lunes, agosto 30, 2010

Sincretismos

Vía los compañeros del Sur llego a este tremendo discurso de Rafael Correa. Conocí de refilón la realidad ecuatoriana previa a Correa y entre eso y alguna cosa leída se me hizo la idea de un país con fuertes dificultades para hallar un orden más o menos estable, y que eso se debía también -en parte- a la existencia condicionante de los grupos indígenas en un país mestizo, quienes son capaces (como lo es en la Argentina la Confederación General del Trabajo) de acordar gobernabilidad y estabilidad pero no de poner un presidente propio, o de ser hegemónicos. Este discurso descarnado pone en evidencia las contradicciones de gobiernos populares. Sólo el discurso indigenista "condimenta" y "legitima" (como su apelación en el debate de la ley de medios) en una realidad como la nuestra: donde se trata de testimonios marginales por los que tampoco se hizo ni se hace mucho. Acá, en Ecuador, el tema "indígena" es un punto ciego para un gobierno popular.

“El secuestro, la tortura son malos, pero si se lo hace en nombre de la justicia indígena, mágicamente se transforman en legítimos, y todo en medio de un sincretismo que llena de tristeza, donde acogen como ancestral las mismas prácticas que utilizaron los patrones para torturarlos. Negociar con las transnacionales, es malo, pero aceptar dinero y consignas de ONG’s financiadas probablemente por esas mismas transnacionales, fundaciones que muchas veces buscan imponernos cosas que nunca lograron en sus propios países mientras intentan evitar que utilicemos nuestros recursos para salir de la pobreza, eso sí es legítimo.”

“El separatismo, disfrazado de ilegítimas e ilegales autonomías, antes era patrimonio de la derecha más recalcitrante de la provincia del Guayas. Hoy, son grupos supuestamente de izquierda, y muchas veces autodenominados ecologistas e indigenistas, que quieren prácticamente independizar a la región amazónica del resto del país, y apropiarse de los recursos naturales que en ella existen, exacerbando los regionalismos y localismos. ¿Habrán entendido que posturas muy similares constituyen la principal oposición y peligro para el gobierno de Evo Morales, verdaderamente izquierdista, ecologista e indigenista?”

25 comentarios:

Quintín dijo...

Un tema apasionante. Parece que el compañero Correa les quiere aplicar a los compañeros indígenas las viejas recetas del materialismo histórico, que consideran que el modo de producción y organización científico y socialista es superior al de esas tribus primitivas y crueles como dicen Lenin, Mariátegu, Gramsci y quien corresponda.

Al respecto, es muy interesante un documental que se dio en el Bafici 2009 y en el Malba hace poco, llamado SOY HUAO, en el que se veía como tribus realmente arcaicas de Ecuador, que no tuvieron contacto con los blancos hasta hace 50 años, son paulatinamente domesticados por maestros, líderes políticos, curas y ONG varias. La utilización de la escritura, en particular, marca la transición de una vida silvestre y
a una existencia rígida que recuerda a la de un reformatorio al aire libre.

La película no tiene diálogos en castellano ni baja línea de ninguna especie, pero es muy interesante como referencia del problema y de sus insondables profundidades, que exceden largamente ese marxismo de manual del discurso de Correa.

El resto del discurso, de todos modos, es mucho peor, cuando empieza a hablar de los medios y la democracia, donde muestra su vocación de joder a la gente en gran escala.

Martín dijo...

El problema no es nuevo para el gobierno. El año pasado ya hubo en relación a la minería, la soberanía alimentaria y el agua, en octubre, una crisis que mostró cierta impaciencia de Correa para aceptar condiciones de sus aliados indios. Lo interesante es el modo en que pone a prueba, en el discurso, la existencia misma de un Estado centralizado. Y Correa denuncia a las ONG's y a todos los que actúan bajo un manto relativista. Cuando dice: "se nos convenció de que ser pobre es ser bueno", apunta a esos curitas de base que tienen un "mérito territorial", porque siempre ése es el mérito de la Iglesia, "estar ahí", pero que es una contradicción con un proyecto progresista que desde el Estado tiene la violencia lógica de quien piensa un destino distinto para los pobres. La pregunta es complicada: ¿qué se es antes "pobre" o "indio"?

pablo dijo...

