sábado, febrero 07, 2009

Los que esperaban peras del olmo, y le pedían peras al olmo, ahora dicen que el olmo no da peras.

Seguimos viviendo en un país raro: gana el que gobierna. Qué raro. Y hay gente escéptica que una noche ve que K es todo, para despertarse con arena del desierto en la almohada. Imaginemos que el 2011 se avecina, y que lo hace al trote amargo de tener a Cristina anunciando el mega-canje de ojotas viejas por ojotas nuevas, atrás de una ligustrina en Olivos saliendo en vivo para radio Colonia, y donde nadie dice ni jota acerca de su reelección. Imaginemos que se baraja la carta Kirchner 2011… Bueno, tendríamos un ballotage de mierda. El piso histórico del peronismo con el techo natural del desgaste no dibujan buenos números. O sea, es i-n-e-v-i-t-a-b-l-e la salida por derecha. La sociedad la pide a gritos. Kirchner, está a la izquierda de la sociedad. Lo estaba, lo está, lo estará. Kirchner a la izquierda de Binner, Kirchner a la izquierda de Lilita, y así sucesivamente.

No creo en Binner, no por él y su gobierno del que tengo la noticia de que no llega a mis oídos ninguna noticia, ni buena, ni mala, lo que es una buena noticia… Quiero decir: no a la alternativa por izquierda que se convierte en derecha en el camino a la victoria. No. El peronismo tiene recelo de los gobiernos que se paran a su derecha (“para qué si lo podemos hacer mejor nosotros, con mas fuerza y legitimidad”). Lole, si está en el podio, aglutina a todo el peronismo de nuevo. Incluso a la foto del terror: Duhalde, Barrionuevo y Rodríguez Saa, hecha casi a pedido de Néstor Carlos Kirchner para mostrar la calidad humana de lo que queda afuera. Y si queda Lole vs. un resto cobista-binnerista... voto a Lole con los ojos cerrados.

El gobierno de Alfonsín (al que debo volver una y otra vez, porque es mi obsesión) fue el gobierno superficialmente mas parecido a este. Y tuvo en 1987 su ocaso. Bien. Pero en algún momento Alfonsín se enamoró de lo peor de su gobierno. No sé si exactamente se enamoró, pero sí tuvo un apego a explicar lo malo (sobre todo en cuanto al retroceso frente a los militares). Era un gobierno hijo de la retórica republicana, cuyo exceso natural es salirse del tiempo: instalarse sobre eternidades. Los grandes acuerdos, las grandes decisiones. (Tuve el honor de entrevistar a Strassera, cuyo enojo con los Kirchner es visceral, al límite de justificar tanto la decisión de las “dos leyes de impunidad dictadas a punta de pistola”, pero tanto tanto, que no le permite ver como positiva la “corrección” de esa posible y deshonrosa distorsión: ¿cómo puede ser una ley votada por presión militar? Bueno, lo fue. ¿Y está mal enmendar eso? Y... no, ¿no?). Permanecieron en el imaginario radical por mucho tiempo las leyes de Punto Final y Obediencia Debida como un gesto eterno de salvación, que no admitía excavaciones que las arranquen de cuajo para ponerlas en perspectiva histórica. ¿Qué pasó?

Mi interpretación general es que todo parece muy pragmático menos el alma humana expuesta a los vientos de la historia. Alfonsín creyó, e hizo creer a todos, que él ERA la democracia. Por eso Alfonsín es el presidente de las negociaciones. Negoció con los militares, fue solito junto a Bugge a negociar a Campo de Mayo, y él pactó en Olivos la reelección de Menem, para evitar “todo lo que Menem era capaz de hacer para obtenerla si se le negaba el camino institucional”. Era el hombre desgarrado que negociaba con los demonios. Menem también creyó en algo mesiánico: creyó que él era el consenso de Washington, las relaciones carnales, el liberalismo, y enterró ahí su historia de político pragmático que perseguía vaivenes ajenos. Se cortó las patillas... y no cambió nunca más.

