domingo, noviembre 23, 2008

El desierto argentino


Fui encuestador en las elecciones de 1999. Y guardo para mi un gran recuerdo de esos años en las jornadas donde había que rastrillar zonas para ubicar barrios y manzanas. La mayor impresión la tuve del barrio Vucetich, de José C. Paz. Me acuerdo que ahí, según los dichos de algún coordinador, las encuestas las había encargado la curia. Tengo en mis oídos la música maravillosa de toda la fauna de voces con que completaba la encuesta: la inseguridad y la desocupación se mordían los talones... pero ahí, en 1999, NO HABÍA ESPERANZAS. Eso aprendí. Eso aprendí de esos días: nadie tenía esperanzas. Y la gente sabía que votaba a perdedor. Cualquiera que conoce José C. Paz entiende de qué lugar hablamos. Gobernado por ese samurái. Pero tengo grabada de una señora de ahí una respuesta sencilla y previsible, que no sé por qué, esto me la trajo a cuenta. Me dijo que iba a votar a Patti. La inseguridad era el hit de ese barrio. Pero casi todo ese barrio votaba a Duhalde, fue de las pocas que votaba a Patti. Y me dijo que porque había un violador de chicos, un sátiro en el barrio, desde hacía un tiempo, y al que Patti iba a encontrar. La violencia, no la violencia prerrevolucionaria, no el bandolero social desprendido de un sueño eterno, no, digo, la violencia que separa barrios que no pueden cruzarse, guerras privadas, la violencia de género: el género *salida de boliche* en Moreno o San Miguel, filmada por América 2, digo, esa violencia que no sabemos medir, que no sabemos dónde tiene su límite, cuánto existe de verdad, digo, ¿no?, que se retroalimenta, esa especie de fantasía y realidad con la que hoy se conectan (y ayer, y quizás desde hace mucho tiempo) figuras como la del Malevo, esa violencia individual, copiada de la tele o de los jueguitos, esa violencia filmada en celulares en escuelas normales, esa violencia pandillera, en donde incluso actúan modos aprendidos o copiados de la violencia policial (¿viste que hay chorros que torturan?, ¿la tortura no debería volver a ser un monopolio del Estado?), esa violencia tiene de fondo la cancioncilla de que la autoridad del Estado democrático no alcanza, porque es una violencia con mediaciones, con interrupciones, con contradicciones, es una violencia cuya lentitud encubre –entonces- la velocidad de otros poderes mas bajos, mas territoriales, a los que ha derivado incluso el mismo accionar policial delictivo y justiciero, y entonces la violencia (o la sensación, que es violencia también) engendra una forma automática de respuesta que corta de raíz: la muerte. Matar al ladrón, al violador, al secuestrador. Digo: adherimos a principios éticos que nos inhiben de pensar esto de manera general, porque firmamos pactos internacionales, juzgamos la violación de DDHH, y aprendimos del río de sangre. Pero de repente, y no se sabe por qué, estamos hablando de vida o muerte. Cada uno vive su vida con miedo a la muerte. Y si encima en tu barrio pobre la democracia no ha llevado cloacas o vivienda, pero sí encuestadores a los que les interesa indagar acerca de tu momento de gloria, o sea, cuando emitís el voto, cuando sos un ciudadano universal... Cada uno vive rodeado de lo que compone su mundo, su vida, sus redes, sus kilómetros cuadrados, el paisaje de sus recorridos en colectivo o tren, el diario gratuito, etc. (...)
(Este post nace muerto: quisiera poder desentrañar donde se ve negación algún tipo de afirmación.)
La tragedia de estos 25 años de democracia es la pérdida del Estado. No de todo el Estado, sino de esa parte del Estado que ayudó a integrar. Nadie espera que se coma, se viva o se eduque, sino, quizás, simplemente, que no te maten o que no violen a tu nena cuando viene de la escuela con florcitas para regalarle a mamá. Se ha instalado eso. Quiero decir: el discurso de la inseguridad es agónico. Quiero decir: es *por lo menos quiero defender mi vida, y la de los míos*. El discurso de la inseguridad es el último discurso que te queda. Es un discurso urgente. Es un discurso que sale en directo, en vivo. Quiero decir: la “popularidad” del Malevo no puede confirmar tus ideas, las tiene que poner en crisis, Sandra. Quiero decir: de Monzón visitando la tropa del operativo Independencia. (...)
Me acuerdo de otra. En el barrio Ramón Carrillo, dentro, hay una escuela. La vez que asaltaron a la maestra casi se produce una pueblada. Se cortó toda la mañana la calle Mariano Acosta. La tajearon a la maestra en el cuello. A la maestra, la que camina por ese pasillo todas las mañanas con su guardapolvo blanco. El círculo se cierra si encima fue un joven ex alumno al que ella le enseñó a leer y escribir, al que hizo jurar a la bandera. Pero nada es tan simple. Claro, si aparecía un Malevo con la promesa de que en jeep, con binoculares y metralleta, patrullaba las calles, se robaba la escena. Pero debajo de ese manto negro, además de un ovejero, hay una inocencia perdida: ¿también con la maestra? Hay un aspecto que tiene que ver con la velocidad. Por eso el éxito adictivo y mediático del paco. El paco, que no es estadísticamente un problema al lado del alcohol, pero que tiene en su velocidad destructiva y adictiva lo que hace que, por ejemplo, Carrió lo haya llamado Genocidio. Y siempre es eso: nos vemos en espejo con esa imagen del Estado Genocida. La imagen de cuando el Estado decidió matar, de cuando el Estado se refundó en matar, porque la dictadura militar tuvo ese aspecto rosista para nuestra literatura blanca: fue hasta el hueso. El Malevo está sacado del Matadero, de ese Estado fangoso que con el liberalismo político de los ’80 y con el liberalismo económico de los ’90 fuimos desmontando, en esa tarea incesante de hit’s y éxitos editoriales, con los cientos de Robos para la Corona. ¿La culminación genocida es la extinción del Estado? ¿No es en su recuperación en donde deberíamos concentrar todo el esfuerzo? ¿No es el Malevo una encarnadura brutal que lucha contra esa misma desaparición, en su propio charco de sangre? Es decir, si vos, que sos progresista y que “por nuestra historia estamos obligados a rechazar siempre”, no ves todo lo que colaboraste para que también haya malevos... si vos, no ves en eso también tu propia agonía, tu granito de arena, estamos perdidos. No se puede construir siempre un discurso que te salve. Todos construimos el nuevo desierto argentino, Sandra.

