domingo, mayo 30, 2010

La cultura es la sonrisa

La gran pregunta se hace Conurbano: ¿cuándo terminaron los "años 90"?. Decir que no terminaron sería una salida rápida, incluso exculpatoria sobre las responsabilidades del presente. Hay gente -incluso- que cree que la dictadura no terminó. Y en los comentarios Federico dice que los años 90 económicamente terminaron con Duhalde, políticamente con Kirchner y culturalmente no terminaron. Faco dice lo mismo: culturalmente no terminaron. Vivimos en un mundo secularizado: ¿cómo era esa ecuación de Timmerman para un diario? ¿Económicamente de derecha, políticamente de centro y culturalmente de izquierda? Acá la cultura es lo más de derecha. Claro que la "cultura" de un diario es -con suerte- una sección de crítica de libros, películas y demás novedades cuya sola existencia "es siempre una buena noticia". Yo voté que terminaron con Duhalde por una razón objetiva: las épocas en algún lado terminan, y la convertibilidad es esa cosa que concluye a una época cuyo centro fue la paridad de la moneda nacional con el dólar. Pero en mi caso sería un voto integral: también culturalmente terminaron. Mi argumento iría por el lado de cuánto termina una época: nunca termina del todo, pero termina del todo. Y sobre todo cuando no es la economía sino la democracia y la política lo que aparenta que esos ciclos, sus principios y finales, se vuelvan más borrosos. Llenemos de votos las urnas del Conu.

22 comentarios:

El Conurbano dijo...

hermano, es increible como funciona la telepatía. Mientras pensaba en el post, sonaba en mi cabeza aquella genial sentencia tuya sobre la oposición: "no saben que hacer con los noventa. No saben si ponerlos atrás o adelante".
Por eso creo que oportuno saldar entre nosotros también esa discusión. De este lado, está claro que "los 90" son el pasado.
Bueno, ahora hay que convencerse de que son el pasado-pasado. De una vez por todas.

abrazo
ya ni siquera

El Conurbano dijo...

perdón, se me escapó la PD. Ahí va:

ya ni siquiera se trata de contar lo que se hizo, sino de contar lo que se va a hacer.

Anónimo dijo...

Casualmente estuve charlando este tema en familia (por decirlo de algún modo) estos días. Y yo postulaba que el fin de la era iniciada por la dictadura (los '90 son una etapa de esa era y no el inicio) terminó con Kirchner pero se hizo visible ese final con el gobierno de Cristina, cuando cayó la ficha de que, definitivamente, la intención era quebrar una lógica que yo no creo que tenga que ver con la devaluación sinó con el rol del Estado en lo político, económico y social, no creo que Duhalde haya quebrado esa lógica (es mas, hoy pretende volver a ella).
Es difícil establecer límites, fundamentalmente en lo cultural que es mas individual de algún modo porque uno elige, cosa que no puede hacer con la política o la economía. Yo coincido con los que dicen que culturalmente los '90 están vivos. Es cierto que no están vivos en todos, pero tampoco estuvieron vivos en todos en los '90. El predominio, hoy, son los '90, al menos dentro de lo que podemos llamar "cultura", si incluímos como parte importante de esa cultura también al gran productor de espectáculo audiovisual que se llama "televisión".
Saludos.

Faco dijo...

A principios de 2009 escribía en twitter que ese año volvían el menemismo, la represión, y el animal print. Hablaba más en términos culturales que políticos, pero no sé cuán alejado estuvo el noventismo político el 28 de junio. Y no, no digo que los que no votaron al FPV sean todos menemistas, pero ¿se entiende a lo que apunto?

Cuando hablamos de cultura creo que no pensamos (pienso) en Eterna Cadencia, ni en los TP, Niceto, la Barcelona, Crítica y Flopa Manza Minimal. Cuyo grado de noventismo es discutible. Pensamos en que sigue reinando Tinelli (seamos tinellistas o no), y el pago en cuotas. Es decir, pensamos la cultura en términos socioeconómicos, de patrones de consumo. Y en ese sentido el noventismo arrancó con el deme dos y sigue firme. ¿La cultura es la clase media y la clase media se define por su consumo? Puede ser, no sé, estoy demasiado dormido para pensarlo. Pero creo que la cosa sigue.

Martín dijo...