Entonces: el momento mas ideológico de Menem fue su gobierno de 10 años, el de Alfonsín fueron sus seis, el de Kirchner son estos. De manera que la política argentina tiene un capital: los políticos “una vez que llegan” se pasan al bando de los convencidos, construyendo así sus fuertes consensos. Y así como Menem es un fantasma flotante que balbucea el crimen de la venta de YPF, así como Alfonsín era incapaz de asumir el rigor que caía sobre él a partir de esas leyes (rigor que, personalmente, no compartimos), Kirchner vagará por los intestinos de la historia repitiendo que la 125 era la salvación nacional. Macri, Reutemann, Lilita, Scioli y Binner calientan los motores de un tractor que los llevará a Olivos. Y Kirchner lo hará ensombrecido por lo que todos hoy repiten alegremente: no construyó, no gestionó, no estuvo a la altura de sí mismo. No supo, no pudo, no quiso.

Pienso que siempre es al revés. Pienso que el problema es que los presidentes argentinos fueron demasiado lejos, y sus errores fatales parten de las correcciones políticas e institucionales que intentan volver al cauce normal las cosas. Los escépticos ahora son hijos del escepticismo oficial. Kirchner = un gran gobierno voluntarista. Y... Kirchner = Kirchner 2011.

10 comentarios:

AGUANTEJAURETCHE dijo...

Martìn:
Vengo a disentir con Vos.

1) Ese parangòn que hacès entre Alfonsìn, el Carlo y Nèstor puede tener visos de razòn pero no te ocupàs de los màs importante.
Alfonsìn prometiò una cosa que no cumpliò.
Menem en el 89 directamente prometiò algo que sabìa que no iba a cumplir.
Kirchner cumpliò con lo que prometiò.
Obviamente, me refiero a la economìa, pero no sòlo a la economìa, porque para hacer polìticas debès tener sustento econòmico, verbigracia las jubilaciones -màs de 1 millòn, no 10.000 o 20.000 para que la tribuna aplauda- de la gente que por desocupaciòn no tenìa completos sus aportes.

2) Màs allà de las declaraciones tribuneras, Nèstor SABE que lo de la 125 fue un error en su concepciòn, tanto tècnica como polìtica.
Yo creo que aprendiò muchìsimo màs de esos 3 meses erràticos que en todos sus años ejerciendo poder ejecutivo.
La mejor prueba de que sabe que fue un error y lo acepta, son las no muy lejanas declaraciones de Massa reconocièndolo.
Si Nèstor no pensara asì, el presidente de Tigre habrìa sido eyectado de su puesto ipso facto.
Desgraciadamente, la lecciòn que aprendiò Nèstor fue muy costosa, tanto para la sociedad en su conjunto, cuanto para su propia carrera polìtica.
Ahora debe volver a seducir y tal vez haya una parte de la sociedad que lo apoyaba que ahora lo repele.

Pero, pero, en la cancha se ven los pìngos.
Y en medio de esta marosca econòmica internacional, los votantes con sensibilidad nasal ven que como contrapartida de este gobierno sòlo hay figuras que un dìa se unen para luego desunirse (a + b hoy, mañana a + c, pasado c + b, incluso sueñan con un a + b + c, pero sus diferencias -obvias- se lo impiden), es decir, rosquean, pero de còmo se hace para que el tsunami llegue a nuestras costas transformado en una -cuantimàs- marejada fuerte, nada, niente.
Sòlo rosca, a la que "la gente" està acostumbrada, pero el 2001 pasò ayer, no hace 2 siglos, y sabe que sòlo rosca sin convicciòn polìtica ejecutiva nos llevarà, sin pausa, hacia una nueva ruptura chachìfera.
Sin saberlo, quien mayor favor le hizo a este gobierno luego del NoPositivo, fue su autor, al no renunciar, y obviamente Cristina, al no dejar que lo apretaran tanto que lo obligaran a irse.
La diferencia con el gobierno del dormido es sustancial.

Por eso, yo creo màs en la Curva de Lafer-la y en los aerosoles artemianos.

Porque SIEMPRE la clase media, ante un kilombo econòmico vota por el que està gobernando, salvo que vea que èste lo està haciendo muy mal.
Remember 1995, efecto tequila = reelecciòn.

Como dije ayer, no velemos al muerto antes de tiempo.