Lévi-Strauss pero sobre todo Pierre Clastres escribieron mucho sobre esta cuestión. Clastres escribió un libro, "Antropología política", que estudia la economía de subsistencia de los guaraníes por oposición a la economía de acumulación de los jesuitas. Pero también dice que esa economía produce un efecto de igualdad que es imaginario: anulando la economía como economía política, lo que jamás desaparece en cualquier comunidad es el poder, las jerarquías y el imperativo de reconocimiento. Y lo prueba con una serie de ejemplos. El marxismo a la Marta Harnecker arruinó (y sigue arruinando)muchas cabezas. El planteo de paniagua creo que también apunta a que observemos qué pasa en la Argentina: la banalización de los rituales indígenas locales no augura nada bueno al respecto, con la diferencia que este país no tiene la concentración de aborígenes, mezclados o como sea, que supongo hay en Ecuador. Y aunque se diga que es imprescindible salvar las tradiciones, algunos dicen que la circulación del capital las arrasa o las convierte en baratijas turísticas.

Anónimo dijo...

Tengo entendido que en Ecuador y Perú, ser mestizo es algo más cultural que biológico, que es dejar de tener la cultura y civilización del indio, no necesariamente tener ancestros españoles.

El ex presidente de Peru, Alejandro Toledo,(liberal y de derecha, como todos los presidentes de Perú desde Fujimori) es el octavo hijo de una familia de campesinos pobres que tuvo dieciséis hijos (solo sobrevivieron nueve)

Su aspecto es indígina

http://www.google.com.ar/images?hl=es&q=alejandro%20toledo&um=1&ie=UTF-8&source=og&sa=N&tab=wi&biw=1024&bih=581

Se ve que es muy inteligente porque desde su orígen campesino humilde (fue lustrabotas en su juventud) logro obtener un master en Economía de Standford

Estoy seguro de que si hubiera permanecido pobre, se lo vería como indio.

Es imposible ser indígina y rico y educado, porque si sos indígena, rico y educado, se te deja de ver como indígena.


Nuestro racismo hispanoamericano es muy distinto al de los yankees.

El Lurker

Quintín dijo...

Clastres, sin embargo, afirmaba que es posible una comunidad sin poder. Algunas de sus investigaciones con las tribus primitivas apuntaban en ese sentido.

De todos modos, es un problema jodido de verdad, donde todas las soluciones propuestas son insatisfactorias y siempre pierden los mismos.

Categorías como el federalismo, la organización política, la igualdad, el prgresismo o la educación entran en crisis frente a problema indígena, y más cuando los indios pasan a ser "pueblos originarios" en la culminación del paternalismo blanco.

La receta de la civilización destruyó a los indios americanos y y no es raro que Correa esté impaciente: quiere terminar con ellos y con su cultura: es el mandato implícito de su ideología que no da para más que para eso. Los indios solo le interesan como votantes. Pero esa es la posición de todos los políticos frente al tema.

pablo dijo...

sin poder no existe comunidad, pero entendamos poder no como algo necesariamente negativo sino como un principio que garantizaba la rotación del orden cósmico (y social). Así lo entendí yo.

El resto, estoy de acuerdo, el problema es complejo: los pibes de La Quiaca bailan como Michael Jackson. No tengo nada contra Michael Jackson. Pero esa aculturación es el supuesto que los convierte en carne de cañón, o de padrón.

Anónimo dijo...

