¿Oí mal o en unas declaraciones Ricardo Alfonsín dijo que es importante que Cobos esté en la presidencia del senado para muchos futuros desempates? Como viene la mano no hay decisión política mas difícil de cara al 2011 que la de elegir "compañero de fórmula". Lentamente se va legitimando la idea horrible de que ese vice representa un contrapeso necesario, sobre todo porque la "amenaza" a la democracia nace del poder ejecutivo. En Paraguay pasa eso, con un agregado: es el vice de un gobierno que tiene un solo partido, El Liberal, al que pertenece ese vice. Estos años dieron un resultado: el poder legislativo y el judicial son las garantías democráticas frente al poder ejecutivo. Pero Ricardo Alfonsín es uno de los dos radicales que me caen bien. Ricardo + Margarita. ¿Por qué? Porque Ricardo dice lo que piensa. Y porque está enamorado de lo que piensa. Cuando le preguntaron sobre las "recientes declaraciones de Susana" dijo algo que está bien: dijo que desconoce los méritos o la autoridad de Susana para opinar sobre la inseguridad. ¿Tenía todas las de ganar y eligió perder? No. Lo que pasa es que hay un aspecto que hace al pensamiento radical por excelencia: no suscriben en nada a la anti-política. Un radical puede ser golpista, neoliberal, coimero, coimeado, bandolero, zapatito blanco, progresista, procesista, revolucionario, pero no es un tipo que odie la política. Al revés, pecan a veces de esa prosa institucionalista, partidista, partidocrática, digamos, que excluye un poco la apertura hacia nuevos signos. No son coleccionistas de ONG's. Un radical ama su parroquia, como el curita del barrio sus ovejas, su padrón. Peina. Y es, de todo el arco político, el que mas les hubiera gritado a los de la inter-asamblea de Centenario: ¡vayan a la lavarse el ojete! Su partido es centenario. La política es milenaria. Y un radical de ley es uno que sabe quedar solo, con todo eso adentro.
Me fui al carajo. Pero en estos días de blanca noche, nada mejor que confiar en ese límite de los radicales.
17 comentarios:
No se fue al carajo nada. O sí, qué se yo. Pero suscribo igual.
También suscribo Martín. Con los radicales de ley me siento en familia, a pesar de que sean mis adversarios.
saludos
Me parece que la defensa de los radicales no es de la política sino de cualquier institucion conservadora. A Susy Gimenez la rebajó porque ella despreció las instituciones (en este caso poder judicial-abogados), no porque sea "anti-política".
Quiza este bien elogiar de vez en cuando a un radical, pero yo prefero huir de ese elogio y no ser tan border.
che pero aguad es lo más antipolítica que hay, con sus "cinco cosas en las que estemos todos de acuerdo".
Ha marcado usted la principal fortaleza de los radicales: la permanente reivindicación que hacen de la política. No es poco
Entonces Cobos no es radical, ni Gerardo Morales, ni Coti Nosiglia, ni Silvana Giudici y sigue la lista.
Vamos viejo, a Cobos lo inventó Kirchner. Un oscuro gobernador radical con escasos méritos en su partido. Había que estar diez minutos en el aeropuerto de Mendoza para saber quién era... Recuerdo un viaje con Cabandié a Mendoza en el 2006.