Como dijo Eduardo Real, el electro cardiograma dio mal, pero -digo yo- esto no es terminal.

Y no nos sumemos a la opereta mediàtica del establisment de instalar la sensaciòn de que la gente se cansò de los zurdos, por eso ahora quiere que venga la derecha.

La gente lo que quiere es conservar el laburo, el comercio, la pyme, el consultorio, que no le bajen el sueldo, y si no se puede comprar lo que quiere este año, tal vez el año que viene lo consiga, si la cosa pasa sin mayores sobresaltos.

Y, repito, y contradiciendo a Marìa Esperanza, la clase media ve que el ùnico actor polìtico con esa iniciativa, es el gobierno, no hay otro actor polìtico que se lo plantee, salvo las ridiculeces de bajar el IVA, suspender retenciones o alguna otra medida que la clase media sabe tambièn que lo ùnico que hace es desfinanciar sin agregar nada.

Suspendè la corona, Martìn, no pasemos de pantalla y sigamos bailando que la fiesta populista no terminò, si te hicieron creer que la sociedad tiene resaca, deciles que se metan el uvasal en el culo.

Martín dijo...

Epa, demasiado categórico, demasiadas "seguridades" para un momento como este, querido. Alfonsín cumplió parte de sus promesas (entre otras: le dio la banda a otro elegido). Menem hizo lo que la gente esperaba: estabilizó la economía, para la híper, etc. Por algo su reelección gozó con mas votos que su primera elección, y nadie ahí podía decir que se sentía "traicionado". En el caso de Kirchner, por su forma, por su arribo inesperado, por la cantidad de votos que tuvo, es el caso de un presidente que "no llega a la presidencia haciendo promesas", sino que llegó a la presidencia sobre una inercia basada en la fuerte estructura peronista y en el aceptable gobierno de Duhalde, y empezó a "hacer promesas" mientras las cumplía, digamos que Kirchner empieza en el minuto cero de su gestión, no antes.

Por otro lado creer que las autocríticas de Kirchner las expresa Massa es falso.

Vos me leés mal. Yo creo que sí, efectivamente, el cierre del proceso de la 125 fue el cierre de un ciclo político, y que el gobierno por algunas relativas cosas que decís aún tiene poder de fuego, digamos: está tan cerca de ganar batallas como de, en el fondo, perder la guerra. Arrastra mas apasionamientos en contra que a favor, hay una epidermis mas fuerte reactiva que voluntades apasionadas por este proceso (algo que pude palpar en las plazas de defensa "del gobierno popular"), y el voto fríamente racionalista que creés que lo acompaña (aunque yo creo que el voto fuerte que aún tiene es el del peronismo histórico) no es precisamente el corolario de lo que el kirchnerismo produce, ninguna "fiesta populista" se sostiene en votos tan decantados como los que decís. O revisás mejor lo que creés que es el soporte, o repensá si ese soporte soporta una fiesta populista que le sería insoportable, ¿entendés el trabalengua?.

Volviendo a Massa: ¿vos creés que Kirchner eyecta a un tipo que declara eso? Yo también te podría decir que esa no es justamente una relación de confianza. Y basta verlo a Kirchner en acción en cada nuevo acto para percibir que no está entusiasmado en demostrar lo aprendido. Hay una cosa que dice MEC que es interesante: Kirchner leía bien la sociedad del 2003, 2004... hay que ver cómo lee la sociedad del 2009.

La rebelión en la granja incluyó alianzas muy fuertes, y se impuso en la opinión pública y mediática de una manera igual de intensa que en los peores momentos de Menem: se basa en la desprolijidad institucional, en la "baja calidad" republicana. A eso la clase media es sensible. Y derrama su sentido hacia abajo. Hay el fin de un ciclo, no verlo es idiota. Yo insisto en algo silencioso: nadie habla de la reelección de Cristina, siendo Néstor -incluso- el mas expuesto en el desgaste del conflicto. No hay recambios. Ni a Massa, ni a Scioli, ni a Reutemann, les gustan las festicholas populistas. Y si son la opción habrá que votarlos. Claro que Kirchner vive en microclima que el proceso no está agotado.

Sacale el aguante a Jauretche, y ponete a pensar.