No se porque Quintin ve las cosas siempre en terminos de utilizar para que ser votado...siempre desde la anti politica
Tampoco creo que Correa quiera acabar o anular a sus aliados indios
Es la tensión propia de esta epoca entre Estados que de forma urgente intentan construir mecanismos de fortalecimiento y legitimación y organizaciones, agrupamientos o corrientes provenientes de la sociedad civil (sea esta indigena o gay por ejemplo)que tambien pugnan por su propia supervivencia o hegemonia

No se si es cuestión binaria de pensar cual sector prima, pueden abrirse canales de negociación (como siempre en politica) que amparen los intereses del Estado y tambien de los indios

Igual, si la cosa se condensa a un esquema binario y me das a elegir, elijo desde ya al Estado
l.

Quintín dijo...

"Igual, si la cosa se condensa a un esquema binario y me das a elegir, elijo desde ya al Estado."

Es lo que vengo diciendo, se puede coquetear, decir "mirá qué jodido el problema de los indios" y después terminan todos reduciendo el porblema a Estado vs individuos o comunidades y eligiendo la opción a, donde se sienten cómodos, porque está el compañero Correa en el poder (o quien corresponde). Seguro que en ña época de Menem la respuesta hubiera sido más proindígena.

uf dijo...

El discurso de Correa es muy interesante. No veo intolerancia. Lo que veo es que aparece la primera contradiccióna en la fórmula ganadora "estado + movimientos sociales". Cuando Correa dice que no se puede tener contento a todo el mundo, está diciendo que los movimientos sociales deben aprender a pensar estatalmente en sí mismos, caso contrario sus demandas se vuelven irrepresentables. Es un momento interesante porque a Evo le pasa algo parecido con Felipe Quispe. A diferencia de los pensamientos ignorantes y antipolíticos de Quintín, que supone que "los políticos siempre se cagan en los indios, digan lo que digan", Felipe Quispe, opositor indigenista a Evo Morales, no es más indio que el propio Evo, aunque es más "fundamentalista". En realidad, lo que hay no es una oposición entre la razón estatal y los movimientos sociales, sino entre dos fracciones de los movimientos sociales. Y esto es una prueba de que realmente han tomado el poder. Hegel decía que la prueba de que un colectivo o grupo tomó el poder es justamente el hecho de que aparezcan fracciones. Mutatis mutandis, nosotros podríamos trasladar la polémica de Correa con sus indios a nuestras pampas, siempre que cambiemos "indigenismo" por "progresismo". Existen dos alas dentro del espacio progresista: una oficialista y la otra opositora. Lo interesante es que el progresismo estaba unido en los 90. Hoy podemos leer declaraciones de Fernández Meijide "sospechando" de los testimonios de Papaleo... Lo divertido es que los distintos progresistas se miran de reojo entre sí, tratan de entender al otro o de insultarlo. El libro "Qué les pasó" de Tenembaum está dedicado también a nosotros. Y nosotros también nos preguntamos qué les pasó a los antiguos héroes del progresismo histórico. Se puede seguir la analogía con la oposición entre el "indígena fundamentalista" Quispe y el "indígena moderado" Evo; la traducción argentina nos mostraría el "progresismo fundamentalista" de Lanata o Solanas y el "progresismo moderado" de 678 o Kirchner. Más allá de lo que pensemos de cada una de las fracciones, lo interesante es que su división expresa el acceso de ese grupo al poder estatal. El punto no es si los políticos respetan o no a la gente, el punto es si la gente está dispuesta a convertirse en política, a pensar en el poder para usarlo, y qué precio está dispuesta a pagar por esa transformación.