Faco: entonces esa cultura va a durar cien años. De algún modo alguien podría decir que la aprobación de la ley de medios es el fin de la cultura de los 90. Digo: cuando la ley sea efectiva.

Conu: sí, y serán para nosotros el pasado-pasado porque para nosotros ya eran algo malo "durante". El problema es que la resistencia a sus restos en esta época son más débiles si dependen de hombres que fueron fervorosos defensores o constructores del orden de aquellos años.

Martín L: ¿y dónde ubicarías al 2001 dentro de esa larga línea de tiempo? Porque a mi no me cierra que aquello quede atrapado a ser "el embrión de las cacerolas del campo".

Mingus dijo...

Está bien lo que dice Faco, pero también es cierto lo que apunta Paniagua: hay un esquema cultural muy delimitado, con ciertos patrones, ciertos códigos, usos, etc. Pero este patrón excede al menemismo. Quizá el menemismo sfue su pico más alto, si se quiere, fue el momento en que esos patrones ascendieron de manera exponencial y estuvieron en el top ten por unos cuantos años.
Me parece que nosotros estamos pensando el concepto de época más como una década, por lo cual es natural que se termine antes de lo que una cultura tarda en cambiar. Una cultura es de larga duración y no somos nosotros los que vamos a ver estos cambios puesto que sólo pueden ser leídos en una perspectiva que posiblemente nos supere.
Sí me parece que esa cultura comienza en los primeros años de la década de los 70', cuando se comienza a recodificar todos los avances y liberaciones productos de la cultura pop de los 60'. Esta idea de consumo creo que con el fin de la "heladera para toda la vida" empieza a romper con todas las lógicas de larga duración y todo comienza a ser puesto es una perspectiva del "aquí y ahora".
Ahora bien, con respecto a los 90, creo que terminan en un período que va desde diciembre de 2001 a mayo de 2003 (25 de mayo de 2003 más precisamente).
Sí, lo sé, es un umbral amplio: pero creo que ahí se cuece el final de una época.
Abrazo

Martín dijo...

Y si postulamos que los 90 empezaron cuando se editó La grasa de las capitales????

Anónimo dijo...

Yo tambié voté Duhalde porque era un tipo que en ese momento no se vendía como estadista todoterreno, sino más bien un jefe del Conurbano. Y la idea del Conurbano quizás se opne seriamente a la del consumo clasemediero y no tan clasemediero. Si pensamoes que los 90 amplificaron una construcción del ser individualista que se realiza mediante la compra de zapatillas, creo que hoy hay un poco más de esperanzas, pero obvio que para destruir todo tarás un segundo y para reconstruir 20, 50 años.
¿Y si tomamos lo que dice Sarlo más abajo, que a la cultura de la tele le oponemos la de la Salada? (que ella conoce!, por dios que mina que se cree mil). Es complicada la cosa me acuerdo de la propaganda de Menem donde te comprabas los cartuchos de impresora y no había que recargar, la cosa era cuantos tenían impresora.
Me fui al carajo me parece. Pero me engancho con la discusión cultural, creo que pasa por el individualismo a ultranza que representaban las AFJP.
saludos
Nacho

Mingus dijo...

Paniagua: Si la grasa de las capitales fuera de principios de los 70' cierro, firmo.
Prefiero pensar que se inició con la novela Los Reventados, de Jorge Asís (el reventado por excelecnia). Que aunque no es tan masiva como la canción de Serú Girán, tampoco es una novela para la crítica literaria.
Política y mercado dando comienzo a una larga amistad.
Abrazo

Fede Vázquez dijo...

Al revés, está bien la grasa de las capitales porque fue a fines de los 70. 79 exactamente. Hay algo que se va saldando en el final de la dictadura. Porque ya no es la matanza del 76-78, dónde su misma práctica suponía la posibilidad de un enfrentamiento, y de una reversión de la derrota. El 79 es la contraofensiva, que es la comprobación de que las lógicas iniciadas 25 años antes ya no sirven. La publicidad de las sillas y la industria nacional, no es de ese año también? La plata dulce como primer capítulo del protagonismo de una nueva clase media que tendría su segundo durante los 90, cronológicamente hablando. Yo voto la elección de la Grasa de las capitales como inicio de los noventa.
Y sigo proponiendo la separación en tres: final económico en el 2002, pero final político el 25 de mayo de 2003, cuando Kirchner jura como presidente y habilita a la política como lugar de disputa con los demás poderes fácticos.