12 comentarios:

Ñomo de Morris dijo...

EXCELENTE!!! Estoy de acuerdo, aca todo el mundo se lava las manos. Muy bueno y lucido, lo felicito

Anónimo dijo...

Hará unos 6 años, vi una encuesta (tendría que encontrarla) sobre la pena que debería corresponderle al que había matado el almacenero de enfrente de la villa.
La hicieron en la zona, y la pena de muerte predominaba ampliamente, con un agregado, había una minoría significativa que pedía pena de muerte lenta, con sufrimiento.

Anónimo dijo...

En este país de mierda los derechos humanos facilitan a los asesinos y delincuentes, porque en cualquier lugar del planeta les aseguro que la vara es igual para todos.
Al que es asesino, de guantes blancos o de arma, le debe corresponder la misma pena, sea del estracto socal que sea y amigo del que sea.
De que se habla aca???

Anónimo dijo...

Flaco. el Samurai de Jose C paz apoya a tu Gobierno "Populista", de que mierda me estas hablando.
Seguro vos sos de los que se llenan hablando de De La Rua y lo inepto que fue y es, pero me juego que estuviste en los saquoes organizados por el "populismo" peronista de la Pcia. de Bs As.
Hipocrita!!!

Anónimo dijo...

Martin, vas a tener que empezar a anular comentarios. Este pelotudo anonimo pre civilizado rompe mucho las pelotas.
Proba con el programita informatico del ministerio del interior, ese para detectar opositores y preguntemosle personalemente a este anonimo cual es su problema con este blog.
Parece ofendido y no sabe discutir pero a veces una visita populista a su casa le puede hacer bajar la virulencia y hacerlo recapacitar.

Luciano dijo...

Martín: Cuanta lucidez tiene tu posteo. En las programaticas discursivas del progresismo (no sólo el político)reside parte del cuadro de situación al que hoy asistimos, y frente al cual estos esquematismos teoricos siguen siendo la negación, la otredad del problema.En ese gesto de distanciamiento frente al pesar popular que sufre y convive con esa violencia de la vida cotidiana, una violencia casi rutinaria, se prolonga y se contribuye al problema.
saludos

Anónimo dijo...