Sol y Daniel: ¿Dónde no les cabe ésto a la lista de impresentables: "Un radical puede ser golpista, neoliberal, coimero, coimeado, bandolero, zapatito blanco, progresista, procesista, revolucionario, pero no es un tipo que odie la política."? Una síntesis bruta puede ser la siguiente: con los radicales se puede negociar. ¿O vos creés que el gobierno no lo hace? ¿Cuál es la cualidad de un radical, la primera de todos? Pertenecer a un partido con extensión nacional, con representación ejecutiva (con mas o con menos) en todo el país. La señora Lilita está a un pelo de denunciar "otro pacto de Olivos", tras la reforma política, y lo hará si la terminan de cagar. Cualquier boludo te diría: ¿y Duhalde, Menem, Reutemann, Asís, Das Neves, Gioja, son peronistas? ¿Y Scioli es kirchnerista? Entonces, lo que tratamos de ver son imágenes mas o menos globales de ese resto de identidades políticas que aún persisten. ¿Sigue siendo algo, aunque sea "algo", la identidad radical? Yo soy de la idea de que sí, o de que al menos la pregunta sobre una identidad de esas características siempre tiene respuestas provisorias. Como la peronista, la comunista. Son carnés de vieja afiliación que todavía mutan con vigencias repentinas, casi espontáneas. En esos esfuerzos veo a Margarita o a Ricardo Alfonsín, en tratar de volver a asociar algo los significantes de los significados. Quizás sea una mirada ingenua, pero es compartida por Mendieta, por el Ingeniero, quiero decir: podría ser una noción extendida a un sentido común de compañeros. Y una pregunta mas allá, mas allá incluso del post, es si una identidad política siempre debe ser sostenida por figuras políticas de una manera cabal, si una identidad es una puesta a prueba a todo o nada de prácticas cristalinas. En la lista aparece un tal Coti Nosiglia. Mas radical que el Coti no debe haber nada... y sin embargo es la expresión malentendida, como mínimo, de esa "negociación": todo el mundo repite como un loro que entre él y Barrionuevo se repartieron el PAMI. Algo habrán hecho. Uno diría: la predisposición negociadora no tiene límites, o ya los ha pasado todos, pero, ¿hay un resto de nación, de responsabilidad de "hombres de estado", en la cosmovisión global del radicalismo?
De acuerdo, pero ojo que Margarita está afuera del partido.
bueh, estás mezclando la verdu. "los radicales son políticos", en el post, aparece como "los radicales resguardan las instituciones, sobre todo los partidos". Después, acá, ese "son políticos" quiere decir "negocian" y quiere decir "reivindican una identidad político-partidaria cristalizada históricamente". O sea que "los radicales on políticos" implicaría esas tres cosas. La tercera (OJO! aunque hablo desde capital federal) no la veo ni con lupa. La primera, la de las instituciones partidos, también medio que se dibuja y se desdibuja según la coyuntura: o sea, ahora cobos es UN RADICAL, pero hasta que no votó contra la 125, el ser radical no le impidió ser absolutamente inorgánico. Y en lo de stolbizer, yo creo que nos gusta justamente porque no parece radical, parece una progre que cayó ahí, y de hecho se armó unkiosquito propio. Quedaría "la política como negociación", pero la política es conflicto. Negociar, puede negociar un empresario, un sindicalista, una corporación. Obvio que en política se negocia, pero eso no es lo distintivo de la política.
A lo que voy es: obvio, especulemos, pero no reivindiquemos las cosas que hacen de ellos (y por consiguiente, de todos nosotros), agentes regresivos, porque qué es lo que queremos? queremos socialismo o política?
aún si coincidiera en "lo políticos que son los radicales", eso de qué los salva? de nada, porque encabezaron el golpe de distribución regresiva de la riqueza más violento de la historia, porque se cargaron a 30 civiles que se manifestaban en la calle, porque sacaron la ley de OD.
Lo que pasa es que los argumentos se torcieron al extremo de plantear una defensa de los radicales versus un ataque a los radicales. Si vos embolsás: 20/12, Mathov, Obediencia Debida, 13%... ya está, qué sentido tiene decir algo. No quiero matizar eso. Está bien, matemos radicales. Toy de tu lado.