Anónimo dijo...

Martin/Paniagua: En realidad no entiendo por que lo interpretás de esa forma. Reitero lo que dije (o quise decir) por ahí: el 2001 fué tan revolucionario como la hiperinflación. El 2001 no fué el fin de un modelo (que insisto, empezó con el ocaso del peronismo CON Perón en los '70, con todo lo que eso implica, y no con Menem), fue la crisis. El duhaldismo fué una etapa de compensación, de intento de resucitación. Prosiguió con Kirchner, cuando todavía no crispaba y Clarín era amigo. Se fue terminando paulatinamente, pero simbólicamente, si querés tomar una fecha, "los '90" se mueren (política y económicamente, no culturalmente) el 11 de marzo de 2008 con la fractura de esa suerte de "Pacto de la Moncloa" criollo. Es mi opinión.
Saludos.

Martín dijo...

Sí, sí, me cierra, Martín L, me cierra lo que decís, perdón si se entendió que no. Pero estoy últimamente pensando en el 19/20, en que hay que retomarlo mas y ponerlo mas de este lado. Lo que pasa que vemos una cacerola y lloramos.

Anónimo dijo...

Bueno, tampoco tiene que cerrarte, está bien que opinemos diferente.
Pero, sinceramente, yo veo mas revolución en los que dieron la vida peleando (justamente) contra el salvataje de Duhalde en la estación Avellaneda que en las cacerolas que salieron por los ahorros de la abuela. Quizá lloramos por las cacerolas porque representan algo que no nos representa. Lo que no debería es darnos miedo.
Salutes.

Martín dijo...

Ahí está el tema: hoy vemos a esas cacerolas tan desprendidas de lo "otro" y yo creo que esos días no era tan así. De hecho pocos se animaban a mandar a la concha de la lora a los ahorristas. Y tampoco el ahorrista se separaba tanto del vecino asambleísta, en fin. Me parece que ordenamos bien la escena: cada chancho a su teta, pero que aquello sólo fue posible en su desorden, en su recorrido policlasista, con sus Nito Artazas, sus D'Elías, su quilombo. Y creo que Duhalde se pierde de vista como un restaurador, cosa que se le debe. Yo voté Kirchner 2003 porque era votar a Duhalde.

Mingus dijo...

A partir de este post y de los comentarios (además del mío) me surgieron ganas de escribir sobre estas cuestiones. No lo podía dejar aquí así que lo hice acá: http://elterritoriodemingus.blogspot.com/2010/06/normal-0-21-false-false-false.html
Al que le interese, bienvenido.
Abrazo

Anónimo dijo...

Entiendo el planteo y me parece correcto, pero simplemente no coincido con el: las cacerolas están separadas efectivamente porque aparecieron en un momento determinado, y no sería muy disparatado decir que muchas de esas cacerolas habrían sonado para pedir a Cavallo. Y ponele que no, ponele que aparecieron junto con la protesta de las clases sociales mas castigadas por esa crisis: de todos modos, esas cacerolas significaron mas o menos lo mismo que significan hoy, "la política es una mierda". "Que se vayan todos" no es una frase muy revolucionaria que digamos, la siento mas cerca de Lita de Lazzari que de Perón o Fidel Castro, por ejemplo, que encabezaron revoluciones muy diferentes pero que tenían en común algo: el "que vengan otros". De los tres grandes quilombos entre el '83 y hoy ('89 / 2001 / 2008) el único que desentona es el último, porque partió a la sociedad en dos y pulverizó el relato único, Tenembaum podría haber sido tan copado en el '89 como fue en 2001, pero hoy en día una mitad lo aplaude y la otra mitad lo manda a la concha de la lora. Yo no noto un cambio de escena tan grosero en mas de treinta años como el que se inició en 2008, y para mí eso es un termómetro que indica que algo realmente se quebró.
Respecto a Duhalde, está bien que lo hayas votado a Kirchner porque era la continuación de Duhalde, la pregunta es: ¿eso significa por sí mismo que Duhalde haya sido una suerte de "restaurador"? Quizá querías la continuidad del duhaldismo porque el duhaldismo era el que ordenó a un país desordenado, yo no voté a Kirchner en 2003 pero estuve cerca -como para dejar claro que lo que voy a decir no es una acusación- pero Duhalde había llevado la pobreza al 58% con la devaluación para salvar a los industriales y el campo, sin contar muertes y demás cuestiones del gobierno de facto del cabezón. Igual confieso que restaurador me suena raro, puede que haya sido un restaurador (del orden establecido), pero no fué un quiebre de modelo, de eso estoy convencido. El quiebre de modelo es la crispación. Pa mi, claro.
Salu2.