Muchas veces aparece el problema de quienes son las personas que deben resolver acerca de los principios y los leyes. ¿Los expertos? ¿los políticos? ¿Las religiones?, ¿los que sufren o gozan de los efectos de LA LEY? ¿Que pensás?.
Horacio

MarcosH dijo...

¿cómo no vamos a mirarnos frente al estado genocida si fuimos y somos sostenedores de ese mismo estado? Llamese apoyar tácita o expresamente a los últimos gobiernos dictatoriales como mirar para otro lado frente al actuar policial corrupto y/o asesino del hoy día.
No llama mi atención la masiva aceptación de la pena de muerte, sobre todo en barrios históricamente marginados. Que preocupación existe por parte del Estado o "la sociedad" por mejorar la situación carcelaria. Hay que hacerse cargo solamente, quieren instaurar la pena de muerte, pues bárbaro, denunciemos los tratados internacionales que la prohiben y sanseacabó. Despues no vengan a hablarme de la constitución a la hora de defender la propiedad privada.
Se acentúa cada vez más una espiral de violencia marcada por la marginación, armas, poder político y policial, y a la hora de poner los puntos sobre las ies, como no se enaltecerá a un personaje como Ferreyra. O Patti. O Blumberg.
Cada vez estoy más convencido que la inseguridad no es un tema o probelma de derecha, sino que, todo lo contrario, es un problema de izquierda(s), como la amenaza siempre latente de que ante cualquier hecho delictivo mediáticamente sensacional, vuelva el garrote como única solución.
Saludos, muy bueno el blog

Anónimo dijo...

"el desierto es nuestro pingüe patrimonio". Si me apretas un poquito, hermano, te digo que el principal autor intelectual de que el desierto siga siendo intitucional y literal es el progresismo. El progresismo completa el programa del PRN, parte el huevo podrido que venía de regalo. El odio a las intituciones estatales es su mayor victoria y en ella la negacion de las necesidades populares hasta hacer que la misma palabra "popular" dibuje la estela de un cliche. Intelectuales (por la fiaca de no buscar el termino adecuado colaboro a continuar la deformacion de este) como Sandra Russo son, tontamente, agentes de la desintegracion de lo unico que puede hacer de una nacion algo mas justo: la maquinaria del estado. no por un reflejo anarquista oculto en sus mentes brillantes, sino por el pudor progresista ante la idea de la ley (que no reclamara en publico, pero querra hacer valer en el proceso de "recuperacion" de los barrios del sur donde compraron su propiedad reciclada), el esqueleto de las politicas reales.
Reirse del pueblo o clases populares o, de una, de los pobres y menos instruidos es, para el progresismo, la ruptura de una ley universal (la unica que estan dispuestos a defender en material virtual o impreso, por general e indiscutible), pero reirse de sus productos pareciera un acto de justicia, una ceremonia de la cultura blanca. Quien puede defener abiertamente que un tipo salga a cazar rateros con una tanque? Respuesta: La gente, el pueblo con su DNI deshilachado, en pelotas, en la nada donde no hacen sombra ni el olor a alcohol yodado del viejo estado ni la moral ascetica del progresismo.
Gran post. Un abrazo.

Κλεοπάτρα dijo...

Más claridad imposible, creo. Todos (algunos más, algunos menos) somos ésto y aquello.

Somos el Che " mediatizado" y el Malevo.

Cal y arena.

Importante es saberlo y tratar de desaprender.

Me encanta estar linkeada acá :)!!!

Anónimo dijo...

Los Maggio me cago en vos y todos los oficialistas mentirosamente demócratas contemporáneos, son todos iguales, pesaditos y bien salvajes como D'elia. Acaso no discuten sutilmente con la oposición?, tenés estudios secundarios?, leíste algo de sociología alguna vez?, hay que explicarte pedazo de analfabeto que no todas las posturas son iguales?, hay que hacerte entender que debés respetar las opiniones ajenas?, con Stalinistas como vos el mundo va para atras. Joselo

Anónimo dijo...

Que barbaro lo muy libertarios que resultan ser la mayoría de ustedes, critican al malevo y a la autoridad propiamente dicha pero como recuperan a ese monton de mierdas que hoy te meten un gatillo en la cabeza?, ustedes sigan buscando la forma mas sutil y pasiva, mientras tanto rianse de los muertos.