Anónimo dijo...

uy!!! Otro mas que llego tarde al kirchnerismo.
Aguante Jauretche, en unos años cuando la melancolia nos envuelva en nuestras viejas asambleas, algunos preguntaremos ¿donde estabas vos en la campaña del 2005? y muchos como vos diran : "en mi asamblea"...
Flaco llegaste tarde, la fiesta populista tuvo su pico en la primera plaza de mayo, la de nestor el 25 de mayo de 2006.
Ya lo dijo Emilio: "este es el techo del proceso".

Ezequiel dijo...

Es que el otro elemento ausente del análisis, como se marcó insistentemente en las jornadas aniversario del retorno de la democracia, es la propia sociedad argentina. Los actores políticos, partidos o dirigentes, no trabajan en el vacío. Trabajan con lo que tienen. El alejamiento de las clases medias no estaba destinado a ser fatal, si era compensado por una política social y una organización territorial adecuadas (no pido CDR, pido más PJ). Lamentablemente, cuando el cabezón cuestiona muchos de los aspectos que componen la mirada de lo social en los Kirchner, acierta en esencia, aunque uno no comparta su atribución de motivaciones.
Pero había un sentido en el que el alejamiento de las clases medias estaba destinado a ser fatal (y esto se veía antes de la 125: lo vimos claro en octubre de 2007, ya en la campaña electoral, lo desglosamos de nuevo en los discursos opositores, en la disección de los escrutinios). El gobierno no estaba dispuesto a ir más allá de la "alegría" de 2004 - 2005. Ese fue su techo. Lo que hizo en estos meses, bien hecho, debe interpretarse como un viraje que estaba en germen, pero que llega tarde, demasiado tarde, después del "cross de derecha" que nos comimos en Julio.
La sociedad argentina podrá ser más latinoamericana que hace veinte años, pero sigue teniendo rasgos distintivos, que no se ven desde Caracas, La Habana o La Paz. No hay actores sociales históricamente sumergidos (porque tuvimos peronismo), no hay demandas organizadas a la izquierda del dial (porque tuvimos peronismo), etc., etc., etc. Eso te limita en un sentido, porque tenés que lidiar con una sociedad subjetivamente urbana, donde el peso simbólico del ideario de clase media es mucho mayor. Y ahí es donde no tener su apoyo marca una oquedad sensible.
En definitiva, los dirigentes argentinos trabajan con los humores y con las hegemonías que les tocan. Lidian como pueden con las relaciones de fuerza imperantes. Y, en el caso de NK, hasta ahora, no con resultados que permitan otra cosa que una buena posteridad.

Quizás todavía haya tiempo para la salvación, pero eso no quita la amargura de este tiempo. Efectivamente, se terminó un ciclo.

Anónimo dijo...

Así que vos también pegás y negociás?
No lo había visto.
Juntémonos a almorzar y lo charlamos

Ezequiel dijo...

¿Estaría bien llamarlo "el ciclo de Alberto Fernández". Digo, para que sirva de epítome...

Martín dijo...

Almuerzo... ¿viernes?

Ezequiel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Politico Aficionado dijo...

Ezequiel Meler:
Este ciclo se habrá acabado cuando el pueblo se pronuncie en tal sentido.

Mientras ello no ocurra y ante lo impresentable de las alternativas que se ofrecen no veo otra alternativa que enfrentar con valor, alegría y optimismo las batallas que se avecinan.

Pienso, como Jauretche, que los votantes no comen vidrio.

Ezequiel dijo...

Político, ese fue justamente el sentido de mi post de ayer, que generó imprevistas consecuencias...

http://ezequielmeler.wordpress.com/2009/02/12/un-extrano-consenso/

De todos modos, recién pasé por lo del Ingeniero, y me quedé frío con lo que vi.

De fondo, me refería a un ciclo determinado dentro de una etapa más amplia. AL. F. se fue y el gobierno siguió, e incluso tomó medidas de mayor audacia. Pero es innegable que, ya en octubre de 2007, cambió la sintonía entre gobierno y sociedad, y que el cambio no nos fue, hasta ahora, favorable en términos de reproducción inmediata.
Un abrazo, ojalá nos encontremos más seguido.