Martín dijo...

Vos dijiste que eso fue revolucionario. Ojo. Yo creo que el kirchnerismo es hijo de eso, digo: es hijo del cacerolazo frente a Tribunales pidiendo la destitución de la Corte, con Gastón Pauls y demás. Ese fue también su programa. Porque bueno, en fin, meter ese clasismo que sse fija en calles y esquinas, te mete en el laberinto de las clases: ¿dónde está el progresismo? ¿A cuántas cuadras de Callao y Sta Fe se celebra a Fidel? Entiendo que no estamos oponiendo lectores de diarios, pero resolver la "clase" en los términos de disputa de la 125 sigue siendo parte del error. Pero bueno, tu planteo es abarcativo de todo lo que uno no quiere defender. Lo que lo hace cerrado. Yo creo que el kirchnerismo es algo que se disputa en el corazón de la clase media. A eso le habla Cristina.

Duhalde: escuchame, la convertibilidad era un crimen, había que salir matando, ¿qué era exactamente lo otro que se podía hacer? Y no se puede hablar de la economía K sin hablar de Lavagna. Yo creo que tendrías que pensar algo más flexible: porque si no lo tuyo es lucha social de abajo, lucha contra Duhalde... y Kirchner. Está bien, pero es un recorrido sólo del "campo popular". El 45% de Cristina no se explica en ese itinerario.

Anónimo dijo...

Mmm... hay algunas cosas que no cierran, pero está bueno el debate.
Entre ellas, que el kirchnerismo sea hijo del cacerolazo y a la vez de Duhalde. El problema es que no encuentro dónde los movimientos sociales abandonaron la lucha después de la llegada de Duhalde, lo único que terminaron fueron las cacerolas (a pesar de que no recibieron dólares). Coincido en que el kirchnerismo es hijo del duhaldismo, pero no del 2001. El kirchnerismo es, a mi modo de ver, una patada al tablero. No se suponía que fuera lo que resultó siendo. No sé por que ni como, pero así fué. De todos modos, ya en 2003 cambia algo importante -además del clima, que no sé por que pero cuando trato de recordar huele a latinoamericanista- los cambios llegan sin represión. Lo que se podría haber hecho con la devaluación era, como mínimo, no reprimir las secuelas. No soy economista, confieso y admito que no sé que hubiese sido mejor o si hubiese habido un camino mejor, pero la devalueta favoreció al empresario y cagó al pobre, y en ese sentido no se cambió para nada la ecuación.
Cuando hablo de revoluciones no apunto puntualmente al progresismo ni a las clases bajas. Lo que quiero decir es que los verdaderos cambios políticos tienen que ver con la necesidad de algo nuevo y no con el desprecio por lo anterior sin nada que poner en su lugar, no me queda claro que quería esa sociedad del 2001, cuales eran sus sueños. No puedo ver diferencia entre los saqueos de la hiper y los del 2001, y no puedo suponer que la llegada del gobierno de Menem fué un cambio de paradigma.
No creas tampoco que tener un argumento que cierre con lo que uno cree sea, necesariamente, cerrado. Bah, yo no creo que eso sea obligadamente así, he cambiado de enfoque varias veces, esto es lo que pienso hoy y puede ser distinto mañana.
Respecto a la clase media, coincido, y creo que es necesario entender ese fenómeno. Justamente, creo que es un error gravísimo cuando parte del peronismo mas "duro" sale con los tapones de punta contra 678-San Isidro, porque 678-San Isidro es parte de una realidad diferente a esa que antes te mencionaba como "peronismo con Perón". Yo no coincido con Artemio cuando dice "falló el clientelismo", creo que la pregunta ahí es: ¿no falla la idea del clientelismo desde el momento en que venía fracasando de antes? ¿no habrá, en todo caso, una nueva sociedad muy diferente a la pre-dictadura, en la que la clase media progre (o la clase media liberal, que se yo) puede votar al peronismo y las clases populares se sienten, en parte, clase media? Es mas: creo que el nucleo duro del kirchnerismo es, fácil, un 50% clase media (y encima, progre). La 125 logró eso, no creo que tenga que ver con algo así como una lucha de clases, nada mas lejos, creo que tiene que ver con el fin de una tregua.
No se... creo que deliré un poco. Quizá es la hora :)
Saludos.

