdo ni siquiera en si corresponde ir o no a una reunión. La exégesis que hay ahí atrás es la que abreva en ciertas lecturas que entienden al conflicto como inevitable, inherente a la sociedad y que en el caso de la Argentina le ponen nombre, apellido y anécdotas al recorrido de los últimos dos siglos. O sea, esto implica un apertrechamiento ideológico, que es lo mismo que un abandono considerable del pragmatismo, abandono que puede leerse como que ya no se va a contar con los votos que acarreaba la bonanza económica ni tampoco con sectores que acepten hacer voto de silencio a cambio de que les respete el control territorial que ya venían teniendo dejando que el discurso oficial los recubra mientras ellos un tanto esquizofrénicos trataban de cuidar lo suyo. Esto es que empezaron a aparecer los llamados "traidores", desde Cobos a algunos intendentes pasando por los gordos de la CGT. ¿Traidores a qué? Al discurso, ese que es anterior, pero que todavía, por ahora, sigue atado al apellido Kirchner. Traicionaron en apoyo pragmático pero se los juzga en el tribunal moral, político de fondo. Todavía el gobierno tiene este poder, el de decir “traidor” al que se va.
Se trata de un discurso que Rivas no quiere pegarlo en la pantalla que le diseño su amigo ingeniero, sino que prefiere apoyarlo por la negativa. Siempre se es menos afirmativo de ese modo, por más que las aguas estén divididas en dos.
Si pensamos que esa respuesta fue de Rivas todo se complica un poco más. ¿Rivas piensa que Binner es igual que Macri? Impresionante. No puedo dejar de conjeturar que en esa frase de apoyo al gobierno entra también la cuestión personal. Rivas es un ejemplo, porque esto vale para muchos otros que como él se sintieron justificados en ese apoyo. Digo lo personal no como debilidad sino como cuestión a ser pensada en éste contexto.

Saludos

Martín dijo...

Leí lo primero y pensé: los enemigos se acumulan por algo mas que "por no ser", Diego. Hay acciones, quizás pasadas, quizás incompletas, que tal vez quedaron en el gesto, y que hicieron que el gobierno se transforme en eso: en un enemigo. La palabra democrática hubiese sido "adversarios". Sino sería como un odio racial, odian al gobierno porque tiene piel blanca o negra.

Anónimo dijo...

Los adversarios muchas veces te definen, no adhiero a esa idea de que definir a partir de los enemigos es desmerecer.

La definición de Rivas fué inteligentísima, mas para un tipo que tiene dificultades para expresarse y que hubiera tenido que estar 10 horas explicando por que suscribe al kirchnerismo. En cambio, fué rotundo, dijo: "los enemigos". Dos palabritas y muchas cosas. Porque "los enemigos" no dice necesariamente "somos lo menos malo", o sí, que se yo, pero también puede leerse como "somos lo bueno".

Muchas veces se recurre, para describir la grandeza de Evita, a la frase cruel y cobarde de un arrebatado: "Viva el cáncer". Esa frase no puede definir a Evita por si misma, pero si define el odio que generó en otros, el odio que los llevó a escribir esa atrocidad. La frase se traduce además en la cobardía del que la escribió, en la incapacidad para escribirla antes de la muerte de Eva por temor, como los tipos que -dice el mito- se impresionaban ante los ojos abiertos del Che y se preguntaban si estaría muerto definitivamente.

Entonces el otro, cruel, cobarde, arrebatado de odio, describe muy bien al que se le enfrentaba por oposición a eso. La oposición conmemora a Martinez de Hoz, el gobierno descuelga el cuadro de Videla. Biolcatti es un golpísta, Kirchner es un demócrata. Carrió es una paracaidista, Cristina es una política de raza. De Narváez es un millonario que juega a ser político, Anibal Fernandez un cuadro político. La oposición describe al kirchnerismo, Rivas se pasó.

Anónimo dijo...

muchachos dejense de joder... qué cuadro socialista ni cuadro socialista... este gobierno tiene más cuadros de la UcéDé que Menem... por favor!!!

Diego dijo...

Pani, tenés razón cuando decís que se llega a odiar (o a amar) a un gobierno por lo que éste hizo. Pero fijate que la pregunta que le hacen a Rivas involucra a la temporalidad de una manera fundamental: "¿por qué seguís siendo kirchnerista?" Es una pregunta por el ahora que toma en cuenta lo bueno que hizo el gobierno en el pasado casi como una memoria en común. El tema es el ahora, y a esa pregunta Rivas la responde por la negativa, armando un enemigo único para el gobierno que trasciende las identidades partidarias e ideológicas.
A lo iba es que el gobierno se está atrincherando en una suerte de dialéctica buenos contra malos, en donde lo que hay que evitar es que ganen los malos y en donde los buenos son buenos (en este presente continuo en el que se sigue siendo) porque se combate a los malos. Está el riesgo de que crean que con no bajar las retenciones alcanza para ser progresista.

Saludos

gaga dijo...

este gobierno ya perdió bastante por dicotomizar al pedo.

negocia con cuestiones inegociables y no negocia con pelotudeces como la 125.

porque sí dijo...

si, gaga. la 125 es una pelotudez total. a quién demonios le importa qué pasa con la mayor renta que se genera en el país?