Fede Vázquez dijo...

je, a veces Quintín dejás la banalidad de lado y apuntás más en las llagas. Acá hay una. Y si, seguramente muchos de nosotros serías más pro sociedad civil en los 90 que ahora. La respuesta no es una, pero arranco:
-para los que caracterizamos a un Estado como un lugar, espacio, relación, etc, dónde se miden fuerzas, creemos que el Estado no es UNA cosa, sino que va transformándose y representando cosas distintas en el tiempo. De ahí que el estado en los y ahora no sea exactamente lo mismo y se puedan tener lecturas distintas sobre un campo que ha variado.
2-A priori no diría que siempre nos vamos a ubicar en tal o cual lugar, sí que vamos a pensar en términos generales, de políticas para las mayorías y no fundamentalistas. Que hay que revisar el indigenismo romántico no tengo dudas. Ahora, quién define la soberanía sobre los espacios? es sólo la Nación? no creo, es sólo los "movilizados", los "de ese lugar", tampoco. tenemos a mano el caso de la asamblea de Gualeguaychú. El gobierno dejó desplegar la acción ciudadana sin partir cabezas, a pesar de que le condicionó la política exterior, y después aplicó política, de a poquito.

Quintín dijo...

Lo de los indios es un poco más complicado que la asamblea de Gualeguaychú, aunque se puede decir que hasta ahora, el gobierno manejó razonablemente el tema después de haber ayudado a provocarlo.

El problema de lo que decís no es el Estado, es el "nosotros" que siempre se identifica con el gobierno, que el día de mañana puede hacer la peor de las cagadas y la van a apoyar igual en nombre de ese nosotros.

No hay una ciencia del Estado, aunque sobren los Maquiavelos y los Schmitt alrededor y se enoje Manolo. De qué sirve hacer como el Fidel, que hoy sale a decir que la cagó con los homosexuales en nombre de los intereses del estado. Y después la cagó con la agricultura, la economía, con las libertades y así siguiendo. Pero seguro que sabía que al romanticismo indio (o negro, para el caso) había que pasárselo por las bolas. Pero el poder lo conservó, claro, como Stroessner.

pablo dijo...

yo creo que hay muchos matices en las defensas intersubjetivas del espacio gubernamental

pablo dijo...

"romanticismo indio" es una caracterización tan peyorativa como las predicciones que hacés, quintín.

¿vos creés que esos indios pensaban la estructura social como una variante exótica del romanticismo? estoy casi seguro que no lo pensás, pero sí pensás en términos de estado-comunidad (en el peor sentido) cuando ni vos, ni vázquez ni yo sabemos cómo se resuelve ese problema: una manera fácil, creo que es decir que el malestar en la cultura contemporánea son los indios o los migrantes. o mejor, es fácil, pero quizá tenga algo de verdadera.

pablo dijo...

si, yo dije esto y lo otro ...

uf dijo...

Interesante el discurso de Correa. No veo intolerancia en lo que dice. Es una expresión de que la fórmula "estado + movimientos sociales" ha entrado en una fase distinta. No se trata, como piensa Quintín desde su ideología antipolítica, de que los políticos de izquierda hablan mucho de los indios pero al final los quieren matar. Lo que Correa está diciendo es muy diferente: les pide a los movimientos sociales que sean capaces de pensar estatalmente, caso contrario sus demandas se volverán irrepresentables. Es algo parecido, y él lo menciona, a lo que le pasa a Evo con Felipe Quispe. Quispe es un dirigente histórico del movimiento indígena, es un fundamentalista digamos, pero no es más indio que Evo. Quispe pide autonomía regional, un sistema legal y penal incompatible con ninguna democracia u organización estatal moderna, etc. Evo en esa coyuntura es el indio moderado. En este conflicto, claramente no se trata de la razón estatal contra los movimientos sociales, sino de una escisión dentro de los movimientos sociales iluminada por el dilema de tener el poder del estado. Hay una fracción "moderada" que busca una síntesis medianamente viable entre la cosmovisión identitaria y las necesidades de un estado del siglo XXI, y hay otra fracción "fundamentalista" que no quiere ninguna síntesis de nada. Lo interesante es que estas divisiones aparecen cuando se está en el gobierno. Por lo tanto, pese al quilombo que significan, son un dato positivo. Hegel decía que la mejor manera de darse cuenta de que un sector social tomó el poder es la aparición de fracciones.