Martín dijo...

Dejemos lo de la clase media a un costado ahora. Yo veo mal el sentimiento anti-clasemedia hace algún tiempo, y veo que coincidimos. Joya.

Martín... ¿cuál era el programa de los piqueteros? Que Duhalde tuvo hacia la protesta social y los movimientos una actitud dura es cierto. Pero digamos, a ver: el Duhalde que uno rescata es un Duhalde en lo estructural, y muy a groso modo. No le reprocho las grandes líneas de su gobierno, sí las muertes. Todos en esa época sufrimos lo de Darío & Maxi sin hacer matices. Claro que lo que había debajo de Duhalde no era nada, eran dolarizadores. ¡Del 1 a 1 se iba a salir con sangre, sudor y lágrimas! Y eso siempre es más dolor, más exclusión, más postergación para los más pobres. Pero no se le puede reprochar a Duhalde esa "cirujía mayor". Y -por ejemplo- los que juntamos firmas en el Frenapo vimos cómo era el límite de la resistencia, no un programa hacia adelante. Habría que analizar las acciones de ese 2002, todas esas treguas, porque también el campo popular se partió, no fue solo que "el piquete y cacerola..." se apagó en los barrios del Frepaso. ¿Qué más se podía hacer? ¿Tomar los fierros? ¿Colectivizar la capacidad ociosa? Es un debate largo, claro está, pero yo creo que esas cosas, esas decisiones, esa mezcla de alianza provisoria de clases, ese duhaldismo rústico, todo eso que en la escena no estaba articulado es Kirchner el que lo articula, digamos, el que une Derechos Humanos, Conurbano, recomposición financiera, vuelta a los mercados, integración de las Organizaciones Sociales al laberinto estatal, subsidios al transporte, plan jefes, y ahora... asignación universal. Kirchner ordena las contradicciones de ese caos original, pero no se queda con lo bueno, con la parte linda, latinoamericanista, de lucha... Kirchner también es paz con los bancos.

Lo que pasa es que vos marcás en el gobierno de Cristina algo más, un salto de calidad que rompe esa paz. Veremos.

Fede Vázquez dijo...

A mi siempre me pareció mal la crítica a la consigna "piquete y cacerola la lucha es una sola". Todas las posibilidades de la existencia del sujeto "pueblo" tienen la precondición de algún tipo de validez de ese slogan. Y, maravillosamente, durante algunos meses, en este país esa consigna fue algo más, tuvo su materialidad, su existencia, su productividad política. Duró lo que duró. Obvio. El que se ponga a llorar por eso o vea por eso una impugnación a ese proceso es porque tiene algo de trosko o de facho. Yo voy más allá que Martín: no sólo en la renovación de la Corte está el 19 y 20. La gente en las calles cambia los escenarios, y esas jornadas, terminaros de habilitar todo lo que después nos pareció "sorprendente" del kirchnerismo. Su autonomía respecto a los poderes económicos fue posible por esos dos días de revulsión social. ¿Cómo se puede pensar que veitipico de muertos fueron por un reclamo de ahorristas?

Gabriel Tarde dijo...

cuando, en el momento decisivo, en un campo de batalla, un golpe de vista justo del general hace que la vacilante victoria se incline hacia uno de los lados, el triunfo se debe a esta súbita idea, no a la acumulación de esfuerzos anteriores. Y cuando, entre mil investigadores, uno solo, mediante una súbita intuición, descubre la clave del enigma que se les planteaba a todos, no conviene atribuir el mérito del descubrimiento a los prolongados y estériles esfuerzos de los demás, ni siquiera a la antiguedad e intensidad de los suyos propios, a menudo menores que las de los demás.

desparejo dijo...

el mundo está todavía en los '90. Viste esto? http://www.youtube.com/watch?v=idLG6jh23yE

saludos