No hablo de la negociación en abstracto, o como valor absoluto. Llegado el caso: a veces se negocia la igualdad. Por ejemplo: ¿era o no era mejor negociar aquello sobre lo que había consenso, como el ingreso universal? Y cuando decís *política es conflicto*, bueno, además de ser una frase del catálogo kirchnerista, se podría pensar, ¿a través de qué se participa en un conflicto? ¿A través de una negociación? ¿Un conflicto no es una negociación dura? Porque el conflicto no siempre resuelve tu relación con el poder, que es lo que le importa a los actores. ¿Es lo mismo anunciar una 125 que discutirla con el diario en la cama? ¿Hay o no hay negociación? Yo suscribiría mas a una definición que pone la palabra negociación en un primer plano, y que no excluye el horizonte de conflictos, porque no parto de la idea de que en realidad hay un acertijo que finalmente revela que *todos estamos de acuerdo con todo*... Esa idea tipo: el kirchnerismo es la peste de la reconciliación nacional. Pero a este proyecto le sobra conflicto, le falta negociación. Negociar sus conflictos, sus resultados: negociación no es lo contrario de conflicto. Ese es el vicio ceteaísta, "la felicidad de vivir en la resistencia", las 4867 Constituyentes Sociales de Ushuaia a la Quiaca. Por supuesto que la tensión tenía que venir, que una política híperacordada era o un fantasma o una canallada... Pero lo que digo con los radicales lo digo sin tener en cuenta ninguna potencialidad: no me gustan ni los grandes pactos, ni las grandes solemnidades de estado (veces alguna ceremonia me emociona), pero, ¿por qué todo el mundo quiere decorar el cuchitril con radicales?
Y hablo de que la política argentina está llena de impresentables que, además de ser regresivos, son irresponsables. Lo que pasa es que mucha gente conspira y proyecta sus sueños poskirchneristas, pero de eso no se puede acusar a nadie. (Con la misma velocidad que sube un radical, cae. Cobos es presidencia por seis meses-)
Los otros días leo otra declaración de Ricardo Alfonsín que, quizás mas que la de Susana, decía que las mayorías del parlamento iban a ser relativas a cada proyecto de ley. ESO ME IMPORTÓ, PERO NO LO ESCRIBÍ. ESO MOTIVÓ EL POST. Era, cuanto menos, una salvedad no muy amable "hacia el partido", hacia lo estrictamente orgánico, pero me pareció una frase noble, en un momento en que sí la política se divide un poco mas allá de las identidades. Hasta ahí el argumento o la ponderación de la frase podría hasta ir en contra del post, pero R.A. no es un librepensador. Ahora... ¿el radicalismo va a estar a la izquierda de K? No, pero eso no pienso ni siquiera de Lozano. Nada hay a la izquierda, con todo lo viejo, arcaico, que suena decirlo. En última instancia mi post era una expresión de deseos sobre una política que no está por encima de las ideas, pero que tampoco es ajena totalmente a ellas. Lo de Margarita es injusto. Es injusto hasta con los votos que juntó. Si Pino sacaba esos votos en provincia, ay, mamita, la que se armaba. Pero, pregunto, ¿qué se dice de Margarita? Por lo menos que es mas coherente que mucha gente que se dice progresista. Porque su progresismo no es de primer plano.
(¿Cómo se contará la prehistoria del kirchnerismo y de aquello que se denunció como conspiración: Duhalde/Alfonsín/Moyano? ¿A veces los radicales ayudan a sacarse de encima a los radicales?)
Con respecto a lo de la negociación, y sonando un poco arcaico! Se negocia con el que tiene poder. Hace dos años no habia con quien negociar y al calor del conflicto EMERGIERON liderazgos y sectores que construyeron poder y AHORA se sientan a la mesa y con los cuales hay que negociar. Lo que se gano o perdio en el camino... es muy facil decirlo hoy,no tan facil verlo en el momento.