Podemos hacer una traducción argentina de estos problemas ecuatorianos o bolivianos a nuestras pampas si cambiamos "indigenismo" por "progresismo". Todos éramos amigos en los noventa, compartíamos el sillón para mirar Día D, aplaudíamos a Meijide y hasta la votábamos, pero ahora nos miramos torcido. Algunos, como Quintín o Barone, insultan; otros, como Tenembaum, escriben un libro llamado "qué les pasó", referido a los Kirchner en lo literal, pero connotando a todo el progresismo oficialista. Acá también tenemos un "progresismo fundamentalista" que a la larga niega cualquier representatividad de las demandas, y un "progresismo moderado" que trata de buscar una síntesis viable entre los principios progres y el manejo de la cosa pública. Más allá de las valoraciones que hagamos en uno u otro sentido, eso es una prueba de que el progresismo está en el poder.

Quintín dijo...

Pablo. Me refería al "indigenismo romántico", que es la expresión que usó Fede Vázquez. La usé al revés, en realidad, pero la idea era esa.

Anónimo dijo...

¿Y qué pasa con el esencialismo indígena?

pablo dijo...

esa es otra estupidez: es el alemán como lengua de la filosofía griega, anónimo

FANS CLUB DE MAIA (PERSONERIA EN TRAMITE) dijo...

Recomiendo leer cualquier texto de Miguel Bartolome.
La impaciencia de Correa es compartida por casi todos los sectores progresistas o nac &pop de la Argentina. Hay una ansiedad por decirle a los indios: "muchachos ustedes son morochos, dejense de joder y haganse peronistas".
Y por supuesto existe tambien la tremenda influencia del cine norteamericano "indigenista" (la peli de los Doors) que hace que cualquiera sin conocer critique el "toma y daca" de dirigentes o comunidades indigenas, pretendiendo un altruismo que nadie tiene, ni indios ni blancos.
El tema tiene dos carriles: el legal y el politico.
En el legal, Correa o quien sea van a tener que ser pacientes porque la legislacion internacional vigente es bien clarita, y asi como permite juzgar hoy a los milicos, ampara en un monton de temas las reivindicaciones historicas de la indiada.
En el politico, no hay salida si no se entiende que el "colectivo pueblos originarios" no existe, esta en construccion. Existen, por ejemplo, el pueblo mapuche, el pueblo qom, el pueblo huarpe...
Tampoco la salida pasa por invitarlos amablemente a integrar el movimiento nacional y popular.
No son tan numerosos, aunque mucho mas de lo que creemos y estan parados en lugares claves para cualquier actividad extractiva que se hace en nuestro pais. Y por ende su presencia en casi todo el territorio nacional es mucho mas importante de lo que parece.
En sordina, son una amenaza para el el rol que le asigno la economia mundial a la Argentina.
Las leyes los amparan y los amigos de Quintin lo saben por eso les inventan relaciones con las FARC o ETA y hacen interpretaciones poco rigurosas de la historia ("los mapuches son chilenos").
Matarlos no se puede, dejarlos morir tampoco, hacerse el boludo y que desaparezcan sus culturas no es posible; la solucion es politica: se debe reconocer como sujeto politico a sus organizaciones territoriales. Con esto, empezas a ordenar "el problema", a encauzarlo. No hay sector desplazado de una sociedad (como la nuestra) que se integre a esta sin pasar por un periodo de enpatotamiento o enpoderamiento.
En la Argentina de Sandra Russo, el tema indigena se reduce a Milagro Sala (quien no goza de buena reputacion entre la mayoria de los indigenas), por suerte el gobierno es menos 678chista en este tema y mantiene un dialogo politico permanente y conflictivo tambien con el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales Indigenas, espacio que articula a la mayoria de las organizaciones territoriales indigenas.
De ese dialogo y de la resolucion politica de leyes nacionales que existen y que van directo al corazon de los amigos de Quintin, depende que los indigenas argentinos rosqueen, por ejemplo, en la nueva ley de medios y no agarren un fal y le revienten el marote a los amigos de Quintin.
Desde hace años y de manera trabajosa los indios de sudamerica vienen laburando el tema de la comunicacion, las nuevas generaciones estan mas formadas y tienen los antecedentes del EZLN o Evo al alcance de la mano. Hay ahi, a la vuelta de la esquina, mucho material humano y joven para vigorizar reivindicaciones historicas.
Depende de la politica que esas nuevas generaciones participen del dialogo (conflictivo tambien) y no tomen posiciones mas radicalizadas.

