domingo, diciembre 10, 2006
El amante de la moderación (P & P)
Alguien hablaba de su lengua filosa. Yo diría, tiene aciertos prudentes, y es el tipo que -en jerga- busca el hueco. Ya supo definirse a sí mismo en el campo de batalla, dijo ser un amante de la moderación, y lejos de abonar el camino ese que dice "las viejas antinomias de derecha e izquierda que el mundo moderno abandonó", habla, en tal caso, de una efectiva flexibilidad hacia los polos que SÍ EXISTEN para ordenar el mundo (obviamente la centro-izquierda es centro porque no cuestiona la propiedad, digamos para el Gordo Ética). Sabe, olfatea, intuye, que los giritos a la izquierda son productivos en esta vida en el umbral de lo políticamente correcto, que es la forma de la sanción moral de la izquierda social que manda. Sí, fue esa izquierda la que inventó en el crepúsculo menemista esa obra de la dicción y el control de las mentes públicas que convirtió a Asís en un escritor maldito, en fin. Pero Mauricio (a quien Montecristo le trabaja obsesivamente el trauma, encarnado -por supuesto- en Marquitos Lombardo) cuestiona desde el sentido común el sentido común de Lavagna. Hallando como perlas de su discurso a los -digamos- núcleos de mal sentido, sobre todo ese llamado "abstracto", el Centro Progresismo. Macri sabe (o cree) que Lavagna suda programa, que su fortaleza es hablar desde el oráculo racional de la economía, pero escasea de intuición popular, y Macri cavila: no vine yo acá a hacerle el trabajo sucio a este "hombre prestigioso", no soy su predicador, que me gane en la cancha donde se juegan los partidos. Si los definiéramos por los dilemas que enfrentan, me declaro YA mas macrista que lavagnista, pero entendiendo que ambos están atados fatalmente en las posibilidades de su éxito. Mauricio se pregunta por la forma de conmover una mesa familiar. Y finalmente lo logra.
Ambos insisten en un mismo error (menor) pero que en su continuidad lógica podría resultar paradójico: la psicología presidencial, los modos (autoritarismo, hegemonía), hablan mas de cierta demanda social (incluso repubicana) que exige -después de De La Rúa- poner al presidente al mando de todo el mundo, por arriba de todos, más allá de los excesos de gambeta actuales, de que el presidente -es cierto- no la pasa, se la morfa, quiere hacer todos los goles él. Lo mismo que Menem, pero con un poquito mas de "racionalidad" y "apariencia", diría yo. Pero seguir definiendo los problemas estructurales y estratégicos nuestros desde los modos de acción política que una cierta forma de ser presidencial exterioriza, es torpe, cortoplacista. Esa la entendió Sobisch.
El problema en el debate en la opinión pública es procesar ciertos contenidos. Por ejemplo la centro-derecha necesita YA hacer una síntesis sobre los '70 que: ni baje tanto las banderas, ni agite sus peores fantasmas. Está claro que su nobleza se fue por el río de sangre, pero es necesario reclamarles un esfuerzo intelectual y poético a quienes finalmente tuvieron a las fuerzas invisibles de la historia de su lado. El setentismo no es la dominante en el mejor gobierno democrático, muchachos, y como cultura tiene tantos puntos débiles como el discurso de la seguridad. Sean mas solemnes y cretinos, astucia poética.
Algo bueno hizo Lavagna, entre tanto, y al menos en mi humilde percepción: mostró a Macri haciendo política. Pero no rosquitas de jardín o repitiendo frases y lugares comunes en el plenario de la vida (la TV), hablo de sus últimas intervenciones casi desesperadas, sus 15 minutos en Grondona el domingo pasado, atacando e hiriendo el corazón duro de Lavagna.
Lavagna talla pudorosamente su kirchnerismo en serio atacando la única inflación que les importa: la del discurso. Esto ya lo dijimos. Lavagna plantó bandera con lo menos importante (Un Programa, Ideas-Fuerza, etc.), cuando -se sabe desde Saavedra- que los ganadores no escriben programas, sino que graban consignas en la memoria popular. Para entender adónde voy: Macri le pide a Lavagna que abandone el atril, y baje al barro donde sucede la historia minúscula, e imagine junto a él: la breve y cristiana consigna popular que imante las fuerzas oscuras de la historia hacia ellos. Lo que hizo la Alianza, aunque ahora todos se rasguen las vestiduras, se rían de De La Rúa, y se hagan los pícaros (tardíos). Inspiración, lírica realista y márketing.
En esta, Mauricio, estoy con vos.
(Mientras tanto Horacio copia la fórmula ganadora de Kirchner: librar las peleas que se ganan.)
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3 comentarios:
Gracias por el articulo de Macri, no lo habia leido. Se podria extraer las frases "la sociedad se divide entre los que hacen las cosas bien o mal", "capacidad de gestion" y "TRIUNFO DE LA DIGNIDAD".
En referencia a las dos ultimas frases, este gobierno no se destaca por ello, como tampoco asi con que normas convivimos.
Basta ver la escasa capacidad de negociacion en todas las areas... la confrontacion es constante, Uruguay, la iglesia, las FF.AA, la clase media, la clase alta... y asi gastaria cientos de palabras para referir a que todo ha sido un fracaso, y en algunos casos papelones mayores.Solo se salva la economia y que en parte es la influencia de una situacion mundial.
"seguir definiendo los problemas estructurales y estrategicos nuestros", no es cuestion de definirlos (todos los conocemos), el que tiene el poder de gestion debe realizar los cambios estructurales, en impuestos, educacion, social, etc. Ya van 3 años y no se ve nada de eso, todo es un gran show. Esto lo afirman Uds. mismos al decir "los ganadores no escriben programas, sino grandes consignas en la memoria popular", El pais se cambia con programas a mediano y largo plazo...no con consignas.
En el texto Uds. piden "reclamarle a la opinion publica un esfuerzo intelectual", me parece una subestimacion de la capacidad intelectual de una gran mayoria de argentinos, que evaluamos bien cada paso, y que una amplia franja esta capacitada para hacerlo.
"La centro-izquierda no cuestiona la propiedad", Persico estuvo con D Elia en la contramarcha a Blumberg, con lo cual tengo que entender que estuvo de acuerdo con el, en invadir propiedad privada.
Lo mas contradictorio de todo esto es que apoyan la candidatura de Cristina y Scioli...yo les pregunto, a puertas cerradas, ¿cuanto se parecen estos dos candidatos a Macri?, uno ya dio prueba de eso, la otra basta con ver sus actitudes para verificarlo.
che boludo, ¿de qué Uds. hablás?
jajaja.
pero...
jajajajja.
uy
jajajjajajaj
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