La idea de la pax K es tan ridicula como la de la reconciliacion nacional, o como se equivoco el gobierno que perdio gran parte de su poder en un conflicto inutil bal bla bla. Los otros estaban jugando tambien
Con el conflito decayó el poder y además se trabó una posibilidad económica muy importante; más allá de no estar de acuerdo con que las tierras y todo tipo de producción se amolde a las demandas del mercado porque se destruyen o son quitadas a los campesinos que las tuvieron por años y escuchándolos se advierte que tienen una sabiduría del cuidado que no la tenemos los que ya venimos con una cultura de mediatización y alejamiento de la producción con propias manos, con materiales nobles,digo.
Respecto de ese momento de desgaste nacional, Mujica dijo algo al respecto con lo que adhiero, y también dijo algo así como que los radicales son muy buenos pero nabos, y es posible les falta la "violencia" política necesaria para construir desde lugares centrales o mantenerse en el poder. A todo esto, creo que quizá el camino no sea el de las estructuras clásicas sino por ahí la emergencia de lugares residuales que se retoman en la dinámica actual, no lo arcaico pero puede ser una mezcla para un ordenamiento más claro.
Bueno como ya me colgué digo otra cosa más respecto de un ordenamineto distinto, estoy leyendo sobre Los incas: el estado, sociedad y economía y se explica como fueron tomando de cada sector lo mejor, más funcional y elevado que habían logrado para un "sistema" que en momento buscaba la estabilidad porque había pasado por situaciones de alto movilización no sólo territorial. Y no agregaron nada o muy poco, es decir una lógica muy distinta a la actual donde se observa el momento social sin poder dilucidar un mejor desarrollo a largo plazo, quizá sea porque se piensa en la superproducción como ideal, se innova al cachetazo, no sé.
Ah y respecto de lo que escribís de la apertura hacia nuevos signos, yo tengo la sensación- posiblemente equivocada- de que se movilizó tanto la política desde lo cultural, desde lo discursivo que después se hizo complicado el diálogo, lo cual me parece una locura porque es la base fundamental para construir puentes entre lo logrado desde la superestructura que es muy manejable desde el poder central con las movilizaciones más amplias en lo económico, más puestos de trabajo, etc. Capaz que me estoy mandando cualquiera pero si a la izquierda siempre se la bardea por obsoletos o anclados en lo teórico, defasados en lo político, lo que a mí me inquieta es esa sobreproducción de signos de este gobierno o momento social- porque tampoco es responsabilizar sólo a los políticos- en contraposición a una ausencia de nuevas propuestas más tangibles y diálogo entre los partidos y con los sectores que tiene el poder económico o social para construir nuevas oportunidades en lo que es la ampliación de movimientos sociales, zonas productivas -sobretodo en provincias que no responden al desarrollo agrícola o urbano- y servicios públicos.
(perdón el cuelgue y la mezcla)
Abrazo Martín
recuerdo que el anterior pablo no soy yo, chacón: que detesta a los radicales casi tanto como a macri, como para que quede claro.
repito lo anterior, pero para evitar los errores técnicos, firmo.
Yo soy yo, vos sos vos, Chacón.
Me parece que es dificil hablar de radicalismo hoy. Porque el radicalismo, enmudeció.
No en diciembre de 2001 sino antes, con Cavallo o con la Reforma Laboral de Flamarique. Desde una perspectiva radical, son cosas que no pueden ser explicadas. Digo, desde una 1era persona radical, no desde la visión de quienes se suman a la política con el relato oficial. Inexplicable y vergonzoso para los radicales porque la primera vez en la historia que fueron echados por el pueblo.
Viendo la caradurez gatopardista que impera hoy, ese silencio no parece decoroso sino, más bien, pacato.
Y pareciera que Ricardo Alfonsín, Stolbizer, incluso Sanz son quienes intentar recuperar la voz para el radicalismo. Intentan volver a vertebrar un relato. Que, desde su visión y sin engaño, creo yo, lo reivindican progresista, incluso de centroizquierda, si los dejaran. Recuperando todos esos años, olvidados por el trauma 2001, en los que los radicales se opusieron a militares y menemistas.
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