Quintín dijo...

No sabía que tenía tantos amigos.

Martín dijo...

Bueno, todo un cuadro de situación el que pinta el Fan de Maia. Interesante esa doble cara de Milagro, cosa que ya había oído alguna vez. Pero sin entrar en detalles, en la perspectiva de Quintín, si tomamos a Milagro como una referencia más o menos originaria, el gobierno ahí actúa bien. Digamos que fortaleciendo su autonomía. Una especie de Estado Nacional aliado a la autonomía provincial o municipal de la Tupac. ¿Qué tul?

Quintín dijo...

Paniagua. ¿No es un poco mucho promover estados autónomos aliados con el estado? ¿Cuál es el estatuto jurídico de ese asunto? El de Milagro Sala es el típico resultado de la inacción del estado y de la eficacia potencial de la militancia con dinero para operar. El problema es que no tiene futuro o, mejor dicho, su único futuro a mediano plazo es una pequeña dictadura local, sin rasgo democraático alguno, tan nefasta como la de los caciques que gobernaron y gobiernan las provincias argentinas. El problema sigue siendo muy complicado.

Martín dijo...

No, no, no. No se trata de promover nada. Lo de Milagro lo miro de lejos. Pero cuáles son las condiciones para que ese liderazgo surgido de la ausencia del Estado sea tan distinto, tan democrático. Por otro lado, no es que el Estado democratiza, depende qué estado. En todo caso sus estatutos jurídicos permiten una visibilidad a las acciones: al reparto de cosas. Pero no me gusta discutir sobre un ejemplo que está medio tirado de los pelos y del que carecemos de información. No creo que tampoco Milagro sea la traba para que exista un estado sueco.

Martín dijo...

El ejemplo de Milagro venía a cuento de tu primer comentario: "Correa les quiere aplicar a los compañeros indígenas las viejas recetas del materialismo histórico, que consideran que el modo de producción y organización científico y socialista es superior al de esas tribus primitivas y crueles...". Lo que pasa es que como carecemos de detalles del modo en que se organizan y la calidad democrática de los "compañeros indígenas" imaginamos lo mismo que nos contaron que hacían con las tribus los milicianos de Sendero Luminoso. Las arrasaban con la pólvora y los libros. Me parece que las tensiones son bien concretas: la sacralidad de lo "territorial" en una cosmovisión originaria, donde la tierra no es tierra, sino -digo yo- un ecosistema que permite la representación o expresión de la espiritualidad, en tierras concretas bajo las cuales hay recursos preciosísimos. De ahí, de esa combinación, parten todo tipo de especulaciones, paranoias y realidades contradictorias. Mucha gente piensa en lo cerca que está Greenpeace de la Cía. Como dice el Fan de Maia: "estan parados en lugares claves para cualquier actividad extractiva".

Quintín dijo...

Greenpeace da miedo. Es una orga vertical y con organización secreta. Sus cuadros no tienen nada que envidiarle a los estalinistas más duros. Y si escribís algo contra Greenpece en un medio reaccionan más rápido que los cientólogos (iba a decir que trolls k, pero me reprimí).